Pemex es la petrolera más rentable del mundo pero opera con pérdidas, consecuencia de la depredación fiscal. Entrega el 55% de sus ingresos al fisco y financia al Estado y gobiernos en turno. De acuerdo al estado de resultados Pemex entrega a Hacienda más de lo que gana y mientras más gana más pierde.
Una vez más, en la prensa diaria se da cuenta de la
importancia financiara de la paraestatal petrolera mexicana.
En 2012 Petróleos Mexicanos (Pemex) pagó al fisco 55 centavos por cada peso de ingresos obtenidos por sus operaciones, incluida la reventa de productos como gasolina y gas, natural y licuado de petróleo (LP), revelan informes financieros preliminares enviados por la empresa a la Secretaría de Hacienda (Cardoso V., en La Jornada, p.32, 20 feb 2013). La información anticipada indica que su ingreso corriente se elevó a un billón 933 mil 711 millones de pesos, un crecimiento de 9.9 por ciento respecto de 2011. Sin embargo, la carga fiscal descontó un billón 67 mil 767 millones de esos recursos, lo que es equivalente a 55 por ciento del total. Con esto sumó cuatro años consecutivos de pérdidas que en conjunto suman 163 mil 696 millones de pesos, cifra equivalente a un punto porcentual del producto interno bruto (PIB) de 2012. De acuerdo con las cifras financieras emitidas por Pemex, la empresa logró un balance operativo superavitario por un billón 383 mil 757 millones de pesos. Esto resulta de un ingreso corriente por un billón 933 mil 711 millones de pesos, menos gastos de operación que se elevaron a 549 mil 954 millones (compuestos por 397 mil 214 millones de “mercancía para reventa”, gastos en servicios personales por 75 mil 707 millones; 75 mil 328 millones de un concepto acreditado como “otros”; “otras erogaciones” por 3 mil 59 millones y pérdidas por “operaciones ajenas” de mil 354 millones). Descontado el gasto de inversión presupuestal, es decir, el pago de compromisos derivados de los proyectos conocidos como Pidiregas por 311 mil 499 millones, Pemex obtuvo un balance primario antes de impuestos, derechos y aprovechamientos de un billón 72 mil 258 millones. Luego enteró a la Secretaría de Hacienda un billón 67 mil 797 millones, con lo que la petrolera sólo obtuvo un balance primario por 4 mil 491 millones de pesos. Mil 460 días con pérdidas (sic) La petrolera mexicana
terminó 2012 con un “balance financiero” final negativo en
33 mil 974 millones de pesos.
Con el resultado al cierre del año pasado, Pemex completó cuatro años de pérdidas (sic) constantes. Pemex perdió 33 mil 974 millones en 2012; 39 mil 519 millones en 2011; 58 mil 134 millones en 2010 y 32 mil 69 millones en 2009. “Pérdidas” deliberadas Las “pérdidas” de Pemex no son
reales y, al mismo tiempo son cada vez mayores a las arriba reportadas. En 2012,
obtuvo más utilidades que el año anterior. Lo que ocurre es que
“pierde” porque la estructura fiscal es depredatoria. Mientras
más gana el gobierno más le quita. De hecho, Pemex llega a pagar a
la secretaría de Hacienda más de lo que gana. Lo siguiente
quedó de relieve en 2011 (y, también en años anteriores).
Ese año Pemex “perdió” 91 mil 483 millones de pesos.
Esa vez, los ingresos totales fueron de 1 billón 558 mil 429, habiendo
entregado a Hacienda el 56.2%.
Estado de resultados al 31 de diciembre de 2011 (en millones de pesos)
Fuente: Pemex, Anuario Estadístico 2012.
En la apariencia contable, Pemex tuvo pérdidas. En realidad tuvo ganancias pero entregó a Hacienda más de lo que obtuvo. En la información final correspondiente a 2012 sucederá lo mismo pero aumentado porque Pemex logró mayores rendimientos. Con esa estructura fiscal no existe en el mundo ninguna petrolera que pueda resistir. El gobierno en turno promueve una reforma fiscal que podría modificar lo anterior pero no en beneficio de Pemex sino en su contra. El gobierno sabe bien que las transnacionales no aceptarían ese régimen fiscal tan desfavorable. Entonces, en vez de favorecer a Pemex lo harán con las transnacionales, modificando el actual régimen fiscal para hacer más atractiva la privatización de las funciones estratégicas actualmente a cargo de Pemex. Por esa vía, también se haría la transferencia de la renta petrolera. Obviamente, Pemex aportaría menos a Hacienda. La diferencia se obtendría vía el aumento de impuestos. En breve descripción, las reformas fiscal y energética serán el mecanismo para que los costos de la privatización energética los pague la población. No hay ninguna bondad en esas propuestas. Los hechos desmienten al discurso falso del gobierno. La privatización de Pemex significaría la destrucción del patrimonio nacionalizado y el favorecimiento de la acumulación privada de capital transnacional. Es un proyecto explícitamente contra la nación. Fuente: 2013, elektron 13 (51) 1-3, 21 febrero 2013, FTE de México. Vista costa afuera de Pemex, un atractivo paraíso para las corporaciones transnacionales. El gobierno en turno y partidos políticos traicionan a la nación Esta página es construida por trabajadores del sector energía.
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