Declaración del FTE
A los senadores Manuel Bartlett (PRI) y Demetrio Sodi (PRD),
el Frente de Trabajadores de la Energía (FTE) de México
entregó personalmente diversos documentos, entre otros, denuncias
documentadas sobre los ilegales permisos otorgados por la Comisión
Reguladora de Energía (CRE).
LA NUEVA ETAPA DE LUCHA
CONTRA LA PRIVATIZACION
Las resoluciones emitidas por el Senado de la República y por la
Suprema Corte de Justicia de la Nación, los días 24 y 25 de abril
del presente año, son dos acontecimientos de una valía
extraordinaria, en tanto que representan circunstancias inéditas y
novedosas del acontecer político nacional y que a continuación se
señalan:
- Por vez primera en la historia política del país, dos poderes
de la Federación: el Senado de la Republica y la Suprema Corte de
Justicia de la Nación, estos representan el primero al Legislativo y el
segundo al Judicial, se enfrentan al poder Ejecutivo de manera clara y abierta
en un asunto esencial para el futuro de nuestro país: la soberanía
energética nacional.
- Los principales argumentos contenidos en las resoluciones arriba
señaladas, recuperan las mismas razones históricas,
políticas y técnicas, que diversos grupos sociales y
políticos de la oposición, ofrecimos y planteamos para rechazar
los proyectos privatizadores de la Industria Eléctrica, que han
pretendido imponer tanto Ernesto Zedillo como Vicente Fox.
- Los Poderes Legislativo y Judicial, por diversos intereses e intenciones,
recogieron y expresaron el extenso y profundo rechazo de millones de Mexicanos,
integrantes de todas las clases sociales, a la privatización
eléctrica.
- Las resoluciones de referencia validan, justifican y respaldan, el
pensamiento y el accionar de las diversas Fuerzas Populares y Patrióticas
que luchamos en la defensa del Patrimonio y la Soberanía Nacionales y en
especial, de la Industria Eléctrica Nacionalizada.
- En este diario batallar, el Movimiento 27 de Septiembre del SME y el Frente
de Trabajadores de la Energía, junto con otras organizaciones, realizamos
nuestra aportación incorporando elementos de juicio y de análisis,
que junto a la actividad organizativa y política desplegada tanto en lo
interno del Sindicato como fuera de él, contribuyeron en la
determinación jurídica y política que adoptaron el Senado y
la Suprema Corte.
EL CARÁCTER DE LOS PROYECTOS DE REFORMA ELECTRICA.
El contenido esencial de las propuestas de reforma eléctrica del PRI
y del PRD, carece de consistencia histórica y política así
como de coherencia técnica, por las razones siguientes:
- Fueron presentadas en un escenario político cuyo eje central era el
debate sobre una reforma eléctrica, que consideraba modificaciones al
texto constitucional, particularmente a los párrafos I y IV del articulo
25, VI del articulo 27 y IV del articulo 28 de la Carta Magna, y por tanto
ignoraban el carácter y el contenido que la resolución del la SCJN
incorporaría, a partir de que es emitida.
- Los proyectos priista y perredista avalan el abandono gradual de las
Obligaciones y Facultades Constitucionales que el Estado Mexicano ha venido
practicando, cuando menos de 1982 a la fecha, en lo que se refiere a los
artículos 25, 27, y 28, particularmente en materia eléctrica.
Esta política del Estado ha mantenido inconclusa la
Nacionalización Eléctrica de 1960, sosteniendo una división
ficticia con dos grandes empresas eléctricas, impidiendo su cabal
integración técnica, operativa y financiera separándolas,
además, de los institutos responsables de la investigación
científica y el desarrollo tecnológico del sector. Lo anterior
coincide con los planes e intereses del imperio norteamericano y de sus
instrumentos financieros: El Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional,
en términos de imponerle a las empresas publicas, dinámicas
empresariales de carácter privado (fines de lucro, criterios de
rentabilidad, índices de productividad, etc.) al insistir que funcionen
bajo la lógica de una supuesta e irreal Autonomía presupuestal y
de gestión.
