Volumen 10, Número 152, febrero 14 de 2010
 

Avanzar y dinamizar a la FSM



Los trabajadores clasistas del mundo debemos desde ahora preparar debidamente al 16 Congreso Sindical Mundial, se dijo en el Encuentro Sindical Minero-Metalúrgico de América Latina y el Caribe, convocado por la UIS del Metal y organizado por el Sindicato Nacional de Trabajadores Metalúrgicos de Cuba.


Intervención del FTE de México


Hacia el 16 Congreso Sindical Mundial


Las UIS, pilares de la FSM

En 2011 se llevará a cabo el 16 Congreso Sindical Mundial cuya sede se fijará próximamente. Este Congreso será un nuevo acontecimiento para el mundo obrero.

De la época anterior a la de ahora, se han vivido múltiples experiencias, algunas de ellas trágicas. La transición fue muy difícil porque pudo no haberla. Muchos se creyeron el cuento del fin de la historia y nos abandonaron. Pocos quedamos para colectar las piedras de las ruinas. Algunos, estoicamente, en las peores condiciones, mantuvieron ondeando la bandera roja.

La Federación Sindical Mundial (FSM) sobrevivió a la caída del socialismo europeo y, eso, no es cosa menor. Tres importantes Congresos (Damasco, Nueva Delhi y La Habana) se han realizado en los últimos tiempos. Después del último se han incrementado las afiliaciones y se ha avanzado en la re-construcción de las Uniones Internacionales de Sindicatos (UIS). En 2007, formamos de nueva cuenta a la UIS de la Energía y, en 2008, a la UIS del Metal. La más reciente, es la UIS del Turismo, fundada en 2009.

Las UIS, junto con las centrales nacionales, son los pilares fundamentales de la FSM. Con anterioridad, las UIS de la Minería, fundada en 1949, contemporánea de la del Metal, tuvieron una larga e importante trayectoria. A partir de 2008, la nueva UIS del Metal agrupa a los sectores de la minería, la metalurgia y el metal. Esta UIS ha venido desarrollando activamente sus tareas en varios continentes y todos los trabajadores del mundo deben saberlo.

Fase activa y constructiva

En el mundo está comprobado que nunca hubo tal “fin de la historia” y que, hoy en día, la vigencia de la lucha de clases está presente como un hecho real en todos los rincones del planeta. Más aún, esta lucha se ha recrudecido en la fase del capitalismo salvaje. La explotación capitalista no ha cambiado, solamente se han modificado los métodos orientados a imponer el trabajo esclavo, en el afán de acrecentar la acumulación capitalista y la tasa de ganancia privada.

La respuesta del proletariado del mundo es desigual e insuficiente. En todas partes hay luchas de resistencia pero hace falta avanzar políticamente. Las contradicciones entre la fuerza natural (el trabajo) y la fuerza social (el capital) son múltiples y, en todos los casos, necesitamos de una adecuada política con independencia de clase.

La FSM es la trinchera de lucha organizada de la clase obrera, opuesta a la simulación basada en el colaboracionismo de clase. Pero, es preciso pasar de las declaraciones a los hechos. Estos son prácticos y movilizadores pero, al mismo tiempo, programáticos. Esto implica a la política en su expresión genuina.

La construcción también significa la ruptura. Esta dualidad implica a una fase activa y constructiva pero, al mismo tiempo, una de ruptura con lo que es inconveniente y traba para lo nuevo.

Debemos aprender de la experiencia. Los viejos vicios no solamente no deben repetirse sino extirparse. Este no es un asunto de buena voluntad sino de ética política, de principios firmes, acciones coherentes y funcionamiento congruente.

Dinamizar a la FSM desde abajo

La FSM necesita dinamizarse con la contribución de todas sus organizaciones afiliadas y la solidaridad de los amigos. El accionar de la FSM debe estar basado en el ejemplo, el discurso es importante pero los hechos son determinantes. Eso significa que la FSM debe tener “política” sobre todos los problemas candentes de nuestro movimiento.

En la actual fase, las propuestas de la FSM debemos impulsarlas desde abajo, previamente socializadas, para que arraiguen en las bases. Desde el interior del movimiento, en todos los centros de trabajo, la imagen de la FSM debe ser de coherencia y congruencia.

El funcionamiento de la FSM debe cambiar, superando al modelo burocrático y meramente protocolario. Hoy, la FSM debe estar presente y activa en todas las luchas nacionales, claramente definida contra el imperialismo, disputándole el terreno palmo a palmo.

Entre otros aspectos, la FSM debe tomar nota de la experiencia reciente de las UIS, especialmente, de la Energía y del Metal, constituidas con base en principios de clase, con un programa alternativo y con una estructura funcional adecuada. La FSM necesita transformarse para estar en capacidad de dar respuesta a los múltiples problemas de los trabajadores.

