La transnacional minera Esperanza Silver de México S.A. de C.V. pretende explotar una mina de oro en las proximidades a la zona arqueológica de Xochicalco, en el municipio de Temixco, Morelos. Diversas organizaciones locales se oponen. El FTE rechaza ese criminal proyecto.
Al menos 20 organizaciones sociales, la mayoría
estatales, se oponen a que la empresa mexicana-canadiense Esperanza Silver de
México SA explote una mina de oro en dos cerros del poblado de San
Agustín Tetlama, municipio de Temixco, con el argumento de que
devastará el medio ambiente y afectará la zona arqueológica
de Xochicalco (Morelos E., Gómez C., en La Jornada, p.36, 20 feb
2013).
En una carta abierta dirigida a Juan José Guerra Abud, titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), con copia al presidente Enrique Peña Nieto y al mandatario estatal, Graco Ramírez Garrido Abreu, advierten que la minera pretende emplear el sistema de tajo abierto, que utiliza cianuro en sus procesos. Entre las agrupaciones firmantes figuran el Consejo de Pueblos de Morelos en Defensa del Agua, la Tierra y el Aire, la Asamblea Nacional de Afectados Ambientales, Comunidad de Alpuyeca, la Federación de Asociaciones de Colonos del Estado de Morelos, la Corriente Crítica de Trabajadores de la Cultura de Morelos, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, el Frente Amplio Opositor a Minera San Xavier y la comunidad potosina de Cerro de San Pedro. Indicaron que el área de explotación (696 hectáreas de los cerros El Jumil y Colotepec) se encuentra a sólo 500 metros de la zona arqueológica de Xochicalco, pero el gobierno federal concesionó a Silver México 15 mil hectáreas. Ante el “inminente peligro de destrucción ambiental”, académicos especialistas en geología, hidrología, flora y fauna de la Universidad Nacional Autónoma de México y de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos presentaron el 7 de febrero sus observaciones a la manifestación de impacto ambiental de la mina Esperanza ante la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental de la Semarnat. Asimismo solicitaron rechazar el proyecto de la minera, que “impactaría directa e indirectamente la vida silvestre y especies amenazadas y en peligro de extinción; asimismo, causaría un grave impacto al entorno de la zona arqueológica de Xochicalco, declarada patrimonio de la humanidad”. Arbitrariedades gubernamentales Otra vez, la secretaría de economía
otorgó una concesión minera sin siquiera revisar donde se pretende
hacer la explotación mineralúrgica. La secretaría del medio
ambiente vuelve a eludir sus responsabilidades. Otras dependencias
también han sido omisas.
La minería transnacional es sinónimo de saqueo, en este caso de oro, pero también de destrucción, afectación al ambiente, a la salud de la población y al patrimonio arqueológico. Xochicalco es una zona emblemática del México prehispánico, centro de observación astronómica y sitio que congregó a los estudiosos del calendario mesoamericano. Explotar una mina a cielo abierto, a unos cuantos metros de la zona arqueológica, significaría destruirla en unos cuantos días. Con los explosivos diarios, en breve tiempo sería demolido el patrimonio cultural milenario. Eso solo podría equipararse a un crimen de lesa humanidad. El FTE exige al gobierno federal la cancelación, total y definitiva, de la concesión minera transnacional que, además de destruir el patrimonio arqueológico colectivo, solamente traería devastación y pobreza en la región mientras se extraería impunemente la riqueza que sería exportada. Fuente: 2013, elektron 13 (52) 1-2, 22 febrero 2013, FTE de México. Pirámide Quetzalcóatl en Xochicalco, parte del patrimonio cultural de los mexicanos. ¡Alto a la minería transnacional! ¡NO al crimen arqueológico!
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