Volumen 13, Número 242, febrero 15 de 2013 |
Explosión por acumulación de gas
Fue el metano y es presunto
culpable hasta que se demuestre lo contrario. Así lo determinó la
Procuraduría General de la República, al informar sobre las causas
del fatal accidente en el complejo administrativo de Pemex. ¿De
dónde salió ese gas, cómo llegó allí? Nadie
sabe, nadie supo y nadie
sabrá.
Acumulación de gas metano
Tras varios días de ocurrido el mortal
siniestro en un edificio de Pemex, el gobierno federal en turno omitió
informar sobre las causas. No especular dijo Peña Nieto y repitieron
todos sus colaboradores. Ahora, ante los medios, se dijo que el culpable fue el
gas metano, el mismo que en 1995 los diputados consideraron que NO era
hidrocarburo y reformaron la ley petrolera para privatizarlo. Ahora, ese mismo
gas, es un presunto culpable del homicidio culposo.
La causa del
siniestro en el edificio B-2 de la Torre de Petróleos Mexicanos (Pemex)
fue una acumulación de gas metano o natural en el sótano,
informó el titular de la Procuraduría General de la
República (PGR), Jesús Murillo Karam, quien aclaró que
aún no se puede determinar si el hacinamiento del fluido gaseoso fue
provocado, si derivó de un acto de negligencia humana o si fue un hecho
fortuito (Méndez E., en La Jornada, p.3, 5 feb
2013).
‘‘Lo único que puedo decir, por ahora, es que
la explosión fue por gas acumulado’’, señaló el
procurador. ‘‘En la investigación que vamos a hacer se
habrá de determinar si hubo responsables o si fue un
accidente’’, puntualizó Murillo Karam.
En una
conferencia de prensa el titular de la PGR, acompañado por el secretario
de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong; el de Energía,
Pedro Joaquín Coldwell; el director de Pemex, Emilio Lozoya, y el
subprocurador de control regional, Alfredo Castillo, dio a conocer los primeros
avances de la
indagatoria.
Estallido difuso, lento y horizontal
El procurador indicó que la
acumulación de gas en el sótano del edificio B-2 propició
un efecto de explosión que derrumbó las losas; sin embargo,
explicó que el estallido fue ‘‘difuso, lento y
horizontal’’.
Expuso que ‘‘no existe un
cráter en ningún lugar, como los que causan los explosivos; las
vigas de acero no se fracturan en un estallido difuso, mientras que en una
explosión focalizada sí se fracturan en lugar de
doblarse’’.
Agregó que no se encontraron residuos de
explosivos y que en pruebas de laboratorio se determinó que no se
utilizaron estos materiales en la zona afectada. Asimismo, indicó que en
las estructuras dañadas no existen rastros de fuego.
Este lunes (5
feb) terminaron cinco días de vacío informativo, que generó
entre jueves y lunes infinidad de rumores, especulaciones y versiones
extraoficiales sobre las posibles causas de la explosión, que hasta ayer
había provocado la muerte de 37 personas y más de 100
lesionados.
Visiblemente molesto por todas esas versiones no oficiales
que provocaron infinidad de críticas (sobre todo en redes sociales) a los
gobiernos federal y capitalino, Murillo Karam justificó la tardanza en
dar a conocer los resultados de los peritajes, ante la complejidad
técnica que implicó para los especialistas realizar los
análisis periciales correspondientes en una zona siniestrada.
‘‘Fue un evento complejo, que requirió un análisis de
ingenieros estructuralistas muy detallado’’,
dijo.
Se descarta el uso de explosivos
El procurador, responsable de la investigación,
precisó que el estallido, según los peritajes de la indagatoria,
ocurrió cuando el gas hizo contacto con una fuente de calor.
También mencionó que otro indicio que descarta el uso de
explosivos es que los cuerpos de las 37 víctimas mortales no presentan
desmembramiento ni daño alguno en los
oídos.
