Volumen 11, Número 186, abril 20 de 2011 |
Un paso adelante de los muchos que nos faltan
Las siguientes son
las apreciaciones políticas del FTE de México sobre el 16º
Congreso Sindical Mundial, realizado en Atenas, Grecia, del 6 al 9 de abril de
2011.
1. Introducción
La realización del Congreso Sindical
Mundial (CSM), tan solo por realizarse, es un gran acontecimiento para los
trabajadores del mundo. No es el único evento de este tipo. Sin embargo,
desde 1945, se considera que el Congreso de la FSM resume las aspiraciones
proletarias, toda vez que, otros congresos son solo para la fiesta y el
turismo.
Que se haya realizado el 16º Congreso representa un
éxito político. La FSM llega así a 65 años
realizando los Congresos ordinarios sin interrupción, aún cuando
la caída del socialismo en Europa fue un duro golpe del cual aún
no se reponen todas nuestras filas, y del cual sigue faltando la versión
crítica de la FSM al respecto.
El 16º Congreso ocurre en
medio de una nueva crisis del capitalismo que afecta a las mayorías en el
mundo. El capital sigue recuperándose, cargando el costo a los
demás, por las vías legaloides o militares. Entre tanto, los
acuciantes problemas de la humanidad siguen sin atenderse y menos
resolverse.
Los trabajadores del mundo necesitamos una FSM
dinámica y actuante. Pero no se puede pedir el funcionamiento
automático, sin considerar las crudas realidades en que se desenvuelve
nuestro movimiento. Sin embargo, es necesario cambiar.
Al 16º
Congreso acudieron organizaciones de 108 países, siendo un total de 881
delegados, de los cuales, 656 fuimos delegados afiliados y 225 fueron
observadores. La participación de mujeres fue del 32%. Esto le dio al
16º Congreso una respetable representatividad, que debe valorarse
más porque casi todos asistimos con nuestros propios medios.
Para
la FSM los retos son muy grandes. Mucho se ha hecho, al haber sobrevivido a la
caída del socialismo europeo, por el esfuerzo de un grupo poco numeroso.
Hoy, nuevas generaciones están al frente. Pero viejos vicios no se han
ido. No basta el llamado a las nuevas generaciones, se precisa de propuestas
políticas, que son muy pocas. Falta, también, reorganizar y
dinamizar las estructuras, enarbolar un programa, afirmar los principios por los
que decimos luchar y asumir la representación con ética clasista,
lo que supone la independencia de clase y la praxis
proletaria.
2. Organización
Para la realización del 16º CSM en
Atenas, contó mucho la participación del PAME de Grecia.
Constatamos lo que había empezado un año antes. La Convocatoria al
Congreso fue oportuna, el 1 de mayo de 2010. El plazo otorgado como fecha
límite, el 30 de noviembre, para el registro de delegados y ponencias fue
correcto. El FTE cumplió en tiempo y forma. Otros, también. Pero
hubo quienes dejaron todo para el final.
Es un hecho lamentable que un
grupo de mexicanos, auspiciados por Ramón Cardona, representante de la
FSM en la región América, haya violentado las reglas. Apenas a
unos días del Congreso ofertó el viaje a Atenas, y de
México se anotaron 90 delegados, supuestamente afiliados, a través
de una “coordinación” inexistente. Al final, se logró
recibir a menos, pero eso no es correcto.
Desde antes de iniciar el 16
CSM, fuimos testigos de la colaboración desinteresada de muchos
militantes del PAME y de la juventud universitaria comunista, que hicieron sus
mayores esfuerzos para el éxito del Congreso. En todo momento estuvieron
muy atentos con las delegaciones.
Destacó la presencia y
combatividad de las bases del PAME que asistieron a la inauguración del
Congreso. Lamentamos que, después, solo una comisión estuviera
presente en los trabajos.
La logística estuvo a la altura del
evento internacional; la comida y el transporte
también.
