La Dimensión de Cuba
“Sí al Socialismo”, ha dicho el pueblo de
Cuba en extraordinaria lucha y jornadas memorables. Millones lo ratifican en las
calles, y con su puño y letra. Más de 8 millones firman en apoyo a
la modificación constitucional que declara irrevocable al
socialismo.
En Santiago de Cuba, en gigantesca Tribuna
Abierta, Fidel dijo que “Jamás el pueblo cubano ha sido y
jamás podrá ser doblegado” al denunciar al gobierno
norteamericano por el uso de métodos y concepciones nazis para dominar al
mundo. Esta movilización, realizada el 8 de junio de 2002, fue la
continuación de otras llevadas a cabo en diversas regiones de
Cuba. El presidente norteamericano, se excedió “fue grosero,
mintió y amenazó” al declarar que podría haber
ataques por sorpresa contra “los oscuros rincones del mundo” los
cuales, según Bush pueden ser objeto de sus "sorpresivos y preventivos"
ataques. Entre ellos se encuentra Cuba que, además, ha sido incluida
entre los que propician el terrorismo, según los yankis. Fidel
había advertido que, a W. Bush “le contestaremos todos” en
referencia al discurso que el norteamericano había pronunciado el 20 de
mayo en West Point con motivo de su “celebración” por los
cien años de la República colonial, la pseudorepública,
impuesta a Cuba en 1902.
Como dijo Fidel
así fue, Cuba contestó con la “unidad del pueblo”,
movilizado y partícipe en la toma de decisiones de la
Revolución. El 10 de junio, las organizaciones de masas de Cuba
aprobaron una propuesta de iniciativa de modificación constitucional,
según la cual, el socialismo es intocable. Con su tradición
mambisa y rebelde, como en los mejores tiempos de la Revolución, los
cubanos se desbordaron en una multitudinaria Marcha del Pueblo Combatiente. 36
horas después de haberse presentado la propuesta de reforma
constitucional, millones de cubanos, en la capital e interior del país
expresaron su contundente apoyo. En las montañas santiagueras
desfiló la dignidad de la Patria, la población guantanamera
tomó las plazas y las calles, lo mismo en Holguín, Pinar del
Río, Las Tunas, Camaguey, Cienfuegos y el resto del país.
Más de 8 millones dijeron “Sí, al socialismo” el 12 de
junio de 2002. Al comparecer ante la televisión cubana para valorar
la marcha, Fidel convocó al pueblo a firmar el proyecto de
modificación constitucional. Dijo Fidel que el proceso incluía
tres partes: “Uno, debatir públicamente la idea ante todo el
pueblo; dos, movilizar a la nación entera en apoyo a tan justa, digna y
contundente respuesta; tres, ofrecer a cada ciudadano con edad de votar y en el
pleno ejercicio de ese derecho, la posibilidad de suscribir y hacer suyo el
histórico proyecto” La dominación y el sistema
capitalista no volverán a Cuba, dijo Fidel en El Cacahual, en el mitin de
homenaje a Maceo y al Che, el 14 de junio. Allí mismo, con la firma de
Fidel, comenzó el pueblo cubano a suscribir la reforma constitucional.
Del 15 al 18 de junio, de punta a punta del archipiélago, el pueblo
acudió masivamente para reafirmar el socialismo en Cuba y defender las
conquistas de la Revolución. En menos de 24 horas, millones de hombres y
mujeres ya habían firmado en extraordinaria jornada
histórica. El 20 de junio, en acto solemne, 8 millones 188 mil 198
firmas fueron entregadas por Pedro Ross, secretario general de la Central de
Trabajadores de Cuba, a la Presidencia de la Asamblea Nacional del Poder
Popular. El 97.7% de la población dijo Sí al Socialismo. El pueblo
organizado dio la más enérgica respuesta al imperialismo.
Finalmente, los números ascenderían a 8 millones 198 mil 237
firmas. El 24 de junio, comenzó la sesión de la Asamblea
Nacional Popular convocada por el Comandante en Jefe. El 26 de junio, se
acordó que, en Cuba “El SOCIALISMO ES IRREVOCABLE”, por
unanimidad el parlamento aprobó la Ley de Reforma Constitucional.
