Unidad contra Privatización Energética
El Frente de Trabajadores de la
Energía debe avanzar en el desarrollo de una política propia en
materia de energía, como corresponde a los trabajadores del sector.
Así se acordó en la reunión del 2 de febrero anterior. El
FTE llama a sus organizaciones a reforzar la participación, la
movilización y la unidad proletaria contra las privatizaciones y el
neoliberalismo.
1. INTRODUCCION
Con la integración de
electricistas, petroleros y nucleares en febrero de 2001 se constituyó el
Frente de Trabajadores de la Energía (FTE) de México,
definiéndolo como un frente de clase en lucha por la democracia sindical
y en defensa del sector energético nacionalizado. En el aspecto
político, el Frente se pronunció inmediatamente contra toda forma
de privatización: desde la concesión de la generación
eléctrica, hasta la participación de empresarios en el Consejo de
Administración de PEMEX. El FTE fijó además su
posición a favor de la democracia sindical y en contra del
charrismo corporativista. Además de ello, el FTE se dio a la
tarea de sustentar sus críticas y pronunciamientos mediante un trabajo
formal de análisis y propuestas, elaboradas desde una perspectiva
integral; críticas que demostraron que las propuestas de la
administración del cambio son simple continuación de las
políticas neoliberales, congruentes con la visión empresarial del
nuevo gobierno. Las propuestas procedentes de los distintos ámbitos en
que se desempeñan los miembros de este Frente sirvieron de apoyo a
distintas actividades. En ese sentido, el trabajo del FTE ha sido
fructífero. Con la participación de las organizaciones que lo
conformamos se plantearon ponencias y propuestas alternativas en diversos
foros.
2. RESUMEN DE ACTIVIDADES
Desde el debate
“Alternativas Frente a la Propuesta de Apertura del Sector
Eléctrico” en la Cámara de Diputados, hasta la
realización de la sesión del Foro del FTE "Defensa del
Petróleo de México" en la Universidad Obrera de México, las
propuestas del Frente fueron expuestas formal y puntualmente, sobresaliendo el
Plan Nacional de Hidrocarburos, producto del trabajo de las organizaciones
constituidas en la Coordinación Nacional por el Desarrollo de la
Industria Petrolera de México, A. C. (CONADIPMEX). La Asamblea del
Frente del 2 de junio de 2001 en la Universidad Obrera de México,
decidió entonces avanzar en el desarrollo de una propuesta
eléctrica propia, complementaria, esencial para completar el Plan
Nacional de Energía, adoptándose como estrategia preparar los
trabajos para la realización del I Foro Eléctrico Nacional, entre
agosto y noviembre de 2001, con el propósito de presentar las
conclusiones de nuestros estudios sobre dos ejes básicos: 1. Necesidad y
alcances de una Política Eléctrica Independiente y 2)
Afectaciones del programa de Reestructuración Eléctrica que
suprime el concepto de Servicio Público de Energía
Eléctrica y que, pese al engañoso discurso oficial y a la
oposición generalizada contra la privatización, establece el
contexto de una acelerada privatización de la industria eléctrica
nacionalizada. Dicho Foro se realizó finalmente el 26 de septiembre de
2001, como preludio del XLI Aniversario de la nacionalización de la
industria eléctrica, en la Universidad Obrera de México, con la
presencia de trabajadores electricistas, nucleares y petroleros, así como
invitados de diversas organizaciones, ante quienes se presentaron ocho trabajos
cuya significación política consistió en evidenciar que la
propiedad social de la industria eléctrica está en inminente
peligro, así como la rectoría del estado sobre funciones
estratégicas para el sector energético, además de una merma
sustancial de la materia de trabajo en un franco despojo de la titularidad en la
contratación colectiva, dando pié a la conformación de una
industria eléctrica paralela bajo el régimen de propiedad
privada. El Foro estableció claramente que en materia de
electricidad, el FTE abandera una política precisa, en contra de la
privatización eléctrica y en contra de la apertura
eléctrica privada, que contrasta con la posición ambigua del
gobierno y sus voceros, quienes exaltan la legalidad de los permisos
otorgados por la Comisión Reguladora de Energía (CRE), simplemente
porque están basados en las deficientes modificaciones de 1992 a la Ley
de Servicio Público de Energía Eléctrica (LSPEE),
auspiciadas por Salinas de Gortari. Nuestras denuncias, debidamente
documentadas, dejan claro que en este engaño solo pueden caer quienes
están convencidos de la privatización. El foro se ha repetido
debidamente adecuado en diversos centros de trabajo y educativos de la capital,
sin haber cumplido aún su objetivo de extenderse al resto del territorio
nacional. Sin embargo, puesto que la propia Asamblea del Frente determinó
elaborar una página electrónica del FTE, objetivo que
también se cumplió, en dicha página se publica mensualmente
no solo energía, el periódico del FTE, sino que ha servido
como vehículo de difusión nacional e internacional de todos los
trabajos de investigación elaborados hasta la fecha.