3. Formato
El formato tiene que ver con la parte protocolaria y con
la formal. En el primer caso, la inauguración fue imponente y, lo
más importante, fue la presencia de casi mil delegados del mundo
recibidos personalmente por miles de trabajadores griegos. Los otros invitados
gubernamentales son menos relevantes.
El programa inaugural siempre queda
a cargo de los organizadores quienes deciden lo que ocurrirá. En general,
fue acertado. Algo que no fue bien visto fue el comportamiento de Mavrikos. Dio
la impresión que el Congreso era para su lucimiento. Hubo momentos en que
levantaba la voz para arrancar el aplauso fácil en las tribunas. A ese
momento no sabíamos que Mavrikos es diputado del parlamento griego, lo
cual es motivo de críticas aparte.
En lo formal, el Congreso
adoptó un formato caduco, consistente en abrir una lista de oradores casi
interminable para que cada quien opinara lo que quisiera y en el orden que
fuese. Es la dispersión total, si acaso el desahogo sobre cuestiones
domésticas y, para varios, la oportunidad de lucirse ante quienes no los
conocen. El asunto es importante porque un formato inadecuado no da buenos
resultados. También es cierto, que el formato debe ser tal que se
corresponda con los objetivos a obtener.
En el presente caso era evidente
que no tenía sentido realizar un Congreso tan costoso solo para encumbrar
a alguien o para cumplir solo con el protocolo. Era muy importante que se
hiciera el Congreso pero, después de la debacle, era más
importante avanzar en la reconstrucción de la FSM, mediante un gran
esfuerzo de análisis político, para abordar propuestas que
sirvieran al fortalecimiento de la FSM.
Estos aspectos políticos
no fueron los centrales de los organizadores, a ellos no les
correspondía. Esta es tarea del liderazgo de la FSM que prefirió
el conservadurismo, como se hizo en el pasado, no obstante que las condiciones
de ahora son otras.
El formato tipo “opinadero” no funciona,
salvo para el manipuleo, el engaño y la autocomplacencia. Una
organización internacional verdadera necesita abandonar el
acartonamiento, la rigidez política, que le permiten mantener el control
de los demás pero, al mismo tiempo, impiden su desarrollo.
Existen
otros formatos, de los cuales, el FTE hizo propuestas previas a Atenas. Un
formato alternativo consiste, primero, en definir la Agenda temática y,
segundo, desarrollar el Congreso en sesiones simultáneas y generales. Se
intentó definir una agenda que, sin embargo, no fue respetada; el propio
formato la anuló.
Los grandes problemas mundiales de los
trabajadores requieren de una amplia discusión colectiva, misma que no se
puede producir en cinco minutos. Tampoco se puede resolver todo en un Congreso,
es necesario activar la discusión desde los preparativos. Eso no
ocurrió.
El resultado está a la vista. Más de cien
oradores, contadas propuestas y nulos análisis. Después de los
primeros diez oradores era previsible lo que vendría: más de lo
mismo. La pérdida de atención en el Congreso se incrementa, la
repetición del mismo cliché se vuelve cansada y el interés
va disminuyendo. A la mitad del Congreso los delegados traen sus
audífonos para oír pero ya no escuchan; a los mismos traductores
les sobreviene el cansancio.
Presencia del FTE de
México en el 16º Congreso Sindical Mundial
4. Contenido
4.1 Discurso
político
Lo más importante es el contenido del
Congreso. Con un formato inadecuado es difícil obtener buenos resultados
y evaluarlos.
En la sucesión de oradores del 16º CSM, de
acuerdo a las intervenciones, se observó que casi nadie las había
preparado con antelación, que si lo habían hecho solamente ellos
las conocían y, que si no se tomaba nota, nunca se sabría que
dijeron. En ningún momento vimos a nadie que llevara la relatoría
del Congreso o que levantara las actas.
De los participantes, se pueden
considerar varios agrupamientos. Sin tener datos precisos, la mayoría de
los delegados fueron adultos jóvenes y la minoría mayores, un
tercio mujeres y dos tercios hombres. Los muy jóvenes (la juventud
sindicalista) estuvieron en minoría. Por regiones, Africa, Asia y
América estuvieron representadas casi a partes iguales, 30% cada una; el
resto correspondió a Medio Oriente y Europa, siendo ésta la menos
representativa.