Entre otras cuestiones, la FSM requiere de nuevos Estatutos, de mayor cooperación de sus afiliados, especialmente, con trabajo voluntario, para desarrollar tareas teóricas y políticas, de prensa y relaciones internacionales, de organización sectorial, continental y regional, y de cultura.

El 16 Congreso Sindical Mundial debe empezar por cambiar el formato de discusión. Sería conveniente definir una temática apropiada para decidir al respecto colectivamente. Las organizaciones afiliadas debemos presentar informes escritos previamente, sobre la situación nacional y de nuestros sectores. También, debemos apoyar a la representación de la FSM promoviendo la incorporación de nuevas generaciones que conozcan al sindicalismo de sus regiones, tengan arraigo y apoyo de sus bases, así como, conocimientos y experiencia que les permitan hacer aportaciones.

Retos y desafíos de la FSM

La tarea esencial de la FSM consiste en contribuir al fortalecimiento de las actuales organizaciones afiliadas. En varios casos, el imperialismo promueve por diversas vías la disgregación. A nadie se le puede tener a fuerza, tampoco se le puede ni debe sustituir, pero es crucial definir una estrategia que no solamente atraiga a las organizaciones, sino que las apoye y oriente correctamente.

Para ello, es necesario que la FSM adopte una estructura organizativa y funcional adecuada. En la FSM no debe haber cargos simbólicos, todos deben tener alguna función que realizar y de la cual deben informar frecuentemente. Las funciones deben ser, ante todo, políticas no meramente formales.

A nivel general, y en todas partes, convendría integrar grupos de trabajo especializados para analizar los aspectos políticos, económicos, sociales y culturales del mundo y de nuestros respectivos países y sectores. Para ello, las organizaciones afiliadas debemos hacer un esfuerzo para apoyar los trabajos a desarrollar y sostener materialmente a nuestros representantes ante la FSM.

La respuesta obrera al capitalismo implica profundos desafíos. A partir de las experiencias previas, la única alternativa seria para el mundo sigue siendo el socialismo. Pero no se trata de una aspiración meramente ética, ni su construcción es automática ni menos mecánica. En las nuevas condiciones tenemos que replantearnos las estrategias políticas que, tal vez, deban concretarse en un movimiento generalizado a nivel mundial.

Para avanzar en nuestros objetivos programáticos, es crucial contar con organizaciones sólidas y con un accionar lo más conciente posible. Esto supone impulsar grandes proyectos de formación y educación política de la clase obrera. Para ello, debemos construir los instrumentos adecuados apoyándonos en los sectores universitarios y científicos de avanzada dispuestos a cooperar con la FSM.

La FSM necesita enarbolar las nuevas banderas de los pueblos del mundo, mismas que tienen importantes antecedentes pero que deben ser asumidas y encabezadas por los propios trabajadores. Es el caso de la defensa de los recursos naturales y del medio ambiente. A los trabajadores nos corresponde formular las nuevas tesis programáticas que forman parte de las tareas políticas fundamentales de nuestra época.

El capitalismo sigue en crisis pero no parece que se derrumbará solo. Sigue vigente el papel del sujeto revolucionario. En muchas partes se ha obnubilado el pensamiento pero sigue siendo oportuno recurrir al pensamiento revolucionario clásico, en sus expresiones contemporáneas concretas, precisamente para la transformación social. Esto implica estudiar las fuentes originales, como unan labor cotidiana y sistemática, para estar en capacidad de desarrollar las ideas.

El capitalismo, en su vertiente de salvajismo y esclavismo, no se detiene ante nada, la constante revolución de los medios de producción trae consigo nuevas implicaciones. Por otra parte, para mantener la opresión del Estado capitalista no se han abandonado los propósitos de guerras de agresión a alta escala, sea con armas nucleares, convencionales o de nueva generación. Cualquier pretexto, como el terremoto en Haití, lo utiliza el gobierno norteamericano para realizar la ocupación militar. La lucha contra la guerra imperialista y el militarismo son históricas banderas de la FSM que deben impulsarse con fuerza contra todas las expresiones de guerra, cruenta e incruenta, realizadas en el contexto de la doctrina del shock y aplicadas cotidianamente por los gobiernos neoliberales.

Mientras más se incrementa el saber obrero mayor es la degradación del trabajo. La FSM debe promover la lucha en el “espacio del saber”, recuperando la personalidad e iniciativa de los trabajadores al interior de sus centros de trabajo; promover la organización basada en Consejos obreros; y, al mismo tiempo, la defensa y mejora de las condiciones laborales y sociales, especialmente en materia de salud obrera y seguridad social.

En varias partes del mundo, la situación de la clase obrera se ha vuelto más penosa. Es necesario, por tanto, promover la solidaridad internacional militante. Así, la FSM será la mejor referencia en los años por venir, en lucha por los intereses inmediatos e históricos de la clase obrera del mundo.

¡Proletarios, uníos!


Frente de Trabajadores de la Energía,
de México




Fuente: 2010 elektron 10 (35) 1-4, 5 feb 3010




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