Volumen 10, Número 159, abril 21 de 2010 |
Seis meses de resistencia electricista
La resistencia de los electricistas del
SME ha sido loable pero, al momento, no hay solución favorable. En manos
de la Corte, el asunto podría degradarse más aún. Es
pertinente orientarse por la integración de la industria eléctrica
nacionalizada. La CFE es el patrón sustituto natural. Hay que ejercer el
derecho. La responsabilidad solidaria del viejo patrón ha
concluido.
El Estado sigue inflexible
Este 11 de abril se cumplieron seis meses de
resistencia electricista y se continúa fuera de los centros de trabajo.
Del orden de 28 mil trabajadores (aproximadamente 63%) aceptaron la
liquidación ofrecida por el gobierno en 2009. El resto se mantienen en
condiciones cada vez más difíciles. Entre tanto, no se vislumbra
una solución favorable próxima.
De acuerdo a la
“estrategia” trazada por el grupo de Martín Esparza, el
amparo interpuesto por Néstor de Buen, Raúl Carrancá y
otros abogados, cuya suspensión definitiva fue negada por una juez
federal, está ahora en manos de la Suprema Corte de Justicia de la
Nación (SCJN), instancia máxima que jamás se ha
caracterizado por impartir justicia.
Al momento, la situación es
bastante desfavorable. Primero, se planteó interponer un recurso de
Controversia constitucional, toda vez que, el sindicato argumenta que el Decreto
de Calderón para la extinción de Luz y Fuerza del Centro (LFC) es
inconstitucional. La Controversia falló, desde el momento en que los
legisladores se negaron a utilizar este recurso, ni siquiera se reunió el
mínimo necesario de diputados para promover el recurso. El hecho es serio
e implica que el Poder Legislativo, representado por los partidos
políticos oficiales, está en la misma frecuencia del Poder
Ejecutivo.
Este mantiene una posición inflexible. En la Junta
Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) está radicado un
“juicio especial”, tramitado el 13 de octubre de 2009 por el Sistema
de Administración y Bienes (SAE) en su carácter de liquidador de
LFC, para dar por terminadas las relaciones individuales y colectivas de los
electricistas del SME.
El Poder Judicial también parece alineado
al Estado. La Corte ha anunciado que resolverá de manera
“integral” el asunto sin que tenga un plazo definido para hacerlo.
La incertidumbre es
amplia.
Incertidumbre con los amparos
Al seguir el camino de los amparos y la Controversia, se
ha aludido la sustitución patronal prevista por la Ley Federal del
Trabajo en su artículo 41, con cientos de jurisprudencias al respecto y
experiencias previas, incluso en el sector eléctrico.
Quienes
ostentan de facto la representación sindical han dicho que ya solicitaron
el patrón sustituto. Toman como base el amparo de Néstor y la
demanda por despido injustificado tramitada ante la JFCA. Sin embargo, hay
imprecisiones serias. Tanto el amparo, como la demanda, hablan del patrón
sustituto pero solamente como alusión, en ningún caso se invoca
formalmente.
La lógica que se esgrime señala que la
pretensión sindical consiste en echar abajo el Decreto por
inconstitucional y se insiste en que “nos regresen a nuestra
empresa”: Para explicar la contradicción, se ha dicho que “si
se invoca ahora la sustitución patronal, sería aceptar el
Decreto” y, eso, no están dispuestos a hacerlo. En todo caso, se
espera que, si el fallo de la Corte es adverso, se procedería a solicitar
el patrón sustituto.
La argumentación es débil y
así se presenta, tanto en el amparo como en la demanda. No solamente se
ha eludido el ejercicio del derecho laboral vigente, sino que, se ha seguido un
camino borroso haciendo abstracción de las condiciones políticas,
cambiantes pero desfavorables.
Esperar el fallo de la Corte implica poner
en riesgo la sustitución patronal pues, una resolución adversa de
la Corte, en cualquier modalidad, desencadenaría otras acciones
desfavorables como el laudo pendiente de la JFCA que sería demoledor.
Cuando se quiera ejercer el derecho podría ser tarde debido a las
condiciones políticas cada vez más
deterioradas.
