Volumen 11, Número 177, enero 15 de 2011 |
6. Derechos sindicales y sociales
RESUMEN:
La unidad de los trabajadores se inicia con la defensa de sus derechos
laborales, sindicales y sociales. Para ello, se necesita de una forma adecuada
de organización sindical, la unificación de las condiciones
laborales y una práctica política
clasista.
1. Introducción
Miles de millones en el mundo somos
trabajadores. Pero, la afiliación sindical está muy abajo del 10%.
Más aún, la desafiliación va en aumento.
En el
mundo, coexistimos tres generaciones de proletarios, ubicados en las
manufacturas, la gran industria y los sectores tecnologizados. En sectores no
industriales, como la agricultura y el comercio, también hay presencia de
trabajadores, sean obreros agrícolas o de servicios.
En los
diversos sectores, las condiciones laborales son desiguales. Lo mismo ocurre
tratándose de sus organizaciones sindicales. Hoy, coexisten sindicatos de
gremio, de empresa y de industria. Lo peor es que la mayoría de
trabajadores no forman parte de ningún sindicato.
Muchas
organizaciones sindicales han sido desnaturalizadas, burocratizadas y
corrompidas. En muchos casos, los trabajadores desconfían de sus
sindicatos, en otros, están secuestrados en sus propias organizaciones,
las burocracias son sus carceleros.
En una vertiente pesimista, se
considera que los sindicatos, surgidos en el capitalismo, han terminado por ser
absorbidos por el capital. En esta apreciación, el capital ha infundido
entre los trabajadores una ideología burguesa que los ha apartado de la
lucha de clases para asumir el colaboracionismo, apartándose de la
transformación social.
En una versión optimista, los
sindicatos entrañan la primera forma de oposición al poder del
capital y tienen un potencial revolucionario. El valor de la acción
sindical es muy limitado pero el potencial político es muy importante.
Sin embargo, para que los sindicatos asuman correctamente su papel se requiere
conciencia de clase.
Uno de los problemas para los trabajadores del mundo
es la existencia de un sindicalismo de minorías, la corrupción de
los líderes, la pasividad de las bases y el aburguesamiento
obrero.
El reto está en elevar las miras del sindicalismo. Para
ello se requiere de la unidad, expresada en la organización, y del saber,
expresado en una dirección política y un programa con principios
de clase.
2. Derechos obreros fundamentales
2.1
Organización sindical
Para enfrentar al capital se necesita
de la organización. En la época actual, los viejos sindicatos, de
gremio o el de empresa, están superados históricamente. Hoy, la
forma moderna de organización del proletariado es en grandes sindicatos
por rama industrial.
La existencia de tantos sindicatos, de todo tipo,
pulveriza al movimiento sindical, inhibe la identidad de clase y desalienta la
solidaridad. La división sindical es una estrategia del imperialismo.
Mientras más división sindical exista el capitalismo se favorece
al enfrentar desunido a su contrario histórico.
Tal vez, uno de
los casos patéticos sea el de México donde el número de
sindicatos rebasan los 12 mil, de los cuales, más del 90% no son reales
sino ficticios. De los restantes, casi todos están sometidos a la
degeneración burocrática, sin dinámica social, y agobiados
por la corrupción y la violencia. Al mismo tiempo, existen más de
60 centrales sin que ninguna sea verdadera. Se da la contradicción que
los afiliados cada vez son menos pero el número de sindicatos y centrales
va en aumento. En todos los casos, se trata de un sindicalismo de
negocios.
Para superar esta situación de división sindical
en los diversos países es pertinente potenciar procesos de
unificación sindical. En este proceso, hay dos tareas fundamentales: 1-
organizar a los trabajadores no sindicalizados, 2- construir un sindicato
nacional de industria por cada rama de actividad económica. En general,
habría 20 ramas a las cuales se incorporarían todos los
trabajadores. Los sindicatos nacionales de industria deben ser únicos en
cada rama y agrupar a los trabajadores manuales, técnicos, profesionistas
e investigadores del sector.
Los sindicatos nacionales de industria
serían la base de centrales únicas en cada país. La tarea
no es sencilla pero es necesaria. La organización de sindicatos no es
todo, se necesita también del desarrollo de la conciencia, cuya tarea
debe ser abordada por los propios sindicatos.
En la medida en que se
desarrolle la conciencia de clase, misma que no puede ser espontánea,
será posible la práctica de un sindicalismo de clase, haciendo
valer la democracia obrera basada en decisiones colectivas, evitando que los
sindicatos se conviertan en aparatos extraños a las
masas.
2.2 Contratación
colectiva de trabajo
El primer punto de unidad entre los
trabajadores sindicalizados es la lucha por sus intereses laborales
comunes.
La contratación colectiva debe establecerse por rama
industrial, habida cuenta que se trata del mismo proceso de trabajo. La
existencia innecesaria de tantos sindicatos impide la unificación de las
condiciones laborales, se introduce una mayor y desleal competencia entre los
trabajadores y se lima la solidaridad.
El Contrato Colectivo de Trabajo
es un pacto entre el capital y el trabajo, en el marco de la legalidad vigente.
Constituye, asimismo, un patrimonio colectivo que es menester defender
unificadamente. Para ello, se necesita de la acción colectiva, entre
otras, de la huelga misma que no es un fin sino un
medio.
3. Conclusiones
La lucha sindical no debe excluir a la acción
política de los trabajadores, para evitar el conservadurismo y el
autoritarismo de las burocracias, así como la degeneración
sindical y su incorporación al Estado. Finalmente, la aspiración
de la clase obrera no es solamente la organización como asalariados sino
como productores.
Los sindicatos afirman la diferencia entre el capital y
el trabajo. Pero, para hacer frente al imperialismo la clase obrera necesita
organizaciones estructuradas al nivel de las exigencias de la lucha de
clases.
PROPUESTA
El FTE de México presenta al 16º Congreso Sindical Mundial la siguiente
propuesta:
- La FSM llama a sus afiliados a la unidad, construyendo
sindicatos nacionales e internacionales de industria, por rama de actividad
económica, y a luchar por la Contratación Colectiva de Trabajo
unificada en todos y cada uno de los procesos de trabajo.
Frente de Trabajadores de la Energía,
de México
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