El Comenzar de Nuevo
El comenzar de nuevo no es el comenzar de cero, es retomar las banderas de lucha, las propuestas históricas, las experiencias previas y el pensamiento revolucionario clásico aplicado a las actuales condiciones del mundo. Los trabajadores necesitamos desarrollar más nuestra organización y conciencia en la lucha por un mundo mejor, el Socialismo, única propuesta coherente para la transformación del mundo.
¿Qué está
vigente del pensamiento revolucionario clásico? El discurso
crítico, la lucha de clases, por lo menos. Sin embargo, en nuestros
días, tiende a imponerse el pensamiento débil expresado en
la política socialdemócrata y aún neoliberal. Pero,
¡éstas no son las únicas propuestas, los trabajadores tenemos
alternativa propia! A los voceros del neoliberalismo, las tesis
históricas del movimiento obrero les parecen un relato grande y,
con ese pretexto, las atacan. A la social democracia le es más
fácil asumir la posición del contrario y limitarse a aceptar el
pequeño poder que los poderosos le quieran dar. En ese camino, carecen de
escrúpulos para romper el frente de fuerzas democráticas
dificultando la defensa de los intereses obreros y los de la
Nación. Pero, hace 100 años, que la social democracia fue
puesta en su lugar. Con el Qué Hacer? de Lenin, se volvió a
comenzar de nuevo. Ya antes, también se había reiniciado el
comenzar. Cuando los críticos de todo tipo atacaban a Hegel y lo
llegaron a considerar un “perro muerto”, Marx que estaba escribiendo
ya El Capital dijo que, a partir de ese momento, se había
convertido en discípulo de aquel gran pensador. Se reinició en el
pensamiento de la humanidad un comenzar de nuevo. Hoy, que los neoliberales y
sus voceros consideran a Marx “un perro muerto”, es necesario
reivindicar su pertinencia irremplazable. El comenzar de nuevo no es el
comenzar de cero. En la historia de la lucha de clases, muchas veces se ha dado
el volver a comenzar. Las victorias y las derrotas de la clase obrera no han
sido definitivas y podrían no serlo. Con cada lucha de los trabajadores,
en cada lucha de los pueblos del mundo, se construye un nuevo amanecer. El
comenzar de nuevo tiene como base a nuestras luchas, experiencias, amores y
alegrías. Hace un año, el 24 de febrero de 2001, muchos
trabajadores petroleros, electricistas y nucleares del país nos unimos en
el Frente de Trabajadores de la Energía (FTE) de México.
Comenzamos de nuevo, luego de las grandes jornadas nacionales por la democracia
sindical; en un incesante batallar por la defensa de los recursos naturales y
energéticos de México; manteniendo siempre en alto nuestras
banderas rojas. Nos proponemos dos grandes objetivos: la democracia
sindical, asunto crucial para México, pues sin ésta no es
posible ningún cambio de fondo en el país; y, la defensa del
sector energético nacionalizado, propiedad social y patrimonio
colectivo de los mexicanos. Esos dos objetivos se contraponen totalmente a la
visión neoliberal y a otras visiones conciliadoras. Mucho hemos
avanzado, sin más recursos que los provenientes de los propios
trabajadores, convencidos que nuestro camino tiene corazón.
Nuestro proyecto no es la última palabra ni queremos que lo sea, pero,
nuestros principios y valores políticos son indeclinables. El mundo
requiere coherencia política, convicción de clase y lucha
consecuente. No es tarea sencilla. Qué hacer? Lo que enseñó
Lenin, acorde a las actuales circunstancias, retomando la experiencia previa y
proyectando el pensamiento obrero. Hoy, la única propuesta
coherente para la transformación del mundo es el Socialismo. No
existe ninguna otra, la vía de la social democracia fue descartada hace
casi cien años. El neoliberalismo no tiene ninguna propuesta para
resolver los problemas sociales de la humanidad. Una tercera vía es
inexistente. El mundo ha avanzado por el impulso de varios procesos
revolucionarios. El pensamiento humano, ciencia, tecnología,
estética y política al servicio de las grandes causas de la
humanidad auguran un Comenzar de Nuevo con éxito. En nuestro
nivel, la aportación de investigadores, técnicos y profesionistas,
trabajadores de la energía, le dan fuerza a nuestro movimiento,
sobre la base de seguir una política clasista desarrollando cada vez
más la conciencia proletaria. ¡Viva el FTE de
México!
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