Huelga Regional en Perú
El gobierno neoliberal de Alejandro Toledo suspende la
privatización eléctrica en el sur de Perú. El pueblo
movilizado de Arequipa impidió el atraco con el apoyo de otros pueblos.
¡La lucha continúa! Varios frentes regionales están en pie de
lucha.
La decisión del gobierno neoliberal de
Perú de privatizar dos empresas eléctricas en el sur,
desató violentas protestas y ha puesto entredicho la gobernabilidad del
país. En Arequipa, el pueblo encabezado por su alcalde enfrentan al
gobierno, éste impone el toque de queda, el pueblo lo desafía, se
moviliza y triunfa. De acuerdo con la Declaración de Arequipa,
el gobierno se vió obligado a "suspender todos los actos del proceso de
privatización de Egasa y Egesur, incluyendo los conducentes a la firma
del contrato, mientras no se cuente con el fallo definitivo del Poder Judicial y
demás organismos jurisdiccionales" La empresa transnacional
Tractebel, que había comprado a Egasa y Egesur, comunicó al
gobierno que no suscribiría el contrato hasta que resuelva el poder
judicial peruano. El ministro del interior renunció de inmediato. Las
Comisión de Alto Nivel del gobierno de Toledo, presidida por el arzobispo
de Arequipa, que participó en las negociaciones, pidió disculpas
al pueblo. Arequipa dió una lección al gobierno. El alcalde,
Juan Manuel Guillén, afirmó que el compromiso del gobierno que
preside es “Paralizar todo el proceso de privatización, es decir,
dejar sin efecto la venta de EGASA y EGESUR” Después del paro
realizado el 14 de mayo, el gobierno arrogante contestó: “de todas
maneras habrá privatización” El gobierno de Arequipa se
amparó reclamando el 51% de las acciones de Egasa para el gobierno
regional, presentando inmediatamente una medida cautelar para detener el proceso
de privatización. El juez del noveno Juzgado de Instrucción de
Arequipa ordenó la no privatización de Egasa y Egesur.
“No se detendrá la privatización”, dijo el
gobierno. Egasa y Egesur no pertenecen a regiones, agregó, y
vendió en 167 millones de dólares las empresas eléctricas
del Sur. Arequipa mantuvo la protesta en medio de violentas jornadas. El 16
de junio, Toledo puso a Arequipa bajo el control del ejército y
decretó el estado de emergencia imponiéndose el
toque de queda desde las 10 de la noche a las 5 de la mañana.
La respuesta del pueblo fue inmediata. En el Aeropuerto de Arequipa se
suscitaron enfrentamientos y se suspendieron vuelos. En Tacna hubo
enfrentamientos con la policía; en adhesión violenta el pueblo
destrozó locales públicos, bancos y cabinas telefónicas.
Puno anunció huelga indefinida en solidaridad con Arequipa. Los
estudiantes tomaron locales en Cusco con gran tensión en la Ciudad
Imperial. El gobierno neoliberal ofreció apoyos económicos
para Arequipa. Luego, designó a una Comisión de Alto Nivel para
salir de la crisis. Entretanto, el pueblo arequipeño desafió el
estado de sitio con “cacerolazos” y manifestaciones
antigubernamentales. A su llegada a Arequipa, la Comisión de Alto
Nivel fue recibida a pedradas. El alcalde Guillén aceptó dialogar
bajo tres condiciones: 1) Suspender la privatización de Egasa y Egesur,
2) Levantar el Estado de Emergencia y, 3) Desagraviar al pueblo
arequipeño. Con los métodos favoritos de los neoliberales, en
una encuesta el 74.8% se manifestó contra la privatización
eléctrica, el 70.5% desaprobó al gobierno de Toledo. Algunos
políticos pidieron suspender la privatización. La CGTP
exigió levantar el estado de emergencia. El pueblo de Arequipa, en la
Plaza de Armas, volvió a desafiar el estado de emergencia y reitero el
rechazo a la privatización. Esta vez, los arequipeños enfrentaron
al ejército y a la policía, quienes utilizaron gases
lacrimógenos contra los manifestantes. Toledo se equivocó porque
Arequipa jamás ha aceptado las imposiciones ni se ha doblegado ante la
fuerza pública. El movimiento en el sur se extendió enseguida.
Paro de 24 horas en Moquegua, paro total en el Altiplano, violentos choques en
las calles de Tacna, paro de 48 horas en Cusco. 108 alcaldes en huelga de hambre
por el rechazo del Congreso a tratar privatizaciones. La lucha del pueblo
peruano alcanzó un importante triunfo. El 19 de junio, el gobierno
suspendió la privatización. El ministro del interior
renunció en desacuerdo, otros propusieron replantear la
privatización, otros más insistieron en lo mismo. La transnacional
privada, Tractebel, paralizó las transacciones de compra. “Nos
ganamos el respeto” declaró Guillén. Puno y Juliaca se
mantuvieron en lucha, el Frente Patriótico de Tacna declaró que
seguiría en paro indefinido. Otros sectores de trabajadores
también están en lucha contra las privatizaciones, movilizados y
en huelga. Perú enfrenta al neoliberalismo con acciones decididas. Se
ha triunfado en Arequipa, el triunfo es de todos, pero la lucha no ha terminado.
El FTE de México, se congratula de la ejemplar lucha del pueblo
peruano, en defensa de su patrimonio económico y social colectivo.
Saludamos a los trabajadores y pueblos del sur de Perú y otras regiones
en lucha y expresamos nuestra solidaridad de clase. En Arequipa, el pueblo
está dando una lección al mundo demostrando hasta dónde es
capaz un pueblo, organizado y correctamente dirigido, de luchar por su
soberanía e independencia, en el presente caso en materia
eléctrica. El pueblo peruano triunfará y, ese triunfo,
será de todos los que estamos en lucha contra las privatizaciones
neoliberales y por el interés general de los pueblos del mundo. En
Perú, el pueblo organizado tendrá que ser gobierno, los
neoliberales han demostrado su alta incapacidad política y sometimiento
servil al imperialismo. Ningún problema social han resuelto y no deben
gobernar a ninguna Nación.
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