¡Tiemblen Charros!
Desafiante y bravucón, Romero Deschamps alardea ante Fox. El charro exhibe su debilidad, ilegitimidad y temor. Los trabajadores petroleros exigimos: ¡Fuera charros del STPRM! Llamamos a la lucha para la recuperación democrática del sindicato.
“Mantener tranquilidad en los centros de trabajo
no ha sido tarea fácil para las dirigencias sindicales. Ha significado
una cuota extra de ecuanimidad para actuar con prudencia cuando se trata de
convencer al obrero de posponer justas demandas en aras de mantener funcionando
a la empresa" dijo Romero, el 18 de marzo, en el acto oficial de
conmemoración de la expropiación petrolera.
Claro que no es
fácil, porque entre los petroleros mexicanos no hay tranquilidad, hay
malestar, inconformidad y protesta contra la dictadura burocrática que,
indebidamente, usurpa la representación del Sindicato de Trabajadores
Petroleros de la República Mexicana (STPRM).
Carlos Romero Deschamps
exhibe debilidad política y acude a los desplantes, enfrente de
funcionarios del gobierno y de la empresa. Sin embargo, es incapaz de hacerlo
ante los trabajadores. A los petroleros no nos convence con ninguna
“ecuanimidad” sino con la antidemocracia, la represión y la
violencia. Tampoco hemos pospuesto nuestras demandas, han sido los charros
sindicales quienes han traicionado a la base trabajadora entregando a la empresa
el Contrato Colectivo de Trabajo, aceptando lo que el gobierno ha querido,
comprometiendo el futuro de la industria petrolera de México.
Los
charros no defienden a ningún trabajador, buscan defenderse ellos mismos,
más ahora que son perseguidos por la comisión flagrante de delitos
contra el patrimonio de la Nación.
Ante esto tampoco tienen
prudencia, como dijo Romero ante Fox, lo que tienen es miedo.
"A esa misma
prudencia hemos recurrido cuando, en medio de los acontecimientos que todos
conocen, se ha puesto en duda a nuestra organización”
Primero,
es preciso aclarar, que no es la organización sindical la que está
en duda sino la mafia de charros, por el manejo corrupto que han hecho de los
recursos de los trabajadores y de la industria petrolera. Segundo, los charros
se portan bravos para chantajear al gobierno y terminar pactando. No
sería la primera vez. Ambos grupos, charros y gobierno, saben de las
irregularidades en que ambos se mueven. También conocen sus mutuas
coincidencias: privatizar a la industria petrolera nacionalizada.
En el
Centro Administrativo de Pemex, en la Ciudad de México, Romero Deschamps
manifestó su disposición para solucionar los problemas por la
vía del “entendimiento” y anunció su respaldo a
“la dirección general” de Pemex para “modificar el
régimen fiscal” de la empresa. Esto es, los charros apoyan la
pretendida reforma foxista.
No nada más, han venido apoyando todas
las medidas tendientes a quebrar a la empresa estatal, favoreciendo el
contratismo y la entrada del capital privado en numerosas actividades reservadas
constitucionalmente al Estado. Desde luego, “estarían
puestos” para apoyar el desmantelamiento de Pemex, su
reestructuración como “empresa privada” y un nuevo despido
masivo de petroleros.
Al mismo tiempo, persisten las agresiones contra los
trabajadores en lucha por la democracia sindical, mediante despidos
injustificados, hostigamiento y amenazas, instrumentadas por la empresa, charros
y autoridades laborales.
Es evidente que los charros del STPRM se
están defendiendo, aprovechándose del indebido fuero que ostentan.
En el acto, Fox se mantuvo callado. Hizo bien, cuando habla es nada más
para “regarla” a base de mentiras. Sin embargo, ojalá no
ocurra lo mismo con la denuncia contra Romero Deschamps y termine por disolverse
ante el silencio del gobierno federal.
El gobierno panista aprovecha la
debilidad de los charros para beneficio electoral propio pero esa vía no
lleva a la democratización del sindicato. Los charros son mafiosos y Fox
carece de alternativas. En esa dinámica únicamente podría
cambiarse a un charro por otro.
Lo más importante es la lucha
democrática de los petroleros, única y verdadera alternativa.
Llamamos a consolidar la organización en todas las secciones del STPRM y
a preparar la Convención Nacional Democrática de Petroleros, para
reorganizar al sindicato y librarlo del charrismo.
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