Los Sindicatos en Porto Alegre
Reunión de sindicalistas en Porto
Alegre. El FTE de México estuvo presente. La Federación Sindical
Mundial dirigió un mensaje y presentó diversas propuestas que, por
su importancia, publicamos.
Compañeros
sindicalistas del mundo:
Compañeros sindicalistas de
Brasil:
Reciban el saludo fraternal de la Federación Sindical
Mundial (FSM). Nuestra Federación se congratula de su presencia en este
importante Foro Sindical Mundial de Porto Alegre, Brasil y comparte el llamado a
la lucha por un mundo mejor.
¿Cómo miramos al mundo en este
momento? Miramos un mundo empobrecido, sometido y agredido. Mucho está
avanzando el capitalismo, imponiéndose a la fuerza y haciendo en el mundo
lo que quiere con el apoyo de gobiernos entreguistas. En lo ideológico y
en lo político, el capitalismo está fortalecido y, vía la
propaganda y los medios, convence a amplios sectores; en lo económico, se
está fortaleciendo ampliamente, apropiándose de la infraestructura
social de producción conquistada por los pueblos; pero, en lo social, ha
fracasado. Hambruna, desempleo, inseguridad, precarización del trabajo,
penuria y una perspectiva poco esperanzadora, demuestran que el capitalismo no
está resolviendo los grandes problemas sociales de la humanidad, ni
puede. Tampoco tiene ninguna propuesta coherente para mejorar la
situación.
Pueblos enteros son las víctimas de esta
política, dentro de ellos, grandes masas de trabajadores muchos de ellos
lanzados a la calle constituyendo ya no únicamente un ejército de
reserva sino también de desecho. ¿Y, cómo está nuestro
movimiento? ¿Hemos sido capaces de contrarrestar la política de
globalización neoliberal, en los distintos continentes? No.
¿Entonces, la ofensiva imperialista nos ha hecho retroceder? Sí. Sin
embargo, está presente la esencia de la lucha proletaria, primero, en el
discurso crítico de los sectores obreros más concientes y, ante
todo, en la presencia de la fuerza natural (el trabajo) junto a la fuerza social
(el capital), que no solamente no han desaparecido sino que mantienen su
contradicción expresada en la lucha de clases.
¿Pero,
porqué nuestro movimiento no se presenta como un solo bloque? Porque
nuestro movimiento está muy dividido, tal vez más que antes, y ha
caído en las garras de la desideologización. Nuestra fuerza social
sigue siendo grande, cada vez más, en los sectores de la gran industria y
en las tecnologías de punta. Hay, incluso, una nueva generación de
proletarios altamente calificados. Pero, el número no es suficiente sino
está unido por la organización y guiado por el saber. Nuestro
movimiento sindical está formado por una minoría de trabajadores,
la mayoría está fuera de cualquier organización, no tiene
organización. El movimiento obrero, tampoco tiene dirección
propia, de clase, ni representación auténtica. En la
mayoría de las organizaciones existentes, a distintos niveles, se ha
usurpado esa representación y, en muchos casos, se ha desnaturalizado y
corrompido al movimiento sindical.
Ante todo esto, ¿Qué hacer?
¿Cómo hacer frente a las grandes tareas y retos? Estamos ante una
disyuntiva difícil. Por todos los flancos nos han golpeado. ¿Cabe
insistir? ¿El movimiento obrero sigue siendo una esperanza para el mundo?
¿Nuestra lucha obedece a la realidad actual permeada por las ilusiones del
mercado? ¿Es que ya no son posibles los grandes relatos y hay que abdicar
en la inconsciencia, renunciando a nuestra historia y al futuro? Si así
fuera, habría que abandonar la lucha y darle la razón a quienes le
han dicho adiós al proletariado. Pero, si nuestra respuesta es que
sí tenemos esperanza, entonces habrá que resurgir y,
¿Qué es lo que hay que hacer?
Las preguntas y respuestas nos
atañen a todos y debemos resolverlas colectivamente. Todas las propuestas
son bienvenidas pero hay que concretarlas. En el mundo sigue vigente la tesis de
que no basta interpretar al mundo, de lo que se trata es de transformarlo. Tal
transformación supone cambios de fondo. En estos momentos cruciales para
la humanidad, para la clase obrera se presenta el reto, y el sueño, del
comenzar de nuevo. Esto no quiere decir comenzar de cero, sino a partir
de las grandes experiencias previas de lucha obrera en el mundo, de las
aportaciones del pensamiento revolucionario clásico y de las enormes
conquistas sociales logradas en diversas partes, desde la Revolución
Socialista de Octubre de 1917.
Para el quehacer, necesitamos organizarnos de
una manera conveniente y dirigir la lucha política de nuestra clase. Los
trabajadores debemos estar presentes en la lucha social, encabezar la protesta,
organizar las propuestas, concretar las alternativas y mantenernos vigilantes de
su cumplimiento. Nuestro movimiento necesita de la organización sindical
y política. ¿Es que en nuestra época son necesarios los
partidos políticos? Sí, la clase obrera necesita de su partido
político y de los otros partidos políticos de
izquierda.
Desafortunadamente, éstos están también muy
divididos. Pero, la organización política es necesaria, más
que nunca. La experiencia lo demuestra, hay hechos reales. Allí donde los
partidos políticos mantienen la coherencia e influencia en el movimiento
obrero, éste ha podido sostenerse y avanzar. Cuando es a la inversa, el
movimiento sindical está igualmente mal.
Además, necesitamos
de otros sectores, y ellos de nosotros, para articular una lucha social con
perspectivas precisas y benéficas para nuestros
pueblos.
¿Qué proponemos?
- Es urgente concretar procesos de unidad del movimiento obrero a todos los
niveles: local, nacional, regional, continental y mundial. Esos procesos, deben
promoverse desde las bases, con los trabajadores ya actualmente organizados e
integrando a quienes no lo están. No debemos esperar más. Tal
unidad es el medio para llevar adelante nuestros programas de lucha.
- En cada país, es necesario proceder a la reorganización
democrática del movimiento obrero, para formar centrales únicas,
representativas y democráticas, sobre la base de sindicatos nacionales
por ramas de actividad productiva. Es preciso superar la pulverización
sindical mediante la integración obrera en sus respectivas ramas
industriales.
- Frente a la globalización, no es suficiente la organización
obrera, hay que integrar a todo el pueblo, en frentes políticos que
vertebren las luchas nacionales contra el neoliberalismo y enarbolen programas
de defensa de los derechos sociales, de los recursos naturales y del patrimonio
colectivo de los pueblos.
- Hay que enarbolar un programa que nos unifique y nos permita la
acción. En ese programa, importa la defensa del patrimonio colectivo de
los pueblos, tratándose de la tierra, la industria, recursos naturales,
educación, salud, cultura y arte. Es fundamental la lucha contra las
privatizaciones, en tanto apropiación privada de los medios de
producción.
- Necesitamos también, movilizarnos organizada y concientemente,
compartir la protesta social, encabezarla y darle rumbo, levantando con vigor
nuestras banderas rojas, con organización, educación obrera, lucha
política e ideológica, por reivindicaciones sociales y
políticas, democracia y justicia social.
Porto Alegre, Brasil, febrero de 2002.
¡Trabajadores del Mundo, Uníos!
Valentín Pacho
Secretario General Adjunto de la Federación
Sindical Mundial
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