- Los proyectos de referencia son convergentes con las propuestas
neoliberales, al cuestionar y modificar inconstitucionalmente, el concepto sobre
el carácter de servicio publico de la energía eléctrica,
tal como lo establece la Constitución Política de los Estados
Unidos Mexicanos en sus artículos 25, 27 y 28, al aceptar,
prácticamente las modificaciones salinistas de 1992 a la Ley de Servicio
Publico de Energía Eléctrica que amplió y
desnaturalizó la figura del Autoabastecimiento y creó figuras
nuevas como son cogeneración, pequeña producción,
producción independiente, generación para exportación e
importación de electricidad.
- Finalmente, dichos proyectos permiten y aceptan la apertura a la
inversión privada extranjera en generación, el establecimiento de
un mercado eléctrico mayorista para los grandes consumidores en Alta y
Media tensión y el fortalecimiento de la Comisión Reguladora de
Energía, engendro salinista cuya principal actividad ha sido el
otorgamiento ilimitado e inconstitucional de permisos para la generación
privada.
Todo ello amparado en los mitos neoliberales del libre
mercado y la "sana competencia": garantizar el abasto, mejorar la calidad y la
eficiencia de la energía, reducir costos y facilitar la libre
selección del proveedor. Lástima que las experiencias
internacionales demuestran que el panorama real es totalmente distinto. La
desregulación eléctrica ha generado graves crisis de suministro y
propiciado la reintegración de monopolios energéticos
transnacionales (asociados ahora con el subsector gas natural) con las
respectivas implicaciones de macro-corrupción que propicia. Enron es
apenas una advertencia de lo que está sucediendo en lo profundo del
modelo neoliberal. Lo indicado implica la aceptación tácita del
desmantelamiento de las funciones en la organización integral y vertical
de la industria, es decir, la separación de la generación respecto
de la transmisión, la transformación, la distribución y la
comercialización de la energía eléctrica. Este acto da
lugar a la constitución furtiva de una verdadera "Industria
Eléctrica Mejicana" (como la denominan desde ya algunos
consultores en el extranjero), de propiedad totalmente privada, y que abarca
desde la planeación, diseño, construcción, operación
y mantenimiento de instalaciones para generación de energía
eléctrica e instalaciones relacionadas, hasta la generación y
comercialización de energía eléctrica, mediante infinidad
de empresas, subsidiarias de las grandes transnacionales, que nacen, crecen, se
reproducen y mueren, según la conveniencia de la "ingeniería
financiera" privatizadora.
NUESTRA PROPUESTA POLITICA
Con la actual correlación de fuerzas en el Congreso de la
Unión, se pondrá a prueba la voluntad política y el perfil
programático de las diversas fracciones parlamentarias para poner a salvo
el patrimonio nacional y la soberanía energética del país
o, en su defecto, entregarlo a las manos siempre voraces del imperio y a sus
empresas transnacionales. Por nuestra parte, los trabajadores y el pueblo,
agrupados en sindicatos y organismos sociales, populares y políticos,
tenemos la obligación de señalar aquellos aspectos centrales que
debe contener una nueva ley reglamentaria en materia eléctrica, para
mantener intocados los preceptos constitucionales ya señalados, y
dispuestos a movilizarnos en su defensa, manteniendo una estricta vigilancia
sobre las discusiones que habrán de darse en el Congreso de la
Unión.
