Abelardo Cantú Chapa *
INSTITUTO POLITECNICO NACIONAL
abel@ludima.com
RESUMEN: En el Golfo de
México no se han localizado yacimientos similares a los del sureste de
México. Lo prudente es continuar con la exploración realizada en
las aguas superficiales de esta región.
Antecedentes
Desde principios del siglo pasado, la región costera del Golfo de
México ha sido explorada y explotada con fines petroleros, cuyos
resultados han variado de buenos a espectaculares. Se trata de una de las
regiones petroleras mundiales más conocida, que se distribuye entre dos
países, México y los Estados Unidos de América; ambos han
invertido capitales y talento para localizar yacimientos petroleros que se
ubican entre 2,000 y 6,000 metros de profundidad, en tierra firme y en aguas
someras del Golfo.
Los hidrocarburos están ahí resguardados en diferentes tipos
de rocas y sedimentos, de edades geológicas denominadas Jurásico,
Cretácico y Cenozoico; estos últimos son yacimientos petroleros
relativamente jóvenes, contra los primeros que corresponden a los
más antiguos de todos ellos, reconocidos en el territorio nacional.
México ha tenido dos grandes éxitos a nivel mundial en el
campo de la explotación de sus hidrocarburos; uno estuvo en la denominada
Faja de Oro, donde se localiza un grupo de campos petroleros que explotaron
yacimientos resguardados en un antiguo arrecife de edad cretácica; esa
estructura geológica se ubica en el subsuelo de la planicie costera del
Golfo y en aguas someras, frente al estado de Veracruz.
El segundo gran yacimiento mexicano se sitúa totalmente en la parte
sur del Golfo, frente a Campeche, cuyo campo más conocido e importante es
Cantarell, nombrado así en honor del humilde pescador que dio
señales a Pemex, de la presencia de aceite que flotaba en esas aguas. En
esos casos, sus localizaciones en el subsuelo partieron de la observación
de emanaciones de aceite o chapopoteras, conocidas desde épocas
precolombinas, por presentarse en la superficie del terreno. De esta manera, el
chapopote superficial y el petróleo en el subsuelo se relacionan a
través de fisuras de las rocas sepultadas hasta aflorar como producto
viscoso en tierra.
Tecnologías y estudios
Para localizar con precisión las capas geológicas en el
subsuelo que contienen hidrocarburos, conocer sus profundidades y definir las
edades de las mismas, por ser susceptibles de almacenar petróleo y gas,
se requiere realizar trabajos altamente técnicos, emprendidos por un
grupo de especialistas. Esos trabajos de exploración se inician con
estudios geofísicos, representados por la obtención de
radiografías de las capas sepultadas a las profundidades antes
mencionadas; sus técnicas están agrupadas en la denominada
sismología.
Una vez analizada la disposición de las capas en el subsuelo, se
seleccionan aquellas que presentan alteraciones en su distribución
lateral y vertical, por estar plegadas o colapsadas a grandes profundidades; eso
permite inferir que las estructuras geológicas configuradas en el
subsuelo, por procesos de sepultamiento de los sedimentos y su posterior
deformación, son potencialmente favorables para almacenar hidrocarburos.
Estos procesos técnicos se engloban en estudios comparativos realizados
por medio de la geología petrolera.
Una vez establecido el sitio de perforación de un pozo petrolero, la
operación es realizada por ingenieros petroleros, expertos en tareas de
manejo de barrenas de perforación, obtención de datos de las capas
perforadas y calibración de resultados, cuya finalidad está en
controlar la operación de perforación que dura varios meses.
Simultáneamente a ese proceso con fines petroleros, realizado por
medio de barrenas, se obtienen las muestras expulsadas del pozo, las cuales son
analizadas por paleontólogos, quienes determinan los restos
fósiles y las edades geológicas de las rocas que contiene ese
antiguo material de origen orgánico; los estudios los realizan mediante
la comparación académica con ejemplares similares, conocidos
previamente en estudios efectuados en la superficie del terreno de México
o en otras regiones del mundo. Los restos fósiles corresponden a
organismos que vivieron en aguas marinas, cuyas conchas fueron sepultadas junto
con sedimentos depositados en el mismo sitio y edad geológica, que las
partes duras de animales extintos. En estos análisis, geológico y
estratigráficos, también participan especialistas en estudios
petrográficos, quienes clasifican los tipos de rocas y sedimentos
obtenidos de la perforación del pozo con objetivos petroleros; su
finalidad es definir el material litológico importante que almacena
hidrocarburos.
Con el conjunto de esos estudios reconocidos en el rubro de las llamadas
Ciencias de la Tierra se elaboran planos y secciones geológicas,
que permiten establecer tendencias, para localizar más yacimientos
petroleros en otros estratos y en áreas de la región seleccionada
para tales fines. México ha contado con expertos desde antes de la
nacionalización del petróleo, algunos de ellos fueron extranjeros;
todos escribieron las grandes páginas de la exploración petrolera
en este país, mediante informes técnicos inéditos y
estudios científicos editados.
Según la intensa actividad petrolera realizada en los últimos
100 años en la región limítrofe del Golfo de México,
se tiene el registro de la distribución de los hidrocarburos en sus
costas y en aguas superficiales, correspondientes a los estados de Texas,
Louisiana y Florida de EUA; mientras que los nuestros están localizados
desde Tamaulipas hasta Campeche.
Los yacimientos petroleros nacionales más profundos, del orden de
4,500 a 6,000 metros, están ubicados en Campeche y Tabasco, y son de edad
Jurásico Superior. Hay otros de menor importancia en la Cuenca de Burgos
en Tamaulipas, y en la región de Chicontepec en Veracruz.
Perspectivas
Los mexicanos estamos interesados en saber si el Golfo de México
resguarda grandes yacimientos petroleros en rocas cubiertas por sus aguas; las
técnicas geofísicas utilizadas en su exploración petrolera
no permiten garantizar tales riquezas, que estarían ocultas a más
de 8,000 metros de profundidad, bajo tirantes de agua del orden de 3,000 metros
aproximadamente. Lo prudente es continuar con la exploración realizada en
aguas superficiales del sureste de México, antes de decidir realizarlas
en la región norte del Golfo de México, colindando con aguas
profundas de los EUA.
No obstante los anuncios espectaculares presentados en la prensa,
relacionados con los posibles yacimientos que almacenaría el Golfo de
México, en rocas cubiertas por sus aguas profundas, en tales regiones no
se han localizado yacimientos similares o superiores a los que el país
posee en el sureste de su territorio, tanto en tierra como en aguas someras. Lo
costoso de esas empresas, ampliamente publicitadas, está en lo incierto
del material geofísico utilizado para obtener resultados altamente
favorables, superiores a lo conocido actualmente en tierra y en aguas someras.
Otras técnicas con fines en exploración petrolera, como
la observación espacial vía satélite es incierta en
regiones marinas; no hay registro de descubrimientos de yacimientos petroleros
por medio de esa tecnología ni en mar ni en tierra, en otras regiones del
mundo.
NOTA. Material publicado,
relacionado con la exploración del Golfo de México, puede
consultarse en
www.petroquimex.com, sección Investigación Científica.
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Doctor Abelardo Cantú Chapa, profesor del Instituto Politécnico
Nacional, México.