3. CONCLUSIONES
En breve síntesis, podemos
decir que es bastante lo avanzado en tan corto tiempo. Sin embargo dado el ritmo
vertiginoso de la privatización de la energía, es más lo
que falta por hacer. Las propuestas del gobierno federal en materia
económica y social y la situación mundial han provocado la crisis
del neoliberalismo y con él, una ofensiva aún mayor contra los
intereses de los trabajadores. Particularmente, los electricistas iniciamos la
ronda de revisiones salariales del 2002 en un escenario por demás adverso
y bajo la amenaza, cada vez más real, de la privatización. En
ese contexto sí es notable el trabajo de la administración Fox,
cuya estrategia consiste en desarticular toda resistencia venciendo voluntades
más que ganando conciencias. El cambio Privatización-Apertura ha
resultado muy cómodo para algunos sectores oficialistas que de esta forma
ya no sienten empacho en aceptar, e incluso reconocerse como asesores para la
privatización de la industria eléctrica nacionalizada. Los
trabajadores necesitamos contrarrestar esta estrategia mediante una
organización cada vez más sólida, y un programa de
acción común. Ya no cabe el aislamiento ni la dispersión de
las fuerzas. Es necesario romper los esquemas tradicionales de las
organizaciones sectarias, para dar paso a la construcción de nuevas
alternativas de lucha. Por ello, independiente de la respuesta
política, el Frente debe redoblar su capacidad de análisis y
continuar en la elaboración de su propuestas hacia un Plan Nacional de
Energía, cuya carencia es contraria al interés nacional y por
supuesto al de los trabajadores. En ese sentido es importante enunciar las
principales líneas de trabajo pendientes.
Implicaciones de la Reforma en materia de
Política Administrativa
- Las diferentes direcciones, de todas las empresas públicas del
sector, aceptan sin discusión cualquier recorte presupuestal y carecen de
visión estratégica para plantear políticas de
autosuficiencia financiera y económica. En ese contexto la propuesta para
dotar de autonomía de gestión a dichas empresas es un verdadero
peligro si no se sustenta debidamente con mecanismos de administración
adecuados para satisfacer una visión de largo plazo. En ese sentido, las
juntas de gobierno han resultado simples espectadores.
- Las mismas direcciones de las empresas públicas carecen de planes
concretos para mejorar la capacitación y por tanto la productividad de
los trabajadores de la energía. No solo el desarrollo tecnológico
se adquiere hoy externamente, inclusive en el extranjero, también se
contratan servicios que se habían realizado con las instituciones del
propio sector: el Laboratorio de Pruebas de Equipos y Materiales, el Instituto
de Investigaciones Eléctricas y el Instituto Nacional de Investigaciones
Nucleares. Hoy, la eficiencia del sector se “impulsa” licitando
ilegalmente servicios y reduciendo puestos de base.
- Se han entregado contratos a empresas de la iniciativa privada para realizar
obras que no solo pudieron hacer trabajadores mexicanos, sino que incluso son su
materia de trabajo exclusiva. Esta estrategia conducirá no solo a la
participación excesiva del capital privado extranjero, sino a la
marginación de la ingeniería mexicana. Se sabe que a la empresa
privada no le interesa realizar ciencia ni desarrollar tecnología propia,
a lo sumo le interesan ciertos servicios. Por eso, ahora se afecta a los centros
de investigación por la búsqueda de una supuesta rentabilidad y la
comercialización de todo saber científico o
tecnológico.
- Los mismos órganos de dirección impulsan la
privatización de las empresas públicas. Tanto Ayub en CFE como
Caso en LyFC, directores heredados de la administración anterior,
están comprometidos para llevar adelante la política de apertura
en la electricidad, ofreciendo toda clase de facilidades a los empresarios.
Ambos parecen dispuestos a afrontar el costo político que de otra forma
recaería fundamentalmente en Fox. Muñoz Leos, otro empresario que
dirige PEMEX, promueve descaradamente los Contratos de Servicios
Múltiples.
