Volumen 13, Número 241, enero 30 de 2013 |
Corte libera a secuestradora francesa
Con el argumento de fallas en el “debido proceso” y respeto a los derechos humanos, la Suprema
Corte de Justicia otorgó la libertad inmediata a la ciudadana francesa
Florence Cassez, comprobada secuestradora señalada por sus propias
víctimas y juzgada por instancias judiciales mexicanas. El caso es
bochornoso, la Corte simula justicia y ampara a
delincuentes.
Amparo libre y llano a delincuente
En una decisión inesperada, la
primera sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN)
ordenó –sin tomar en cuenta a las víctimas de
secuestro– la libertad inmediata (por tres votos a dos) de la ciudadana
francesa Florence Cassez, con el argumento de que el montaje televisivo de su
detención, realizado por el gobierno mexicano, generó la
destrucción del principio de presunción de inocencia, la
imposibilidad de que tuviera una defensa adecuada y quedara en la más
absoluta indefensión ante la justicia mexicana (Aranda J., Castillo G.,
en La Jornada, p.3, 24 ene 2013).
Ninguno de los cinco ministros se
manifestó o debatió sobre la inocencia o culpabilidad de la
francesa. Ayer sólo fijaron postura en torno a si se violaron los
derechos humanos de Cassez y si debía dejársele en libertad o
dictarle una nueva sentencia.
Arturo Zaldívar, Alfredo
Gutiérrez Ortiz Mena y Olga Sánchez Cordero votaron en favor de
conceder el amparo liso y llano, al considerar que la vulneración a los
derechos humanos de la quejosa fueron tan graves, que generaron un efecto
corruptor en todo el proceso.
Trascendió que la estrategia de
Sánchez Cordero para favorecer lo más posible a Cassez
funcionó y que su postura en favor de liberar a la acusada
–sentenciada a 60 años de prisión por el delito de
secuestro– tuvo un apoyo que ella misma no esperaba.
No podemos
soslayar que este asunto trasciende el ámbito doméstico y exige el
cumplimiento del debido proceso legal, como la forma más adecuada con que
el Estado mexicano responde a la violación a los derechos humanos de toda
aquella persona que se encuentre en su territorio sujeta a proceso penal,
indicó por su parte Sánchez Cordero.
Visiblemente
emocionada y a sabiendas de que con su voto se terminaría un litigio de
más de siete años –que incluso afectó las relaciones
diplomáticas entre México y Francia durante todo el sexenio de
Felipe Calderón–, Sánchez Cordero señaló: No
paso por alto también, y hay que decirlo, mi empatía hacia las
víctimas, a quienes manifiesto mi más sincera solidaridad. No
puedo dejar de considerar que los principales derechos de las víctimas
son el derecho a la verdad y la
justicia.
Cinismo de ministros corruptos
Enseguida, la nación asistió a un
espectáculo bochornoso transmitido por la televisión privada. La
secuestradora fue liberada de inmediato. La esperaban diplomáticos de la
embajada francesa que tenían listo el siguiente vuelo de Air France para
trasladarla a Paris.
Llegó como cantante pop, fue recibida con
aclamaciones y hasta recibida en sesión solemne por el gobierno galo. Se
sucedieron declaraciones de la “heroína”. “La Corte me
declaró inocente”, dijo. La sentencia de la Corte no implica la
inocencia, explicaron los juristas. De hecho, la Corte no se pronunció al
respecto, lo omitió para favorecer a Cassez.
No obstante haber
sido sentenciada previamente, habiendo sido encontrada culpable de secuestro y
asociación delictuosa, y con las pruebas presentadas por las
víctimas, la Corte omitió toda culpabilidad y se refirió
solamente a los procedimientos, argumentando fallas en el llamado “debido
proceso” y respeto a los derechos humanos.
Se trata de basura
jurídica. Los ministros se basan en los procedimientos para impartir
justicia, no en las leyes ni en los hechos. Si estos no fueran fehacientes
podría discutirse el caso pero no es así sino a la inversa, las
pruebas son contundentes en contra de la francesa.
Si se trata de
respetar sus derechos humanos, el cuestionamiento a la Corte es mayor. La Corte
respeta los derechos de los delincuentes pero no los de las víctimas.
¿Acaso als víctimas carecen de derechos humanos?
Sin embargo,
no solo las víctimas fueron ofendidas sino la nación misma. La
consigna de defender los derechos humanos que Peña ha indicado a
militares, policías y jueces es simple demagogia. En el presente caso, la
consigna de Peña fue liberar a la secuestradora, los ministros solamente
le dieron forma jurídica tramposa, para agradar al capital transnacional
francés.
Esa es la justicia que se imparte en México. Esos
son los ministros que integran a la máxima instancia de justicia. La
experiencia no es la primera, siempre ha sido así. Por supuesto, se trata
de una burla a la nación. Esta tendrá que acabar con esos aparatos
y esas políticas nefastas. ¿Cuándo será? Cuando la
mayoría nos decidamos a actuar organizadamente y con una política
independiente.
Fuente: 2013, elektron 13 (25) 25 de enero de 2013,
FTE de México.
La tremenda Corte en sesión
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