Reforma Eléctrica 2002
El periodo ordinario de sesiones en el
Congreso de la Unión inició el pasado 15 de marzo. Se pretende
incluir la discusión de una Reforma Eléctrica que, luego de la
propuesta privatizadora de Zedillo, se ha convertido en una "propuesta de
apertura del sector eléctrico” La propuesta es ambigua, de alcances
cortos y una cortina de humo para continuar la privatización furtiva del
sector energético nacional, sin modificar la Constitución
política del país.
Los partidos políticos
caen en el error de hacer una propuesta únicamente "eléctrica",
requiriéndose un planteamiento más amplio. Solo una propuesta
energética integral puede definir un rumbo económico viable en el
país. Las definiciones estratégicas que esto implica son de largo
plazo y no pueden estar sujetas al vaivén de los partidos.
El PAN insiste en cambiar el 27 y 28
El plan oficial no ha variado, operado ahora por el Partido
Acción Nacional (PAN), busca redondear las anticonstitucionales reformas
de las últimas dos administraciones priístas a las leyes
secundarias en materia de electricidad iniciadas en 1992. Como Zedillo, el PAN
pretende modificar los artículos 27 y 28 constitucionales.
El contexto
es bastante malo, Fox ha creado un ambiente de linchamiento sobre las dos
principales empresas públicas del ramo, Petróleos Mexicanos
(Pemex), Comisión Federal de Electricidad ( CFE) y Luz y Fuerza del
Centro (LyFC) para justificar la entrada del capital privado -transnacional- en
el sector energético.
Las propuestas de reforma no pretenden analizar
objetivamente el desempeño del sector, ni fortalecerlo frente a dos
principales retos: la escasez mundial de energéticos primarios y, por
ende, la necesidad de racionalizar y promover el uso eficiente de la
energía. Tampoco se buscan reformas que mejoren el rendimiento y
garanticen la continuidad de un servicio vital para el desarrollo soberano de
México.
La urgencia reformista es al subsector electricidad y
se basa en el acatamiento a los dictados de los organismos financieros
internacionales, cuya presión no la soporta una economía cada
día más supeditada al capital extranjero, en particular gringo, un
"socio" para el que ninguna concesión es suficiente.
Falsa argumentación panista
Se insiste en crear falsos consensos, prejuiciando a la opinión
pública con argumentos también falsos. El ideólogo del PAN,
senador Juan José Rodríguez Prats, afirma categórico que un
mercado eléctrico competitivo funcionará mejor que el mercado
monopólico vertical, y que esto está demostrado en todas partes
del mundo.
Ha dicho que, en todo caso, el Estado conservará el
control del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) y los generadores privados
pagarán "renta" a la CFE por utilizar la infraestructura. Con su
visión de "nicho de mercado", indica que, los 70 clientes de la CFE
consumen el 25% del total de la energía. Con esa lógica, los mil
200 clientes consumen el 45%... ¿Y los usuarios domésticos? Que los
sigan atendiendo CFE y LyFC, por mientras.
Rodríguez Prats no
menciona experiencias graves, como la crisis energética de California,
dónde la ambición de los capitalistas impidió satisfacer
oportunamente la demanda.
En México, el SEN está
interconectado y como tal es uno de los más grandes del mundo, con un
servicio continuo y seguro. Pero interconectarlo (unificar frecuencias,
construir la red troncal idónea y crear un despacho NACIONAL de carga
eficiente) no fue obra de la iniciativa privada, tomó muchos años
de esfuerzo y planeación cuidadosa, de trabajadores y técnicos
mexicanos.
Para satisfacer la demanda de estos mil 200 "grandes usuarios",
-y la ganancia de los generadores privados, el PAN propone "reconfigurar el
sistema eléctrico" para que funcione bajo los criterios del mercado
eléctrico, lo cuál significa deshacer un esfuerzo de miles de
mexicanos con sólo levantar un “dedo” (así sea
electrónico) de algunos diputados.
Se propone, nada más y nada
menos que tirar a la basura la confiabilidad de la Red Nacional a cambio de
recibir la generación de innumerables plantas privadas, impulsadas a base
de gas natural, combustible cuya disponibilidad a nivel nacional ni siquiera es
suficiente.
Según la prospectiva eléctrica, el consumo de gas
natural IMPORTADO pasará del 22.3% en el año 2000, al 61.1% para
el 2010. ¿De dónde saldrá todo ese gas y a qué precio?