- En el caso de la salud financiera de las empresas, no hay una estrategia que
permita allegarse recursos suficientes. Han permitido impunemente el auto-saqueo
de las empresas públicas, por la vía del pago de impuestos
exorbitantes, que en el caso de PEMEX, compromete su viabilidad. En el sector
eléctrico, los controles deficientes, principalmente en LyFC, impiden la
adecuada recuperación de adeudos por ejemplo. Esto es ya un problema de
supervivencia hace años, sin que a la fecha se hayan tomado medidas
efectivas para combatirlo. Es más, muchos de esos adeudos se han
cancelado indebidamente. En LyFC por ejemplo, se pretende impulsar una
campaña de combate a los "ilicitos" que afectará a TODOS los
trabajadores indiscriminadamente, dado que no se establecen claramente cuales
mecanismos de control están fallando y cómo se
reforzarán.
- Se han incrustado en la línea de control administrativo empresas
transnacionales. Un ejemplo documentado es el caso de LyFC. Donde la
española FENOSA, no solo cumple funciones de asesoría, sino que
descaradamente presta servicios que son materia de trabajo de técnicos y
profesionistas de base. Sin embargo no es el único caso, en CFE se
están implementando sistemas de control similares por parte de una
empresa gringa. Ni que decir de PEMEX.
- Hay un desproporcionado aumento en el número de empleados de
confianza (incluso fuera de toda normatividad, pagados "por honorarios"), en un
intento por transferir las principales funciones estratégicas que
aún están en manos de personal de base. Esto además de
aumentar el costo de la nómina, en detrimento por cierto de los propios
empleados de confianza de carrera, es un retroceso en el conocimiento y
la experiencia institucionales, retroceso que impactará adversamente en
la calidad técnica y operativa de las empresas del estado.
- Cada vez es más evidente que de manera deliberada se mantienen
más puestos de base vacantes permanentemente. Sólo en LyFC,
el número rebasa los 2,000, y es sabido que tanto en CFE como en PEMEX
existen innumerables plazas que se han desplazado o incluso perdido por este
mecanismo.
Implicaciones de la Reforma en materia
reglamentaria
- Al amparo de modificaciones anticonstitucionales a la LSPEE han condenado a
CFE y LyFC a convertirse paulatinamente en empresas distribuidoras, considerando
que los nuevos proyectos de generación serán entregados a la
iniciativa privada mediante los permisos que emite la CRE para falso Autoabasto
y Cogeneración. La controversia Constitucional planteada por el
legislativo cuestiona las formas legales, pero no es suficiente para restaurar
el concepto de Servicio Público, deteriorado desde 1992.
- Las reformas al RLSPEE en materia de aportaciones ha entregado al sector
privado una importante fuente de trabajo en el área de
distribución, lo que solo en LyFC, compromete la viabilidad de la materia
de trabajo de varios departamentos. En CFE hace al menos diez años que
dichas obras ya no las realiza personal de base.
- La publicación unilateral de normas que, como el Estatuto
Orgánico de LyFC, que establecen una nueva organización
administrativa, incompatible con el modelo actual de la empresa, y que
constituyen graves agresiones a la contratación colectiva. En el mismo
caso están las propuestas para la creación del Centro de
Operación del Sistema Eléctrico Nacional (COSEN), organismo
público que sustituiría al actual Centro Nacional de
Energía (CENACE).
- Las propuestas de reglamentos planteadas durante el zedillismo, no han sido
retiradas por la administración foxista, por lo que se deduce que
pretenden instituirlos de facto. De esta forma, se posibilita que el
Sistema Eléctrico Nacional (SEN) deje de ser operado exclusivamente por
la Comisión Federal de Electricidad, de acuerdo a las normas y principios
que han permitido brindar un servicio oportuno y eficiente, de alta calidad y
bajo costo, mediante un despacho de carga ajeno al espíritu mercantilista
del mercado. De igual forma, las facultades otorgadas a la CRE para acreditar a
las empresas que participarían en el mercado eléctrico, lesionan
el proceso de planeación y ampliación del sistema.
- Finalmente, la declaración de inconstitucionalidad de la llamada
Cláusula de exclusión, por parte de la Suprema Corte de Justicia
de la Nación según lo cual, en adelante cualquier trabajador
podrá tener el derecho de renunciar a una organización sindical
sin que ello afecte su empleo, puede ser instrumento de represión para
los trabajadores organizados en lucha por la democratización de sus
sindicatos.
Central Carboeléctrica
Río Escondido-Coahuila FOTO: tigerpress
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