Poledník se fue al llegar el 2002
Fundador de la Unión Internacional
de Sindicatos de Trabajadores de la Energía (UISTE), presidente de la
Federación de Trabajadores de la Minería y Energía de
Checoeslovaquia, amigo de México y Cuba.
Fractal de
agua sólida, cubre el espejo del río y pinta de blanco a la
Tierra. Flechas de escarcha caen en las manos haciendo estrellas de cinco
puntas. A esos cristales los apaga el Sol. Esta vez, llegando el año, se
hizo oscura la materia y se fue el amigo. 56 sindicatos de la energía,
de otros tantos países nos unimos en una misma lucha. En las
montañas de Atlas Tatras, Checoslovaquia, se fundó en 1986, la
Unión Internacional de Sindicatos de Trabajadores de la Energía
(UISTE), integrante de la Federación Sindical Mundial (FSM). Un
año antes, en Toluca, los nucleares mexicanos lo habíamos aprobado
en un congreso nacional. Héroe socialista del trabajo, ingeniero
minero, miembro del comité central del Partido Comunista, dirigente
proletario, nada tenía que ver con la burocracia. Presidía la
comisión de seguridad e higiene del trabajo de la UISTE. 300 mil
trabajadores de la energía y minería estaban unificados en la
organización que dirigió. Hoy, son menos de 70 mil, por tantos
despidos y cierres de minas, existiendo 4 organizaciones, dos en la
República Checa y 2 en Eslovaquia, en ambos casos, separados los mineros
de los energéticos y con una industria eléctrica
privatizada. Vladímir Poledník fue dirigente obrero. Estaba en
Praga en el día, luego tomaba un helicóptero para volar a la
frontera con Polonia y apoyar una huelga estallada por su sindicato (¡en el
socialismo!), por la noche regresaba a recibir delegaciones internacionales,
después preparaba el congreso y atendía la solidaridad. Antes de
inaugurar los congresos nacionales todos los delegados cantaban La
Internacional. Luego, Vladímir informaba. Con los diversos sindicatos
de la energía del mundo mantenía relaciones fraternas, incluyendo
a Japón y China. Con Latinoamérica tuvo una atención
especial, tratándose de la Nicaragua Sandinista, de Cuba y
México. Tocó al SUTIN, democrático y clasista, el de la
Tendencia Democrática, el socialista, ser parte de una experiencia
inolvidable proyectando un proyecto de clase al mundo
entero. Protección ambiental ante la contaminación producida
por las centrales eléctricas, trabajo en el campo electromagnético
y su influencia en la salud, seguridad nuclear y radilógica,
política energética, paz y desarme, lucha obrera socialista,
fueron algunos de los temas desarrollados con la UISTE y presentados en diversas
conferencias, en Lisboa, Berlín, Limasssol, Varsovia, Praga y
Viena. La colaboración de los sindicalistas franceses, checos,
alemanes, soviéticos, mexicanos, ecuatorianos y cubanos, entre otros, le
imprimió un fuerte impulso a nuestra organización internacional y
a su política energética y obrera. En todos los continentes
arraigó la UISTE. En 1989, se realizó en Viena la primera, y hasta
ahora única, reunión mundial de trabajadores de la energía.
De Estados Unidos, Inglaterra, Bélgica, Unión Soviética,
RDA, RFA, en suma, de los países con programas nucleares de potencia,
miembros de la CIOSL y FSM, acudimos a la sede del Organismo Internacional de
Energía Atómica. El SUTIN de México estuvo presente, en
representación de los trabajadores mexicanos y cubanos, siendo
parte de la delegación de la UISTE-FSM, presidida por Polednik, y
coautores del trabajo presentado. De esa reunión se derivaron
importantes recomendaciones que ahora están vigentes, por ejemplo, la
reducción de las dosis para los trabajadores del mundo ocupacionalmente
expuestos a las radiaciones ionizantes. A la caída del socialismo,
Poledník convocó a un congreso nacional extraordinario realizado
en 1990. En ese evento se discutió la política y se llamó a
elecciones. Poledník fue el último dirigente obrero socialista de
los trabajadores checos y eslovacos, en este período
histórico. Al llegar el 2002, todo se cubrió de nieve y un
día se fue con la salida del Sol. La nieve volverá,
Poledník no. Eso nos da mucho pesar. Sus amigos lo comunicamos al
mundo, con un minuto de aplausos, reivindicando nuestra lucha obrera, la validez
de nuestras tesis, el ejemplo de camaradas como Vladímir Poledník,
que tenía tígre, y siempre guardó la llama en las manos,
para que los que vengan después puedan volver a empezar.
¡Proletarios de Todos los Países,
Uníos!
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