Volumen 11, Número 186, abril 20 de 2011 |
Atenea
sobre una columna, con casco, un mantón dórico pero descalza. Bajo
relieve del año 460 a.C., Museo de la Acrópolis,
Atenas
Antes de regresar de Grecia, la delegación del FTE estuvo en la
Acrópolis de Atenas, donde está el Partenón, el templo
consagrado a la diosa Atenea, la diosa de la sabiduría.
Zeus es el
más importante de los dioses del Olimpo. Después de la victoria de
los dioses olímpicos en la guerra contra los Titanes, Zeus se unió
con la oceánida Metis. Urano y Gea habían revelado a su hijo Zeus
que de esta unión nacería Atenea que le asemejaría en valor
y sabiduría, poniendo en riesgo su supremacía.
Para paliar
ese riesgo, Zeus se tragó a Metis. Llegado el momento del parto, el dios
ordenó a Prometeo que le abriera la cabeza de un hachazo; todos quedaron
asombrados al ver que de la frente surgía Atenea, armada y blandiendo su
lanza. Es por ello diosa de la guerra.
La nueva diosa tuvo activa
participación al lado de su padre, en la lucha contra los
Gigantes.
Atenea, aunque diosa guerrera, no era belicosa. Era sabia e
inteligente; prestó apoyo a héroes como Aquiles, Odiseo (Ulises) y
otros.
Alguna vez, Poseidón y Atenea disputaron por la ciudad de
Atenas, para aclarar quién la tomaría en protección y cuyo
nombre llevaría. Poseidón golpeó con su tridente la roca de
la Acrópolis y enseguida brotó el agua. Atenea, por su parte,
golpeó la tierra con el pie y de ella salió el olivo, el primero
en el mundo, el árbol bendecido y símbolo de paz desde tiempos
remotos.
La sentencia de los dioses dio la victoria a Atenea y la ciudad
tomó su nombre quedando bajo su cuidado.
La diosa asistió y
ayudó a los hombres de paz, enseñó a los alfareros,
colaboró con los poetas, adiestró a las mujeres en el arte del
hilado. Se le considera diosa de la razón, de la sabiduría, de la
inteligencia creadora, y patrona de las artes y los oficios. Protegía a
hilanderas y tejedoras, se le atribuye la invención de la
cuádriga, el carro de guerra, la escritura, la pintura y el bordado. Muy
a menudo se le cita como “Palas Atenea”.
El constante rival
de Atenea fue su hermano Ares, el que aparece en la Ilíada apoyando a los
ejércitos enemigos de los griegos. Aries defendía a los Troyanos
mientras que Atenea, a los Helenos. Cuando Zeus permitió a los dioses
inmortales que participaran en la guerra de Troya, Atenea combatió a su
rival Ares con éxito.
Ares representaba a la guerra misma y Atenea
a la concepción socializada de la guerra y su uso solo para la defensa de
la ciudad.
La presencia de Atenea era sinónimo del consejo
prudente, el comportamiento tranquilo y el juicio sabio. El Partenón,
magnífico templo consagrado a Atenea, fue el centro de su culto y
veneración; sede de las grandes celebraciones, así como
también del festival de las Panateneas, conmemorativo de su
nacimiento.
Las fiestas de las Panateneas fueron muy importantes en
Atenas y se instituyeron en honor de la diosa. Era una procesión de
jóvenes doncellas de Atenas que subían a la Acrópolis para
llevarle un peplo (vestidura sin mangas usada por las mujeres de la Grecia
antigua) tejido como ofrenda. En ellas participaban también muchachos a
caballo y ancianos.
En el interior del Partenón se encontraba la
estatua de la diosa realizada por Fidias, obra de gran tamaño y
materiales como oro, marfil y esmeraldas.
Los mitos griegos
clásicos cuentan que Atenea guió a Perseo en su cruzada para
decapitar a Medusa. Enseñó a Heracles cómo despellejar al
león de Nemea usando las propias garras del león para cortar su
gruesa piel. También le ayudó a derrotar a los pájaros del
Estínfalo y a navegar en el inframundo capturando a Cerbero.
También fue quien ayudó a Hércules a matar a la hidra de
Lerna.
Los atributos de Atenea eran la lanza, el casco y la égida
(coraza de piel de cabra), un bien que también compartía con Zeus.
En la mano derecha llevaba siempre la imagen de la Victoria alada. En su escudo
portaba la cabeza de la Gorgona, que le fue regalada por Perseo. Con ella
convertía en piedra a quien la miraba. El animal que se le consagraba era
la lechuza y su cabeza figuraba en las monedas atenienses. Homero la llamaba
“Atenea de ojos de lechuza”. La planta consagrada, no podía
ser otra que el olivo.
En Atenas y Esparta protegía las asambleas
populares y deliberativas. En los demás sitios presidía sobre las
mayores uniones de gente. También mantenía la autoridad de la ley,
la justicia y el orden, en las cortes y la asamblea del pueblo.
Como
diosa prudente de la guerra también era la protectora de todos los
héroes que se distinguieron por su prudencia y buenos consejos,
así como por su fuerza y valor, como Heracles, Perseo, Belerofonte,
Aquiles, Jasón, Diomedes y Odiseo. Como diosa de la guerra y protectora
de los héroes, Atenea suele aparecer con armadura, con la égida y
una vara dorada, con la que otorga a sus favoritos juventud y
majestad.
Frente al Partenón, concluyó la presencia del FTE
de México en el 16o CSM, no sin antes haber visitado El Agora,
y el Teatro donde, seguramente, los antiguos griegos asistían expectantes
a las tragedias clásicas de Esquilo, Sófocles y
Eurípides.
Vista de
La Acrópolis de Atenas y el Partenón
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