¿Lo pagaremos los mexicanos a "costos de oportunidad" también, como
hacemos con las gasolinas, según establece la anticonstitucional
Comisión Reguladora de Energía (CRE)? ¿Qué nuevos
subsidios habrán de retirarse a fin de garantizar la renta de los
inversionistas?
El PAN juega a ser gobierno y a mantener su fuerza
electoral. ¡Sus incongruentes propuestas no pasarán! Lo malo es que
la oposición no tiene alternativas mejores.
El PRI por reformas a la LSPEE
El Partido Revolucionario Institucional (PRI), en 1999, apoyó la
iniciativa presentada por Zedillo que propuso la privatización total del
sector (manteniendo para el estado el control de la Red de Transmisión,
el mercado eléctrico y la generación nucleoeléctrica
matizando, un poco más tarde, la generación hidráulica).
Con el nuevo sexenio, el PRI ha cambiado de posición. En su
iniciativa, expresa que no haya reformas constitucionales, ya que el partido "se
opone totalmente a la privatización" Sin embargo, avala reformas
regresivas, tales como, la autonomía de gestión y financiera de la
CFE, así como la permanencia y fortalecimiento de la CRE, que lo mismo
regularía la participación privada en la generación
eléctrica y el otorgamiento de permisos respectivos, que fijaría
las tarifas del servicio.
Privatización furtiva y corrupta
La propuesta priísta, a pesar de algunos avances, como la
revaloración del concepto de servicio público, es anunciada como
un esfuerzo por terminar con la anarquía propiciada por la CRE en
otorgamiento de permisos de generación pretendiendo establecer "candados"
y sanciones. Sin embargo, avala y legitima la continuación de la
privatización eléctrica furtiva. En ningún caso,
plantea la regulación de respecto de los permisos ya otorgados o
construidos, ni mucho menos corrige la actuación de los funcionarios que
transgreden a la Constitución al permitir la participación
privada, comprometiendo la viabilidad técnica del SEN y, con ella, la
soberanía energética del país.
Casos evidentes de
corrupción son las plantas extranjeras que se están instalando en
la frontera norte, básicamente en Baja California y en particular en
Mexicali, ciudad donde el reciente aumento de las tarifas domésticas
–nada de "reducción al subsidio del consumo"- merece el adjetivo de
criminal.
La producción de estas plantas está destinada
exclusivamente al abasto de energía eléctrica al mercado
estadounidense. Más de 2 mil megawats (Mw) fueron concesionados en 5
permisos de exportación, autorizados entre el 2000 y el 2001, no para
satisfacer las necesidades de la población del norte del país, con
temperaturas extremas en verano. Las 5 plantas se construyen, además, sin
cumplir la normatividad ambiental respectiva, por lo que ya son motivo de
demandas del lado norteamericano. Tales plantas funcionarán importando a
México “su” propio gas (al fin que se eliminó el
arancel) y exportando a EU “su” electricidad.
Estos permisos
constituyen un novedoso delito, que podría tipificarse como un
auténtico "negocio de lavado de energía", al cuál se
prestan impunemente la CRE y diversas autoridades, desde el presidente de la
república hasta el gobernador del estado y el presidente municipal.
Las autoridades municipales de otras regiones, con tarifa doméstica
subsidiadas por temperatura extrema, como San Luis Río Colorado, Guaymas
y Hermosillo, en Sonora; Guasave, Mazatlán, Los Mochis y Culiacán,
en Sinaloa; La Paz, Ciudad Constitución, Santa Rosalía y Los
Cabos, en Baja California Sur; Acaponeta y Tecuala, en Nayarit; Villahermosa,
Tabasco; Cancún, Quintana Roo; Mérida, Yucatán; Reynosa,
Nuevo Laredo, Matamoros y Ciudad Victoria, en Tamaulipas; Monterrey, Nuevo
León; Ojinaga, Chihuahua y otros, tendrán que explicar a sus
habitantes que desde ahora toda la energía generada para el pretendido
"mercado eléctrico" es producto de exportación aunque que
por ello, los mexicanos la pagaremos más cara y sin
“subsidio”.
Otros casos extra-legales los constituyen las
empresas "privadas-municipales" de energía que, en gran número se
asocian a lo largo y ancho del país para obtener permisos de
Cogeneración e incluso de Autoabastecimiento. Esos permisionarios se
benefician con la explotación de las "plantitas" que utilizan gas natural
e, incluso, con la concesión de agua para la generación
hidráulica (San Rafael en Nayarit.)
