Volumen 10, Número 153, febrero 28 de 2010 |
Contratismo ilusionista y engañoso
El gobierno anunció que ya
se formaron las primaras empresitas, en la modalidad de sociedades
anónimas (SA), que serán contratistas de la industria
eléctrica en el Valle de México. Para ello, les aportó
algunos millones a un puñado de nuevos dueños. Ese proyecto es
políticamente erróneo, además de engañoso y
desventajoso. Los nuevos empresarios no llegarán lejos.
Primeras microempresitas
Las secretarías de economía (SE) y
del trabajo (STPS) informaron que los electricistas liquidados de Luz y Fuerza
del Centro (LFC) ya formaron las primeras siete empresas proveedoras de la
Comisión Federal de Electricidad (CFE), las que recibirán apoyos
que van de 2 a 4 millones de pesos(Gascón V., en Reforma, 17 feb
2010).
Las actividades a realizar por estas empresas van desde la
atención telefónica hasta el mantenimiento a la red
eléctrica.
Constituida con 7 trabajadores, la empresa ATSE
Comunicaciones S.A. de C.V. instalará un “call center” para
atender a usuarios de la CFE en aclaraciones y fallas en el suministro de
energía eléctrica. Esta empresa recibió un financiamiento
de 4 millones de pesos y creará 150 empleos en el primer año de
operación.
La empresa Cable Sub de México S.A. de C.V.
recibió un cheque por 2 millones de pesos para dar mantenimiento a la red
eléctrica subterránea. Esta empresa ya está en
operación.
CICE Global formada por 8 extrabajadores
proveerá 6 mil postes de luz a la CFE y se dedicará a la
instalación y mantenimiento en baja y media tensión. Esta empresa
recibió un cheque por 4 millones de pesos y creará 71 empleos
directos y 35 indirectos en el primer año de
operación.
Más contratos zanahoria
Según la SE, las
“cooperativas” podrán obtener contratos hasta por 220
millones de pesos con la posibilidad de incrementarse a través de la
adjudicación directa de contratos. Javier Lozano, titular de la STPS,
declaró que “las cooperativas podrían ofrecer sus servicios
a todas las dependencias del gobierno” (sic). Cuatro nuevas empresas
están en proceso para esta modalidad de adjudicación, pretendiendo
la creación de 1,300 empleos.
Por otra parte, el gobierno habla de
3,100 electricistas liquidados en vías de ser recontratados por la CFE.
También se dice que ya se han constituido 28
franquicias
De proletarios a empresarios
Los nuevos dueños, gerentes de Sociedades
Anónimas (sic), hace cinco meses eran obreros, ahora son patrones, mismos
que contratarán a sus propios compañeros. Hace cinco meses
“decían” que luchaban contra la privatización
eléctrica, hoy no podrán ni siquiera declararlo pues han pasado a
ser parte de los mismos privatizadores.
¡Que lamentable
contradicción! Se ha dicho por algunos que el SME es un sindicato
colapsado. En realidad, el colapso tiene varias vertientes y es motivo para
estudios sociales, políticos e históricos pero, también,
sicológicos y antropológicos.
En la vertiente del
contratismo se ha incurrido en una contradicción irresoluble. No es
aspiración de la clase obrera volverse patrón ni menos explotar a
trabajadores. Esa contradicción no tiene solución y en
México han existido varias experiencias previas, todas
amargas.
Negación de experiencias previas
En 1915, el propio SME estalló la
huelga telefónica apenas un año después de haber sido
fundado. En los siguientes días, Carranza sorprendió a los
electricistas entregándoles la empresa. De entrada, el electricista
Luís Napoleón Morones fue nombrado gerente. Luego, muy pronto,
vino un estrepitoso fracaso. Los electricistas, simplemente, no pudieron y
regresaron la empresa al gobierno. Morones, por su parte, sería erigido
uno de los primeros grandes charros sindicales apoyado por Obregón,
Calles y la CIA norteamericana.
En los 1930’s, durante aquella
irrupción de masas, la política borrosa de Cárdenas lo
llevó a poner en 1935 la administración de los Ferrocarriles
Nacionales, recién nacionalizados, en manos de los trabajadores. Lo mismo
hizo en 1938, cuando la Expropiación Petrolera. En ambos casos, la
“administración obrera” fracasó.