1.- La Nación debe reservarse, para
sí, la exclusividad de las áreas estratégicas, y en
particular la Energía Eléctrica
Cualquier discusión sobre Reforma Eléctrica, aún en
términos de leyes reglamentarias, debe proteger y mantener lo establecido
en los párrafos I y IV del artículo 25, y IV del 28
Constitucionales, respectivamente. Que señalan con toda claridad el
derecho de la Nación a preservar su soberanía energética al
determinar que “El sector público tendrá a su cargo, de
manera exclusiva, las áreas estratégicas que se señalan
en el artículo 28, párrafo cuarto de la Constitución,
manteniendo siempre el Gobierno Federal la propiedad y el control sobre los
organismos que en su caso se establezcan.” Más aún,
sostenemos que deben darse pasos firmes y sólidos para concluir el
proceso de Nacionalización que inició en 1960, con la
adquisición de las acciones de la vieja Mexican Light and Power Company y
continuó con la Unificación de Frecuencia, la Interconexión
Eléctrica (ambos, pasos entre Compañía de Luz y Fuerza del
Centro, y Comisión Federal de Electricidad), que propició un
acelerado proceso de electrificación, que hoy alcanza ya mas del 95 % de
la población total de nuestro país. No nos queda la menor duda,
que para enfrentar con verdadero éxito la globalización neoliberal
e imperialista, cuyo anhelo es el regreso a los tiempos ya idos del porfirismo
para apropiarse de nuestras industrias estratégicas, solo podrá
realizarse construyendo una poderosa empresa eléctrica nacional. En una
palabra, la plena integración operativa, organizativa y financiera del
Sector Eléctrico Nacionalizado y la Unidad Democrática de los
trabajadores serán las palancas de defensa más eficaces para
vencer la necedad y la voracidad de los neoliberales. Obstáculos
existen muchos; los organismos financieros internacionales, las empresas
eléctricas multinacionales, el gobierno foxista, los lideres charros del
SUTERM, etc., etc. Pero la lucha que los electricistas hemos dado para otorgarle
a la Nación, la propiedad y el control de nuestra industria, nos indica
que ese es el verdadero camino patriótico y soberano, y al mismo tiempo,
digno de nuestra larga historia proletaria.
2.- El Legislativo debe preservar el
concepto original de Servicio Publico de Energía
Eléctrica
Es este un elemento central en la discusión actual, es la
raíz misma de cualquier propuesta sobre una nueva ley eléctrica.
Este concepto fue mutilado y deformado a capricho por el salinismo, mediante las
aberrantes modificaciones a la Ley de Servicio Público de Energía
Eléctrica (LSPEE) realizadas en 1992, en provecho de los intereses
imperiales de los Estados Unidos en el marco del tratado de libre
comercio. Mucho se ha discutido sobre los alcances y características
de la conceptualización de Servicio Público de energía
eléctrica, pero a nuestro parecer la concepción más
acertada es la establecida en la LSPEE aprobada en 1975, por lo que debe
recuperarse tanto su espíritu como su letra, en tanto es plenamente
congruente con el párrafo VI del articulo 27 Constitucional, al
establecer que “Corresponde exclusivamente a la nación generar,
transformar, distribuir y abastecer energía eléctrica que tenga
por objeto la prestación de servicio público”. “En
esta materia no se otorgarán concesiones a los particulares y la
nación aprovechará los bienes y recursos naturales que se
requieran para dichos fines.” Por lo tanto, deben eliminarse las nuevas
figuras introducidas en 1992, que sólo han servido como verdaderos
instrumentos para la privatización encubierta e ilegal, que ha venido
llevándose a la práctica, desde las altas esferas gubernamentales,
de Salinas pasando por Zedillo y ahora con Fox, igualmente debe limitarse al
autoabastecimiento a la situación original de la ley de
1975.
