Los Charros firman CCT con FENOSA
Los charros del SUTERM firmaron el primer Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) con los privatizadores de la industria eléctrica nacionalizada. Pactaron un CCT inferior y contrario a la nacionalización eléctrica. Unión FENOSA, de España, operará en Hermosillo una central de ciclo combinado ya conectada a la red eléctrica nacional misma que el gobierno ha puesto a su servicio.
Desde el 28 de septiembre de 2001, los charros del
Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República
Mexicana (SUTERM) firmaron el Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) que
regirá las relaciones de trabajo entre el SUTERM y Unión FENOSA
para los trabajadores de la central termoeléctrica instalada en
Hermosillo-Sonora.
Hasta la sede del sindicato acudieron los funcionarios de
Fuerza y Energía de Hermosillo y Soluziona, empresas
propiedad de Unión FENOSA, para pactar con los charros condiciones de
trabajo inferiores a los demás trabajadores del sector.
Para
Unión FENOSA, este hecho es el único que le faltaba para afirmarse
como la empresa privada extranjera número uno participante de la ilegal
privatización eléctrica en México. La central
eléctrica, con una capacidad instalada de 250 megawatts eléctricos
(Mwe) propiedad de esta empresa española ya entró en
operación comercial habiéndose sincronizado a la red
eléctrica nacional. Para ello ha contado con todas las facilidades del
gobierno federal, otorgadas por la Comisión Reguladora de Energía
(CRE) y, la Comisión Federal de Electricidad ha (CFE), ha puesto la red
eléctrica al servicio de FENOSA.
El sistema seguido para la
participación de FENOSA es el llamado construcción,
explotación, propiedad, en pocas palabras, privatización.
¡Esta es la apertura a la inversión privada que muchos
apoyan!...dizque en contra de la privatización. Allí está
su apertura, es la propiedad privada de la infraestructura eléctrica de
la Nación, apoyada con el financiamiento del Banco Interamericano de
Desarrollo (BID). De acuerdo al correspondiente contrato, la CFE le
comprará a Unión FENOSA la electricidad producida,
iniciándose así una nueva fase regresiva de CFE ahora como empresa
revendedora de la energía eléctrica.
FENOSA, además,
construye otras plantas en Tuxpan-Veracruz y en Naco-Nogales en Sonora con una
capacidad de 1300 Mwe, además de su participación en Luz y Fuerza
del Centro (LFC) y en 12 importantes aeropuertos del grupo Aeroportuario del
Pacífico. El avance privatizador del gobierno es ya inocultable,
desnaturalizando más a la industria eléctrica nacionalizada.
Ahora, los charros legitiman a los privatizadores en el ámbito
laboral. El CCT firmado corresponde a un contrato de empresa que ni siquiera se
firmó con Unión FENOSA, sino con una de sus filiales. De esas
empresas eléctricas privadas ya existen más de 100 (cien) en todo
el país. Ese CCT se parece mucho a los existentes antes de la
nacionalización. Baste señalar que la cláusula más
importante, “materia de trabajo”, es por supuesto inferior y
contraria a la existente en el sector.
Ese nuevo CCT es, incluso, contrario
a lo dispuesto por el actual CCT CFE-SUTERM, porque la materia de trabajo que
ahora se le otorga a Unión FENOSA corresponde realizarla a CFE. Con la
firma del CCT nuevo se viola el actual y se otorga legitimidad a la
sustracción ilegal de materia de trabajo correspondiente a facultades
reservada en exclusiva al Estado. La CFE, por su parte, pierde en los hechos
parte de las funciones esenciales que le otorga la Constitución del
país.
Con el paso dado por los charros, seguirá una fase de
firma de contratos y contratitos, por parte del SUTERM y del SME. A la fecha, la
CRE ha concedido más de cien permisos privados. Varias de las empresas
extranjeras pronto se conectarán a la red eléctrica. Antes de
hacerlo tendrán que pactar un CCT. Con ello se inicia el regreso al
esquema históricamente superado: la proliferación de contratos
colectivos diversos y diferentes, en todo el país, y el boicot a la
unidad sindical.
Los charros van a crear una delegación en Hermosillo
(debiendo ser sección). En la nueva central habrá desde luego
charros, porque los trabajadores no han sido tomados en cuenta para nada. Ahora
se encargarán de la operación y mantenimiento, secuestrados desde
el principio en su propia organización sindical.
En medio de las
contradicciones, los charros, que apoyan a la privatización, se refuerzan
verticalizando más al sindicato.
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