El sindicato es de todos no de un grupo
El conflicto electricista requiere de una
solución política basada en la integración de la industria
eléctrica nacionalizada. La reposición del proceso electoral
interno es un medio que debe ejercerse correctamente. Es preciso corregir el
rumbo y la “política”.
No es asunto de fe sino de política
El licenciado
Carrancá, abogado del SME, dijo a los electricistas: “Por favor, no
pierdan la fe y la confianza. Tenemos certidumbre de que en el tribunal
colegiado se rectificará esta contradicción”
(Martínez F., 12 dic 2009).
No es fe lo que nos falta, sino que el
camino de los abogados es muy incierto y, hasta ahora, todo ha sido
pérdidas, no han ganado un solo caso.
El viernes, luego de
conocerse el fallo adverso de la juez federal acerca del amparo interpuesto por
la inconstitucionalidad del Decreto calderoniano, se hizo una marcha de
electricistas hacia la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA).
“Tres horas después llegaron a la JFCA a entregar documentos
relativos a las demandas por despido injustificado y, sobre todo, promover la
demanda del patrón sustituto”.
Los documentos no se conocen
por la base, sin embargo, ojala se haya invocado el “patrón
sustituto”. Faltaría ver el texto oficial para analizarlo; si
está en manos de Néstor, hay evidentes dudas.
Más
tarde, Martín Esparza anunció que el lunes, en la asamblea
general, van a convocar a nuevas elecciones “para que quede claro al
gobierno que este sindicato tiene representación”.
Bien,
habrá que seguir los procedimientos indicados por los Estatutos
sindicales y por la Ley Federal del Trabajo (LFT). No se trata de la
“imposición” de Esparza, mediante la
“ratificación” unilateral, sino de restablecer correctamente
la normalidad sindical interna.
Manifiesta incertidumbre
Otro abogado contratado, Carlos de Buen,
declaró que “mientras la Corte no se pronuncie sobre los argumentos
del SME, seguirá vigente la suspensión definitiva en vía de
amparo otorgada el pasado 6 de noviembre al sindicato por la juez
Coutiño, la cual impide que la Junta Federal de Conciliación y
Arbitraje dé por concluida la relación laboral entre Luz y Fuerza
del Centro (LFC) y los electricistas afiliados al gremio” (Méndez
A., en La Jornada, 12 dic 2009).
Sería bueno que el abogado
explicara como es que la “suspensión” al amparo sigue vigente
cuando el propio amparo fue rechazado. Precisamente, lo que Néstor
solicitó a la juez fue que la Junta no emitiera ningún laudo sobre
la terminación de las relaciones laborales de los electricistas, en el
juicio especial que se tramita en tal instancia, y la juez no concedió
esa petición. Lo hizo en la “suspensión” previa pero
no en el fallo sobre el amparo.
El caso no ha concluido. De buen dijo que
“este juicio de amparo, tramitado a petición del SME, es el
único litigio en que el Poder Judicial analizará la legalidad del
decreto presidencial, pues el Congreso no promovió controversia
constitucional para que la Corte se pronunciara directamente sobre el
tema”.
Esa es precisamente la debilidad. Al negarse a interponer
ese recurso, los legisladores avalaron la ilegalidad en materia
eléctrica, que viene desde 1992 cuando Salinas de Gortari
transgredió al párrafo sexto del artículo 27 constitucional
con las reformas regresivas a la Ley del Servicio Público de
Energía Eléctrica (LSPEE). Desde entonces, las acciones del Estado
se rigen por una legislación secundaria inconstitucional, aprobada por
los propios senadores y diputados.
¿Ahora, el poder judicial
revertirá la inconstitucionalidad?
¿Elecciones sindicales o de grupo?
Hoy se publicó que “el grupo que encabeza
Martín Esparza en el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME)
convocará mañana a una nueva elección interna”
(Martínez F., en La Jornada, 13 dic 2009).
“Debido a que la
Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) anuló los
comicios previos, tras los que Esparza rindió protesta como secretario
general reelecto, el SME iniciará el proceso respectivo”.
El
2 de diciembre, la JFCA anuló el proceso electoral sindical realizado el
anterior mes de julio. “Según el análisis de la JFCA, en el
proceso electoral del SME fueron transgredidos cinco artículos de los
estatutos que resultaron en ocho irregularidades: no se utilizó un
listado general de electores confiable; en algunas divisiones sindicales se
cerró la votación antes del horario estipulado en la convocatoria;
fueron inutilizadas cédulas de votación sin motivo justificado, y
la toma de protesta de los integrantes de las subcomisiones de escrutinio la
realizaron funcionarios sindicales distintos a los que ordena el estatuto
(Martínez F., en La Jornada, 3 dic 2009).