‘‘Sólo tres trabajadores de una empresa
de mantenimiento (aparentemente Copicosa) son los únicos que presentan
quemaduras, aunque en este caso dichas lesiones se explican porque estaban cerca
de un gas’’, sostuvo. Otro detalle que hizo notar el procurador es
que cuando se usan explosivos todos los vidrios de un edificio se resquebrajan,
situación que tampoco ocurrió.
Asimismo, indicó que
en la zona donde ocurrió la explosión se encuentran los pilotes
del edificio B-2, y en ella estaban los trabajadores de la empresa de
mantenimiento, sin tener iluminación alguna.
Comentó que
el jefe de la cuadrilla refirió que usaban un contacto en el techo para
poder iluminar esta zona en su jornada de labores. Tampoco había
ventilación y es precisamente donde se acumuló el
gas.
Precisó que la investigación no es un caso cerrado y
la PGR va a indagar todos los contratos de las empresas que prestan servicio a
Pemex para señalar si hubo
negligencia.
Persisten las dudas
Según dijo el gobierno federal, fueron contratadas
empresas especializadas extranjeras, colaboró la UNAM y también
Pemex. Los especialistas de la paraestatal serían los más
confiables debido a su amplia experiencia. Pero, la percepción general es
de duda, no hay un reporte técnico justificado que se haya dado a
conocer, todo indica que se trata solo del manejo político que el
gobierno quiere dar.
Según Murillo, la causa del
“accidente” fue la acumulación de gas metano en el
sótano y el estallido “ocurrió cuando el gas hizo contacto
con una fuente de calor” (sic). ¿Cómo cuál?
El
gobierno ha presentado la información enfatizando la dicotomía
explosión-explosivos, considerando excluyentes a ambos e
inclinándose por una explosión debida al gas.
Según
la PGR hubo un “efecto de explosión” pero no explosivos.
¿Qué ocurrió, entonces, porque nadie percibió el olor
a gas? ¿Cómo fue que se derrumbaron algunos pisos del edificio pero
no hubo fuego? La respuesta es que los cuerpos de las 37 víctimas
mortales no presentan desmembramiento ni daño alguno en los oídos,
solo los contratistas presentan quemaduras, aunque en este caso dichas lesiones
se explican porque estaban cerca de un gas (sic).
Tratando de aclarar,
Murillo explicó que “cuando se usan explosivos todos los vidrios de
un edificio se resquebrajan, situación que tampoco ocurrió”.
Bueno, no fueron rotos todos los vidrios, nomás poquitos; tampoco
murieron todos los trabajadores que estaban a punto de salir, nomás
37.
Acerca de los contratistas, Murillo dijo que “estaban
trabajando sin tener iluminación alguna”. Tampoco había
ventilación y es precisamente donde se acumuló el gas. Si eso es
cierto, lo menos que puede decirse es que se trata de una vergüenza. En la
principal industria mexicana los contratistas trabajando a oscuras. Sorpresa no
es, en Fukushima, durante los primeros momentos de la emergencia nuclear los
trabajadores también estuvieron varias horas a oscuras tratando de
enfrentar el desastre.
Ocultan información
No especulen equivale a no pregunten y menos
opinen. Esa es la característica del gobierno priísta. En este
contexto, es lamentable que el sindicato petrolero (STPRM) se encuentre,
literalmente, desaparecido y entre escombros.
Las víctimas eran
trabajadores sindicalizados y los técnicos especializados también
lo son. Pero la docilidad sindical los mantiene callados.
En Pemex lo que
hubo fue un homicidio industrial, cualesquiera haya sido el agente. No obstante
tratarse de un centro administrativo, por ser parte de una industria
estratégica, todas sus instalaciones lo son y están sujetas a la
aplicabilidad de las normas de seguridad industrial y seguridad física,
mismas que no se cumplieron.
La antinacional política petrolera,
seguida al menos en las cuatro últimas décadas, ha llevado a que
Pemex esté corroída por el contratismo. Decenas de miles de
contratistas de todo tipo tienen el “control” de la paraestatal,
siempre laborando en condiciones infames, incluso en la oscuridad como
reportó Murillo Karam.
