CFE, patrón sustituto por Ley
Además de los aspectos jurídicos y
legales, existen razones teóricas, políticas y sociales para
integrar a la industria eléctrica nacionalizada. En este marco, la figura
de patrón sustituto debe invocarse para que la CFE asuma solidariamente
las responsabilidades laborales vigentes con los electricistas del SME empezando
por el regreso al trabajo de todos.
Opinión de profesores de derecho del trabajo, de la UNAM
“Una
opción legal que tiene el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) para
impugnar la liquidación de Luz y Fuerza del Centro (LFC) es invocar la
sustitución patronal -asentada en la ley laboral-, la cual señala
que cuando un patrón desaparece, el que toma su lugar asume los
beneficios de la empresa extinta, pero además debe cumplir todas las
obligaciones con los asalariados, aseguró Enrique Larios, presidente del
Colegio de Profesores de Derecho del Trabajo de la Facultad de Derecho de la
UNAM” (Olivares E., en La Jornada, 1 nov 2009).
El profesor Larios
“consideró que los amparos y la controversia constitucional contra
el decreto de extinción de LFC no tendrán futuro, porque los
órganos de procuración e impartición de justicia, como la
Suprema Corte, actúan más por consigna política que como
garantes de la Constitución”.
Explicó que “Si un
patrón desaparece, el que toma el negocio recibe los beneficios de la
empresa, pero también tiene obligaciones con los trabajadores. En este
caso el patrón sustituto es la Comisión Federal de Electricidad, y
está obligada a tratar con el SME. Liquidar el gremio no es fácil:
hay muchos derechos y obligaciones que no se pueden extinguir de la noche a la
mañana. Éste es un planteamiento que nadie ha analizado aún
y, bien fundamentado, podría brindar un alivio a los
electricistas”.
Para Larios, “el decreto de liquidación
de LFC fue un acto arbitrario, unilateral e inconstitucional, debido a que
vulnera las garantías individuales y colectivas de los
trabajadores”.
A su vez, Daniel Márquez, del Instituto de
Investigaciones Jurídicas de la UNAM, indicó que “el decreto
de liquidación no es anticonstitucional” (sic). Sin embargo,
abundó, “hubo irregularidades en su emisión, pues la Ley
Federal de Procedimiento Administrativo ordena al Ejecutivo federal que los
actos administrativos, como en este caso, se realicen en días y horas
hábiles” (sic). Será así pero el hecho es
político.
Propuesta del FTE de México
El planteamiento del patrón sustituto ha sido
analizado con toda oportunidad por el FTE de México y por la
Coalición de Electricistas de Base. En nuestra apreciación, esa
figura jurídica establecida por la Ley Federal del Trabajo (LFT) ha sido
analizada desde varias vertientes.
1- Desde el punto de vista laboral, la CFE está en estos momentos
como responsable de la operación y control del sistema eléctrico
nacional en la región central del país, área que
cubría Luz y Fuerza del Centro (LFC) hasta antes del decreto presidencial
de extinción del organismo.
Las funciones constitucionales relativas al suministro de energía
eléctrica en el valle de México no se han extinguido ni siquiera
se han interrumpido. De manera que la materia de trabajo subsiste.
LFC podrá extinguirse no así la materia de trabajo, ahora a
cargo de la CFE. Consecuentemente, este organismo tiene la obligación de
asumirse como “patrón sustituto”, mismo que sigue realizando
las funciones que antes realizaba LFC.
Al asumirse como patrón sustituto, la CFE es responsable solidaria
de todas las obligaciones de su predecesora LFC, es decir, de las condiciones
laborales pactadas previamente y expresadas en el Contrato Colectivo de Trabajo
LFC-SME.
Esto significa que TODOS los electricistas, actualmente fuera de sus
centros de trabajo, DEBEN regresar a sus respectivos puestos para laborar con
plenitud de derechos, incluidos los salarios vigentes y prestaciones sociales, y
con su propia organización sindical.
2- Desde el punto de vista industrial, la CFE es el organismo responsable
de la realización de las funciones constitucionales estratégicas
indicadas en el párrafo sexto del artículo 27 constitucional. Esto
es, la generación, transmisión, distribución y
comercialización que tienen por objeto la prestación del servicio
público en materia de energía eléctrica. Tales son las
actividades fundamentales del proceso de trabajo eléctrico, mismo que
constituye una unidad orgánica, basado en las sucesivas transformaciones
de las distintas formas de energía.
Resultado de la nacionalización eléctrica de 1960, los
electricistas democráticos del interior del país impulsamos la
interconexión del Sistema Eléctrico Nacional y casi lo logramos.
Al momento, la región central del país es parte del Sistema
Interconectado Nacional. No hay razón para separar esta parte del resto.
Tan es así, que la energía eléctrica que se distribuye en
el valle de México proviene de la generada en diversas partes del
país, transmitida por las redes eléctricas nacionales.
En el valle de México no existen suficientes centrales de
generación, ni conviene que las haya, por razones ambientales. No se
necesita, tampoco, generar energía en esta región habida cuenta
que la CFE genera en otras partes del país.