Los
representantes sindicales se volvieron representantes de los trabajadores ante
el patrón y de éste ante los primeros. Jamás pudieron
cumplir ese doble papel contradictorio. En el caso petrolero, al primer
año después de la Expropiación, los trabajadores pidieron
aumento de salarios y la respuesta de Cárdenas fue enviar las tropas del
Ejército federal a Azcapotzalco y a Ciudad Madero.
Lo que
sí se logró de inmediato fue un impulso desmedido a la
corrupción sindical que se prolonga al día de hoy.
Por lo
demás, en el sector eléctrico NUNCA se ha tenido al contratismo
como opción política sino a la inversa. Los electricistas de la
Tendencia Democrática del SUTERM siempre nos opusimos al contratismo y
consideramos a éste como una de las estrategias del imperialismo para
corroer a la industria nacionalizada y disgregar a las fuerzas
obreras.
A competir entre privados y entre sí
Sin experiencia, pues se están
volviendo empresarios de la noche a la mañana, los seguidores de
Alejandro Muñoz van a empezar sus negocios endeudados. Son unos cuantos
millones para unos cuantos “empresarios” o
“cooperativistas”. La primera denominación es más
adecuada porque lo que han constituido no son cooperativas sino sociedades
anónimas de capital variable. Obviamente, se trata de
pequeñísimos empresarios.
El gobierno ya anunció que
a esos nuevos empresarios les gestionará crédito bancario. Con
ello, terminaría de ahorcarlos poniéndolos en manos de los
buitres.
Por el omento, debido al contexto político, el gobierno
dice que les asignará los contratos por adjudicación directa. Con
que monto de inversión y qué duración tendrán los
contratos, está por verse. Pero es evidente que se tratará de
pequeños contratos, contratitos, para que los compañeros se
entretengan y ganen unos cuantos pesos.
Pronto, habrá que
desembolsar dinero para pagarle a los nuevos empleados que, aunque siendo muy
pocos, tendrán derecho al salario y prestaciones sociales.
¿Podrán cumplir los nuevos capitalistas? En un primer momento
sí pero eso no dura.
Después del primer contratito, se
desatará la competencia selvática y, el más fuerte, se
impondrá. Resulta que, en el mercado, hay muchas más empresas y
empresitas contratistas. Todas tienen detrás fuertes intereses
económicos y políticos con el Estado y gobierno en turno.
La característica de esas empresas terceristas son: el trabajo
precario, salarios de hambre, cero prestaciones sociales, cero seguridad social
y condiciones de trabajo esclavo.
¿Qué hará el grupo
de Muñoz y Asociados? ¿Bajarle los salarios a sus empleados?
¿Aliarse con los tiburones para sobrevivir? ¿Sumarse de plano a las
transnacionales a cambio de migajas? Esto último ya ha ocurrido.
Eléctrica del Valle de México, que opera en el Itsmo de
Tehuantepec mediante un permiso otorgado por Fox a esos bribones, para generar
energía eólica que distribuye en el Valle de México, se
tuvo que aliar primero, con Electricidad de Francia y, luego, con Iberdrola de
España. Traicionar a México por la vía de volverse
privatizadores no es algo tan sencillo. No basta dar las facilidades ni servir
de prestanombre, hay que entregarse ante los más voraces.
Pero,
antes de esos escenarios, habrá que librar una seria guerra intestina.
Eso ya empezó. Las empresitas están a nombre de unos cuantos
(¿quiénes?), los pocos millones que han recibido son para esos
pocos, los empleados también serán pocos. Y, ¿los
demás? ¿A esperar la bonanza de las primeras empresitas? Esa bonanza
no llegará ni se puede esperar indefinidamente.
Lo que
habrá es competencia entre los mismos empresarios nylon, contra otros
empresarios depredadores y, entre los miembros de las flamantes empresas. Los
pleitos estarán a la orden del día y no hay gobierno que los pueda
salvar.
El indio y su compadre
Muñoz ha llegado a los límites del descaro
y lo harán desechable. Por el momento, le sirve al gobierno y éste
simula que lo apoya, al final le darán una patada. Por el momento,
algunos trabajadores están ilusionados en trabajar antes de que se les
termine la liquidación, no tardarán en darse cuenta que erraron su
vocación, no es tan fácil improvisarse de empresarios. Los
empleados de los nuevos dueños pronto verán que sus condiciones
laborales, además, de mínimas se tornarán
infames.
