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PERIODICO DEL FRENTE DE TRABAJADORES DE LA ENERGIA DE MEXICO
 Vol. 2, No.24         Junio 30 de 2002
La Dimensión de Cuba

“Sí al Socialismo”, ha dicho el pueblo de Cuba en extraordinaria lucha y jornadas memorables. Millones lo ratifican en las calles, y con su puño y letra. Más de 8 millones firman en apoyo a la modificación constitucional que declara irrevocable al socialismo.

 

En Santiago de Cuba, en gigantesca Tribuna Abierta, Fidel dijo que “Jamás el pueblo cubano ha sido y jamás podrá ser doblegado” al denunciar al gobierno norteamericano por el uso de métodos y concepciones nazis para dominar al mundo. Esta movilización, realizada el 8 de junio de 2002, fue la continuación de otras llevadas a cabo en diversas regiones de Cuba.

El presidente norteamericano, se excedió “fue grosero, mintió y amenazó” al declarar que podría haber ataques por sorpresa contra “los oscuros rincones del mundo” los cuales, según Bush pueden ser objeto de sus "sorpresivos y preventivos" ataques. Entre ellos se encuentra Cuba que, además, ha sido incluida entre los que propician el terrorismo, según los yankis.

Fidel había advertido que, a W. Bush “le contestaremos todos” en referencia al discurso que el norteamericano había pronunciado el 20 de mayo en West Point con motivo de su “celebración” por los cien años de la República colonial, la pseudorepública, impuesta a Cuba en 1902.

Como dijo Fidel así fue, Cuba contestó con la “unidad del pueblo”, movilizado y partícipe en la toma de decisiones de la Revolución.

El 10 de junio, las organizaciones de masas de Cuba aprobaron una propuesta de iniciativa de modificación constitucional, según la cual, el socialismo es intocable.

Con su tradición mambisa y rebelde, como en los mejores tiempos de la Revolución, los cubanos se desbordaron en una multitudinaria Marcha del Pueblo Combatiente. 36 horas después de haberse presentado la propuesta de reforma constitucional, millones de cubanos, en la capital e interior del país expresaron su contundente apoyo.

En las montañas santiagueras desfiló la dignidad de la Patria, la población guantanamera tomó las plazas y las calles, lo mismo en Holguín, Pinar del Río, Las Tunas, Camaguey, Cienfuegos y el resto del país. Más de 8 millones dijeron “Sí, al socialismo” el 12 de junio de 2002.

Al comparecer ante la televisión cubana para valorar la marcha, Fidel convocó al pueblo a firmar el proyecto de modificación constitucional.

Dijo Fidel que el proceso incluía tres partes: “Uno, debatir públicamente la idea ante todo el pueblo; dos, movilizar a la nación entera en apoyo a tan justa, digna y contundente respuesta; tres, ofrecer a cada ciudadano con edad de votar y en el pleno ejercicio de ese derecho, la posibilidad de suscribir y hacer suyo el histórico proyecto”

La dominación y el sistema capitalista no volverán a Cuba, dijo Fidel en El Cacahual, en el mitin de homenaje a Maceo y al Che, el 14 de junio. Allí mismo, con la firma de Fidel, comenzó el pueblo cubano a suscribir la reforma constitucional.

Del 15 al 18 de junio, de punta a punta del archipiélago, el pueblo acudió masivamente para reafirmar el socialismo en Cuba y defender las conquistas de la Revolución. En menos de 24 horas, millones de hombres y mujeres ya habían firmado en extraordinaria jornada histórica.

El 20 de junio, en acto solemne, 8 millones 188 mil 198 firmas fueron entregadas por Pedro Ross, secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba, a la Presidencia de la Asamblea Nacional del Poder Popular. El 97.7% de la población dijo Sí al Socialismo. El pueblo organizado dio la más enérgica respuesta al imperialismo. Finalmente, los números ascenderían a 8 millones 198 mil 237 firmas.

El 24 de junio, comenzó la sesión de la Asamblea Nacional Popular convocada por el Comandante en Jefe. El 26 de junio, se acordó que, en Cuba “El SOCIALISMO ES IRREVOCABLE”, por unanimidad el parlamento aprobó la Ley de Reforma Constitucional. Respuesta digna, resuelta y enérgica del parlamento de todos los cubanos, expresó su presidente Ricardo Alarcón. “Respetamos rigurosamente los derechos de los demás países, los nuestros deben ser también respetados” dijo Fidel en la sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional Popular de Cuba.

Grandes repercusiones han tenido en el mundo los 27 días que han estremecido a Cuba. Los medios han dado cuenta, numerosos análisis se han hecho y otros están por venir.