En consecuencia, es preciso reorganizar a la industria eléctrica
nacionalizada creando la División Central de la CFE, encargada del
suministro de energía eléctrica en la región central del
país.
3- Desde el punto de vista histórico, una de las conclusiones
más importantes de la nacionalización eléctrica de 1960 fue
la integración de la industria eléctrica nacionalizada, propuesta
enarbolada por el Sindicato de Trabajadores Electricistas de la República
Mexicana (STERM), después SUTERM y, luego, Tendencia Democrática
del SUTERM.
La integración industrial fue interrumpida violentamente en 1976 por
la represión político-militar a la Tendencia Democrática.
Un año antes, en 1975, logramos la primera Ley del Servicio
Público de Energía Eléctrica (LSPEE). Esta Ley fue
modificada regresivamente en 1992 para incorporar seis figuras inventadas por el
Tratado de Libre Comercio y privatizar a la industria eléctrica. A la
fecha, el 49.4% de la capacidad de generación total a nivel nacional es
privada. Esto incluye a la región central del país.
No obstante, los acuerdos de la nacionalización implicaban que hacia
1999 se habrían de extinguir el 2% de las acciones que quedaron en manos
de las compañías eléctricas extranjeras. Esto se
acordó porque la nacionalización significó un importante
hecho político que permitió rescatar para la nación el
dominio directo sobre su industria eléctrica. En tal razón, era y
es improcedente fraccionar a la industria nacionalizada.
4- Desde el punto de vista económico la nación necesita de
una industria eléctrica integrada, horizontal y verticalmente, para
proporcionar el servicio público, entendido como derecho social, a toda
la nación, en las mejores condiciones de continuidad, calidad y
estabilidad.
Contrariamente a las corporaciones privadas, hoy posesionadas del
territorio nacional, que fragmentan el proceso de trabajo eléctrico para
privilegiar solamente el proceso de valor tendiente a lograr las máximas
cuotas de ganancia, la industria eléctrica nacionalizada tiene como
orientación los criterios de beneficio social.
No son diferentes y opuestos solamente los fines. Las metas privadas no son
favorables a la nación pues no crean empleos ni contribuyen al desarrollo
económico. Peor aún, la privatización y la elevación
de tarifas eléctricas son procesos paralelos. Más
privatización implica mayores tarifas para los consumidores
domésticos.
La política eléctrica privada crea mayor desigualdad social y
deterioro económico. La energía es la base de la economía
de cualquier país, por tanto, México necesita de una industria
eléctrica pública e integrada que, al mismo tiempo, sea el
valladar a la privatización eléctrica furtiva, especialmente,
tratándose de la generación y de las redes eléctricas
nacionales.
5- Desde el punto de vista político, la nación mexicana
necesita de una industria energética propia por razones de
geopolítica y de soberanía nacional.
La única manera de lograr la autodeterminación
tecnológica, la seguridad e independencia en materia energética,
es con una industria eléctrica nacionalizada e integrada.
Fragmentar el proceso de trabajo eléctrico conduce a fragmentar la
nación, entregando al capital privado no solamente las funciones
constitucionales estratégicas sino el territorio y el poder
político.
Desafíos y retos
La propuesta del FTE de México y de la
Coalición de Electricistas de Base implica serios retos y
desafíos. Primero, se trata de un proceso de ruptura con el pasado en la
fase que es inconveniente para la nación. En el sector eléctrico
NO se debe seguir pensando como en la época de las
“compañías”. Es necesario cambiar en todos los
sentidos, para eso hubo una nacionalización. Debido al acelerado proceso
de privatización eléctrica furtiva, la desnacionalización
está en marcha, ya perdimos la mitad del patrimonio eléctrico
colectivo, pero los postulados de la nacionalización siguen
vigentes.
Hay que retomar el camino de la nacionalización o
re-nacionalización. Este debe ser el fundamento político,
acompañado por el teórico relativo al proceso de trabajo
energético, para resolver favorablemente el conflicto electricista del
SME.
Junto a la integración industrial está pendiente la
contratación colectiva de trabajo unificada y la unidad sindical. Ninguno
de estos aspectos es sencillo pero debe asumirse. No se trata de desaparecer
para cancelar la existencia, sino de transformarse para continuar vivos en el
escenario, nacional y mundial, de la lucha de clases.
Durante
décadas, casi 95 años, el sindicato se automarginó de las
grandes decisiones clasistas. El SME siempre privilegió, en una industria
de vanguardia, al viejo sindicato de empresa superado históricamente. Hoy
es necesario asumir el desafío del sindicalismo industrial. Las banderas
de este sindicalismo no pueden ser solamente gremialistas sino ampliarse hacia
las tareas políticas fundamentales de nuestra época. Nadie, por
sí solo, puede llevar adelante este proyecto. Los charros no lo
harán ni tampoco ningún grupo, se necesita del accionar organizado
y conciente de la mayoría. ¡He allí el reto!
2009
elektron 9 (297) 1-4, 10 nov 2010.
La propuesta nacionalizadora del FTE tiene fundamento teórico,
político, técnico, social y laboral
Presencia del FTE de México en la asamblea del SME División Toluca