La CRE no regula, privatiza
La Comisión Reguladora de Energía (CRE) no regula, privatiza, a la industria energética. Es el organismo operativo del gobierno para entregar el patrimonio nacional al capital privado favoreciendo a monopolios extranjeros. Esta comisión debe desaparecer por ser lesiva al interés general de la Nación.
El Fox, Martens y los diputados panistas
insisten en la reforma energética. A principios de enero, 2002,
declararon que los cambios en la materia servirán para reducir a la mitad
el costo de la energía. Agregaron que, mientras tanto, las inversiones en
el sector continuarán siendo aportadas por la Comisión Federal de
Electricidad (CFE).
Lo que llaman “reformas”, sería la
legalización de la privatización actualmente en marcha, misma que
el gobierno realiza a espaldas de la Nación. Decir que con la
privatización, se reducirá el costo de la energía a la
mitad es “cinismo gubernamental”.
Ahora bien,
¿cuáles inversiones hace CFE? Hace por lo menos 2 años que se
ha retirado de las nuevas inversiones para entregar todo el espacio a los
inversionistas privados, mismos que construyen la nueva infraestructura de
generación eléctrica. La propia CFE informa en su página
electrónica que, en 2001, los recursos privados prácticamente
duplicaron la inversión pública de CFE y PEMEX. Además, se
han venido comprometiendo proyectos de infraestructura a largo plazo.
¿Está realmente preocupado el gobierno foxista en las reformas
constitucionales? Porque, en la práctica no las ha necesitado para
privatizar a la industria eléctrica. Claro que tal privatización
es completamente ilegal, la reforma únicamente serviría para
legalizar una situación de hecho.
La privatización furtiva se
ha llevado a cabo a través de la Comisión Reguladora de
Energía (CRE). Esta Comisión surgió como un organismo
consultivo, otorgándole después funciones reguladoras. Sin
embargo, a la fecha está convertida en una Comisión
Privatizadora de Energía.
No solamente se está
privatizando la industria eléctrica, también la petrolera,
mediante permisos unilateralmente otorgados por la CRE a las empresas privadas
extranjeras. Martens, secretario de energía, declaró que para
julio se dará a conocer el primer paquete de licitaciones para la
Exploración y Explotación de Gas natural seco en el país a
través de contratos de servicios múltiples.
Los empresarios
privatizadores extranjeros, por su parte, desmienten más
cínicamente a Fox. “No es imprescindible la reforma del sector
eléctrico para invertir en México”, dijo el presidente de
Unión FENOSA, de España con motivo de la inauguración de la
primera central eléctrica privada, instalada en el noroeste del
país (Hermosillo, Sonora). Claro, la “reforma” no hace falta
porque la privatización eléctrica se lleva cabo en la
práctica y Unión FENOSA es principal
beneficiaria.
Agregó el empresario que, “tras las crisis
energéticas de California y Brasil no está claro cual es el modelo
de regulación óptima en el sector eléctrico”. Dijo
enseguida, “Hay países como México que han facilitado la
entrada de inversión privada sin que se produzcan privatizaciones”.
El español miente y manipula. La intervención de Unión
FENOSA es una evidente privatización, porque las plantas
eléctricas que construye y opera son (ilícitamente) de su
propiedad privada.
Para Unión FENOSA, “en el sector
eléctrico mexicano ya se ha establecido un camino satisfactorio para que
los inversores privados estemos presentes. No vemos la necesidad imperiosa y
urgente de una reforma legal”. Más aún, expresó su
deseo para que en el futuro se abra la distribución eléctrica a la
iniciativa privada, al igual que se ha hecho con la generación. Esto es,
quieren para su propiedad privada a toda la industria eléctrica
nacionalizada de México.
El paraíso que describe Unión
FENOSA es posible porque el gobierno mexicano está entregando impunemente
el patrimonio nacional al capital extranjero. El mecanismo que los
privatizadores aplauden, es el seguido por la CRE, que ha otorgado permisos
privados para la construcción y operación de unidades de
generación eléctrica, y entregado la red eléctrica
nacional, deshaciendo el patrimonio de todos los mexicanos y comprometiendo
seriamente el futuro.
¡La Comisión Reguladora de
Energía debe desaparecer, no hay transformación posible, es lesiva
al interés nacional!
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