Soldados y policías ocupan a Luz y Fuerza
DECLARACION DEL FTE DE MEXICO
sobre la ocupación policíaca y militar de las instalaciones
eléctricas de Luz y Fuerza del Centro.
Policías, soldados y esquiroles
En el curso de la media noche y la madrugada del
día de hoy, 11 de octubre de 2009, más de 6 mil policías
apoyados por 1 mil soldados del ejército federal, ingresaron a 103
instalaciones de la empresa eléctrica Luz y Fuerza del Centro (LFC),
ubicadas en la capital mexicana y parte de los estados vecinos de Puebla,
Hidalgo, Morelos y Estado de México.
Esta acción fue
acompañada por el Decreto emitido la mañana de hoy por la
presidencia de la República, mediante el cual, se extingue a la empresa
bajo el argumento de encontrarse en quiebra financiera permanente. Es decir, LFC
desaparece y se procede a liquidar sus compromisos abrogándose el decreto
de 1994 por el que había sido creada la paraestatal. Según
anunció el gobierno, los derechos de los electricistas quedarían a
salvo mediante indemnizaciones exageradamente superiores a las indicadas en la
ley.
Todos los trabajadores serían liquidados y la
operación de LFC pasaría a realizarse por la Comisión
Federal de Electricidad (CFE). La ocupación policíaca y militar
cobijó el ingreso de los electricistas (esquiroles) del sindicato hermano
(SUTERM) que, junto con técnicos militares, se harán cargo del
servicio público de energía eléctrica en el Valle de
México.
La medida de fuerza del Estado es inaceptable y
repudiable. Los sucesivos gobiernos en turno han seguido una política
desnacionalizadora al haber entregado a más de 300 transnacionales y sus
filiales, el 49.4% de la capacidad de generación eléctrica total a
nivel nacional, al 31 de julio de 2009. Lejos de haber concluido la
nacionalización, expresada en la integración de la industria
eléctrica, se procedió a su fragmentación y
privatización.
Alteración de la normalidad sindical
Luz y Fuerza del Centro surgió de un vergonzoso
pacto sindical con Salinas de Gortari para evitar la extinción del 2% de
acciones de las compañías extranjeras que debía haber
ocurrido en 1999 de acuerdo al decreto de nacionalización
eléctrica de 1960.
Con ello, el gobierno obtuvo la anuencia de la
representación sindical en turno del SME para las reformas regresivas de
1992 a la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica,
permitiendo así la actual privatización eléctrica furtiva
desbocada. El sindicato jamás quiso tener una política
eléctrica propia, por el contrario, siguió un camino funcional al
Estado.
Derivado del conflicto electoral sindical de 2009, que puso al
sindicato en una situación de Alteración de la Normalidad
Sindical, uno de los grupos contendientes (el Verde encabezado por Martín
Esparza) hizo reiterados esfuerzos para promover públicamente el
enfrentamiento con el Estado, en condiciones de debilidad, división
interna y aislamiento político. El Estado respondió ocupando con
las fuerzas de coerción las instalaciones eléctricas de LFC,
decretando la desaparición de la empresa y la liquidación de todos
los más de 40 mil trabajadores activos.
Entre tanto, el Sindicato
Mexicano de Electricistas carece de representación legal acreditada, pues
nadie tiene la personalidad jurídica reconocida, su funcionamiento es de
facto, con la intolerancia del grupo “Verde” y, lo peor, con una
política trágica en lo sindical, industrial y laboral. Ese grupo
es el responsable de haber provocado la lamentable situación de ahora y
se asume representante de los electricistas a los que
traicionó.
Salida desde la base electricista
a) Negociar el
regreso de todos al trabajo
En las difíciles
circunstancias, es preciso abordar las posibles soluciones al conflicto. La
propuesta del FTE consiste en convenir la Integración Industrial,
aún cuando no sea en las condiciones propuestas en épocas previas.
La CFE y LFC deben integrarse en una sola INDUSTRIA, por lo pronto, en una sola
empresa. La CFE pasaría a asumir las responsabilidades laborales en
calidad de patrón sustituto, es decir, NINGUN electricista
sería liquidado sino que conservaría la titularidad del puesto con
la materia de trabajo correspondiente. La relación laboral sería
en el marco del actual Contrato Colectivo de Trabajo a través del mismo
SME, en la perspectiva pactada de corto plazo, de unificar las condiciones
laborales en un solo Contrato Colectivo de la Industria Eléctrica y las
organizaciones en un solo sindicato, el Sindicato Mexicano de la Energía,
cuya materia de trabajo sería la realización directa de la
generación, transmisión, distribución y
comercialización de la energía eléctrica en todo el
país. Estas decisiones serían tomadas democráticamente en
asambleas generales por el conjunto de los trabajadores electricistas del
país.