La suma de las demandas estimadas
de las asociadas en primera instancia, más las estipuladas
en cláusula de expansión, reiteradamente rebasa la capacidad de la
planta original. Un mismo municipio o particular se "adhiere" a distintos
permisos para satisfacer una misma demanda. El concepto tradicional de Servicio
Público queda hecho añicos, dando paso al llamado "mercado
eléctrico"
La cuestionable honorabilidad y los pésimos
antecedentes de la CRE no permiten proponer su fortalecimiento quedando un
enorme hueco en la credibilidad de la propuesta priísta.
Cabe
recordar que la controversia vigente en entre el legislativo y el ejecutivo no
cuestiona estos aspectos y por tanto la iniciativa debería resolver la
cuestión de fondo.
La autonomía de gestión privada
Otro aspecto deficitario de la propuesta es la llamada autonomía
de gestión. Esta se propone como la definición de un nuevo "modelo
de industria pública-privada" Se plantea con todas sus letras que la CFE
se maneje "como una empresa de la iniciativa privada siendo de Estado, con la
finalidad exclusiva de prestar el servicio publico de energía
eléctrica"
Esta proposición no atiende solo a los aspectos
hacendarios de la cuestión (el pago de impuestos Sobre la Renta, al Valor
Agregado, exceptuando el Impuesto al Activo de la Empresas), tiene otros
propósitos tendientes a desvirtuar el concepto de industria
nacionalizada.
Financieramente tanto CFE como LyF (y Pemex) dependen del
presupuesto federal como empresas de servicio público dada la gran
desigualdad social que prevalece en el país ¿Cómo
podrían ser realmente organismos autónomos si hay una
relación casi simbiótica?.
Administrativamente CFE y LyF
son ya autónomas, en los términos de la actual
legislación. Al respecto, la Ley Federal de Entidades Paraestatales
establece en su Artículo 11 que "Las entidades paraestatales
gozarán de autonomía de gestión para el cabal cumplimiento
de su objeto, y de los objetivos y metas señalados en sus programas. Al
efecto, contarán con una administración ágil y eficiente y
se sujetarán a los sistemas de control establecidos en la presente Ley y
en lo que no se oponga a ésta a los demás que se relacionen con la
Administración Pública."
Como empresas públicas CFE y
LyFC tienen este estatus. Sus administradores lo saben y han abusado de dicha
autonomía.
Abusos de la burocracia
Se ha institucionalizado que la administración de las empresas
sea encabezada por gente incapaz de comprender dicha autonomía, pero
dispuesta a acatar toda medida restrictiva y presupuestalmente lesiva aplicada
por el gobierno en turno. Por años, se ha permitido el despojo de sus
ingresos y la política de reducción presupuestal constante las ha
descapitalizado, sobre todo a LyFC, empresa que ha sido "quebrada" virtualmente.
Según la propuesta del PRI, el Presidente de la República
seguirá designando al Director General tanto de CFE como de LyF ¿Con
los mismos criterios de ahora? ¿Cuál sería beneficio de la
autonomía? En ciertos años, CFE y LyF fueron dirigidas
técnicamente por algunos funcionarios responsables y conocedores del
sector, que cumplieron sin delegar su responsabilidad ni concesionar sus
obligaciones. Fueron retos difíciles, pero los trabajadores y
técnicos mexicanos salimos airosos. Sin embargo, las nuevas "camadas" de
modernos administradores ingresan afirmando categóricamente que solamente
la autonomía de gestión, administrativa y financiera,
lograría una industria eléctrica competitiva, capaz de prestar un
servicio "de calidad mundial".
Como si no faltaran ejemplos de que el
afán insaciable de lucro del capital privado no tiene moral, y que la
privatización de los servicios públicos no ha acarreado más
que miseria ¿Qué empresa privada a nivel mundial ha construido lo
que CFE y LyFC han hecho en México?
Las concesiones realizadas desde
1992 a los capitales extranjeros tendrán vigencia de más de 20
años, con contratos garantizados que vulneran prácticamente de por
vida las finanzas de CFE y LyF ¿Dónde estaban los funcionarios del
sector para advertir los riesgos de esta privatización silenciosa?
Buscando colocarse en el sector privado y más aún, las direcciones
de CFE y LyF, apoyadas por legiones de mandos medios venidos de quién
sabe dónde, han favorecido el contratismo a niveles nunca antes vistos.
