Integración Industrial y Unidad Sindical
La integración de la industria eléctrica nacionalizada y la unidad sindical democrática son nuestras banderas históricas, expresan una política eléctrica independiente y son propuestas viables. Qué hace falta? Culminar los procesos interrumpidos violentamente por el Estado en 1976; ante todo, dejar de estar apoyando acríticamente a la privatización furtiva del gobierno.
La integración industrial, y la
unidad sindical, cada vez son más necesarias. Estas propuestas tienen
hondas raíces en la lucha de los electricistas mexicanos. Las propuestas
son viables y, ante todo necesarias. Esto es más urgente, en la medida en
que la privatización furtiva del gobierno avanza impunemente en los
hechos.
La integración de la industria eléctrica nacionalizada
es altamente conveniente para la Nación y para los trabajadores.
Desde 1960 se venían realizando estudios para la integración
industrial. En diversos momentos habían participado los sindicatos del
sector, principalmente el STERM y, luego, el SME en las llamadas comisiones
tripartita de 1966 y, cuatripartita de 1969. Como resultado, se avanzó
considerablemente en la interconexión eléctrica nacional y el
funcionamiento de la industria expresado en la Ley de Servicio Público de
Energía Eléctrica de 1975, lograda al calor de la lucha de la
Tendencia Democrática de Electricistas y Nucleares. El proceso se
interrumpió violentamente, en 1976, luego de la represión
político-militar contra la Tendencia Democrática.
Este proceso
fue interrumpido, también, por el boicot sistemático de los
charros sindicales, ya que la integración industrial supone la necesaria
unidad sindical. Al respecto, también se había avanzado
notablemente hasta 1972 con la creación del SUTERM, luego de las
importantes Jornadas Nacionales por la Democracia Sindical del STERM en 1970-71
y las luchas previas de décadas.
Después se ha producido un
vacío deliberado. Por una parte, a los charros no les interesa ninguna
unidad sindical y, por otro, las tendencias antiunitarias se han impuesto en la
práctica. En suma, se ha hecho caso omiso del proceso de unidad no
obstante acuerdos previos de Congresos Nacionales en el SUTERM (1973) y
Asambleas Generales en el SME (1975, 1980). Estos acuerdos no han sido revocados
por nadie, simplemente se han incumplido.
Es el momento de retomar los
procesos de integración industrial y unidad sindical. ¿Son viables
estas propuestas? Sí, y si no lo fueran habría que demostrarlo.
¿Qué proyecto de factibilidad existe que niegue la
conveniencia de integrar a la industria eléctrica? Ninguno, quienes se
oponen lo hacen visceralmente. En el curso de los años pasados se han
formulado múltiples propuestas que apoyan la integración, por
razones técnico-económicas, financieras y operativas.
Otro
tanto ocurre en materia sindical. Todas las argumentaciones en contra de la
unidad han sido desbaratadas y los acuerdos alcanzados son de una importancia
tal que deben retomarse. ¡Los charros no respetan ningún acuerdo!
Cierto, pero la unidad no es asunto de los charros, sino de los trabajadores.
Para concretarla no hace falta pedirle permiso a los charros ni al gobierno.
Así fue en el pasado y se avanzó, en condiciones más
difíciles.
La integración industrial y la unidad no son solo
viables sino necesarias y urgentes. Mientras más se pospongan, más
avanzará la privatización furtiva. Las consecuencias están
a la vista: ya hay más de 100 (cien) empresas eléctricas privadas,
pronto habrá multitud de nuevos contratos colectivos de trabajo (CCT),
secciones sindicales e, incluso, podría haber otros sindicatos.
El
SUTERM y el SME están obligados a pactar esos nuevos CCT. Pero esta
situación es contradictoria, porque únicamente afiliarán a
los trabajadores ya contratados por las empresas privadas, porque los nuevos
contratos serán inferiores a los vigentes que son resultado de
históricas luchas y, porque al pactar laboralmente con los privatizadores
se les legitima políticamente.
Las alternativas están en los
acuerdos para la integración de la industria eléctrica
nacionalizada y la unidad sindical de los electricistas. En la medida en que
esto no se ha hecho es que las contradicciones están presentes; en la
medida en se avance las contradicciones serán superadas para bien de los
trabajadores, de la industria y de la Nación.
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