Lo más importante es la caracterización
política, donde también se advierten varios sectores. Uno, el
minoritario, es clasista, con ideas claras y con una práctica
consecuente; también hay jóvenes pero pocos. Dos, el sector
caracterizado por el sindicalerismo empírico, en su mayoría
jóvenes sin mucha experiencia obrera, con un discurso muy retórico
pero grandes inconsecuencias. Tres, el sector aún indefinido que no se
expresa por diversas razones, algunos por inexperiencia, otros por intereses.
¿Cómo se puede decir a qué sector pertenece cada
orador? Por sus hechos, empezando por analizar qué dijeron o qué
propusieron e, incluso, qué no dijeron. Por eso es importante escuchar y
por ello se requiere un formato adecuado para estar atentos todo el
tiempo.
Si la mayoría de delegados no presentaron sus
intervenciones previamente, su formulación fue improvisada y su contenido
superficial. Debido a que se practica un sindicalismo empírico, los
fenómenos que se reflejan son los más cercanos. Siendo un Congreso
internacional, pareciera que fuese un foro de información sobre
situaciones nacionales. Aún cuando hubiere agenda, sin dirección,
la mayoría pierde el tiempo presentando saludos obvios para luego
referirse a situaciones domésticas, que tienen importancia y
relación con lo demás, pero no son centrales. La mayoría no
conoce los detalles internos ni les interesan.
Así, el Congreso se
repite con cada orador. No sabemos quién, ni con qué criterio,
decide la lista de oradores. Lo que sí sabemos es del chorizo que se
hace, con una lista disímbola, y sin aparente criterio político.
La discusión se hace en un desorden que todos quieren que
termine.
Cuando se quieren tratar asuntos que requieren del consenso de
los congresistas, todos están cansados y ya no hay análisis
razonados. Al final, se toman las decisiones unilaterales que se quieren. Otras
que no fueron consideradas, simplemente quedan eliminadas.
¿A
qué llegamos? En la apariencia, todos muy contentos, ya cantamos la
Internacional, ahora vámonos, nos veremos en el siguiente Congreso. Unos
cuantos, los que resultaron electos, se quedan a ver qué pasa. Eso, no es
lo que necesita la FSM en la época
actual.
4.2 Ausencia de
propuestas
A todos los participantes en el CSM los caracteriza
algo en común: casi nadie presenta propuestas. No lo hacen formalmente.
Algunos, dentro de sus discursos, deslizan alguna idea que podría ser
propuesta pero queda como comentario.
Otros, saben que lo que
“sí pasa” debe ser debidamente cabildeado y acordado con las
cúpulas. Eso garantiza que la propuesta se aprueba, ¿para qué
hacerlo oralmente? En efecto, se logra ese “objetivo”, el problema
es que ese método tampoco no funciona. ¿De qué sirve que se
aprueben cosas si no se llevarán a la práctica?
Baste
señalar un ejemplo. En el 15º CSM de la Habana, el FTE de
México propuso el proyecto Universidad Internacional de los Trabajadores,
la propuesta se aprobó por unanimidad. ¿Qué pasó? Los
organizadores hicieron una redacción muy defectuosa de la
resolución pero, lo más grave, es que todo siguió como si
nada hubiese pasado.
Hay quienes dicen, “¿para qué
tanto esfuerzo si ni siquiera van a leer las propuestas?”. Tienen
razón, muy pocos leen, no lo hacen ni los dirigentes. Además,
“¿para qué propuestas? si muchos van solo a pasear”.
También es cierto.
El caso es que en el 16º CSM las
propuestas de los afiliados fueron muy pocas. No es que no haya propuestas, las
hay. Tan solo el FTE de México hizo 100 propuestas, el problema es que ni
siquiera se informó por la FSM a todos los delegados de esas propuestas.
