Volumen 11, Número 177, enero 15 de 2011 |
7. Trabajo, salario y seguridad social
RESUMEN:
Los derechos al trabajo, al salario y a la seguridad social, son vulnerados
constantemente por la crisis capitalista. Está en el desafío de
los trabajadores organizar respuestas apropiadas dentro del movimiento de la
fuerza de
trabajo.
1. Introducción
En el capitalismo, el empleo es resultado de
la compra-venta de la fuerza de trabajo, dentro de la órbita de la
circulación o del cambio de mercancías. Aún en su fase
tecnologizada, el capital no puede funcionar automáticamente, necesita de
la fuerza de trabajo manual e intelectual de los trabajadores.
El trabajo
es un derecho social fundamental de los trabajadores por el carácter
social del mismo. El derecho, sin embargo, no se cumple en la práctica.
Solamente una minoría de personas tiene un trabajo. Peor aún, el
capital tiende a limitar más el derecho por la vía de ampliar la
jornada de trabajo e, incluso, suprimirla; o bien, reduciendo las condiciones
laborales y salariales.
La conformación y diferenciación de
clase en el capitalismo contemporáneo está cambiando. El
movimiento de la fuerza de trabajo está integrado al del capital. Los
monopolios y el Estado han transformado la interacción del capital y su
competencia expresada en el flujo del movimiento de la fuerza de trabajo. El
límite es la existencia de la fuerza de trabajo como mercancía.
Esta impide el asentamiento definitivo y permanente del monopolio en cualquier
rama industrial.
La forma capitalista de explotación recrea
continuamente las condiciones para la explotación y viceversa. El
movimiento de la fuerza de trabajo es condición para el movimiento del
capital. Si el capital circula se debe al movimiento de las mercancías,
en primer lugar, de la fuerza de trabajo.
Para los trabajadores las
crisis tienen efectos visibles sobre su vida y su ciclo productivo. La
relación salarial es el concepto que permite entender lo que determina a
los trabajadores vender de manera directa sus capacidades de trabajo para
cumplir con las tareas productivas del capital.
Las fases del
movimiento de la fuerza de trabajo son: la reproducción de la fuerza de
trabajo en sus distintas formas; la selección y distribución de
los trabajadores en la división capitalista del trabajo, así como
la determinación de los niveles y estructuras salariales; y, las formas
en que se realiza el consumo productivo en el proceso de
trabajo.
2. Empleo, salario y seguridad social
Los trabajadores pueden producir su fuerza de
trabajo pero eso no significa que puedan venderla. También pueden ser
seleccionados de acuerdo a sus capacidades productivas pero solo queda la
garantía de que consumirán productivamente su fuerza de trabajo
durante un lapso de tiempo limitado.
El trabajo se transforma
continuamente en capital a cambio del salario. Pero los niveles salariales no
implican ajustes mecánicos entre la oferta y la demanda de diferentes
tipos de capacidades productivas. Esto produce tensiones pero también
limita el espacio de lucha de los trabajadores en períodos de
crisis.
La tendencia es al aumento en el número de asalariados.
Esta extensión de la relación salarial lleva a consecuencias, como
la mayor movilidad social de los trabajadores en su desplazamiento entre
diferentes tipos de tareas productivas y, al mismo tiempo, a líneas de
demarcación no solo por las diferencias ocupacionales sino por los
efectos que tienen sobre el ciclo productivo, el origen social, racial, de edad
y sexo. El Estado se ha involucrado más bajo nuevas formas para que la
capacidad de trabajo se siga produciendo logre o no venderla el
trabajador.
Por otra parte, los cambios tecnológicos y la
organización del trabajo están marcando la intensificación
de la explotación de los trabajadores, dirigiendo el ritmo y el contenido
de las tareas productivas que deben realizar.
Las pretensiones a la
reducción concertada de los salarios son significativas, tanto para los
trabajadores que reciben un salario mínimo como para aquellos
pertenecientes a las ramas industriales y de servicios. Esto conduce a una
homogeneización que divide y enfrenta a los trabajadores.
Además, el proceso de acumulación del capital tiende a
transformar gran parte de las tareas productivas, como indiferenciadas en
términos de las capacidades erigidas para llevarlas a la práctica.
Esto implica que un número mayor de trabajadores son intercambiables
entre sí por la introducción de nuevas
tecnologías.
Los criterios para la selección,
distribución y fijación de salarios tienen efectos
políticos e ideológicos. La discriminación se revela en la
desigualdad de condiciones laborales entre jóvenes y mujeres.
El
proceso de calificación del trabajo permite el desarrollo de las fuerzas
productivas pero, al mismo tiempo, degrada las condiciones de trabajo. Esto
provoca el desplazamiento y la descalificación de trabajadores
pertenecientes a diferentes grupos ocupacionales.
Adicionalmente, el pago
del trabajo diferido tiende a ser reducido cada vez más mediante la
prolongación en edad para las pensiones y jubilaciones, y la
disminución de las
mismas.
3. Conclusiones
Para el capitalismo, el costo de la crisis se carga a
los trabajadores. Pero toda crisis implica una restructuración del
movimiento obrero. La crisis plantea nuevos desafíos en las relaciones de
clase con el capital.
Los sindicatos covencionales no tienen una salida
propia a la crisis, las tareas asumidas son de resistencia y casi en el nivel de
la sobrevivencia, limitadas a la lucha económica. Es necesario, entonces,
promover condiciones de más alcance, que incluyan la lucha en el terreno
de la producción misma. Tres tareas cruciales son la defensa de las
conquistas laborales adquiridas, la lucha en el espacio del saber obrero y la
construcción de organizaciones sindicales, que permitan una mejor
respuesta.
PROPUESTAS
El FTE de México presenta al 16º Congreso Sindical Mundial las
siguientes propuestas:
- La FSM llama a sus afiliados a defender las conquistas laborales,
especialmente el empleo, el salario y la seguridad social.
- La FSM llama a
potenciar una salida alternativa a la crisis capitalista extendiendo el
movimiento sindical, reorganizando los procesos de trabajo y construyendo
organizaciones, en el ámbito de la lucha salarial, y del control obrero
de la producción.
Frente de Trabajadores de la Energía,
de México
Esta página es construida por trabajadores del sector energía.
La información contenida puede citarse total o parcialmente, mencionando la fuente.
|
|