Volumen 11, Número 177, enero 15 de 2011 |
1. Imperialismo: ¿Derrumbe, barbarie o revolución?
RESUMEN:
Caracterizar la fase actual del capitalismo es importante para sacar las
conclusiones pertinentes en el contexto de la lucha de clases. Lo fundamental es
el papel del sujeto revolucionario, es decir, los trabajadores constituidos
políticamente como clase.
1. Introducción
En los actuales momentos los trabajadores del
mundo resentimos los efectos de la crisis económica del capitalismo.
¿De qué crisis se trata? ¿Es una más de las recurrentes
crisis? Independientemente de las respuestas, los costos se siguen cargando
sobre los trabajadores, mientras los capitalistas siguen acrecentando la
acumulación de capital.
¡Que la crisis la paguen quienes la
provocaron! es una consigna muy general. Los capitalistas especuladores y
voraces no pagarán nada. Lo que harán es trasladar el costo a los
explotados, tanto trabajadores como poblaciones en general.
Entre tanto,
el capitalismo en su fase imperialista sigue sin dar respuesta a ninguno de los
acuciantes problemas de la humanidad: empleo, educación, salud, vivienda.
No puede dar respuestas porque no está entre sus objetivos hacerlo. No
tiene sustento esperar del capital un rostro humano, democrático o de
justicia social.
Sin embargo, el capitalismo, Estado y gobiernos siguen
imponiendo políticas antiobreras y antipopulares. Mediante acciones
legales e ilegales, o mediante la guerra de agresión, el imperialismo se
recupera de las crisis y vuelve a reforzar la explotación sin que la
acción obrera pueda impedirlo.
¿Hay salida? Para
determinarlo es necesario caracterizar lo mejor posible la época actual
del desarrollo del capitalismo y reafirmar las tareas de la clase
obrera.
2. Fase actual del capitalismo
La caracterización de la crisis actual
está representada por una amplia gama de posiciones. Sin embargo, se
pueden distinguir tres vertientes básicas.
1- En esta vertiente,
la fase actual del capitalismo es la misma de siempre puesto que el
patrón de reproducción capitalista sigue siendo el mismo. Las
crisis son parte de los patrones recurrentes desde el siglo XVI. Sin contar con
una caracterización, quienes sostienen esta posición aseguran que,
a partir de la regularidad de las crisis, se puede proyectar la probabilidad de
otra fase expansionista.
2- En esta caracterización, la
hegemonía norteamericana es el sello distintivo de la fase actual del
capitalismo. Sin embargo, no es la hegemonía del imperialismo lo que
está en crisis, sino el conjunto del imperialismo bajo esta
hegemonía. Esta caracterización es superficial y ambigua en sus
perspectivas: La vía que seguirá esta crisis, porque hay crisis
con vida resistente, dependerá de la lucha de las masas
populares.
3- esta vertiente puede subdividirse en cuatro variantes. La
primera es una caracterización abstracta de la crisis que resulta
elemental y ambigua. Tal es el caso de las “grandes crisis” de
autores “regulacionistas” y quienes hablan de “crisis
estructural”.
La segunda variante está representada por la
caracterización de la crisis basada en un dato parcial y no crucial de la
realidad, deslizándose hacia el empirismo. Los ejemplos van desde la
“crisis orgánica del fordismo” hasta la “crisis de la
hegemonía norteamericana”.
En la tercera variante se puede
ubicar una caracterización múltiple de la crisis, destacando dos:
la “crisis cada vez más generalizada”, que fundamenta un
análisis empírico y “crisis de las relaciones de
producción capitalista” ubicada en un nivel de
abstracción.
La cuarta variante está representada por las
teorizaciones del capitalismo monopolista de Estado, que caracterizan a la
presente crisis como “crisis del sistema o de los mecanismos de
regulación monopólico-estatales”. Esto no sería algo
aislado sino síntesis y especificidad de la dimensión
histórica de la crisis (“crisis general”) y de una
dimensión más evidente de hoy (“crisis
cíclica”).
La categoría de capital monopolista de
Estado recoge el fenómeno central del proceso: la integración del
Estado y los monopolios en un mecanismo único como condición para
seguir acumulando.
Cualesquiera que sea la caracterización, el
capitalismo está en crisis, se dice con frecuencia. ¿Saldrá
de una nueva crisis, viene la barbarie o se aproxima al colapso? Esto pone a
discusión el papel del sujeto revolucionario en la lucha de clases.
¿El capitalismo se derrumbará sólo o hay que
derrumbarlo?
3. Conclusiones
Tratando de caracterizar de mejor manera la fase
actual del capitalismo lo más importante es ubicar la dimensión de
la lucha de clases. El capitalismo utiliza diversos mecanismos para recuperarse
de las crisis y no se caerá automáticamente.
En esta
perspectiva, es necesario impulsar un proceso conciente que, en un sucesivo
batallar, nos permita a los trabajadores constituirnos en clase. Esto implica
abordar las cuestiones políticas que, sin excluir las económicas,
nos permita poner en cuestión a todo el sistema capitalista, y proyectar
alternativas en un proceso ininterrumpido de transformación
social.
Esto quiere decir, que es necesario fortalecer al movimiento
sindical pero es crucial el movimiento obrero, con una visión
de conjunto de la clase, es decir, un sindicalismo revolucionario que supere al
gremialismo y la sola lucha económica, limitada a la resistencia frente
al capital.
PROPUESTA
EL FTE de México presenta al 16º Congreso Sindical Mundial la siguiente
propuesta:
- La lucha de los trabajadores del mundo es antimperialista,
contra el capitalismo y su remplazo por un sistema solidario que debemos
construir conciente y organizadamente. La FSM impulsará la lucha
teórica, enmarcada en la lucha de clases, e impulsará las acciones
necesarias de sus afiliados, poniendo énfasis en el papel del sujeto
revolucionario.
Frente de Trabajadores de la Energía,
de México
Esta página es construida por trabajadores del sector energía.
La información contenida puede citarse total o parcialmente, mencionando la fuente.
|
|