Sin disfrutar de "Autonomía de Gestión" plena han logrado ya
su sueño: El sector eléctrico, en materia de adquisición de
bienes y servicios se comporta ya como una empresa privada: campea el saqueo y
la corrupción. Solo requieren la autonomía plena para asegurar su
impunidad.
Autonomía para legalizar el contratismo
Laboralmente el panorama de la propuesta es aún peor. En la
iniciativa no se menciona una palabra del esfuerzo de los miles de trabajadores
mexicanos que a pesar de haber forjado a la industria eléctrica nacional,
luego de los procesos de reestructuración en CFE y LyFC, pierden su
materia de trabajo por el contratismo, ya que actualmente la mayoría de
las obras se concesionan a particulares. Para poder manejar a CFE "como una
empresa de la iniciativa privada siendo de Estado", se pretende concesionar
inclusive funciones estratégicas.
Se propone además la
participación de los trabajadores en la organización y
funcionamiento de las empresas públicas-privadas mediante comisiones
consultivas, pero se dice una palabra en referencia a los institutos de
investigación y desarrollo tecnológico. Omisión
imperdonable porque obviamente la "modernización" del sector significa
entonces la automatización y/o la concesión de funciones, con la
consecuente pérdida del empleo para los trabajadores y técnicos
nacionales.
Como siempre, los índices de productividad se
ajustarán mediante la reducción de costos... comenzando por la
mano de obra, subcontratando, reduciendo salarios, prestaciones, etc.
Las
representaciones sindicales del SME y del SUTERM... calladas, soslayado el fondo
del asunto. Llevan años "sobreviviendo" a cambio de "mantener intacta"
una cada vez más pauperizada plantilla de puestos, sin atacar de frente
el problema de la pérdida de la materia de trabajo, ni la
desnacionalización del sector eléctrico, pero eso sí, se
declaran listos para reestructurarse.
El PRD detrás del PRI
La propuesta Perredista aparece desde la denominada cámara baja.
Pero lo realmente bajo es el perfil de dicha propuesta y de quienes la impulsan:
un pequeño grupo que maneja de manera facciosa soluciones de gabinete.
Ese partido ha restado importancia a un tema estratégico nacional.
En
peores circunstancias se encuentra la propuesta del Partido Verde (PVEM),
comparsa del PAN, incapaz de tomar cuando menos la defensa ecológica,
copiada cuando menos de otros países.
Respecto a la agenda
legislativa del Fox dada a conocer el 25 de marzo, se ratifica su prioridad en
la reforma energética basada en la iniciativa del PAN en el Senado (la de
Rodríguez Prats). Para el PRI el tema no es prioritario, dado que propone
reformas a las leyes secundarias (“olvidándose” ya de la
reforma constitucional). Para el PRD tampoco es prioritario por tratarse tan
solo de una propuesta administrativa para la reestructuración interna del
sector eléctrico.
Así, todos los partidos y el ejecutivo, se
declaran listos para negociar sobre un tema incómodo y
políticamente dificultoso, pero que seguramente les
permitirá reconfigurarse antes de las elecciones del 2003. Como siempre,
se irán por la discusión política legaloide. Después
se quejan del abstencionismo y se dicen sorprendidos por la falta de
participación ciudadana.
Ante este panorama, en el que todo se
reducirá a cambios menores a las leyes reglamentarias (la
correlación de fuerzas difícilmente permitiría para una
reforma constitucional), los trabajadores mexicanos debemos de impulsar con
más fuerza nuestras propuestas de Política Energética
Independiente y las acciones que de ésta derivan, así como
promover la movilización sindical y social, disminuida considerablemente
en los últimos tiempos.
Numeralia de la Cámara de Diputados
- Del pleno de la Cámara de Diputados: PRI: 210 votos (42.0%), PAN: 207
(41.4%), PRD: 52 (10.4%), PVEM: 16 (3.2%) y PT: 8 (1.6%).
- De los 30 miembros de la comisión de energía de la
Cámara de Diputados, 12 son del PAN (ocupan la presidencia y una
secretaría, 13 del PRI (con dos secretarías) y 3 del PRD (con una
secretaría). Completan el PVEM y el PT con un representante cada uno.
- De los 500 legisladores, el grupo mayoritario lo constituyen los abogados
(153), seguidos de lejos por profesores, contadores, administradores y
economistas (50, 38, 35 y 27 respectivamente) y solamente 2 ingenieros
electricistas. 39 no manifiestan su escolaridad.
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