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Volumen 9, Número 146, noviembre 20 de 2009 www.wftucentral.org
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Liquidaciones de electricistas



El 14 de noviembre el gobierno federal concluyó la entrega de liquidaciones “voluntarias” a los electricistas de LFC. Según el gobierno, 27 mil 407 (61.57%) electricistas aceptaron la liquidación. “Lozano fue derrotado”, declaró Esparza; es “guerra sicológica”, dijeron otros. Mientras, el conflicto no tiene solución. “Calderón está en un callejón sin salida”, dice Almazán.

¿Hay o no hay liquidaciones?

La respuesta parece obvia y lo es, aunque hay quienes siguen sin querer verlo. Las cifras pueden cuestionarse porque la fuente es el gobierno mismo pero, basta recorrer los centros de trabajo de Luz y Fuerza, o las supuestas asambleas, para darse cuenta que cada día hay menos electricistas.

Salvo casos excepcionales, como Toluca, Cuernavaca o Necaxa, en el resto ha una disminución apreciable de compañeros que, según, los “verdes” pasaron a ser traidores. Entre los liquidados hay muchos “naranjas” que fueron públicamente alentados con la promesa de recontratarlos “por los contratistas” de la CFE.

¿Qué ha impulsado a los electricistas a aceptar las liquidaciones? Uno de los aspectos a considerar es la necesidad económica, derivada de un contexto de crisis muy desfavorable para los trabajadores. Entre la baja conciencia y la realidad económica, ésta es determinante. Otro aspecto crucial es la falta de una perspectiva política que mantenga cohesionados a los trabajadores sobre la base de alguna fórmula coherente de solución favorable. Esa propuesta no existe oficialmente, todo se ha reducido a amparos y controversias, ambas con alta incertidumbre. Entre la baja conciencia y la falta de perspectiva, ésta tiende a imponerse.

¿Los que se liquidaron son traidores? Esa sería una apreciación superficial y fácil. Los electricistas son electricistas por azar, porque allí encontraron la posibilidad de contratarse, no porque eligieron ese lugar. La clase obrera no está formada solamente por electricistas y, el SME no es el único actor en el escenario de la lucha de clases. Ese fue, precisamente, uno de los errores catastróficos del sindicato al asumir la idea de que eran “el ombligo del mundo” y tenían a su disposición a una “empresa-isla” a la que había que sacarle “todo lo que se pudiera” según decían ellos mismos.

Niveles de responsabilidad

El conflicto en LFC fue provocado desde fuera y desde adentro. Al interior del sindicato, todos lo sabemos, no decirlo es pretender ocultar lo inoculable. Existen, por supuesto, varios niveles de responsabilidad.

El primer nivel de responsabilidad corresponde al Estado y su gobierno en turno. Anteriores gobiernos también tuvieron responsabilidad, especialmente, Carlos Salinas de Gortari pero, también, Ernesto Zedillo y Vicente Fox.

Este trío incumplió los acuerdos nacionalizadores de 1960. Desde la época de Luís Echeverría y Porfirio Muñoz Ledo (entonces Secretario del Trabajo) se había interrumpido violentamente la integración de la industria eléctrica nacionalizada con la represión político-militar a la Tendencia Democrática del SUTERM. En 1992, las reformas regresivas a la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica (LSPEE), en el marco de lo dispuesto por el Tratado de Libre Comercio con Norteamérica, terminaron con la nacionalización eléctrica.

En ambos casos, la representación sindical en turno del SME jugó el papel más lamentable y antiobrero. Como resultado, en 1994, se creó a Luz y Fuerza del Centro (LFC), como una empresa aparte de la propia industria eléctrica nacionalizada. Con ello, el gobierno contravino flagrantemente al decreto nacionalizador metiendo al SME en una trampa. Hoy, las consecuencias están a la vista.