Durante el 16º Congreso nos enteramos de algunas publicaciones de
la FSM sobre diversos temas. Es un buen esfuerzo sin duda. El problema es que
nada de eso se conoce entre los trabajadores. La comunicación y
difusión está muy débil.
Reiteramos que, entre tanto
las cúpulas de la FSM se mantengan en un nivel burocrático,
ninguna propuesta que no hagan ellos tiene posibilidades de nada. Eso no es lo
que necesita la FSM. Los momentos actuales son de definición, la FSM
somos todos los afiliados y a todos nos corresponde definir su rumbo. Para que
esto ocurra es necesario que los demás se decidan y definan. Eso no
ocurrió en el 16º
CSM.
4.3 Reformas estatutarias
unilaterales
Una de las urgencias para la FSM es tener nuevos
Estatutos. Los actuales son los de la Perestroika, que eliminó hasta las
palabras “lucha de clases”. Esos Estatutos se retomaron oficialmente
en 1994, en el 13º CSM de Damasco. Dadas las circunstancias del momento se
dejó al futuro su revisión. Ya pasaron casi 20 años y se
sigue insistiendo en funcionar con base en el modelo antiguo y
regresivo.
El tema es serio y requiere de un análisis detallado,
así como la discusión colectiva y las aportaciones de todos los
afiliados. Esto supone organizar la discusión a nivel mundial. No es un
proceso simple, hay que organizarlo para evitar votar cuando todos están
cansados y ya no escuchan.
Todo empieza por formular un proyecto para
abrir la discusión. Casi nadie se ha detenido en este asunto. El FTE de
México lo hizo y 6 meses antes presentó sus propuestas, en
español e inglés. Al Congreso se llevó una edición
impresa y otra digital que se entregaron a todos los delegados.
Pero nos
negaron la palabra, no obstante nuestra insistencia. Lo único que
pretendíamos era presentar las propuestas. Por lo menos, debió
considerarse tal propuesta. ¡Nada! Lo dijo el propio presidente: “No
hay ninguna otra propuesta!”. Sí la hubo, la presentamos y
entregamos por escrito, antes y durante el Congreso.
La
resolución propuesta por el FTE, redactada en inglés y
español, fue:
“Considerando que los afiliados debemos
estudiar y formular nuevos Estatutos para la Federación Sindical Mundial,
estableciendo con claridad el concepto de lucha de clases,
proponemos:
“CONSTITUIR UNA COMISION
INTERNACIONAL, PRESIDIDA POR EL SECRETARIADO DE LA FSM, QUE INTEGRE TODAS LAS
APORTACIONES DE LOS AFILIADOS, ESTUDIE LAS PROPUESTAS, FORMULE UN PROYECTO FINAL
Y LO PONGA A LA DISCUSIÓN Y, EN SU CASO, APROBACIÓN DE LOS
TRABAJADORES EN TODOS LOS PAISES”.
Mejor cortesía
política no puede haber. Dada su importancia, eludimos que se votara en
el 16º CSM y propusimos que una comisión internacional se encargara
del asunto, las nuestras solo son propuestas a discusión de los
trabajadores. Bien, la propuesta fue denegada.
En cambio, en plena
participación de los oradores, empezó a circular una hoja que
contenía propuestas de reforma a los Estatutos. A los cinco minutos, el
presidente de la FSM interrumpió el Congreso para informar que era la
única propuesta y la puso a votación, quedando como
resolución.
¿Qué fue lo que se aprobó? En
primer lugar, la reforma al artículo 1 para suprimir las partes relativas
a la definición de la FSM, los objetivos, medios y métodos de
trabajo. Se trata de una propuesta regresiva. Sí hay que cambiar los
Estatutos completos pero sobre la base de otra propuesta superior que sustituya
a la anterior y previamente aprobada por los trabajadores. No, se votó
que se suprima todo, sin ninguna propuesta alternativa, salvo dejar el asunto en
manos del Consejo Presidencial para que haga los cambios
“necesarios”.
Eso es antidemocrático, todo lo
contrario del discurso oficial. Ahora, las cúpulas quedaron facultadas
para decidir “en nombre de los trabajadores” lo que mejor
convenga.