En la ocurrencia de
“accidentes” siempre existen causales, por ello se hacen
análisis de riesgos previos, esos eventos no ocurren solos ni salen de la
nada. En el sótano del B2 no existe ni ha existido ninguna
instalación que utilice gas ni menos que lo produzca. Si así
fuera, existen normas de cumplimiento obligatorio. Estas pueden alterarse pero
no había dónde aplicarlas. En esa área no funcionaba
ningún sistema con propósitos de suministrar ventilación o
aire acondicionado.
¿Cómo fue, entonces, que se produjo la
“acumulación” del gas? ¿Qué tanta
concentración del mismo había en el sótano? Seguramente era
apreciable y ¿por qué no se detectó? El metano es inodoro, ha
dicho funcionarios. Sí, pero no cuando se usa en instalaciones
administrativas o domésticas pues por norma se adiciona un odorante,
precisamente para detectar su presencia. En tan importante industria, ¿no
existen detectores apropiados?
¿Quién les dijo que fue gas
metano, cómo supieron? No lo han explicado, probablemente, lo suponen. Al
parecer, la PGR excluye que hubo onda de choque. El estallido (sic) fue
‘‘difuso, lento y horizontal’’ (sic), dijo el
procurador. ¿Entonces, de dónde salió la fuerza, en varias
direcciones, que alcanzó a derrumbar paredes, plafones y tapas
metálicas produciendo cientos de toneladas de escombros?
Lo
más importante, ¿de dónde salió ese gas
mortífero, quién lo llevó allí, cómo fue que
llegó? Al respecto, el gobierno dice que no
sabe.
¿Dónde estaban los servicios especiales de Pemex,
siempre atentos a vigilar ultranza a los trabajadores, que ahora no vieron a
entrar a ese extraño gas? ¿Que cuidan las fuerzas militares?
¿Cómo es que la administración en turno permite laborar a
miles de trabajadores en esa trampa
mortal?
Quieren demoler a Pemex
No solamente el contratismo es dañino a Pemex, lo es
también la administración en turno y los aparato del Estado
encargados de la seguridad física e industrial en Pemex.
Tratando
de salir al paso de las “especulaciones”, el gobierno está
ahora en peores condiciones. Tiene la obligación de explicar el origen
del gas metano. ¿Con qué explicación saldrá? En 1995,
cuando los diputados aprobaron las reformas a la Ley reglamentaria del
artículo 27 constitucional en el Ramo del Petróleo, acordaron que
el gas metano NO es un hidrocarburo y, por tanto, no forma parte de la industria
petrolera y debía privatizarse. Hoy, el transporte, distribución y
almacenamiento de gas natural y gas LP está en manos de unas cuantas
corporaciones encabezadas por Gas Natural de España, habiéndose
repartido al territorio nacional en 14 regiones geográficas, según
acordó la Comisión Reguladora de Energía.
¿El
susodicho metano, presunto culpable del homicidio industrial, será
procesado o exculpado? No extrañaría que el
“accidente” haya sido producido (oficialmente) por ese metano, de
antemano sospechoso, pero podría ser también un explosivo
plástico tendiente a demoler el B2, acción que no les salió
bien no obstante el alto costo en vidas humanas. Esas explosiones
“difusas” han derrumbado edificios completos. Claro que eso
jamás lo dirían.
Pero la gravedad del homicidio es mayor
porque, de lo que se trata es de demoler a la industria petrolera nacionalizada.
Pemex está en serio peligro y, de ello, no es responsable el tal metano
sino la política antinacional y entreguista de Peña, Videgaray y
socios.
Fuente: 2013, elektron 13 (36) 1-4, 6 feb
2013.
Destrucción en el mezanine del edificio B2 de Pemex FOTO: Topos
Destrucción en el sótano del edificio B2 de Pemex FOTO: F. Olvera
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