Lo que ahora ocurre en LFC se sabía. La empresa surgió sin capacidad de generación eléctrica, obligada a comprarle a la CFE la energía “en bloque” que luego distribuía. LFC siempre estuvo endeudada y cada vez más. En 2006, la propia Auditoría Superior de la Federación, dependiente de la Cámara de Diputados, propuso extinguir a LFC. En 2008, en plena revisión contractual, el gobierno discutió la situación con el SME. Casi a punto de culminar la revisión, el gobierno le impuso al sindicato un “convenio de productividad” que Esparza mantuvo oculto mucho tiempo, la Comisión Legislativa de Contrato ni siquiera se enteró. El 16 de marzo de 2008, el mismo Calderón publicó en el Diario Oficial un “decreto de expropiación de LFC”, según el cual, todas las instalaciones eléctricas serían ocupadas por la fuerza pública. La agresión estaba en marcha pero las representaciones sindicales no quisieron verla. En 2009, el gobierno aplicó lo que ya había anunciado dándole la correspondiente forma jurídica.

El resultado: todos los electricistas del SME fuera de los centros de trabajo y, ahora, más de la mitad liquidados. ¿Cuál es la respuesta de Esparza ante esta evidente responsabilidad? “Lozano fue derrotado”, dijo.

Sin embargo, esa fracción sindical del SME no puede eludir su responsabilidad. A sabiendas de lo que estaba pasando al interior del sector, privilegiaron su interés de grupo y procedieron provocadoramente con reiteradas invitaciones al enfrentamiento con el Estado. Este los enfrentó y ahora dicen, en la voz del exdiputado José Antonio Almazán que “el gobierno está en un callejón sin salida” siendo al revés.

Ambiente interno infectado

En vez de asumir la responsabilidad, de grupo de Esparza culpa a sus oponentes. Alejandro Muñoz está vivo de milagro porque han intentado lincharlo. Desafortunadamente, Muñoz carece de la mínima visión política, no tiene ningún proyecto político y menos industrial.

A los “naranjas”, los “verdes” les llaman traidores. Todo el que se atreve a opinar en los pasillos o en la calle, asambleas no hay, es calificado de traidor.

Si de hecho, los trabajadores ignoran los aspectos de la política eléctrica que nunca ha tenido el sindicato, y desconocen el manejo de la política general, es muy difícil articular una propuesta de conjunto en una situación crítica.

Opción seria

Pero no todo es grilla, también hay alternativas. Tal es el caso de la Coalición de Electricistas de Base que ha puesto a la discusión de los electricistas una propuesta nacionalizadora de integración industrial. Esta es la propuesta del FTE, la diferencia es que quienes la promueven son electricistas, activos y jubilados, en resistencia, si bien, su promoción democrática es difícil.

El día 2 de noviembre, los compañeros electricistas de base acordaron realizar una asamblea en el Monumento a la Revolución como continuación de la realizada la semana anterior. Apenas estaban leyendo el Manifiesto cuando fueron enfrentados por disque “compas” de cables y de líneas aéreas, éste en notorio estado de ebriedad y, el primero, supuesto juez que no fue electo sino designado por Esparza y no tiene personalidad jurídica acreditada.

Hugo Comesaña increpó a los compañeros pidiéndoles que hablaran en una asamblea, de las que no hay y en las que no se puede hablar. El otro “compa” lo que hizo fue lanzar golpes sin éxito. La cordura de los compañeros impidió que se produjera una batalla campal.

El 7 de noviembre, electricistas de base promovieron un evento musical de solidaridad con el SME, “Protest-tour”, al que se invitó a 10 bandas para que tocaran en el kiosko de Atizapán, Edomex. Se solicitó el permiso a las autoridades municipales y se hizo la promoción. A la hora en que iniciaría el evento de solidaridad se presentó un grupo de jubilados, y a la vez colonos, para impedir el acto, en su lugar habían encimado una “kermes” animada con grupos musicales contratados.