Sobre la estructura de la FSM no se propuso nada, sobre el
funcionamiento tampoco, pero sí sobre el período a ocupar por los
representantes. No se necesita mucho para leer las intenciones.
En esas
condiciones el funcionamiento político de la FSM seguirá siendo
limitado.
4.4 Elecciones a
conveniencia
El proceso electoral se realizó con deshigiene
política. Azzouz propuso a Mavrikos y éste propuso al primero.
Queriendo simular el ejercicio del voto, a la manera socialdemócrata,
todo terminó en una votación a mano alzada. No se pudo ocultar la
impericia.
Los sindicatos sirios tienen el mérito de haber
recibido a la FSM cuando nadie quería saber nada de esta y menos ser sede
de un CSM. El PAME de Grecia tiene el mérito de estar apoyando al
sostenimiento de la FSM en Atenas. Eso es indiscutible. Pero ni Azzouz ni
Mavrikos son los únicos. Hasta ahora han cumplido pero hasta allí.
Un diputado como secretario general de la FSM es grotesco. El diputado,
de cualquier partido, es parte del Estado. La clase obrera, como la FSM, tienen
en la independencia de clase uno de sus principios fundamentales. Sin
independencia de clase no se puede dirigir a la clase; se le podrá
representar pero no dirigir.
Mavrikos y su partido han apoyado a la FSM
pero también la han utilizado. En nuestros días, no basta decirse
comunista para serlo, ni antimperialista para parecerlo. Hoy se necesitan de
proyectos políticos integrales, alternativos y de clase, y de una
práctica política congruente.
Azzouz, por su parte, no
debía reducir el discurso al nivel de la lucha “entre el bien y el
mal”. Ese es un pensamiento primitivo, al nivel del conocimiento
espontáneo, que nada tiene que ver con la lucha de clases. Que lo diga el
presidente de le FSM no es correcto.
Cuando se decidió acerca del
Consejo Presidencial, Mavrikos quiso mostrarse democrático, exhibiendo su
antidemocracia. Propuso una lista de 40 integrantes para decidir sobre 37
mediante el voto en las urnas. La insistencia fue tal que, para quienes no
supieran que es la socialdemocracia, no tenía importancia pero, el
derecho al voto es muy poco para la clase obrera. Al final quedaron 40 por
votación a mano alzada, no obstante que Mavrikos quiso llevar la
apariencia hasta el final y muchos depositaron su voto.
Lo más
importante es la composición del Consejo. Esta vez, el Congreso no
decidió acerca del Secretario General Adjunto, ni de los Vicepresidentes,
ni de los Representantes de Oficinas Regionales. Todo quedó a la
discreción de Mavrikos y Azzouz.
Se entiende que el Consejo es
parte fundamental del equipo y se busca trabajar en armonía. Pero
también cuenta el criterio político, porque la FSM no es un
parlamento ni puede serlo. En la lista de los 40, hay representantes de todos
los continentes y regiones. ¡Muy bien! En esa lista está la
presencia de organizaciones afiliadas importantes. ¡Muy bien!
También están algunos representantes comprometidos con la FSM.
¡Muy bien! Todo eso es correcto.
Pero también hay casos
discutibles. Al Consejo se reeligió a algunos y se incorporó a
otros. En algunos casos, no hay méritos. En otros casos, se
integró a quienes no están todavía afiliados, en el
Congreso anunciaron que lo harían y ya están en el Consejo. Hay,
incluso, un caso de quién ni siquiera tiene sindicato, lo tuvo pero ya
no. Muchos otros son nuevos y de corta trayectoria con la
FSM.
¿Porqué se decidió así y con qué
criterio político? No se explicó al Congreso pero hay un evidente
criterio de conveniencia. Tan es así que será el Consejo el que
decida que harán los demás, qué posiciones ocuparán
y de qué serán responsables. El Consejo se reúne cada seis
meses, ninguno de sus integrantes se verá antes.
En el caso de la
región América, no creemos que la CTC de Cuba no tenga un mejor
candidato entre sus filas, ni que ignore la “labor” del
actual.