3.- El Ejecutivo Federal debe retornar a la normalidad Constitucional en materia eléctrica
Los dictámenes emitidos por el Senado de la República y por
la Suprema Corte de Justicia de la Nación, representan un triunfo
importante para México, para los trabajadores y el pueblo, en su lucha
por mantener la Soberanía Energética y preservar el Patrimonio
Nacional. Por ello, es imperativo que el Poder Ejecutivo Federal, restablezca la
Legalidad Constitucional y el Estado de Derecho, que tanto alardea promover y
defender, por lo que debe de actuar de inmediato:
a).- Otorgando recursos suficientes a la Industria
Eléctrica Nacionalizada
Es preciso detener la política deliberada de asfixia y recorte
presupuestal, a que son sometidas las empresas eléctricas, bajo el
infantil “argumento” de la falta de recursos, y que lo poco de lo
que se dispone, se debe canalizar “al combate a la pobreza”. Cuando
está reconocido que uno de los principales indicadores de la calidad de
vida de la población de un país, lo es precisamente, el consumo
“per capita” de energía eléctrica. Para tal fin, es
necesario que el Congreso de la Unión establezca un porcentaje fijo del
Producto Interno Bruto (PIB) a efecto de garantizar electricidad barata para
toda la población, y resarcir así, la enorme deuda social para con
los más pobres de nuestra Nación.
b) Procediendo a desaparecer a la Comisión
Reguladora de Energía
Por ser el organismo privatizador que, contraviniendo el espíritu de
nuestra Carta Magna, ha venido otorgando permisos, inconstitucionalmente para
generación eléctrica a capitalistas privados, especialmente
extranjeros, en forma ilimitada, sospechosa y fraudulenta (según ha
establecido la Corte).
c) Deteniendo la puesta en práctica del Mercado
Eléctrico en México
Modelo privatizador que pretende ser impuesto por el Banco Mundial a
nuestro país, con la abierta complicidad del “gobierno del
cambio”. Modelo que ha demostrado su más absoluto fracaso en todos
los países en los que ha sido impuesto, y cuyo caso más
trágico lo representa el Estado de California, en la Unión
Americana con todo el lodazal de corrupción, manipuleo de estados
financieros, alza de tarifas, tráfico de influencias gubernamentales,
atraco de las pensiones obreras, etc., etc.
d) Revocando todos los permisos para generación
otorgados a las empresas privadas
Toda vez que como ya lo ha establecido la Corte, dichos permisos son
Inconstitucionales y representan un Fraude a la ley, y cuyo mejor ejemplo lo
tenemos, con el permiso otorgado por la Comisión Reguladora de
Energía el 10 de enero de 2002, con el número E/205/AUT/2002, a
Iberdrola Energía de Monterrey S.A., para generar 619.3 MW en la
modalidad de ¡Autoabastecimiento!, y que, juntando la generación
total de “sus” plantas (2.193 MW de potencia) la colocan como el
mayor generador privado del país. Iberdrola tiene ya mayor capacidad
instalada, y "vende" más energía al servicio público que la
propia LyFC.
4.- La clase obrera y el pueblo en la diputa
por la Nación
Ante el inmenso reto planteado por las fuerzas reaccionarias y las clases
explotadoras, de entrega descarada de nuestros recursos naturales y
energéticos, en abierta sumisión a los designios imperiales de los
Estados Unidos, los trabajadores y la población mexicana, junto con el
Sindicato Mexicano de Electricistas y las diversas organizaciones
patrióticas y democráticas, entre ellas, sin duda alguna, el
Movimiento 27 de Septiembre y el Frente de Trabajadores de la Energía,
estaremos vigilantes y dispuestos a defender lo más sagrado que poseemos,
la raíz misma de la Patria: Nuestros derechos de Clase y la
Soberanía Nacional.
Ciudad de México, 9 de julio de 2002.
Movimiento 27 de Septiembre del SME
Frente de Trabajadores de la Energía, de México
Responsables de la publicación:
José Manuel Pérez Vázquez, comisión política del FTE, frente@fte-energia.org;
Juan Carlos Escalante, comisión de energía del FTE, prensa@fte-energia.org
¡No a privatización Eléctrica!
¡Sí a Integración Industrial! FOTO:
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