Declaración final del 24 Foro de Energía “Cien años del 1º. de mayo en México”, realizado el 29 de abril de 2013, en la ciudad de México. (Fuente: 2013, elektron 13 (120) 1-2, 30 abril 2013. Cien años del 1º de mayo en México es un momento para reflexionar sobre las tareas candentes de nuestro movimiento. Las grandes marchas que se llevan a cabo en todo el mundo, en esta emblemática fecha, representan una conquista obrera. Este día, los trabajadores del mundo expresamos nuestra fuerza social, anhelos y aspiraciones, en un día de lucha y de protesta. El 1º de mayo recuerda los sangrientos sucesos de Chicago de 1886 pero, ante todo, las propuestas obreras, sean laborales y/o políticas; es la demostración ante el mundo de que está sociedad no es la de los trabajadores y que es posible transformarla. En el ascenso y en el reflujo, durante el socialismo real y durante la Guerra, en condiciones de invasión imperialista o dictaduras militares, desde hace más de cien años, los trabajadores han salido a las calles, en algunos lugares en marchas multidudinarias para protestar contra la opresión del capitalismo y levantar sus propias banderas. En México, la primera vez que se realizó la marcha del 1º de mayo hubo varios actos y también se propuso la jornada de las 8 horas, con anterioridad propuesta por Ricardo Flores Magón. La importancia de esa conmemoración reside en haberse realizado en el contexto de la Revolución Mexicana, que hizo posible la formación de los primeros sindicatos, y por haberse llevado a cabo en condiciones adversas en plena dictadura militar. La historia del Primero de mayo en México, como en otras partes, está ligada a la historia de la lucha de clases. Como tal, esta es vigente y forma parte de la histórica lucha de nuestros pueblos. En este arduo batallar, la clase obrera mexicana siempre ha enfrentado a su contrario histórico, el capital, y gobiernos a su servicio. Patrones y gobiernos siempre han tratado de imponer la rendición a los trabajadores, no solo reduciéndole sistemáticamente sus condiciones materiales de vida sino usurpándole su organización y su conciencia. El desconocimiento del pensamiento revolucionario clásico, o su abandono deliberado, la tergiversación del mismo y la introyección de una ideología ajena, por parte de políticos burócratas han sido una constante en más de un siglo. En un sindicalismo, sin bandera y sin programa, sin acción obrera y sin organización de clase, se crean condiciones propicias para el conservadurismo pues, el capital desde su surgimiento se encargó de limar la conciencia humana y de desviar al movimiento sindical hacia el colaboracionismo de clase, reduciéndolo a demandas limitadas e inmediatas. Hoy, en México y en el mundo existen tendencias para el aniquilamiento de los sindicatos, para favorecer más la explotación obrera y la acumulación de capital, especialmente transnacional. El pago por horas, la supresión de la seguridad social, la unilateralidad en las relaciones laborales, la idea de que los sindicatos no sirven para nada bueno, que hay que definirse individualmente, no participar organizadamente en la lucha social y apartarse de la política, tiende a extenderse en el contexto de la ofensiva neoliberal imperialista. En México, el sindicalismo ha sido usurpado por el charrismo sindical, super estructura, corporativizada política y económica al Estado, apoyada por los gobiernos en turno y el empresariado, que ha desnaturalizado a los sindicatos hasta convertirlos en organizaciones nominales de negocios, que incumplen sus deberes elementales en medio de la corrupción y la violencia. La política seguida es parte de la estrategia del imperialismo, para imponer el colaboracionismo de clase e impedir toda acción independiente de su contrario histórico. Ante esta situación, los trabajadores necesitamos rescatar a los sindicatos y democratizarlos, sobre la base de definir correctamente las tareas políticas de nuestra época, a partir de valorar adecuadamente las experiencias previas y tomando las acciones pertinentes. En el centenario del 1º de mayo en México, proponemos a los trabajadores las siguientes tareas: 1. Formular el programa obrero, mismo que ha de contener las demandas fundamentales, laborales, políticas y sociales, necesarias para la transición del momento. 2. Construir organización, a todos los niveles y en todos los lugares. En materia sindical proponemos la reorganización del movimiento obrero mexicano en 20 grandes sindicatos nacionales de industria. Asimismo, es de fundamental importancia, la organización política de la conciencia colectiva. 3. Debemos recuperar la independencia de clase, desarrollando una conciencia que mantenga vigente y vivo al pensamiento revolucionario del proletariado. 4. Nuestro movimiento necesita asumir dinámica social, y generalizarla, a través de un proceso conciente, estructurado y entrelazado, para extender al movimiento y consolidarlo. 5. La práctica de la solidaridad debe ser el medio para promover la identidad de clase, el desarrollo político del movimiento y la elevación de la conciencia. Para llevar adelante nuestras tareas políticas cuenta mucho la voluntad, la disposición a la lucha, pero hace falta, también, el estudio teórico, la praxis consecuente, la superación de los métodos primitivos de trabajo y de los defectos atávicos, así como, el ejercicio científico de la política y la acción planeada, coordinada y generalizada. La situación en México y en el mundo no es solo de ofensiva del capital contra el trabajo, sino de reorganización mundial del capitalismo para esclavizar a pueblos enteros, suprimiendo derechos, libertades, vidas, relatos y sueños. Pero entre la fuerza social, representada por el capital, y la fuerza natural (representada por el trabajo) se sigue librando una persistente y cotidiana lucha, es la lucha de clases, que también se recrudece. En este momento, las condiciones nos son desfavorables pero hay alternativas, resultado de las enseñanzas, unas avanzadas y otras deplorables, que han sido vividas en más de un siglo de luchas obreras. Planteamos un Comenzar de nuevo que, en sucesivo batallar, nos permita no solo superar la opresión de millones de personas en México y en el mundo sino, la transformación de éste, en uno sin explotación ni miseria humana. ¡Manos a la obra compañeros (as), la clase obrera tiene conciencia del futuro y vencerá! ¡Proletarios de todos los países, Uníos!
Walter Angel Jiménez en el 24 Foro de Energía Esta página es construida por trabajadores del sector energía.
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