Volumen 11, Número 204, diciembre 13 de 2011 |
La verdadera Revolución Mexicana fue la encabezada por
Ricardo Flores Magón, Francisco Villa y Emiliano Zapata.
Hace 100
años, el 28 de noviembre de 1911, el Ejército Libertador del Sur,
liderado por Zapata, proclamó el Plan de Ayala. Este programa le dio
independencia política al movimiento revolucionario.
Como en otras
partes del mundo, y en otras épocas, la lucha por la tierra
resumió los anhelos del pueblo de México. Las implicaciones de la
lucha por la tierra y sus recursos naturales fueron explicadas por Flores
Magón y sintetizadas en el grito de combate ¡Tierra y
Libertad!
El zapatismo levantado en armas enarboló en la
práctica esta bandera. La División del Norte, el ejército
de los campesinos y los pobres, con el liderazgo de Pancho Villa,
demostró que el ejército burgués no es invencible; un
ejército campesino, dirigido por un general campesino, pudo
vencerlo.
El 23 de junio de 1914, la toma de Zacatecas por los villistas
fue la cúspide de la Revolución, desde el punto de vista
militar.
En el ascenso, el 28 de octubre de ese año, la Gran
Convención Revolucionaria de Aguascalientes de 1914, aprobó el
Plan de Ayala zapatista.
Cuando la ciudad de México fue ocupada
por los ejércitos campesinos de Villa y Zapata, aquel 6 de diciembre de
1914, se alcanzó el momento culminante de la Revolución, desde el
punto de vista político.
A ese momento, la burguesía rural
estaba derrotada en el campo no así en la ciudad. Faltó la
acción consecuente de los trabajadores.
Carranza y Obregón
utilizaron a los obreros y un sector de éstos decidieron apoyar al
carrancismo para luchar contra los campesinos. Fue un error histórico de
serias consecuencias. Pronto, los trabajadores serían traicionados por
los autollamados constitucionalistas.
Carranza se dedicó a
perseguir a Villa y a Zapata. No obstante, abanderados con su programa, los
zapatistas procedieron a aplicarlo.
La Comuna de Morelos fue el hecho
más trascendente de la Revolución. El pueblo en armas
distribuyó la tierra y llevó a cabo un conjunto de medidas
nacionalizadoras. Se organizó la producción y la enseñanza
pública. Fueron proclamadas la Ley Agraria del 26 de octubre de 1915, la
Ley General del Trabajo y otras leyes.
Luego de sangrientas batallas, el
10 de abril de 1919, se interrumpió violentamente la Revolución,
con el asesinato carrancista de Zapata; luego seguirían los asesinatos de
Villa y de Flores Magón.
El ala burguesa se apoderó del
gobierno usurpando a la Revolución. No obstante, demandas campesinas y
obreras fueron incorporadas parcialmente al texto de la Constitución
política del país. Pronto sería desnaturalizado el pacto
político de la nación que, actualmente, ha sido roto por los
sucesivos gobiernos en turno.
La Revolución fue acrisolada por las
mujeres y los niños (as), que no solo acompañaron a los
combatientes sino que dirigieron tropas y participaron en combates.
Cien
años después, el Plan de Ayala sigue vigente, no solo en el
recuerdo, los versos y corridos de la Revolución, sino en las necesidades
sociales de los mexicanos (as).
El FTE de México llama al pueblo
de México a mantener en alto las históricas banderas del
zapatismo.
¡Viva
Tierra y Libertad!
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