“La JFCA
concluyó que en las actas de clausura de las subcomisiones y de la
comisión de escrutinio no se asentó el número total de
miembros activos con derecho a voto, los que votaron y los que no lo hicieron;
durante las asambleas del 3, 6 y 14 de julio no se precisó la forma como
se integró el quórum; la impugnación de la planilla
encabezada por Muñoz no fue resuelta oportunamente, y el acta final de
recuento de votos careció de la firma de dos de los cuatro integrantes de
la comisión de escrutinio”.
Ahora, después de
más de un mes, Esparza anunció que “en principio, el
padrón será actualizado para una nueva ronda en la que no
podrán votar, advirtió Esparza, quienes ya cobraron el finiquito
de Luz y Fuerza del Centro” (Martínez F., en La Jornada, 13 dic
2009).
“El gobierno informó el viernes que habían
recibido su indemnización 27 mil 644 trabajadores; esto es, 62.1 por
ciento de la plantilla del organismo extinto por decreto presidencial del 11 de
octubre pasado”.
Esparza señaló que “de acuerdo
con la norma interna, ese grupo conserva su derecho de voz, pero no de voto.
Vamos a demostrar que no hubo fraude (en la elección) y que entre los
electricistas hay conciencia de clase” (sic).
Reponer correctamente
el proceso electoral en el SME es una necesidad pues, no existe secretario
general con la personalidad jurídica acreditada. Conviene, sin embargo,
seguir cuidadosamente los procedimientos del caso, pues, se trata de elecciones
sindicales NO de grupo.
Hasta ahora, el grupo “Verde”, al
que pertenece Esparza y que ha hegemonizado al sindicato desde que lo
fundó Jorge Sánchez hace quince años, ha venido funcionando
mediante asambleas “de grupo”, a las que llama “del
sindicato”, sin cubrir las mínimas formalidades. Entre otras
cuestiones, al carecer de la Toma de Nota, Esparza no tiene facultades para
convocar a las asambleas pero lo hace y se toman acuerdos en nombre de toda la
organización.
Está, también, el problema relacionado
con el padrón de trabajadores, mismo que está alterado, no se
conoce y debe transparentarse ANTES de las nuevas elecciones
sindicales.
Restablecer la normalidad sindical
Restablecer la normalidad sindical, mediante la
reposición del proceso electoral es necesario. Durante décadas, el
sindicato hizo de los procesos electorales un sinónimo de democracia.
“En el SME elegimos a los representantes sindicales por voto directo,
universal y secreto”, siempre han dicho los electricistas.
Pero,
reducir el concepto de democracia sindical al derecho al voto es algo muy
limitado. Las votaciones tienen su importancia pero son solo un medio. Mediante
elecciones formales se ha encumbrado a elementos antisindicales. Un caso es
Jorge Sánchez, el mismo que pactó con Salinas el decreto para la
creación de LFC a cambio de apoyar las reformas regresivas a la LSPEE que
ha llevado a la privatización eléctrica furtiva. Al final,
Sánchez fue “expulsado” por corrupción.
En el
sindicato, los procesos electorales se realizan todo el año, como
principal actividad sindical, siempre hay elecciones para algo. Pero, en 2009,
se quebró esa tradición. Unas elecciones cuestionadas
internamente, se hicieron públicas, evidenciando una serie de
irregularidades que motivaron la impugnación.
Esas
“irregularidades” fueron calificadas de fraude y, con ello, se dio
un severo golpe al concepto acostumbrado de democracia. Antes, las elecciones
llegaron a servir para eliminar a líderes inconvenientes pero, ahora,
sucedió a la inversa.
Antes de ser reconocida su personalidad
jurídica, Marín Esparza tomó posesión ante su grupo
y se proclamó ganador de la elección. Su oponente, Alejandro
Muñoz, se inconformó y demandó ante la JFCA la
anulación del proceso.
