Interconexión con Guatemala
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el gobierno foxista ponen en marcha el Plan Puebla-Panamá. El propio BID anunció un convenio para la interconexión eléctrica entre México y Guatemala.
El gobierno
foxista tiene prisa para llevar adelante el Plan Puebla-Panamá (PPP)
acordado con el gobierno norteamericano. El Banco Interamericano de Desarrollo
(BID) es el encargado de ayudarle a Fox. En sus propias oficinas se están
pactando los acuerdos. Florencio Salazar, representante de México en la
comisión ejecutiva del PPP es un simple empleado del BID.
En
reunión celebrada con los representantes de los gobiernos de Belice,
Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua y
Panamá, realizada en diciembre de 2001, se acordó interconectar
los sistemas eléctricos de México y Guatemala en el marco del PPP.
El plan considera acciones para concretar el Sistema de Interconexión
Eléctrica de los Países de América Central (SIEPAC) para
establecer una red de transmisión eléctrica centroamericana. En el
caso de la interconexión México-Guatemala, se prevé una
línea de interconexión de 80 kilómetros, con 400 mil volts,
entre las subestaciones de Tapachula (México) y Los Brillantes
(Guatemala).
Dicen los personeros del imperialismo, entre ellos funcionarios
de la Secretaría de Energía y Comisión Federal de
Electricidad (CFE) de México, Ministerio de Energía y Minas e
Instituto Nacional de Electrificación (INE) de Guatemala, que su
iniciativa de integración energética es para mejorar la
infraestructura eléctrica, reducir los costos de energía y
propiciar inversiones productivas. El financiamiento del proyecto será
del BID y del gobierno español.
En realidad, se trata de avanzar
hacia la concreción del programa energético norteamericano. El
proyecto de interconexión eléctrica es parte de la llamada
integración energética hemisférica. No interesa el
desarrollo social de los pueblos centroamericanos, sino adecuar la
infraestructura energética de la región para ponerla en manos de
Estados Unidos garantizándole su seguridad
energética.
Diferente sería la integración
energética en el contexto de un proyecto político y social
democrático e independiente. La integración que propone el PPP es
inaceptable por contradictoria y atentatoria al interés general de los
pueblos de América. Pretenden la interconexión eléctrica,
mientras en los diversos países promueven la privatización de la
generación de electricidad.
¿Quién va a controlar la red
eléctrica? ¿Para qué y para quién? En un esquema
general de privatización, el control será de los nuevos
dueños del actual patrimonio nacional. Por lo pronto, se está
planteando adecuar las redes eléctricas para que sean utilizadas por los
generadores privados. ¿Cuál desarrollo social y cultural de la
región? El BID, los gobiernos mexicano, centroamericanos y
español, mienten y hacen demagogia.
En el caso de México,
¿porqué no se concluye con la interconexión eléctrica
de todo el territorio nacional? ¿Porque no se integra a la industria
eléctrica nacionalizada? Lo que ahora se está haciendo es
desintegrarla, privatizándola. La próxima capacidad de
generación eléctrica se construye actualmente por inversionistas
privados, entre otros, españoles. La red eléctrica está ya
puesta a su servicio, ilegítimamente, con base en las reformas
anticonstitucionales de 1992 a la Ley de Servicio Público de
Energía Eléctrica (LSPEE) y las acciones unilaterales cotidianas
de la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
Es evidente que
por la red eléctrica interconectada fluirá la energía
generada en las diversas centrales, principalmente mexicanas. Pero esto
será para apoyar a los grandes negocios de los capitalistas en la
región, no para el desarrollo de los pueblos, quienes pagarán
altos costos. En todo caso, el desarrollo que se promueve es para impulsar la
integración económica con Norteamérica, en condiciones
completamente desventajosas para los países de América
Central.
La industria eléctrica, en México y en
Centroamérica, es un sector estratégico. Es tesis de los
trabajadores mexicanos de la energía que esta industria no debe ser sino
de propiedad social. Por ello, proponemos el desarrollo estatal de las
industrias eléctricas y su integración industrial en el marco de
una Política Energética Independiente. Esto supone la cabal
unidad de los trabajadores electricistas y la lucha política
clasista.
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