Volumen 12, Número 228, septiembre 27 de 2012 |
21 Foro de Energía
DECLARACIÓN FINAL
Este 52 aniversario de la nacionalización de la
industria eléctrica de México constatamos una de las ofensivas
más descarnadas, del neoliberalismo y sus gobiernos en turno, en contra
de los trabajadores y de la nación.
Los sucesivos gobiernos
están destruyendo sistemáticamente el patrimonio energético
colectivo. En esta materia está rota la legalidad constitucional. Lo que
caracteriza a la política oficial es el regreso a cien años
atrás.
La industria petrolera, representada por Pemex, y la
eléctrica, representada por la CFE cada día son menos nuestras
sujetas a severos procesos de privatización furtiva.
En 1992, 1995
y 1996 se iniciaron estos procesos con reformas regresivas a la Ley
Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en el Ramo del
Petróleo y a la Ley del Servicio Público de Energía
Eléctrica, de acuerdo a lo dispuesto en el Capítulo VI y el Anexo
602.3 del Tratado de Libre Comercio con América del Norte.
En
2008, todos los partidos políticos aprobaron una contra-reforma
energética que avaló las reformas regresivas previas y, más
aún, generalizó la privatización de todas las fuentes
renovables y no renovables de energía.
Hoy el panorama en el
sector es devastador. Mediante 665 permisos privados de generación, la
Comisión Reguladora de Energía ha privatizado el 52% de la
capacidad de generación eléctrica total a nivel nacional y el
proceso sigue incontenible. Otro tanto existe en materia de gas natural y gas
LP.
En el caso petrolero, Pemex está abandonando sus funciones
constitucionalmente estratégicas. Ya se otorgaron los primeros contratos
de servicios integrales en Exploración y Producción de
hidrocarburos, en las regiones norte y sureste del país, y se preparan
los siguientes en el paleocanal de Chicontepec para continuar en las aguas del
Golfo de México.
Con la pretensión de mantener y aumentar
las plataformas de producción y exportación de petróleo
crudo, se auspicia una mayor privatización. La política
antinacional en la materia ha llevado a la administración en turno a
financiar, mediante la compra de acciones, contratos e inversiones a
transnacionales españolas, y la contratación de deuda en
paraísos fiscales.
La privatización de la energía se
extiende al agua, el viento, el biogas y la radiación solar, mediante
inconstitucionales permisos privados de generación en los cuales
participan ya varios municipios, gobiernos de los estados e instituciones
públicas.
A la privatización energética se suma la
del abastecimiento y suministro del agua potable y la minería de todos
los recursos metálicos y no metálicos, siendo en este caso ya 27
mil concesiones privadas.
Por si fuera poco, en estos momentos
está a punto de imponerse, por los poderes ejecutivo y legislativo, una
reforma laboral tendiente a abaratar más la fuerza de trabajo sin afectar
en nada a la super estructura corporativa del sindicalismo con el Estado,
cuestión estratégica que constituye la mayor tragedia para los
trabajadores mexicanos.
No se ha aprobado todavía esta
contra-reforma laboral y ya está en marcha otra contra-reforma
energética. Dentro y fuera del país, el próximo gobernante
ha venido ofertando al capital la entrega de Pemex y de la CFE.
Como en
ocasiones anteriores se habla de "apertura" privada y se aclara que eso "no
significa privatización". Es el mismo discurso dogmático y falso
que se repite hasta el desgaste. En la práctica sería una evidente
privatización furtiva. Las intenciones consisten en reformar los
párrafos cuarto y sexto del artículo 27 constitucional, así
como el párrafo cuarto del artículo 28 constitucional, en materia
de hidrocarburos y de energía eléctrica
También
existe la opción de no reformar a la Constitución sino aplicar lo
indicado por el TLC con Norteamérica y volver a “reformar” la
legislación secundaria para profundizar más la contra-reforma de
2008.
En el caso eléctrico, se trata de privatizar el 100% de la
generación eléctrica, de acuerdo alo indicado en el
Memorándum confidencial entregado por el Banco Mundial a Ernesto Zedillo
en 1995.
Pero los actuales mecanismos instrumentados a través de
la Comisión Reguladora de Energía no parecen satisfacerles a los
privatizadores. Quieren más, esto es, la participación directa en
la propiedad de la industria eléctrica nacionalizada. No les basta
utilizar a su servicio las redes de transmisión y distribución
eléctrica; pretenden la operación, al menos, de las redes de
distribución para comercializar el servicio público no solo entre
su cartera de clientes industriales sino ahora de los consumidores
domésticos.
En el caso petrolero también se propone la
intervención directa del capital en la propiedad de Pemex, mediante
inversiones directas y contratos especiales, siendo los de producción
compartida los favoritos de las transnacionales. También pretenden
privatizar la refinación del petróleo crudo, la
distribución, transporte y almacenamiento de productos
petrolíferos y petroquímicos, así como la
privatización total de la petroquímica.
Esto
significaría la entrega a las transnacionales, filiales y prestanombres,
del patrimonio energético colectivo de la nación. Tal
pretensión es, por supuesto, inaceptable.
El gobierno entrante
tiene prisa y ha anunciado que, en el despacho de neoliberales salinistas
perniciosos, se preparan las respectivas iniciativas, mismas que probablemente
se aborden en el presente período ordinario de sesiones, a fines de este
año.
De entrada, exigimos que en un asunto tan importante los
legisladores se abstengan de seguir legislando "al vapor". El pueblo de
México tiene derecho a decidir sobre su propio patrimonio. Desde luego,
los legisladores volverán atraicionar a la nación y
simularán el debate pero no habrá tal.
En consecuencia, el
FTE de México llama a los mexicanos (as) concientes a tomar iniciativas y
realizar todas las acciones al alcance, para impedir la total
privatización furtiva de la industria energética nacionalizada y,
en su momento, revertirla mediante la re-nacionalización.
¡Proletarios
del mundo, Uníos!
Frente de
Trabajadores de la
Energía, de
México
Esta página es construida por trabajadores del sector energía.
La información contenida puede citarse total o parcialmente, mencionando la fuente.
|
|