Primero de Mayo en México
¡No a la reforma laboral del gobierno foxista! Cientos de miles de trabajadores mexicanos marchamos en todo el país. Las mafias sindicales mantienen el control burocrático, no obstante la lucha obrera expresa el verdadero sentimiento del pueblo. ¡Abajo Fox y Castañeda! ¡Viva Cuba!
Los
charros sindicales del Congreso del Trabajo (CT) fueron los primeros en ocupar
el Zócalo de la capital mexicana. Llevando bajo presión a
trabajadores, las cúpulas de la Confederación de Trabajadores de
México (CTM) y otras burocracias charras de trabajadores al servicio del
Estado, acudieron al ritual y en media hora terminaron. “Los
ferrocarrileros estamos con Fox”, decía una manta preparada por una
de las mafias más primitivas del charrismo sindical del PRI. El charro
petrolero, Carlos Romero Deschamps acudió junto a otros delincuentes,
como si no pasara nada. Presurosos, los charros partieron hacia Los Pino(cho)s,
la casa presidencial, para ser recibidos por Fox.
Otra marcha arribó
entonces a la plaza mayor de la Ciudad de México. En sendos contingentes,
marcharon la Unión Nacional de Trabajadores (UNT), encabezados por el
Sindicato de Telecomunicaciones (STRM)y el Frente Sindical Mexicano (FSM)
encabezado por el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME).
Las
cúpulas dijeron que el acto era unitario, “juntos por primera
vez” se escribió en los medios, pero no hay tal. Lo
“unitario” estuvo en marchar por el mismo lugar y llegar al mismo
punto. Pero, la política es muy diferente según cada contingente.
El movimiento obrero de México sigue dividido, orgánica, sindical
y políticamente.
Universitarios, pilotos aviadores, tranviarios,
trabajadores del seguro social, se sucedieron cada quien con sus consignas.
¡Fuera Abascal!, fue una de las más coreadas, reclamando la salida
del secretario del trabajo foxista. ¡No a la reforma laboral!, fue otra de
las demandas, en rechazo a la propuesta del gobierno, charros y empresarios para
modificar la legislación laboral, afectando más al derecho de
huelga, la contratación colectiva de trabajo, jornada de trabajo y otros
derechos obreros conquistados en cien años.
En la columna de los
electricistas del SME marchó el Frente de Trabajadores de la
Energía (FTE). En nuestras filas participaron los petroleros
democráticos. En el Zócalo, el SME llevó a cabo un mitin.
Al final, llegó el contingente del Movimiento Proletario Independiente
(MPI). Antes, había hecho su arribo un grupo de campesinos en lucha
armados con machetes.
Entretanto, Fox recibió a las cúpulas
charras. A esa reunión, la UNT no asistió. La reunión se
llevó a cabo a puertas cerradas. En ese evento, el Fox trató de
convencer a los charros de las bondades de su pretendida reforma laboral. Claro
que no tiene vergüenza, quiere que en México se apoyen sus
barbaridades y, en cambio, calla ante la resolución de la Corte
norteamericana que cancela derechos a los inmigrantes
mexicanos.
Según diversos medios, Fox convirtió su discurso en
un galimatías. “Iba y venía”, de un tema a otro, se
escribió, tratando de justificar a su gobierno y su
política.
Diálogo, propuso Fox y dijo que se necesita de una
nueva Ley Federal del Trabajo. Presurosos, los charros, en voz de Leonardo
Rodríguez Alcaine señalaron “plena disposición al
diálogo”
Las marchas se multiplicaron en las principales
ciudades del país. En todas, el mismo reclamo: No, a la reforma laboral,
mejores condiciones de trabajo. Con justa razón, van décadas de
deterioro salarial y, con el gobierno foxista, la situación está
cada vez peor. No solamente no se han creado empleos, sino que se han perdido
cientos de miles. La economía no ha crecido sino al contrario. Los
despidos del trabajo están a la orden del día, la pérdida
de conquistas laborales es ya lo cotidiano.
El Primero de Mayo, en
México y en el mundo, revela la ofensiva de empresarios y gobiernos
empeñados en destruir las conquistas laborales, desmantelar los derechos
sociales y someter más a los trabajadores al yugo del capital y la
política neoliberal.
En México, Fox sigue puntualmente la
receta de los organismos financieros internacionales; mientras las mafias
sindicales se someten más al “lamebotas” mayor. No obstante,
la protesta de las bases obreras muestra, la igual que en otras partes del
mundo, una resuelta disposición de lucha. ¡Unidos
Venceremos!
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