En referencia al presente y el futuro, Fidel mencionó la Crítica al Programa de Gotha, aquellos apuntes sobre el socialismo y el comunismo escritos por Marx en 1895, cuando la prensa burguesa lo acusaba de “doctor terrorista rojo” achacándole la autoría intelectual de La Comuna de Paris.

En brevísima síntesis, Fidel concibe al socialismo como una sociedad solidaria, lo que entraña una visión conceptualmente profunda y esperanzadora. Teoría y práctica se fusionan en la revolución y, la historia que llevan a cabo los cubanos, es una extraordinaria expresión para ejemplo del mundo.

El pueblo cubano y su dirección revolucionaria expresan las aspiraciones, los sentimientos y pensamientos más profundos del proletariado en lucha.

Todos los filósofos, en veinte siglos de desarrollo filosófico han interpretado al mundo, de lo que se trata es de transformarlo, indicó Marx en la número 11 de las Tesis contra Feuerbach. Eso es lo que está haciendo Cuba bajo la dirección de Fidel y el Partido Comunista de Cuba.

No solamente se trata de la transformación social, se incluye a la naturaleza misma y, especialmente a lo que Engels llamó “la más alta floración” en referencia a la vida humana.

En el siglo XX, la experiencia mostró que no es posible el socialismo en un solo país, también que el comunismo no estaba a la vuelta de la esquina. Sin embargo, en la historia de la humanidad, han existido hombres y mujeres que han “jalado” literalmente al mundo. Sin ellos, nuestro mundo no sería el mismo. Es el caso, en nuestra época, de Martí, Fidel, Che, Lenin, Marx, Engels, Ho Chi Minh y otros.

Transformar a la sociedad implica transformar a la naturaleza y viceversa, en la base del recurso más importante: el hombre, en su dinámica vital y conciente. Transformar a la sociedad solamente tiene sentido en tanto sirva para la existencia y convivencia solidaria del “hombre nuevo”, como le llamaba el Che a las generaciones forjadas por el socialismo.

El hombre como especie es realmente joven, antes la naturaleza ha existido fuera de nosotros, independientemente de nuestra conciencia, y seguirá existiendo después de nosotros. Ahora vivimos en un universo espacio-tiempo de cuatro dimensiones. Stephen Hawking dice que no le es fácil imaginarse ese mundo tetradimensional, en el cual, las 3 dimensiones espaciales están unificadas con la cuarta, el tiempo. Hay quien ha propuesto teorías en más dimensiones, incluso 25, muchas veces muy matematizadas pareciendo que se oculta la materia.

Hoy, Cuba es otra dimensión. Esa nueva dimensión está en la capacidad organizada del pueblo para hacer historia, una de las actividades más características e importantes del ser humano. Pero la historia que hacen los cubanos no es cualquier historia. Se trata de un proceso concientemente asumido y dirigido, es un proceso socialista y revolucionario. Hay una frecuencia coherente especial y un tipo de energía colectiva, que unifica al pueblo con Fidel y viceversa. Esto tiene la más alta importancia al considerar que la conciencia humana implica una estructura material altamente organizada, y más si es conciencia de clase. La Revolución Cubana tiene la dimensión de la materia consciente en movimiento.

La implicación es necesaria. Durante el socialismo en Europa, hubo voces que indagaban el fondo de los procesos históricos, tratando de entenderlos. Con el atraco de los neoliberales, aquellas experiencias terminaron en “Los Bajos Fondos”, no en la versión teatral de Stanislavski sino de los traidores que se han quedado sin pensamiento y ni siquiera cerebro.

Hablar de la conciencia tiene que ver con el desarrollo del universo en su conjunto. Se dice que está formado de cuerdas cósmicas, otros han dicho que de texturas. Si el universo está hecho de texturas, Cuba es una textura en evolución que se está desarrollando y “jalando” al mundo hacia otra etapa. Su desarrollo no puede ser automaticista ni menos espontaneo, y está más allá de una aspiración puramente ética.

El pensamiento de Fidel y Cuba, la batalla de ideas, es la más firme respuesta al “pensamiento cero” de los neoliberales empeñados neciamente en “aplanar” la conciencia limándole a los pueblos todo filo revolucionario.

La trascendencia de la Revolución Cubana no solo está en la experiencia actual sino en el futuro que proyecta. Orgullo, es lo menos que deben sentir los cubanos. Orgullo y emoción, es lo menos que sentimos los mexicanos, los que siempre hemos sido solidarios con la Revolución Cubana, los que crecimos con el sueño de Fidel y el Che, los que aún estamos defiendo la trinchera y levantando las banderas rojas del proletariado en lucha.

¡Viva Cuba Socialista!

Marcha del pueblo de Cuba, en La Habana, en apoyo a la reforma constitucional socialista

FOTO: www.granma.cu


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