Más Privatización en 2002
Los organismos financieros internacionales
lo saben antes que el pueblo de México; el gobierno les informa
puntualmente siguiendo las propias directrices de estos organismos.
La Comisión Federal de Electricidad (CFE)
adjudicará, en 2002, concesiones para la generación
eléctrica que ascienden a 4 mil 280 Mw de capacidad instalada. Así
lo informó BNamericas a fines de diciembre de 2001. Las concesiones
se realizarán bajo la modalidad de contratos de Productor Externo de
Energía (PEE), con un total de 3 mil 320 Mw. Esta figura (PPE) es la que
está utilizando intensamente el gobierno de Fox para privatizar a la
industria eléctrica nacional. Los restantes 1 mil 500 Mw serán de
Obra Pública Financiada. Las concesiones privadas serán para
los proyectos termoeléctricos, ambos de ciclo combinado, de Tamanzuchale
(1 mil 016 Mw) y Altamira V (926 Mw), así como el proyecto
hidroeléctrico El Cajón (676 Mw). No nadamás, la CFE
adjudicará concesiones para construir un total de 5 mil 513 Km. de
líneas de transmisión y 8 subestaciones eléctricas. En
breve descripción, la privatización furtiva
continúa. El gobierno foxista no necesita de ninguna reforma
constitucional, en la práctica le es más sencillo, finalmente
está privatizando algo que no es suyo. Las concesiones se
otorgarán, sin duda, a los monopolios transnacionales. Las bases
siguen siendo las conrarrefromas salinistas de 1992 a la Ley de Servicio
Público de Energía Eléctrica. Con las subsiguientes
adiciones a esta ley y su reglamento, la participación privada se ha
incrementado considerablemente. La Comisión Reguladora de Energía,
por su parte, cada vez otorga más permisos para la instalación de
unidades generadoras de muy alta potencia. En 2001 se licitaron 1 mil
648.53 Mw para consumo interno, en las modalidades de Autoabastecimiento,
Cogeneración, Producción Privada Independiente e
Importación. También, se licitaron 1 mil 555.7 Mw para
exportación hacia los Estados Unidos. Todo esto, sin aportar beneficio
alguno al país, al contrario comprometen a la soberanía nacional.
Las plantas eléctricas privadas operarán con gas natural que
será importado ya que México carece del mismo. Es decir, se
arrendará el teritorio nacional en beneficio de EU. Los privatizadores
y el gobierno tienen prisa, ya se han rebasado las proyecciones previas y siguen
los permisos eléctricos para la construcción, operación y
mantenimiento privados. Estas acciones privatizadoras incluyen también a
la red eléctrica nacional que el gobierno pone al servicio de las
empresas extranjeras para que sincronicen sus plantas al sistema de
transmisión y distribución eléctrica en todo el
país. El gobierno foxista atraca a la Nación y quiere
más. Pretende que los fondos de pensiones (Afores) se inviertan en la
generación eléctrica. Es el camino que otros gobiernos liberales
han seguido, primero privatizan la seguridad social y, luego, no satisfechos
disponen de los ahorros ajenos. Esto es intolerable y debiera rechazarse con
energía por todos los mexicanos. Los privatizadores y su gobierno en
México nos están arrebatando literalmente a la Patria. No
sólo en materia eléctrica, también en el caso de los
hidrocarburos. Ya antes lo hicieron con las comunicaciones, la banca e
importantes sectores industriales, ahora van tras la energía. Pero,
con las privatizaciones no se han resuelto los problemas sociales de
México, antes bien, se han agravado. El desempleo ha aumentado
notablemente. No solamente no se han creado nuevos puestos de trabajo sino que
están perdiendo aceleradamente los existentes. Ante esto, resulta
grotesca la propuesta de Fox en el sentido de moderar los salarios para
supuestamente defender las fuentes de trabajo. El salario real en México
está en declive permanente desde 1976, con el neoliberalismo se ha
deteriorado más. Sin embargo, no bastan las razones, el gobierno no
las entiende ni atiende. Es necesaria una respuesta más enérgica
de los trabajadores y pueblo de México contra un gobierno que día
a día entrega impunemente al capital extranjero el patrimonio y recursos
de la Nación. La movilización es indiscutible pero hay que
organizarla en serio, con sus diversas modalidades, incluyendo la
preparación de la huelga en todos los sectores sociales del
país. Fuente: www.banamericas.com
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