Iniciativa Eléctrica del PRD /3
Que el sector eléctrico continúe nacionalizado y verticalmente integrado. ¡Correcto! Lamentablemente, se reconoce la importancia de la integración industrial en otras partes, no en México. Las propuestas no son coherentes con la exposición de motivos. Por otra parte, a los trabajadores se les considera menores de edad y se les adelanta una propuesta de recorte de personal.
Esquema de
financiamiento de obras
La iniciativa del PRD relaciona los diversos mecanismos de
participación del capital privado en el financiamiento de obras de
infraestructura. Entre estos, describe el llamado Construir-Arrendar-Construir
(CAT), Obra Pública Financiada (OPF) y los Proyectos de Inversión
Diferida en el Gasto de Financiamiento (PIDIREGAS) y la figura de Productor
Independiente de Energía (PIE). Esta modalidad es considerada la
más riesgosa y lesiva, principalmente “porque las instalaciones
pertenecerán al permisionario” Adicionalmente, estos proyectos
utilizan gas natural y, la ingeniería y fabricación de equipo, se
realiza en el extranjero.
Esta argumentación es correcta pero no se
corresponde con las propuestas pues plantean que se sigan otorgando permisos
privados, como los de producción independiente y pequeña
producción (que no es tal). Es lo que ha venido haciendo al CRE para la
privatización furtiva y a esa Comisión el PRD propone reforzarla.
La situación está peor, porque la iniciativa dice que
“para el período 2001-2010 de acuerdo a la prospectiva respectiva,
aproximadamente el 53% de la infraestructura eléctrica se prevé
desarrollarla con las modalidades de inversión privada...”
Entonces, porqué las conclusiones no son coherentes? Lo único
que se propone es dar prioridad a los proyectos PIDIREGAS respecto a los PIE. Es
decir, el problema está en la visión de la iniciativa, que
consiste en aceptar la participación privada en la industria
eléctrica nacionalizada, de allí la
incoherencia.
Mercado de
energía eléctrica
Al criticar la creación del mercado de energía
eléctrica, la iniciativa señala que “Las
características del servicio de energía eléctrica no
permiten darle el tratamiento de una mercancía sujeta a las reglas del
mercado...”.
La pregunta es obvia, ¿Porqué, entonces,
proponen que las empresas eléctricas estatales funcionen como empresas
privadas? ¿Qué, acaso, estas no son sujetas del mercado y la
circulación de mercancías?
Luego dice la exposición de
motivos, con relación a las experiencias del mercado en otras partes que,
“en los países en que se ha implantado reaparece con fuerza la
tendencia a integrase verticalmente o sea que una sola empresa tenga a su cargo
la generación, transmisión y distribución de energía
eléctrica”
¿Porqué, entonces, en el caso de
México se niega la integración de la industria eléctrica?
Se reconoce que ésta ocurre, y es buena... para otras partes no
aquí.
Eso es, razonablemente, insostenible.
Experiencias
internacionales de mercados de energía
La iniciativa se refiere a algunos casos en donde la industria
eléctrica ha sido desintegrada: Inglaterra y Gales, Estados Unidos,
Brasil y Francia. Señala que estos cambios no han sido favorables.
Nuevamente, si la integración en otros países es conveniente,
¿Porqué para México no?.
Con relación a
Inglaterra se indica que al fracasar la desintegración, la tendencia es
regresar a la integración.
Respecto a Estados Unidos se habla de las
200 empresas privadas y se dice que “la mayoría de ellas constituye
un monopolio natural.” (sic). Se hace una descripción de la crisis
de California lo cual ilustra el fracaso de las políticas privadas.
Faltó mencionar el caso de Enron, tal vez por razones de tiempo. Acerca
de Brasil, se pone un buen ejemplo de la pérdida por parte de Electrobras
acerca de la dirección en la planeación la que pasó a ser
determinada por el sector privado.
Sobre Francia, la iniciativa elogia a
Electricidad de Francia como empresa estatal integrada. ¿Porqué no
se hace lo propio en nuestro caso, con una industria (no empresa) integrada,
Electricidad de México, por ejemplo?
Desarrollo
tecnológico
La iniciativa reconoce que en los últimos años, con la
apertura privada, ha habido un “debilitamiento de las estructuras de
ingeniería y estudios en las empresas eléctricas públicas y
de las de investigación en los institutos encargados..”. La
crítica es sumamente fresa y pobre.
Se propone una mayor
inversión pública de las empresas y una revisión de la
normatividad “que obligue a los desarrolladores de proyectos financiados,
al empleo de un mínimo de bienes de capital fabricados en el
país...” En este rubro la situación es grave y muchas
propuestas se han hecho, mismas que son del conocimiento de la fracción
parlamentaria del PRD. ¿Porqué las ignoraron? ¿En que
están mal dichas propuestas?