Podrá haber alguna excepción pero, en general, la
propuesta no es favorable a los miles de electricistas que han sido arrastrados
a esta aventura.
Primero, fue Jorge Sánchez y los 41
exrepresentantes sindicales (excomitecos) los que ilusionaron a Muñoz
“inflándolo” a sabiendas que su perfil político es
nulo. Ese grupo de los 41 creo en noviembre de 2009 a la Coalición de
miembros del SME e hicieron presidente de la misma a Muñoz. De inmediato
se dieron a la tarea de promover las liquidaciones de los compañeros con
el señuelo de formar empresas para volver a
recontratarlos.
Después, varios de los 41 se hicieron a un lado,
sin decir nada, pero Sánchez siguió adelante a través de
Muñoz para seguir promoviendo la formación de empresas
contratistas, y de Antonio Durán, representante de un grupo de jubilados,
para tratar diversos asuntos relacionados con este sector. Ahora ya tienen las
primeras empresitas pero es evidente que, por muchas que se formen, no
alcanzará para todos y el billete los dividirá más
aún.
Muñoz se dejó llevar por Sánchez,
éste será el primero en
abandonarlo.
Abandonan el proyecto nacionalizador
La política de Sánchez y
Muñoz tienen en común haber abandonado el proyecto de
nacionalización eléctrica, que jamás entendieron y menos
defendieron.
Resultado de la nacionalización eléctrica de
1960, una de las grandes conclusiones de los electricistas de la
Federación Nacional de Trabajadores de la Industria y Comunicaciones
Eléctricas (FNTICE), luego Sindicato de Trabajadores Electricista de la
República Mexicana (STERM), fue la INTEGRACION de la industria
eléctrica nacionalizada.
El SME en su conjunto siempre estuvo al
margen. Con Sánchez, como secretario general en turno, la
situación se tornó peor porque la nacionalización,
interrumpida violentamente en 1976 con la represión
político-militar a la Tendencia Democrática, fue incluso
cancelada. Esto ocurrió mediante las reformas regresivas a la Ley del
Servicio Público de Energía Eléctrica, auspiciadas por
Carlos Salinas de Gortari en 1992 a través del Pacto de Necaxa con Jorge
Sánchez.
A partir de esas reformas, a este momento, el 50% de la
generación eléctrica total a nivel nacional ya es
privada.
Jorge Sánchez carece de autoridad moral y política
para referirse al sector eléctrico nacionalizado. Su primera propuesta
para que los compañeros se liquidaran fue errónea. La siguiente
propuesta, de formar una empresa, luego varias en calidad de contratistas,
también fue errónea. Muñoz ha seguido a Sánchez
porque carece de política, su política consiste en no tener
política. Es la peor política misma que lo la llevado a aceptar
del gobierno “lo que sea”.
Las consecuencias de los errores
pronto se verán con el estrepitoso fracaso de los nuevos contratistas que
abandonaron el proyecto nacionalizador porque jamás lo entendieron, ya
que, son parte de lo contrario: el proyecto desnacionalizador de Salinas de
Gortari y transnacionales.
¿Hay otras alternativas?
Por supuesto. Tal es el caso de la propuesta
de la Liga Mexicana de Electricistas (LME), formada por trabajadores activos y
jubilados.
¿Cuál es esa propuesta? INTEGRAR a la industria
eléctrica nacionalizada, representada por la CFE en términos de la
LSPEE. Esto implica que la CFE es el patrón sustituto de los
electricistas y, así debe invocarse formalmente, pasando a formar parte
de la División Centro de la CFE con todos los derechos de la
relación laboral que no se disuelve por la sustitución del
patrón.
Sí, invocar la sustitución del patrón
(a cargo de la CFE) es un derecho colectivo de los electricistas del SME. Al
omento, no se ha invocado pero debe hacerse de inmediato por el conjunto de
electricistas.
¡Patrón sustituto para todos! es nuestra
propuesta.
2010, elektron 10 (49) 1-4, 19 feb 2010.
El FTE en
lucha con los electricistas en resistencia
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