Otra vez apareció el “juez chacal”, como lo conocen los electricistas. Comesaña volvió a increpar a los compañeros y Juan Talavera, electricista jubilado, amenazó con los golpes que nuevamente estuvieron a punto. Una vez más, la cordura de los electricistas activos y jubilados se impuso.

La solidaridad del FTE

Entre las múltiples acciones que hemos desplegado en la prensa, universidades, colonias populares, pueblos, a nivel nacional e internacional, la solidaridad del FTE de México con el SME se expresa en nuestra firme voluntad de lucha.

Al 14 de noviembre de 2009, NINGUN electricista activo del FTE se ha liquidado, NINGUN electricista jubilado del FTE ha cobrado su bisemana. Los electricistas, miembros del SME, pertenecientes al FTE estamos en resistencia activa y digna, movilizados a nivel internacional.

Con la excepción del maestro Fabio Barbosa, investigador de la UNAM y de una señora de Atizapán que un día guisó para el Frente, éste no ha recibido la solidaridad material de nadie. Políticamente, sí hemos recibido solidaridad misma que pedimos se exprese al SME en su conjunto.

Con esta autoridad moral y política es que hacemos al conjunto de electricistas del SME una propuesta de solución favorable y viable para todos los electricistas y para la nación. La propuesta nacionalizadora implica que la CFE se asuma como patrón sustituto, con la responsabilidad de las relaciones laborales previamente pactadas.

Esta propuesta es conveniente y es necesaria. En todo caso, está a discusión. Desde el punto de vista técnico-industrial es la propuesta lógica, desde el punto de vista laboral es la más conveniente y atractiva, desde el punto de vista político es la más acertada.

Esta propuesta está prevista, incluso, en el propio Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) pactado entre LFC y el SME. En la cláusula 115, se indica en el caso de extinción de LFC se invocará la figura de “patrón sustituto”. ¿Porqué no se ha hecho, no lo sabe Esparza ni sus abogados? ¡Lo saben pero se niegan absurdamente!

Entonces, solamente hay una vía: la firme decisión de los trabajadores para asumir directamente la defensa de sus propios intereses inmediatos e históricos. Aún hay tiempo de salir airosos pero debemos darnos prisa. Hay que tomar decisiones de inmediato y llevarlas a la práctica enseguida. No hay más tiempo que perder, es ahora o nunca. Mañana podría ser tarde.

El callejón sin salida

El otro “camino”, el de los amparos y controversias podría llevar al SME al callejón sin salida. A estos momentos, la Suprema Corte de Justicia ha rechazado dos (2) intentos de controversia, uno interpuesto por la Asamblea Legislativa del DF y, otro, por el propio sindicato. La Cámara de Diputados ha permanecido en el “diversionismo” y el día 24 de noviembre, fecha límite para interponer el recurso, NO lo hará.

Ese mismo día, la juez federal que otorgó al sindicato la “suspensión” del amparo contra la terminación de las relaciones laborales anunciará su fallo, en realidad se realizará la audiencia constitucional pudiendo haber fallo o no. Cualesquiera sean los términos, el conflicto no terminará allí porque la parte que pierda se amparará y, luego, si vuelve a perder, interpondrá un recurso de queja. El conflicto seguiría alargándose y sin perspectiva.

Ante tal situación, la propuesta de Esparza para realizar una “Peregrinación” a la Villa de Guadalupe y la realización de una Huelga de Hambre, serían las únicas opciones; esas medidas no son obreras ni tienen sustento político.

En tales condiciones, la propuesta nacionalizadora de integración industrial es la mejor opción y la única. Pero, se deben tomar las medidas correspondientes desde YA, mañana podría ser tarde, porque el Estado trabaja intensamente para seguir pervirtiendo una salida contra el interés de los trabajadores y de la nación.


Fuente: 2009 elektron 9 (310) 1-4, 20 nov 2009.



Apoyamos la propuesta nacionalizadora de integración de la industria eléctrica



El FTE mantiene en alto las banderas de la Tendencia Democrática


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