Otorgar a los observadores el derecho al voto, es algo que no
está en los estatutos. Permitir que los invitados decidan es
grotesco.
4.5 La ética y
la praxis
Bajo la perspectiva de clase, no basta decirse
democrático, ni siquiera parecerlo, sino serlo. Tampoco es suficiente
proclamarse independiente, siendo parte integrante del Estado (burgués).
Tampoco basta llamarse comunista para serlo. Toda esa es fraseología.
No se puede, tampoco, imponer la democracia a gritos, como hace
Mavrikos. Ni tampoco regañando, como lo hizo con Rafael Correa,
presidente de Ecuador, porque no había enviado un saludo al Congreso, no
obstante que, en su turno, el delegado ecuatoriano informó que por su
conducto Correa saludaba al CSM. Solo faltó que regañara a Hugo
Chávez, presidente de Venezuela, cuyo mensaje no fue
mencionado.
El discurso se debe corresponder a la acción, es
decir, no basta decir las cosas, hay que hacerlas. Pero una sola persona, por
bien intencionada que sea, no puede hacerlo todo, se necesita el concurso de los
demás. Esto es, la FSM necesita de una dirección colectiva, con
ética de clase y una praxis demostrada en los hechos.
No se trata
de criticar por criticar, tampoco de pedir una y otra vez que se hagan
críticas para desecharlas de inmediato, porque eso deviene en demagogia.
Hay que acudir a la colaboración de todos los afiliados en calidad de
camaradas, no de súbditos o esclavos de dioses muy menores. Esa
colaboración debe organizarse, no se produce espontáneamente y
así no serviría de mucho, deben cumplirse objetivos
estratégicos.
Desafortunadamente el 16º CSM no
discutió nada referente a estos aspectos. Se mantiene el concepto de una
FSM estática, como centro de coordinación a nivel mundial,
limitada al protocolo, y sin estructura, que funciona inercialmente
El
FTE considera que el movimiento necesita a una FSM dinámica, con
propuestas estratégicas y al frente de la respuesta general de los
trabajadores. Para ello, se necesita de una organización estructurada,
acorde a las circunstancias y con un liderazgo
conciente.
4.6 Poca
colaboración con la FSM
La representación de la FSM
se caracteriza por dar mucho énfasis y tener mucho interés por los
observadores y amigos, mismos que son bienvenidos pero no tienen ninguna
obligación con la FSM. Contradictoriamente, se les privilegia más
que a los afiliados.
Los afiliados cooperan muy poco, algunos nada, con
la FSM. Basta revisar el informe de la Comisión de Control Financiero
para conocer quienes cooperamos económicamente. Muy pocos. El FTE aporta
solo 500 euros pero lo hace puntualmente, además de pagar nuestros
propios gastos internacionales y apoyar económica, política y
organizativamente a la FSM para el éxito de los eventos internacionales a
los que es invitado.
Otras organizaciones, incluso pertenecientes al
Consejo Presidencial, no aportan nada, según informó el propio
Mavrikos. Eso es incorrecto y deriva de un funcionamiento inadecuado de la
FSM.
Sesiones generales del
16º Congreso Sindical Mundial
5. Conclusiones
La FSM es una organización necesaria para los
trabajadores del mundo y debía prepararse para transformarse. Ha sido
encomiable que durante 65 años mantenga la realización del CSM sin
interrupciones. Eso se debe a unos pocos, la mayoría no estuvo en los
momentos cruciales. Se trata, sin embargo, de otras condiciones. Hoy, una nueva
generación de proletarios tiene la responsabilidad del presente y futuro
próximo.
El 16º CSM ha sido un gran acontecimiento por su
número, representatividad y composición social. Pero hay
cuestiones aún no superadas.
Salvo excepciones, en general, el
nivel político es bajo. Eso revela el tipo de sindicalismo que
practicamos y cómo ha sido corroída la conciencia por la crisis.