En virtud de las actuales circunstancias, la solución
tendría que ser necesariamente negociada. En esta opción, se
precisa de una alternativa de BASE, el aparato sindical burocrático,
encabezado por Martín Esparza, que provocó precipitadamente el
enfrentamiento con el Estado, cuyas consecuencias afectan ya a todos los
electricistas, carece de autoridad legal, moral y política para
representar a los trabajadores.
b)
Restablecer la normalidad sindical reponiendo el proceso
electoral
Los electricistas del SME tienen la necesidad (por
razones legales y políticas) de constituirse, al interior del sindicato,
en una coalición temporal (porque el sindicato está
con una alteración de la normalidad sindical) y, con tal carácter,
tomar decisiones colectivas para negociar el regreso de TODOS al trabajo en las
condiciones antes expuestas.
Restablecida la normalidad sindical, la
dirección política la asumiría el propio SME, cuya
existencia no está a discusión en estos momentos; mientras haya 20
electricistas que se sostengan, habrá SME, éste solamente puede
desaparecer si carece de miembros pues su existencia no es materia del decreto
de extinción de LFC.
Restablecer la normalidad sindical es una
necesidad y los procedimientos deben ejecutarse cuanto antes. Hay que reponer
democráticamente, en tiempo y forma, el proceso electoral porque de otra
manera no hay con quien se establezca la negociación ni siquiera quien
comparezca, con la personalidad acreditada, ante el evidente juicio colectivo de
naturaleza económica que, para dar por terminadas las relaciones
laborales individuales y colectivas, interpondrá próximamente el
gobierno ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje.
Solidaridad política con los electricistas
El escenario provocado no permite vacilaciones ni
dar vuelta atrás a la rueda del tiempo. NO basta la bravuconería,
el insulto y la intolerancia, ni siquiera el amparo o la controversia
constitucional. El grupo Verde, provocante del desastre, confundió la
lucha de clases con una pelea de gallos. No era necesario ni inevitable haber
llegado al presente extremo.
Por tanto, construir rápidamente la
salida de BASE es la única opción, aún con el frente
interno dividido y estando fuera de los centros de trabajo. Consideramos que las
organizaciones sociales solidarias, nacionales e internacionales, deben
expresarse apoyando a los electricistas en su conjunto no a individuos, es
decir, apoyar al SME como institución no a sus destructores. Las
propuestas deben considerar la solidaridad con las decisiones de la base
electricista promoviendo: el regreso al trabajo de TODOS los electricistas en
plenitud de derechos mediante la solución negociada del conflicto en el
contexto de la integración de la industria eléctrica
nacionalizada. La movilización a todos los niveles y en todas partes
debe caracterizarse por un rechazo explícito a la privatización
eléctrica furtiva a nivel nacional.
El FTE de México
llama a la base electricista (activos y jubilados) a que en este momento de
emergencia actúen reflexiva, crítica y decididamente para orientar
correctamente la solución del conflicto. Ni la fuente de trabajo, ni el
contrato colectivo ni el sindicato tienen a la extinción como destino
inevitable o catastrófico. Se ha perdido tiempo, se han dejado pasar
oportunidades, el Estado ha desatado la agresión provocada desde el
interior, pero no se ha perdido la guerra. Hay alternativas y salidas favorables
a los trabajadores aún cuando no sean los mejores escenarios.
La
condición está en la decisión de lucha de los
electricistas, concientemente dirigidos, organizados y movilizados. Las
organizaciones sociales y políticas solidarias tienen el deber de apoyar
posturas políticas correctas, no espontáneas ni improvisadas. La
participación social es necesaria porque la industria eléctrica es
de la nación, no es del Estado y menos del gobierno, ni siquiera es de
los electricistas. ¡Salud y Revolución Social!
[2009,
elektron 9 (242) 1, 11 oct 2009].
Frente de Trabajadores de la Energía,
de México
Edifico sindical del SME
Policía Federal Preventiva frente a las oficinas generales conocidas como “Verónica”
en Marina Nacional y Circuito Interior, en la ciudad de México
El grupo Verde, encabezado por Martín Esparza, promotores del enfrentamiento
precipitado e innecesario con el Estado, responsables de la debacle