Si, en materia de desarrollo
científico y tecnológico, la iniciativa no recoge ninguna
propuesta de los trabajadores del sector es por incongruencia, ya que, a la
investigación científica y desarrollo tecnológico no lo
entienden como parte del proceso de trabajo en la industria eléctrica. Si
lo entienden, lo niegan porque en este rubro la integración es vital, no
al nivel de un instituto o dos, sino de la industria eléctrica en su
conjunto, de la cual los institutos serían uno solo. Pero, como eluden la
integración industrial, de los institutos ni se acuerdan. Así,
¿Cómo va a haber desarrollo tecnológico propio y fuentes
alternas de energía?
De esta manera, ignorando tan importante aspecto
(y sus consecuencias para la integración industrial), la iniciativa
atiende al inmediatismo posponiendo el futuro “para
después”
Eso es empirismo ingenuo, casi espontaneo por primitivo
y simple.
Misión de
los trabajadores
No se le pueden pedir peras al olmo, menos enojarse porque no las da.
La visión de la iniciativa perredista es patronal, administrativa y
burocrática. Sus conclusiones y propuestas no podrían entenderse
de otro modo.
La iniciativa considera a los trabajadores, de entrada, como
menores de edad. Consecuentemente, sus propuestas (las de los trabajadores) ni
dignas son de tomarse en cuenta.
Es pertinente aclarar que los trabajadores
no tenemos ninguna “misión” Ese es un concepto religioso
llevado al nivel de la gestión de la producción por la propia
patronal; este es, en todo caso, un concepto empresarial no obrero.
Dice la
iniciativa que los trabajadores electricistas han jugado un papel
protagónico en la historia de nuestra industria eléctrica y
señala la “destacada actividad propositiva que generó la
integración de la industria eléctrica nacionalizada...” Esto
es cierto, pero el PRD lo considera historia antigua y elude la propuesta
principal.
La iniciativa señala que “el sector adoleció
de la ausencia de autonomía de gestión” Esto es lo que
realmente preocupa al PRD. Eso significa desviarse de las propuestas
históricas de los electricistas, que aún hoy en día estamos
en la primera línea de combate y mantenemos orgullosamente en alto las
banderas. Los asesores consideran menores de edad a los trabajadores, porque
piensan que debemos dedicarnos únicamente al trabajo, la política
es para los diputados y otros burócratas, destacadamente los charros
sindicales. Dicen, reduciendo el ámbito obrero, que “los
trabajadores deben hacer del trato digno al usuario una mística (sic) de
trabajo y plantear explícitamente su disposición a la
modernización (sic) técnica y administrativa (sic) y a la
capacitación que mejore la eficiencia operativa de las empresas
públicas eléctricas...”
Ser más patronales parece
difícil, pero el PRD lo logra. Dice a continuación, “lo
anterior implica que sin comprometer sus derechos y prestaciones sociales
logradas, abrirse a la discusión sobre cambios en las relaciones
laborales contractuales y si dicha modernización implicara la
optimización de personal deben utilizarse alternativas de
reubicación dentro de las que puede jugar un papel importante la
diversificación de actividades de las empresas eléctricas”
Entre estas actividades, la iniciativa indica servicios como
“producción y distribución de agua, distribución de
gas, telecomunicaciones, etc.
Seguramente, piensan de preferencia en esta
última (etc), siendo que nuestra principal actividad está
relacionada con las funciones esenciales indicadas en el párrafo sexto
del artículo 27 constitucional y no en migajas diversas de ningún
tipo como lo propone la fracción del PRD.
El grupo perredista se
adelanta a la reforma laboral de Fox y Abascal. Todavía las comisiones de
diputados no dictaminan sobre su iniciativa y ya están planteando la
“optimización” de personal. Esto que proponen es un
recorte, pero lo adornan al mejor estilo de cualquier patroncillo
encargado de las relaciones laborales.
A ese nivel tan escandalosamente
bajo, y tergiversado, reduce el partido de “izquierda” a los
trabajadores electricistas. Su argumentación y propuestas son,
necesariamente, inaceptables.
Necesidad de cambio
en las empresas públicas
La iniciativa concluye su exposición de motivos
señalando, con declaraciones, que la alternativa que se propone
“considera que el sector eléctrico continúe como servicio
público nacionalizado, verticalmente integrado,..., concediéndole
autonomía presupuestal y técnica,...”
Lo primero es
correcto, es tesis histórica de los electricistas mexicanos que la
industria eléctrica debe ser propiedad de la Nación. Esto, sin
embargo, debe asumir expresiones concretas, principalmente mediante la cabal
culminación de la nacionalización, esto es, con la
integración de la industria eléctrica nacionalizada basada
en una Política Eléctrica Independiente.
Esto no lo
asume el PRD, habla (por hablar) de que el servicio continúe
“verticalmente integrado” pero no es cierto, porque la
integración industrial la elude y la niega.
Todo se reduce a medidas
administrativas que no pasan de la autonomía de gestión para que
las empresas eléctricas (estatales) funcionen como empresas (privadas),
así como la legitimación de las reformas de 1992 a la LSPEE y el
reforzamiento de la CRE, entidad dedicada a la privatización
furtiva.
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