Este 27 de septiembre, 49 aniversario de la
nacionalización eléctrica, la industria de los mexicanos
está DESNACIONALIZADA. Más de 300 corporaciones transnacionales,
filiales y prestanombres, se han apoderado del patrimonio nacional. Los
gobiernos neoliberales ya privatizaron casi la mitad de la capacidad de
generación eléctrica total a nivel nacional.
La
nacionalización eléctrica de 1960 fue una propuesta de los
trabajadores. En extraordinarias jornadas nacionales, los electricistas
democráticos logramos en 1975 la primera Ley del Servicio Público
de Energía Eléctrica, misma que fue modificada regresivamente en
1992 para adecuarla a las “reformas” al artículo 27
constitucional realizadas de facto por el Tratado de Libre Comercio. La
contra-reforma de 2008, aprobada por todos los partidos políticos,
avaló y extendió el proceso de privatización furtiva en
materia de petróleo, gas, electricidad y todas las fuentes renovables y
no renovables de energía.
El proceso privatizador ha sido
escandaloso, mediante el atraco a la luz del día y desde el escritorio de
cinco burócratas de la Comisión Reguladora de Energía. El
concepto de servicio público ha sido pervertido y el proceso de trabajo
energético fragmentado, privilegiando solamente el proceso de valor para
el incremento desmedido de las ganancias privadas.
Las consecuencias
adversas para el pueblo de México son crecientes. Ya perdimos la
capacidad de autodeterminación energética y la soberanía
sobre nuestros recursos naturales teniendo, además, que pagar los costos
a través de la elevación excesiva de las tarifas
eléctricas.
No son solamente los hidrocarburos, se incluye a todas
las fuentes energéticas primarias para la generación de
energía eléctrica. El agua, el viento, la geotermia, la
energía del mar, los agrocombustibles e, incluso, la radiación del
Sol están siendo privatizadas por el Estado neoliberal agraviando
seriamente a la nación.
La privatización de la electricidad
y el agua alcanza a casi todo el país. Las transnacionales se
están apoderando del territorio nacional, de las funciones
constitucionales estratégicas, el uso del suelo y del agua, la nueva
infraestructura industrial y la renta económica, secuestrando a los
consumidores cautivos.
La legalidad constitucional está rota. En
el valle de México, la privatización energética llega a
niveles intolerables y se proyectan planes para ampliar estos procesos
antinacionales. TODOS los partidos políticos y sus gobiernos se han
entregado al imperialismo.
Esta situación es inaceptable para los
mexicanos que constituimos a la mayoría de la nación viviente.
Para analizar estos graves escenarios, el Frente de Trabajadores de la
Energía, organización obrera afiliada a la Federación
Sindical Mundial, ha organizado el XIII Foro de Energía. Invitamos a los
trabajadores y pueblo en general a participar activamente en este
evento.
Desde ahora mismo levantamos con más fuerza y
convicción nuestro grito de combate: ¡Luchamos por la
Re-nacionalización!
Recuperaremos para la nación el
dominio directo sobre sus recursos naturales, su patrimonio colectivo, su
soberanía, independencia y libertad.