Estallido Social en Argentina
Las masas hambrientas asaltan los comercios, el gobierno impone el estado de sitio. Las políticas del neoliberlismo hacen crisis e irritan al pueblo. ¡Abajo el gobierno neoliberal No basta la explosión, es necesaria la intervención organizada de los trabajadores. El FTE de México se solidariza con la clase obrera y pueblo pobre de Argentina.
Estado de sitio en todo el país.
Esta fue la respuesta del gobierno argentino ante las protestas y saqueos que
realizó parte de la población en Buenos Aires y otras partes del
país. El 19 de diciembre pasado estalló la crisis. Miles de
personas salieron a las calles desafiando al gobierno. En unos cuantos
días, cayeron dos presidentes.
Los planes de austeridad aplicados por
el gobierno peronista en los últimos años han afectado severamente
al pueblo argentino. Aumentos de impuestos, recortes en los salarios y pensiones
son las únicas medidas que conoce el neoliberalismo. Esto ha llevado a
que la economía no crezca y aumente el desempleo que alcanza a más
de 3 millones de argentinos.
“Enemigos de la República” les llamó, tontamente, Fernando de la Rúa a quienes se lanzaron a
las calles en busca de comida.
Hace diez años, una ola de saqueos
precipitó la caída de Raúl Alfonsín, del Partido
Radical el mismo al que pertenece De la Rúa. La crisis inflacionaria
llevó a miles de desempleados a buscar alimentos en los comercios. Los
peronistas se hicieron del poder encabezados por Carlos Menen. Este condujo a la
Argentina a un mayor desastre, se entregó al gobierno norteamericano,
privatizó todo lo que pudo y siguió puntualmente la
política neoliberal del imperialismo. El colmo fue su reelección
como presidente.
Como en aquella ocasión, el gobierno cayó y
los peronistas han vuelto. ¡Qué desgracia y qué
vergüenza! Como en aquella ocasión, se busca equivocadamente la
solución a los graves problemas del país, a través del
peronismo que ejerce mayoría en las cúpulas políticas. De
inmediato, los Estados Unidos pidieron al nuevo gobierno que se ajuste a los
criterios del Fondo Monetario Internacional (FMI). Enseguida los peronistas se
han dedicado a promover la devaluación del peso argentino, auspiciando la
inflación, disparando los precios y poniendo en práctica las
mismas recetas de antes.
Otra vez el sistema financiero está en
quiebra y el gobierno pretendió hacer frente a su deuda con el dinero de
los fondos de pensiones. Decretó, también, la congelación
de los ahorros bancarios permitiendo el retiro de un máximo de 2 mil 500
pesos (mexicanos) por semana, pues el Estado carece de dinero en efectivo. Es el
fracaso de la política económica seguida por el gobierno argentino
que traerá consecuencias para otros países. En México no
pasara lo de Argentina, se apresuró a decir Fox. Eso quisiera, pero lo
que allá pasa es el espejo de lo que ocurrirá en nuestro
país, cuyo gobierno sigue la misma política.
En las acciones
“cacerolistas” estuvieron diversos sectores, incluyendo a la
“clase media”, a los más empobrecidos y algunos grupos
radicales. Los trabajadores también forman parte de la protesta pero no
la dirigen.
Las mafias de la Confederación General de Trabajadores
(CGT) acudieron a respaldar a Rodríguez Saá, quien
sustituyó a De la Rúa. “Compañero presidente”
le llamaron y agregaron “Señor presidente, el movimiento obrero
está a su disposición”. No les duró mucho el gusto,
en pocos días el demagogo fue sustituido por Eduardo Duhalde,
también peronista. Este habló a su entrada de “un
baño de sangre” si Argentina no supera la crisis. Es el anuncio de
la represión, porque con la misma política económica se
agravará la situación. Entre sus primeras propuestas, pidió
a las empresas petroleras (privatizadas) que paguen un crédito a obtener
del Banco Interamericano de Desarrollo (BID); el Estado está en
bancarrota.
La Central de Trabajadores de Argentina, por su parte, no ha
estado a la altura política de los acontecimientos. La izquierda misma no
es capaz de encabezar un gobierno. De hecho, el estallido social ha rebasado a
cualquier alternativa de izquierda y, ante la ausencia de organización
política propia es que el peronismo sigue (mal) gobernando.
En
Argentina hay crisis política, económica y social. Hay un evidente
proceso de pauperización acelerada innegable, también
inconformidad y protesta. Hace falta más organización, más
dirección política y más presencia obrera.
Un mes
después, la protesta continúa y la movilización aumenta,
los argentinos quieren un cambio verdadero. Sus aspiraciones son justas y las
compartimos. El FTE de México apoya a los trabajadores y pueblo pobre de
Argentina.
|