Iniciativa Eléctrica del PRI /4
Se propone ampliar el objeto y las facultades de la Comisión Reguladora de Energía, la misma que ha incurrido reiteradamente en fraude a la Nación. Se legalizan las reformas de 1992
legitimando la privatización furtiva. El PRI se contradice con su discurso, los trabajadores rechazamos la traición a México.
En la exposición de motivos, empiezan diciendo los
senadores priístas: “La propuesta de Reforma Eléctrica
considera la necesidad de contar con un organismo independiente frente al
gobierno y la Comisión Federal de Electricidad para una auténtica
regulación de esta función fundamental del Estado Mexicano”
Se trata de retórica, porque la regulación (privada),
así se le llame “auténtica” no es una función
fundamental del Estado mexicano. Si el PRI la propone, es algo subyacente a la
aceptación de la privatización misma que supone la llamada
“regulación” De manera que, la “Reforma
Eléctrica” que propone el PRI corresponde al modelo privatizador
del neoliberalismo.
La Comisión Reguladora de Energía (CRE) es
copia del modelo norteamericano en la materia. Surgió después de
1992, cuando ocurrieron las reformas de Salinas de Gortari a la Ley de Servicio
Público de Energía Eléctrica (LSPEE) consistentes en
“recortar” el concepto de servicio público a efecto de
permitir la participación privada en la generación
eléctrica. Varias reformas se han hecho a la Ley de la CRE tendientes a
reforzarla. Ahora, el PRI propone elevarla al rango de máxima autoridad
en materia energética. ¡Eso es
inaceptable!
Ley que crea (a) la
Comisión Reguladora de Energía
De entrada, el PRI propone la “autonomía”
para la CRE. En el artículo 1 se indica que, esa comisión es un
organismo público descentralizado (sic) de la Secretaría de
Energía (sic), con personalidad jurídica y patrimonio propio,
“que gozará de autonomía técnica y operativa” y
que “disfrutará de libertad de decisión” en los
términos de la Ley.
¡Idealismo! Es lo menos que se puede decir,
pero se trata de una “auténtica” traición a
México. En primera instancia, se habla de un organismo público
descentralizado (de la Secretaría de Energía) pero dependiente de
la misma, no obstante que se enfatiza en la “autonomía”,
considerada panacea, que han inventado los legisladores para aparentar
una correcta regulación a la privatización. En el colmo del
arrebato, creyendo ingenuamente en su retórica, expresan que la CRE
disfrutará de “libertad de decisión”
Esta parte del
“paquete” de reformas (y de leyes) que propone el PRI se vuelve
abominable. Las buenas intenciones, que no son muchas, palidecen ante la
propuesta para hacer de la CRE el summum de la legalidad
privatizadora, sí privatizadora. Nada menos, la CRE es una
entidad antinacional, carente de decoro y de principios de todo tipo, una
camarilla de bribones corruptos que se han dedicado a otorgar permisos privados
a discreción en abierta violación a la Constitución
política del país.
A esa Comisión, cuyos actos han sido
calificados de “inconstitucionales” por el tribunal supremo del
país, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, los legisladores
priístas pretenden convertirla en la garante del desarrollo nacional en
materia de electricidad. Es la única fórmula, la de Salinas, la
que se les ocurre para el sector.
A los objetivos que ahora tiene e incumple
totalmente, pues sistemática y reiteradamente contraviene el
interés de la Nación, los senadores priístas proponen
adicionar los siguientes:
“II. La generación e
importación de energía eléctrica, que realicen los
titulares de los permisos de autoabastecimiento, cogeneración,
producción independiente e importación de
electricidad”.
Este es el verdadero sentido de al propuesta:
“Regular” la privatización de la industria
eléctrica nacionalizada. Las figuras a las que hace referencia el
PRI, son exactamente las de Salinas de Gortari, las mismas que han servido para
la Privatización Eléctrica Furtiva, la base que ha tomado la CRE
para otorgar todos los permisos que le han solicitado las
transnacionales.
Esta propuesta es la que “justifica” a la CRE,
lo demás es demagogia de los legisladores y partidos políticos.
Esta es, también, la propuesta que no se debía de hacer y,
por tanto, que haría innecesaria a la CRE.
En la industria
eléctrica nacionalizada ¡No se necesita participación privada
de ningún tipo, tampoco se necesita la CRE!
Lo peor es que el PRI
va más allá contradiciéndose con su alegato en los medios.