El 5 de octubre, luego de haber hecho un
conjunto de observaciones que, al parecer, no fueron cumplidas, la STPS le
negó la Toma de Nota a Esparza. Este respondió involucrando a todo
el sindicato y retó al gobierno. Amenazó con estallar una huelga
en LFC, sin tener personalidad para promover el emplazamiento y sin
ningún preparativo. Hizo reiteradas invitaciones al enfrentamiento con el
Estado. “Aquí los esperamos”, declaró a los medios,
ante las amenazas públicas del propio Estado.
El resultado: la
reacción violenta del Estado que el 11 de octubre ocupó las
instalaciones de LFC mediante la fuerza pública quedando todos los
electricistas fuera del trabajo. La problemática en LFC venía de
muy atrás pero, esta vez, al Estado (no solo a Calderón) le fueron
otorgados los pretextos para las acciones unilaterales.
Desde el proceso
electoral anterior señalamos que ambos contendientes carecían de
política eléctrica y, siempre, prefirieron el ataque bajo y sucio
antes que presentar propuestas sobre la industria eléctrica
nacionalizada. Jamás hubo autocrítica. Al contrario, se hizo todo
lo posible para alterar la normalidad sindical.
Al estallar el conflicto,
reiteramos que debía restablecerse la normalidad sindical. Siempre se
hizo caso omiso. A los compañeros de la Coalición Electricista de
Base, incluso, se les intentó golpear dos veces por individuos del grupo
de Esparza.
Ahora, pareciera que se intenta corregir. Debemos
señalar que es muy importante reponer el proceso electoral interno pero
NO para seguir encumbrando a Esparza, responsable de haberse llevado
“entre las patas” a más de 20 mil electricistas, consecuencia
de una política errónea.
Muñoz tampoco es
alternativa máxime que su proceder durante el conflicto ha sido
lamentable al promover la liquidación de compañeros.
O,
¿qué, acaso se les debe premiar?
Formular una propuesta coherente de solución
Reponer el proceso electoral tienen
sentido siempre y cuando sea para que, una vez restablecida la normalidad
sindical, lo cual implica un proceso impecable en términos de los
Estatutos y la Ley, se proceda a promover una política completamente
distinta a la seguida al momento.
Ni Esparza ni Muñoz son factores
de unidad y menos factores adecuados para la solución del grave conflicto
actual. La principal crítica que hacemos a ambos es su carencia de
política eléctrica. También carecen de ética. Por
tanto, deben abstenerse de seguir en el aparato sindical, ambos deben retirarse
con deshonor.
La situación ya es muy grave para que siga
deteriorándose. Si se continúa creyendo que el “grupo”
es el sindicato, se incurre en un reiterado error. En esas
“asambleas” no participan los trabajadores porque NO pueden, ni
siquiera caben en un estrecho recinto. La estructura sindical está
desecha y ni siquiera se sabe a quién representan los
“repres”. Los electricistas se limitan a ver las asambleas a
través de una pantalla, sin siquiera escuchar lo que se dice dentro.
Discusión no hay y tolerancia menos.
Estimamos que se debe
convocar a una Gran Asamblea General, por los propios trabajadores activos y
jubilados de base, constituidos en Coalición temporal. Esparza no tiene
facultades para convocar. A esa “Asamblea General” del sindicato,
deben asistir TODOS los electricistas que son miembros del SME, para decidir
sobre dos aspectos cruciales: uno, el restablecimiento de la normalidad sindical
mediante la reposición del proceso electoral interno y, dos, una
propuesta de solución política al conflicto basada en la
integración de la industria eléctrica
nacionalizada.
Sería una maniobra convocar durante las vacaciones
pues, aunque no se disfrutarán por los trabajadores dada la seria
situación, el proceso debe ser suficientemente transparente y correcto.
Hace tiempo que debía haberse procedido, se ha dejado transcurrir el
tiempo (político), pero no se debe continuar con la
improvisación.
Los electricista del SME tienen (tenemos) la
oportunidad de corregir la situación, la actual llamada
“dirección” no ha sido tal. Todavía es momento para
resolver favorablemente el adverso conflicto pero se requiere de una
política distinta a la del grupo “Verde”, mismo que concibe a
la industria eléctrica como un feudo.
Haber sacrificado a miles de
compañeros no es ningún orgullo para nadie, ese es motivo
suficiente para apartar a los burócratas desleales y desclasados.
Ratificar “lo mismo” y a “los mismos” podría
profundizar la tragedia.
2009 elektron 9 (334) 1-4, 13 dic
2009.
Mujeres electricistas del SME
Medidores de consumo de electricidad