La CFE está operando el SEN en la región central
Desde los primeros
minutos de la ocupación policíaca de Luz y Fuerza del Centro
(LFC), la Comisión Federal de Electricidad (CFE) pasó a encargarse
de la operación del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) en el
área geográfica antes a cargo de LFC. La generación,
transmisión, subtransmisión, control de la energía,
distribución y comercialización, funciones constitucionales que
constituyen la materia de trabajo, las realiza la CFE, aún cuando no
todas las instalaciones están funcionando normalmente.
Este
primer hecho, le confiere a la CFE el carácter de patrón sustituto
natural. Para llevar a cabo las actividades, la CFE recibió del SAE,
todas las instalaciones, bienes y derechos que estaban a cargo de LFC. A la CFE
se le transfirió el dominio patrimonial de LFC y, este hecho, le otorga a
la CFE el carácter de patrón sustituto.
Sin embargo,
reiteramos que esa figura jurídica no se ha invocado formalmente, se
sigue eludiendo mientras transcurre el tiempo político. Cada vez se hace
más difícil la situación. La propia LFT indica, en el
artículo 41, que:
El patrón substituido será
solidariamente responsable con el nuevo por las obligaciones derivadas de las
relaciones de trabajo y de la Ley, nacidas antes de la fecha de la
substitución, hasta por el término de seis meses; concluido
éste, subsistirá únicamente la responsabilidad del nuevo
patrón. El término de seis meses a que se
refiere el párrafo anterior, se contará a partir de la fecha en
que se hubiese dado aviso de la substitución al sindicato o a los
trabajadores.
Se ha discutido que ni el sindicato ni los
trabajadores han recibido el correspondiente aviso pero eso es relativo.
El mismo Decreto del 11 de octubre de 2009, señala que la CFE
pasaría a encargarse de la operación del SEN en la zona de LFC,
desde el primer momento. Aún cuando eso no se considerara un aviso
formal, el hecho es que la tradición legislativa en materia laboral
prevé los casos en que se hubiera dado el aviso o no, y siempre sigue
prevaleciendo el derecho.
Si se espera el aviso al sindicato, mismo que
carece de representación jurídica acreditada, o los trabajadores,
el Estado podría no emitirlo y, en su momento, argumentar que se dio
aviso mediante el Decreto. Para entonces, el tiempo y las condiciones
políticas serían otras.
Si ese es el caso, han transcurrido
ya los seis meses de que habla la Ley respecto a la responsabilidad solidaria
del patrón sustituido (LFC). En este caso, subsiste solamente la
responsabilidad del patrón sustituto. Pero, el derecho sigue vigente, en
nuevas condiciones.
No solamente habría terminado la
responsabilidad solidaria de LFC. Adicionalmente, este 16 de marzo de 2010, no
se revisó el Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) pactado entre LFC y el
SME. La solicitud de revisión fue rechazada por la JFCA. Más
aún, también se rechazó el emplazamiento a huelga. Se ha
dicho, que al no revisarse el CCT ni haber estallado la huelga, el CCT queda
prorrogado automáticamente por dos años más.
Esto
es discutible, la misma LFT prevé este caso pero se aplica en condiciones
normales, situación que no corresponde al grave conflicto actual.
También se ha dicho que, debido a que varios amparos están
pendientes, la situación jurídica es “subjudice”, es
decir, está indeterminada. Cierto, el asunto no ha concluido legalmente
pero es previsible que, al dejar todo en manos de la Corte, ésta, al
resolver de manera “integral”, liquidaría todas las opciones
poniéndolas “firmes” de acuerdo a la formulación del
Estado.
En tales condiciones, el retraso, incluso la negativa, a invocar
la sustitución patronal (a cargo de la CFE y de nadie más),
complica el ejercicio del derecho poniendo en riesgo a todos los electricistas
del SME.
Reconsiderar la “estrategia”
Antes de que la Corte resuelva
convendría reconsiderar la “estrategia”. No es necesario
esperar a confirmar que tal instancia avale la ruptura de la legalidad
constitucional, lo ha hecho siempre. Obviamente, esta reconsideración
tiene varias implicaciones. Habría que abandonar el camino trazado por
Esparza, De Buen y Carrancá y retomar la política eléctrica
enarbolada históricamente por los electricistas, principalmente de
provincia.