Respuesta digna, resuelta y enérgica del parlamento de todos los cubanos,
expresó su presidente Ricardo Alarcón. “Respetamos
rigurosamente los derechos de los demás países, los nuestros deben
ser también respetados” dijo Fidel en la sesión
extraordinaria de la Asamblea Nacional Popular de Cuba. Grandes
repercusiones han tenido en el mundo los 27 días que han estremecido a
Cuba. Los medios han dado cuenta, numerosos análisis se han hecho y otros
están por venir. En referencia al presente y el futuro, Fidel
mencionó la Crítica al Programa de Gotha, aquellos apuntes sobre
el socialismo y el comunismo escritos por Marx en 1895, cuando la prensa
burguesa lo acusaba de “doctor terrorista rojo” achacándole
la autoría intelectual de La Comuna de Paris. En brevísima
síntesis, Fidel concibe al socialismo como una
sociedad solidaria, lo que entraña una visión
conceptualmente profunda y esperanzadora. Teoría y práctica se
fusionan en la revolución y, la historia que llevan a cabo los cubanos,
es una extraordinaria expresión para ejemplo del mundo. El pueblo
cubano y su dirección revolucionaria expresan las aspiraciones, los
sentimientos y pensamientos más profundos del proletariado en
lucha. Todos los filósofos, en veinte siglos de desarrollo
filosófico han interpretado al mundo, de lo que se trata es de
transformarlo, indicó Marx en la número 11 de las Tesis contra
Feuerbach. Eso es lo que está haciendo Cuba bajo la dirección
de Fidel y el Partido Comunista de Cuba. No solamente se trata de la
transformación social, se incluye a la naturaleza misma y, especialmente
a lo que Engels llamó “la más alta floración”
en referencia a la vida humana. En el siglo XX, la experiencia mostró
que no es posible el socialismo en un solo país, también que el
comunismo no estaba a la vuelta de la esquina. Sin embargo, en la historia de la
humanidad, han existido hombres y mujeres que han “jalado”
literalmente al mundo. Sin ellos, nuestro mundo no sería el mismo. Es el
caso, en nuestra época, de Martí, Fidel, Che, Lenin, Marx, Engels,
Ho Chi Minh y otros. Transformar a la sociedad implica transformar a la
naturaleza y viceversa, en la base del recurso más importante: el hombre,
en su dinámica vital y conciente. Transformar a la sociedad solamente
tiene sentido en tanto sirva para la existencia y convivencia solidaria del
“hombre nuevo”, como le llamaba el Che a las generaciones forjadas
por el socialismo. El hombre como especie es realmente joven, antes la
naturaleza ha existido fuera de nosotros, independientemente de nuestra
conciencia, y seguirá existiendo después de nosotros. Ahora
vivimos en un universo espacio-tiempo de cuatro dimensiones. Stephen
Hawking dice que no le es fácil imaginarse ese mundo tetradimensional, en
el cual, las 3 dimensiones espaciales están unificadas con la cuarta, el
tiempo. Hay quien ha propuesto teorías en más dimensiones, incluso
25, muchas veces muy matematizadas pareciendo que se oculta la materia. Hoy,
Cuba es otra dimensión. Esa nueva dimensión
está en la capacidad organizada del pueblo para hacer historia, una de
las actividades más características e importantes del ser humano.
Pero la historia que hacen los cubanos no es cualquier historia. Se trata de un
proceso concientemente asumido y dirigido, es un proceso socialista y
revolucionario. Hay una frecuencia coherente especial y un tipo de
energía colectiva, que unifica al pueblo con Fidel y viceversa. Esto
tiene la más alta importancia al considerar que la conciencia humana
implica una estructura material altamente organizada, y más si es
conciencia de clase. La Revolución Cubana tiene la dimensión de la
materia consciente en movimiento. La implicación es necesaria.
Durante el socialismo en Europa, hubo voces que indagaban el fondo de los
procesos históricos, tratando de entenderlos. Con el atraco de los
neoliberales, aquellas experiencias terminaron en “Los Bajos
Fondos”, no en la versión teatral de Stanislavski sino de los
traidores que se han quedado sin pensamiento y ni siquiera cerebro. Hablar
de la conciencia tiene que ver con el desarrollo del universo en su conjunto. Se
dice que está formado de cuerdas cósmicas, otros han dicho
que de texturas. Si el universo está hecho de texturas,
Cuba es una textura en evolución que se está desarrollando
y “jalando” al mundo hacia otra etapa. Su desarrollo no puede
ser automaticista ni menos espontaneo, y está más allá de
una aspiración puramente ética. El pensamiento de Fidel y
Cuba, la batalla de ideas, es la más firme respuesta al
“pensamiento cero” de los neoliberales empeñados neciamente
en “aplanar” la conciencia limándole a los pueblos todo filo
revolucionario. La trascendencia de la Revolución Cubana no solo
está en la experiencia actual sino en el futuro que proyecta. Orgullo, es
lo menos que deben sentir los cubanos. Orgullo y emoción, es lo menos que
sentimos los mexicanos, los que siempre hemos sido solidarios con la
Revolución Cubana, los que crecimos con el sueño de Fidel y el
Che, los que aún estamos defiendo la trinchera y levantando las banderas
rojas del proletariado en lucha.
¡Viva Cuba Socialista!
Marcha del pueblo de Cuba, en La Habana, en apoyo a la
reforma constitucional socialista FOTO:
www.granma.cu
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