Volumen 13, Número 241, enero 30 de 2013 |
Peñistas ofertan a Pemex en Davos
Una delegación de alto nivel,
encabezada por Luis Videgaray, secretario de hacienda, y Emilio Lozoya, director
de Pemex, asiste al Foro Económico de Davos para ofertar entre los
grandes capitalistas del orbe la privatización de Pemex, insistiendo en
que no es privatización sino
modernización.
Vendedores de lo ajeno
El director general de Pemex, Emilio Lozoya Austin,
señaló que los cambios que tendrán lugar en la paraestatal
buscarán su modernización, para que sea una empresa más
competitiva y productiva, lo que no significa que se privatizará, ya que
seguirá siendo una entidad pública y los hidrocarburos
seguirán siendo propiedad de la Nación (Notimex, en La Jornada en
internet, 24 ene 2013).
Al participar en el encuentro de directivos de
empresas de petróleo y gas, y en la reunión "Energía para
la Sociedad", dentro del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, Lozoya
Austin resaltó la importancia de transformar a Petróleos Mexicanos
(Pemex) para que brinde mayores beneficios a la sociedad
mexicana.
Afirmó que Pemex debe ser parte fundamental del impulso
para fortalecer la economía y fomentar la inversión y la
productividad, la cual, dijo, es la mejor herramienta en el combate a la pobreza
y en la generación de empleos.
Asimismo, puntualizó que en
este nuevo capítulo de la vida de Pemex, la empresa tendrá una
mayor presencia a nivel mundial, con capacidad para competir en un contexto
global cumpliendo con los más altos estándares de la industria
petrolera.
Se anunció que el titular de Pemex sostendrá
reuniones bilaterales con el ministro de Energía de Noruega, Borten Moe,
así como con los directores generales de Petrobras, Maria de las Gracas
Silva Foster; Lukoil, Vagit Alekperov; Saudi Aramco, Khalid A. Al-Falih, y Peter
Vosel, de Shell, entre otros.
Es privatización, lo digan o no
A Davos también
asistió Luis Videgaray, secretario de hacienda de Peña Nieto. El
objetivo es el mismo que el de Lozoya: ofertar en ese Foro la
privatización de Pemex, llámenle
“modernización” o “apertura
privada”.
¿Porque el gobierno de Peña Nieto y
políticos del PRI niegan que vaya a haber
“privatización” de Pemex, cuando ofertan abiertamente la
participación privada en la paraestatal? Seguramente porque, así
como hablan de torpezas conceptuales, desconocen los mecanismos de las
privatizaciones que impulsan los principales centros neoliberales.
Reiteradamente han dicho que el Estado “seguirá siendo el
dueño del petróleo”. Fabio Beltrones ha declarado, incluso,
que “EL Estado es el dueño absoluto (sic) del
petróleo”. Nada más falso, los hidrocarburos en
México NO son del Estado, son de la nación. No obstante,
Peña y socios creen que son del gobierno (sic) en turno. Se trata de una
deliberada falsedad.
¿Qué quieren decir cuando hablan de
“modernización? Según sus propios argumentos para que Pemex
sea “una empresa más competitiva y productiva”. ¿Eso
quiere decir que actualmente la paraestatal no es productiva ni competitiva?
¿Cómo no va ser productiva si contribuye con más del 40% de
sus recursos al financiamiento del Estado y gobiernos en turno? ¿Como no va
ser competitiva si el costo de extracción del barril de petróleo
es de 5.2 dólares y el precio de exportación (en este momento) es
de 106 dólares?
Los argumentos de Lozoya, entonces, no se
sostienen. Si por “modernidad” entendieran lo nuevo, lo que antes no
existía, no hay ninguna novedad salvo en el régimen de propiedad.
Lo nuevo es que Pemex dejaría de ser de propiedad nacional para volverse
de propiedad privada, así sea parcialmente, mediante una
asociación público-privada o por la inversión privada en
las actividades constitucionalmente estratégicas a cargo exclusivo de
Pemex.
La “modernización”, entonces, es
privatización. Lozoya y demás reiteran que no. Seguramente piensan
en el nivel obsoleto, según el cual privatizar consiste solamente en
vender. Así fue en un principio, lo hizo Miguel de al Madrid en los
80’s. Pero pronto, los neoliberales profundizaron la política y
para apoderarse de los sectores estratégicos idearon otra fórmula
muy efectiva.
A los privatizadores NO les interesa comprar ninguna planta
industrial envejecida. Es decir, no quieren la transferencia de la propiedad
existente sino de la nueva. Entonces, prefieren que se les transfieran las
funciones estratégicas de los procesos de trabajo, para luego realizarlas
con la nueva infraestructura de su propiedad totalmente privada.
Esta
fórmula es muy exitosa para el capital transnacional. Un ejemplo es la
(ex) industria eléctrica nacionalizada. Con el mecanismo antes descrito
ya fue desnacionalizada, el 52% está ya privatizado. Eso mismo quieren
con Pemex.
El proceso está muy avanzado. En 2008, la
contra-reforma energética profundizó lo iniciado en 1994 de
acuerdo a las “definiciones” energéticas del TLC con
América del Norte. Esta vez, Peña Nieto y socios pretenden la
desnacionalización de Pemex, aunque siguiera manteniendo el mismo
nombre.
Por lo demás, el discurso de Peña Nieto es el mismo
de Salinas, Zedillo, Fox y Calderón. Es el mismo discurso del sabio
Tontonelo, al que repiten dogmáticamente.
Fuente: 2013,
elektron 13 (24) 1-2, 24 de enero de 2013, FTE de México.
La “modernidad” según Peña y Videgaray
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