Dicen en el artículo 2 de la propuesta, que otros objetos (sic)) de la
CRE serían:
“IV. Los servicios de conducción,
transformación y entrega de energía eléctrica, entre las
entidades que tengan a su cargo la prestación del servicio público
de energía eléctrica y entre éstas y los titulares de
permisos para la generación e importación de energía
eléctrica”
Esta propuesta es reiterativa de la anterior y
está orientada a favorecer a los permisionarios furtivos y falsos, los
mismos que ahora beneficia la CRE facilitándoles la red eléctrica
nacional.
Después se indican las atribuciones de esa Comisión
Privatizadora. En el artículo 3 se enumeran, entre otras, las siguientes:
“Establecer las tarifas para el suministro y venta de energía
eléctrica”, “Convocar a los distintos interesados y llevar a
cabo las licitaciones relativas a la construcción de nuevas instalaciones
eléctricas”, “Establecer las metodologías para el
cálculo de las contraprestaciones para la licitación o por la
adquisición de energía eléctrica que se destine al servicio
público”, “Establecer las condiciones en que los interesados
pueden participar, dicen con mucho ornato “en la generación
complementaria” de electricidad como productores independientes,
“Imponer sanciones administrativas”, etc.
Estas propuestas son
una burla a la Nación. Su discurso se cae solo, al poner en manos de esta
Comisión tan importantes facultades. ¿Porqué hacen esta
propuesta los legisladores priístas? ¿Es que no han leído su
propia iniciativa de ley? En el discurso insisten en no permitir la
privatización eléctrica, pero en su propuesta de reforma a la
legislación proponen exactamente lo contrario, es decir, favorecer la
privatización. ¿Se trata de un doble discurso o, los legisladores
son presa de los asesores y secretarios particulares que les controlan la
vida?
Si los legisladores están convencidos de su propuesta,
evidentemente están mal, eso no corresponde ni al sentir, ni a la
argumentación, ni a la historia del pueblo de México.
Otras
facultades se otorgan a la entidad privatizadora, incluyendo aspectos sobre el
gas natural y las “actividades reguladas” en general.
Estas
últimas van desde “Otorgar y revocar los permisos y
autorizaciones...que se requieran para la realización de actividades
reguladas”, hasta “proponer actualizaciones al marco jurídico
del sector energía....relativas a las actividades reguladas” Con
toda razón, los inversionistas privados están felices igual que el
gobierno foxista. ¡Con propuestas como las del PRI y PRD, no se requiere
modificar a la Constitución para privatizar la industria
eléctrica! ¡Eso es lo que la secretaría de energía ha
llamado “Privatización no constitucional! ¡Eso, es lo mismo
que la Suprema Corte calificó de fraude” a la Nación!
La
susodicha comisión estaría integrada por 5 burócratas,
“designados” por el Ejecutivo. Los requisitos que se piden son
mínimos. Como ahora, enviarán seguramente a un grupo de corruptos
que, con la ley en la mano, se encargue de seguir entregando el patrimonio
nacional al capital privado, nacional y extranjero.
Los senadores
priístas se han excedido en sus propuestas y se contradicen. Lo que
proponen en sus iniciativas de leyes es lo mismo que critican en el discurso y
entrevistas con los medios.
La Comisión (Federal) Reguladora de
Energía NO se necesita. ¡La CRE debe desaparecer, jamás
fortalecerla! Esa comisión ha traicionado a la Nación, la CRE ha
incumplido sus funciones, sus actos son anticonstitucionales, no hay
regeneración posible. Los funcionarios de la CRE son responsables de
acatar el dictamen de la Suprema Corte, porque fueron acusados junto con Fox,
Martens y Creel. A esos funcionarios, debe aplicarse la Ley de Responsabilidades
de los Funcionarios Públicos, incluso debían estar ya en la
cárcel no en las iniciativas de ley.
Al momento, los responsables no
han acatado el dictamen de la Corte, se siguen burlando abiertamente de la
legalidad constitucional, de los mexicanos en su conjunto y de los legisladores
en particular. ¿Aún así, todavía se les ocurre a los
legisladores fortalecer a dicha comisión?
Si los legisladores
priístas creen en su propuesta los trabajadores no, al contrario, la
rechazamos plenamente.
Los senadores del PRI deben someter a revisión
sus propuestas, en sus términos actuales son inaceptables y, más
aún, lesivas al interés de los mexicanos y de la Nación.
Los trabajadores rechazamos esa iniciativa.
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