La propuesta derivada del proyecto de nacionalización
de la industria eléctrica es la INTEGRACION de la industria
eléctrica nacionalizada. Esto supone que los electricistas del SME deben
incorporarse a la División Centro de la CFE, y asumir los retos futuros
en otras condiciones.
El propio Decreto calderoniano tiene una
contradicción intrínseca pues, siendo un gobierno privatizador,
puso el proceso de trabajo eléctrico, de cuya materia son titulares los
electricistas del SME, en manos de la CFE. No podía ser de otra manera
porque la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica
(LSPEE), que reglamenta lo dispuesto por el párrafo sexto del
artículo 27 constitucional, así lo
indica.
Asumir liderazgo político clasista
En los seis meses transcurridos, el
gobierno ha venido jugando con el SME y su representación de facto se ha
movido en el terreno del Estado, en los tiempos marcados por el gobierno en
turno. Mientras, la resistencia se hace más difícil. La negativa a
restablecer la legalidad sindical, alterada desde el proceso electoral anterior,
contribuye a complicar más las cosas.
En vez de proceder,
conforme a los propios Estatutos sindicales y la Ley, se ha preferido el camino
de los amparos, sin que haya ninguna perspectiva favorable. El hecho inocultable
es que el sindicato no tiene representación jurídicamente
acreditada. Esta, de acuerdo a la LFT se ejerce por el secretario general y
nadie tiene la correspondiente Toma de Nota.
Por ello es que el gobierno
platica con Esparza y con Muñoz, sin llegar a ninguna solución
correcta para los trabajadores, los que se mantienen a la deriva. La estructura
sindical está resquebrajada, varios representantes se liquidaron y,
otros, funcionan de facto. Con Toma de Nota o sin ella, sin embargo, lo
fundamental es la política y, hasta ahora, ha habido carencia de
liderazgo.
Promover la discusión sobre la propuesta de reforma
laboral neoliberal que auspicia el gobierno de Calderón, con lo peor del
charrismo sindical (Gamboa Pascoe, Hernández Juárez, más
los de Buen) no sirve de nada, esas alianza no son tales. Entre tanto, la
solidaridad ha disminuido resultado de una inconsistente política seguida
por otras organizaciones sindicales, de su propia incapacidad y la del propio
SME. Incluso, la solidaridad internacional promovida por la Federación
Sindical Mundial (FSM) ha sido desdeñada prefiriendo a la AFL-CIO
norteamericana, organización responsable de la destrucción del
sindicalismo mexicano desde hace cien años.
¡Integración de la industria eléctrica nacionalizada!
En los últimos
días, se ha insistido en realizar una huelga de hambre, supuestamente
masiva, con carácter de “indefinida” y “hasta que la
Corte resuelva”. La medida es respetable pero políticamente
incorrecta. Ni siquiera hay consenso entre la base y es improcedente plantearla
como “indefinida”. No se trata de que la Corte resuelva “ipso
facto” sino que resuelva correctamente. Sobre eso no hay certeza. Es
momento, por tanto, de reconsiderar el rumbo, asumiendo autocríticamente
la situación y retomando las históricas banderas de
lucha.
Los electricistas en resistencia han realizado encomiables
esfuerzos. Nosotros somos parte de esta resistencia, sostenemos una
política diferente a la oficial pero estamos dentro del movimiento.
Reiteramos que, como parte de la política eléctrica independiente
que enarbolamos, es pertinente la integración de la industria
eléctrica nacionalizada, para preservar los derechos laborales, la
organización sindical y, en su momento, revertir la privatización
eléctrica furtiva e, incluso, volver a re-nacionalizar al sector
energético.
Hay que eludir el enfrentamiento con el Estado,
dijimos oportunamente. Ahora señalamos: hay que evitar profundizar ese
enfrentamiento. Las condiciones políticas no son propicias para una
reversión inmediata, el SME es un sindicato no un partido
político. Ya habrá oportunidad de mejores circunstancias. Por
ahora, necesitamos estar dentro del proceso de trabajo eléctrico
nacional.
Referencia: FTE de México 2010, elektron 10 (113)
1-4, 13 abril 2010.
¡Enarbolar las banderas históricas de los electricistas mexicanos!
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