Volumen 11, Número 177, enero 15 de 2011 |
15. Lucha contra las transnacionales
RESUMEN: La
actual fase del capitalismo está dominada por el poder oligopólico
de las corporaciones transnacionales. Estas han adquirido un peso similar al de
algunos Estados y superior al de la mayoría. La acumulación de
capital beneficia solamente a las corporaciones, acarreando multitud de
problemas a los trabajadores, pueblos y
naciones.
1. Introducción
La globalización es una etapa elevada y
compleja de desarrollo del capitalismo. Abarca la extensión de las
relaciones de producción a casi todos los ámbitos del planeta.
Impacta a la producción y a la comercialización de los bienes y
servicios, y parte de dos hechos claramente diferenciados pero estrechamente
articulados: un elevado desarrollo de las fuerzas productivas que trae consigo
la aplicación de los nuevos adelantos científicos aplicados como
tecnologías y, por el otro, la necesidad de encontrar salida a la vasta
producción de la riqueza que trae consigo, dado que los mercados
nacionales no tienen la capacidad para absorber los enormes excedentes
económicos generados.
Al frente de este proceso están las
grandes empresas transnacionales, que dirimen en la esfera internacional los
avances aplicados no sólo en la industria, sino también en el
comercio y los servicios, siendo el comercio externo un mecanismo que permite
convertir en ganancia la plusvalía que se obtiene en la producción
de mercancías.
El proceso de acumulación de capital va
acompañado de la intermediación financiera cuyo objetivo es
incentivar la producción, regular y facilitar las transacciones
comerciales. Ante la carencia de parámetros mundiales que midan las
necesidades, es mucho mayor el capital financiero que se mueve a nivel mundial
en relación con la producción.
Esto ha redefinido la
intervención del Estado en la economía. En la mayoría de
los países, no importando su grado de desarrollo, el sector paraestatal
se ha reducido. Se ha dejado al libre juego de la oferta y la demanda, es decir,
al mercado, como regulador de las transformaciones. La apertura comercial hacia
el exterior se realiza casi sin restricciones. Esta política ha sido
acompañada de la correspondiente campaña mediante la cual se
legitiman esas acciones.
Las empresas trasnacionales en el proceso actual
establecen redes interconectadas a nivel mundial cuya característica es
oligopólica. La globalización no consiste solo eliminar las
barreras nacionales para facilitar el intercambio de bienes y servicios, se
busca también derribar los obstáculos para el flujo de capitales.
Los mercados financieros internacionales han integrado no solo a los
países, sino a los mercados, a las instituciones y a los instrumentos
financieros. Ello ha traído una mayor competencia y eficacia en la
intermediación.
La creación de burbujas financieras ha
acarreado innumerables problemas internacionales. De hecho los excedentes
monetarios no respaldan plenamente a la producción mundial, la
sobrepasan. Los países quedan al arbitrio de los grandes agentes privados
que movilizan y especulan para obtener ganancias extraordinarias.
El
Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional han acentuado su papel de
organismos, a los cuales los gobiernos no pueden hacerlos a un lado, como
agentes protagónicos en la formulación de la política
económica que se decide y ejecuta.
El actual desarrollo del
capitalismo a nivel mundial está minando aceleradamente las bases
actuales sobre las que descansa la soberanía de las naciones quedando
cada vez más sólo como una expresión
formal.
2. Poder de dominio económico y político
A comienzos del siglo XXI, en
el mundo había unas 85,000 empresas multinacionales con más de
900,000 empresas filiales y 54 millones de empleados directos. Unas cifras que
no paran de crecer.
Según BussinesWeek (2005) las 10 empresas
transnacionales más grandes del mundo son: COCA-COLA, MICROSOFT, IBM, GE,
INTEL, NOKIA, DISNEY, McDONALS, TOYOTA y MARLBORO. De éstas, la
mayoría son de propiedad norteamericana, Nokia es finlandesa y Toyota
japonesa.
Según Clairmont y Cavanagh, la cifra de negocio anual de
las 200 mayores multinacionales supone, aproximadamente, la cuarta parte (26.3%)
de la producción mundial. Entre esas empresas transnacionales
están: Shell, General Motors, Ford, Exxon, IBM, Mitsubishi, Toyota.
Philip Morris y General Electric.
Las sedes de estas 200 empresas se
hallan en tan solo 17 países. Más de una tercera parte (74) son
estadounidenses. Después de Estados Unidos, destaca Japón, seguido
por Reino Unido, Francia, Alemania, Canadá e Italia, por lo que el Grupo
de los Siete (el G-7) aglutina el 80% de las multinacionales. Fuera de este
grupo, solo Suiza, Corea del Sur, Suecia, Australia y Países Bajos pasan
de la docena.
Las 100 firmas más importantes suponen el 13 % de
los trabajadores y el 14% de las ventas mundiales. En los países de la
OCDE dan empleo a 70 millones de trabajadores, un 20% del empleo remunerado de
las actividades no agrícolas, lo que representa entre el 2 y el 3% de la
población económicamente activa a nivel mundial.
La
actividad de las transnacionales tiene un efecto negativo sobre el empleo,
aumentando el desempleo. Otros de los cambios importantes que causan en la
población son los cambios en las pautas de consumo con el apoyo de los
medios de comunicación masiva.
La influencia de las
transnacionales tiene una componente política, para obligar a los
gobiernos a seguir las pautas que definen y les benefician. Además, todas
las empresas transnacionales actúan conjuntamente para dar golpes de
Estado.
3. Conclusiones
Las transnacionales articulan sus procesos
productivos y comerciales con una visión global, el mundo se ha
convertido para algunas de ellas en una zona sin fronteras.
Este proceso
ha venido siendo acompañado por movimientos de capitales cada vez
más importantes y que en ocasiones se desfasan con la producción y
el comercio de bienes y servicios, ocasionando graves problemas entre las
naciones.
PROPUESTAS
El FTE de México presenta al 16º Congreso Sindical Mundial las
siguientes propuestas:
- La FSM llama a los trabajadores del mundo a la lucha contra el capital
oligopólico representado por las corporaciones transnacionales.
- La FSM llama a la defensa de los procesos nacionalizadores, la soberanía e
independencia de las naciones.
Frente de Trabajadores de la Energía,
de México
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