Volumen 11, Número 177, enero 15 de 2011
 



¡En alto nuestras banderas de lucha!




Los congresos de la Federación Sindical Mundial (FSM) representan el momento en que los trabajadores expresan sus aspiraciones de unidad clasista internacional. A los 15 congresos anteriores han asistido delegaciones sindicales en representación de millones de trabajadores. En cada congreso se han presentado documentos de orientación, discusiones diversas y saludos de los delegados que, en breves intervenciones, dan a conocer la situación en sus respectivos países.

Casi siempre se han aprobado declaraciones y algunas propuestas, entre otras, de reformas a los estatutos, en ocasiones regresivamente. Ahora, la FSM llega a su 16º congreso, realizado de manera ininterrumpida desde hace 65 años. Ese solo hecho constituye un enorme mérito, sobre todo, luego de haber sobrevivido al cataclismo del socialismo europeo. La fase actual es de reconstrucción y en ésta se precisa una profunda reflexión sobre los problemas candentes de nuestro movimiento y la toma pertinente de decisiones colectivas.

En preparación al 16º Congreso, el FTE de México programó un seminario sobre el internacionalismo proletario. Para los trabajadores mexicanos de la energía, el internacionalismo es una política basada en principios, expresada en la solidaridad y la unidad de clase.

El movimiento internacional de los trabajadores está dividido, orgánica, política e ideológicamente, como consecuencia de la actual división de la humanidad en clases sociales antagónicas. La necesidad de la unidad internacional es una tarea vigente pero dista de ser idílica. No basta proclamarla ni desearla, es preciso construirla, en los planos teórico, político, técnico, práctico y cultural, y en un proceso en que intervengan colectivamente las bases de todas las organizaciones sindicales del mundo.

Nuestro movimiento sigue débil, porque el trabajo lo han llevado adelante solo unos pocos, que siguen realizando denodados esfuerzos por mantener en alto las banderas de la clase obrera. En oposición, el sindicalismo colaboracionista cuenta con los enormes recursos económicos y políticos del imperialismo, y continúa con una política antiunitaria y divisionista basada en el colaboracionismo de clase.

El movimiento obrero internacional necesita reorganizarse para dar cabal respuesta al capitalismo y a sus crisis. Una forma es mediante la organización, a nivel nacional e internacional, en grandes sindicatos por rama de actividad en todos los procesos de trabajo. En este escenario, la FSM requiere ser reconstruida sobre la base del principio de la lucha de clases.

El FTE de México no tiene elevada jerarquía pero sí gran significación política. Somos trabajadores con la más amplia trayectoria mexicana al lado de la FSM. Nos distingue una tradición internacionalista, consecuente y militante, desde el interior del movimiento.

Con tales premisas, el FTE de México acude al 16º Congreso Sindical Mundial, a realizarse en Atenas, Grecia, del 6 al 10 de abril de 2011, con un conjunto de propuestas sobre nuestro movimiento que ponemos a la discusión de los trabajadores del mundo, a efecto de que sean aprobadas en su oportunidad.

¡Proletarios del mundo, Uníos!





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