Volumen 12, Número 235, diciembre 21 de 2012 |
In nehtotiliztli, in
mihtotiliztli “La danza
cósmica, el merecimiento anahuaca”
Danza
cósmica
La danza ha sido una de las manifestaciones de
la vida humana que mejor refleja la expresión externa de una cultura, el
sentimiento religioso y los perfiles éticos y sociales de un pueblo, su
práctica se manifiesta en todas las culturas a lo largo de la
historia.
La danza nació de la observación instintiva del
ritmo, elemento fundamental que domina el movimiento universal. Todo en el
universo se encuentra en constante movimiento rítmico. En este cosmos en
perpetua emoción, la vida misma sigue un ciclo rítmico de
nacimiento, madurez, vejez y muerte. Desde tiempos remotos, a través de
la observación de su propio ser y del universo que lo rodeaba, el hombre
asimiló estos dos ritmos: el cósmico y el humano,
percatándose de la correspondencia entre el microcosmos y el macrocosmos.
Así, antes de que el hombre aprendiera a expresar sus sentimientos o su
experiencia de la vida a través de otros materiales, lo hizo con su
propio cuerpo por medio de la danza.
La danza coordina alma,
espíritu y cuerpo en una conexión que surge de las relaciones que
los seres humanos entablan sobre sí y con la naturaleza, al bendecir
campos, al celebrar cosechas levantadas, al imitar animales, etc.
Sabemos por diferentes fuentes (códices o amoxtlis,
pinturas, esculturas en piedra y cerámica) así como por la
tradición oral, que en el México antiguo se celebraban numerosas
festividades religiosas y militares que iban siempre acompañadas de
cantos y danzas. Podemos decir que los antiguos mexicanos desarrollaron todos
los tipos de danza, desde las más primitivas danzas mágicas
empleadas en ritos, curaciones y hasta adivinaciones con carácter
esotérico.
Por citar algunos ejemplos, estaban las danzas
guerreras que se llevaban a cabo entre el estruendo de tambores y caracoles,
otras con efectos rítmicos, de tipo marcial, populares (que se
escenificaban en calles y plazas públicas) o danzas de regocijo
(auténticos festivales del pueblo), entre muchas otras.
Sin duda,
aquella disciplina que les hacía poner en ejecución toda su
energía y facultades dio como resultado que la danza alcanzara un alto
grado de perfección, lo cual asombró a los invasores
españoles y posteriormente a los misioneros que tenían la tarea de
“evangelizar” a los “bárbaros e idólatras”
al llegar a nuestra tierra.
Para los antiguos mexicanos, la asistencia al
cuicacalli era diaria, la danza y el canto era un complemento indispensable a su
formación como ciudadanos para que pudieran asumir plenamente sus
responsabilidades como guerreros, como agricultores, como artesanos, como
comerciantes, como funcionarios; para todos ellos era imprescindible conocer a
la perfección todos los pasos de las danzas cósmicas, que eran
sagradas para quien las ejecutaba.
La danza cósmica anahuaca permite a quien danza, vibrar en
armonía con todo lo que existe en el cosmos y asumirse como parte
integrante de esa gran totalidad: el universo, dejando de ser espectador para
convertirse en actor de la realidad infinita.
En la danza, la
energía se resguarda muy respetuosamente en el centro de un
círculo, el cual permite la manifestación de los cuatro elementos
de la vida: el fuego, el agua, la tierra y el viento. El círculo o rueda
que se forma para danzar es un emblema solar que simboliza la perfección
del cielo o “gran jícara celeste” así como la
eternidad.
El círculo es la forma más antigua para generar
unidad o “centralidad” entre los danzantes, les permite crear lazos
afectivos generando una gran influencia de unos sobre los otros.
Algunos
pueblos antiguos asocian la danza con los movimientos de los planetas, los
indios blackfeet de la América del Norte danzan en honor de las
pléyades, considerando las siete estrellas de la constelación como
a siete hermanos. En el caso de los mexica danzaban de acuerdo con el movimiento
del sol, evidenciando el vínculo con este astro y su conocimiento de la
astronomía.
En las danzas concheras, en los grupos de la mexicanidad
y de tradición en donde todavía se practican, se puede observar
que en los ritmos de todas ellas se encuentran también inmersos los
números básicos de la matemática
prehispánica.
Así pues, la danza nos enseña a respetar
la vida misma, nos enseña a respetar la naturaleza entera, nos
enseña a respetar la casa de nuestros hermanos, y a ver con el
corazón lo que con los ojos no vemos. Nos da la enseñanza
más importante:
¡¡LA DE SER!!
Programa
ceremonial.
Ceremonia 20 de Diciembre:
Ce. Distribución
de “cargos” y explicación del trabajo ceremonial de la danza
cósmica en relación a la fecha 21/12/2012.
Ome.
Salutación y permiso a las direcciones del universo.
Yei.
Conformación del círculo e inicio de la ofrenda.
Nahui.
Explicación y ejecución de danzas. *Se llevará a cabo
la ofrenda de 6 danzas que simbolizarán las 5 eras o “soles”
transcurridos computados según la tradición tolteca-mexica,
así como la representación y recibimiento de una nueva era o sol.
Las danzas serán las siguientes: 1.Ehecatl (sol de viento),
2.Ocelocuauhtli (sol jaguar), 3.Huehueteotl (sol de fuego), 4.Tlaloc (sol de
agua), 5.Ometeotl (sol de movimiento), 6.Iztacuauhtli (sol de
energía).
Macuilli. Cierre de la ofrenda de
danza.
Chicoace. Salutación y agradecimiento a las direcciones
del universo.
Chicome. Entrega de cargos y apertura de la
“palabra” para todas/todos los asistentes.
Chicoyei.
Compartición de la ofrenda energetizada en el círculo de danza
y entrega de reconocimiento al Foro Cultural Na´Canan.
Ceremonia 21 de Diciembre:
Ce. Distribución
de “cargos” y explicación del trabajo ceremonial de la danza
cósmica en relación a la preparación del recibimiento de la
nueva era.
Ome. Salutación y permiso a las direcciones del
universo.
Yei. Conformación del círculo e inicio de la
ofrenda.
Nahui. Explicación y ejecución de
danzas. *Se llevará a cabo la ofrenda de 4 danzas que
simbolizarán el mito cosmogónico de la creación del
universo según la tradición tolteca-mexica, así como las
disposiciones para el recibimiento del nuevo sol de energía. Las danzas
serán las siguientes: 1.Ulama (Juego de pelota), 2.Tezcatlipoca (El
humear del espejo), 3.Huitzilopochtli (colibrí de la izquierda),
4.Coyolxauqui (la de los cascabeles).
Macuilli. Cierre de la ofrenda
de danza
Chicoace. Compartición de la ofrenda energetizada en
el círculo de danza.
Chicome. Ilhucayotl (Observación
de pleyades en la jícara celeste).
Chicyei. Ceremonia de
encendido del fuego nuevo (recibimiento de la nueva era con
cantos).
Chicnahui. Entrega de cargos y apertura de la
“palabra” para todas/todos los asistentes.
Matlactli.
Entrega de reconocimiento al Centro Ecoturístico Chincultik.
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