Esta es tan apabullante que nos hace olvidar las causas y atendemos solo los
efectos. Peor aún, todavía nos cuesta trabajo comprender que el
capitalismo es uno solo en el mundo, qué la situación es la misma
en todas partes y que, por tanto, debíamos abanderar un solo programa,
que está ausente por inexistente.
Mantenemos arraigados defectos
atávicos, en la forma y en el fondo. La tendencia al manejo
burocrático es inherente al capitalismo pero se puede superar si se
quiere. Esto es determinante tratándose del fondo. En todas partes se
tiene la costumbre de mirar muy corto, creyendo que nuestro entorno cerrado es
todo el mundo y que, por tanto, vamos bien y los demás deben aplaudir.
Mientras hay loas todo está bien, el problema es que los demás
empiecen o intenten pensar; entonces, hay que agredirlos sin siquiera
conocerlos. ¿Cuál es el resultado previsible? La caída en el
despotismo y en la fabricación de la derrota. Esa política no se
sostiene al futuro.
Esto último es lo más grave. La
situación del momento exige una seria respuesta obrera ante la crisis del
capital. Eso pasa por articular las fuerzas existentes, reorganizándolas
y dirigiéndolas correctamente. ¿Cómo hacerlo, si la FSM ni
siquiera tiene Programa, ni estructura, ni recursos?
Siempre se empieza
por la voluntad política, que representa el cincuenta por ciento del
camino por recorrer. Eso supone atreverse a cambiar. El exitoso 16º CSM no
estuvo a la altura de los deberes de clase del momento. No se pudo, nuestras
conciencias están en otras frecuencias, todos queremos pero pocos
hacemos.
Las generaciones más nuevas estuvieron ausentes, apenas
un pequeño grupo de la juventud sindicalista asistió al Congreso.
Sí estamos avanzando pero muy lentamente, dimos apenas un paso
adelante de muchísimos que nos faltan. Los siguientes pasos deben ser
más firmes, el movimiento necesita de nuevos cuadros, de más
frescura, más autenticidad y más conciencia de clase. Actualmente,
hay excepciones pero eso son, excepciones.
El FTE de México
celebra el éxito del 16º CSM pero no hecha las campanas a vuelo, no
se puede decir que es histórico y que no ha habido otro igual.
Sería ignorar la propia historia obrera internacional. El éxito
para ser tal debe cuidar, dentro del movimiento, al futuro de éste. Eso
significa que, hoy y mañana, se debe decir menos y hacer más. La
FSM no puede, ni debe, cambiar desde arriba sino al revés, solo los
cambios asumidos desde abajo tendrán éxito.
¡Proletarios del mundo,
Uníos!
ANEXO
Respecto
al comportamiento despótico de Mavrikos para nuestro secretario general,
asumimos una posición política crítica. La FSM es de los
que hemos luchado y seguimos luchando. El FTE de México, reiteramos, no
tiene elevada jerarquía pero sí gran significación
política.
Es evidente que hay diferencias políticas con
Mavrikos, lo mismo que con Cardona. Tenemos proyectos políticos
diferentes. Eso no es malo, la política no es propiedad privada de nadie.
Pero, también, somos los trabajadores mexicanos políticamente
más consistentes, como lo demuestran varias décadas de lucha
obrera. Por ello es que la agresión es inaceptable. Nuestras propuestas,
sin embargo, no son de ahora, los ataques tampoco.
El FTE de
México es una organización afiliada, de verdad, a la FSM. El FTE
de México sigue afiliado a la FSM, a la UIS de la Energía y a la
UIS del Metal, y seguirá aportando su cooperación
económica, política y solidaria.
Nuestras apreciaciones
valoran en la lucha concreta al imaginario, las condiciones y circunstancias.
Nuestra intención es avanzar en fase activa y constructiva. Conociendo la
historia de la FSM y sus consecuencias, proponemos una FSM mejor y a la altura
de sus deberes de clase.
Delegados asistentes al
16º Congreso Sindical Mundial
Esta página es construida por trabajadores del sector energía.
La información contenida puede citarse total o parcialmente, mencionando la fuente.
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