Sarahí Angeles *
Universidad Nacional Autónoma de México
sarahíangeles@gmail.com
RESUMEN: La reforma
energética aprobada en 2008 implica la privatización del Golfo de
México. El mecanismo consiste en el otorgamiento de bloques mediante
contratos a las corporaciones transnacionales para explorar, perforar y extraer
hidrocarburos en las aguas profundas. Se trata de una de las formas de
privatización definidas por la ONU y recomendada por los organismos
financieros internacionales a diversos países. Esa reforma es
privatizadora y desnacionalizante.
Introducción
En esta breve presentación me propongo tratar de aclarar porque la reforma
energética al abrir contratos a los inversionistas privados,
principalmente las grandes empresas transnacionales, como son Halliburton y
Schlumberger, Shell, etc., para explorar, perforar y extraer hidrocarburos en el
Golfo de México, lleva a la privatización del Golfo de
México del país, ya que con la entrega de bloques en contrato a
las empresas, se entrega no sólo la explotación del
petróleo, sino todo lo que existe en esas áreas o bloques. Se
entrega territorio.
La reforma estuvo dirigida en lo fundamental a abrir
la explotación petrolera en la tercera frontera: la explotación en
aguas profundas a las empresas privadas, transnacionales principalmente. Primero
fue la explotación en tierra, después en aguas someras y ahora en
aguas profundas. Felipe Calderón llegó al gobierno con el
compromiso de completar las reformas estructurales aún no concluidas,
guiado por el credo neoliberal, entre ellas la energética.
Globalización y neoliberalismo
La privatización de Pemex y de la
industria petrolera se inició con la inserción de la
economía mexicana al modelo de expansión mundial del capital
transnacional impulsada por la crisis del capitalismo internacional a finales de
la década de 1960 y principios del decenio de 1970. Las élites del
país se ciñeron a la política económica que fijaron
los acreedores internacionales en la crisis de la deuda externa en 1982.
El capital transnacional para lograr su expansión mundial, la
llamada globalización, impuso el modelo neoliberal caracterizado por la
apertura total de las fronteras de los países: libre comercio, libre
circulación del capital, libre entrada a los campos de inversión,
entonces propiedad de las naciones, o de industrias y empresas estatizadas. Para
ello, a partir de la teoría neoclásica construyeron un basamento
teórico que justificara la liberalización y
privatización.
Entre los planteamientos teóricos más
socorridos destaca el que indica que las empresas estatales eran menos
eficientes que las empresas privadas. Si bien esto no fue del todo probado se
convirtió en acto de fe. El Consenso de Washington, conjunto de diez
políticas que engloban el modelo neoliberal, planteado por los acreedores
internacionales a los países deudores si querían salir de la
crisis de la deuda, retoma ese planteamiento en el punto
ocho.
“Para Washington la principal razón para la
privatización es la creencia de que la industria privada está
administrada con mayor eficiencia que las empresas estatales debido a los
incentivos más directos que se le presentan al directivo de una empresa
privada, quien tiene un interés personal directo en las ganancias de la
empresa o es responsable de quienes las generan. Finalmente, la amenaza de
quiebra pone límite a la ineficiencia de las empresas privadas, mientras
que las estatales parecen tener acceso ilimitado a los
subsidios”.
Esta creencia en la eficiencia superior del sector
privado ha sido un artículo de fe en Washington (pensamiento
quizá no sostenido tan fervientemente como en el resto de Estados
Unidos), pero fue sólo a partir del anuncio del Plan Baker en 1985 que
pasó a ser política oficial de Estados Unidos para promover la
privatización en el exterior. El FMI y el Banco Mundial no han dudado en
promover la privatización en América Latina y en todas partes. La
falta de un fuerte sector privado endógeno es una razón que ha
impulsado a algunos países a promover empresas estatales. Ésta es
nuevamente una motivación nacionalista y, por ende, es poco respetada en
Washington. “La privatización puede ayudar a aliviar la
presión sobre el presupuesto del gobierno, tanto en el corto plazo, por
el ingreso generado por la venta de la empresa, como también en el largo
plazo, porque la inversión ya no la financiará por el
gobierno” (Williamson, 1989, 16).
Reforma privatizadora
La reforma es privatizadora de las actividades del
sector petrolero porque abrió a la participación privada toda la
industria energética, petrolera en particular, como quedó
establecido en el artículo 6º de la Ley Reglamentaria del
artículo 27 constitucional en el ramo del
petróleo.
“Artículo 6o.- Petróleos
Mexicanos y sus organismos subsidiarios podrán celebrar con personas
físicas o morales los contratos de obras y de prestación de
servicios que la mejor realización de sus actividades requiere. Las
remuneraciones que en dichos contratos se establezcan serán siempre en
efectivo y en ningún caso se concederán por los servicios que se
presten y las obras que se ejecuten propiedad sobre los hidrocarburos, ni se
podrán suscribir contratos de producción compartida o contrato
alguno que comprometa porcentajes de la producción o del valor de las
ventas de los hidrocarburos ni de sus derivados, ni de las utilidades de la
entidad contratante”.
“Petróleos Mexicanos no se
someterá, en ningún caso, a jurisdicciones extranjeras
tratándose de controversias referidas a contratos de obra y
prestación de servicios en territorio nacional y en las zonas donde la
Nación ejerce soberanía, jurisdicción o competencia. Los
contratos podrán incluir acuerdos arbitrales conforme a las leyes
mexicanas y los tratados internacionales de los que México sea
parte”.
Discurso “teórico” neoliberal
El principal teórico del neoliberalismo, Hayek, el teórico por excelencia del
neoliberalismo, en su libro “Law, Legislation and Liberty”, plantea
que:
“... si en determinadas circunstancias solamente el gobierno
es de hecho el único capaz de ofrecer esos servicios específicos,
ésta no es razón para prohibir que agencias privadas traten de
encontrar métodos de proveer estos servicios sin el uso de poderes
coercitivos. Incluso es importante la manera en que el gobierno provee tales
servicios no debe ser tal que haga imposible que otros los
provean”.
“Nuevos métodos pueden ser encontrados para
hacer un servicio vendible el cual antes no podía ser restringido a
aquellos capaces de pagar por él, y así hacer aplicable el
método del mercado a áreas donde antes no podía ser
aplicado”. (Hayek, 1998, t. III, 47).
Formas de la privatización
Que las actividades a cargo del Estado sean
realizadas por agencias privadas, es conocida en el mundo entero como una forma
de privatización. La Organización de las Naciones Unidas da la
siguiente definición de privatización en el libro
“Accounting, Valuation and Privatization”, publicado para
servir de guía a los gobiernos promotores de la
privatización.
“La definición de privatización va más
allá de la transferencia de la propiedad pública al sector
privado: engloba el concepto más general de introducción de las
fuerzas de mercado o el reforzamiento de las fuerzas de mercado existentes; en
el mundo. La privatización se ha llevado a cabo mediante tres formas
principales:
1. Contratación de las actividades de las empresas estatales con
empresas privadas,
2. Desregulación de los monopolios o cuasi monopolios y
3. Venta de los bienes o activos públicos” (ONU, 1993).
Como se deduce, la venta de las empresas estatales, de sus
instalaciones o activos al sector privado es sólo una forma de
privatización. Ningún gobierno en México se
atrevería a plantear que va a vender PEMEX, “la Joya de la
Corona” a inversionistas privados, especialmente por el fuerte rechazo de
más de un 70% de la población a las privatizaciones, según
lo demuestran las encuestas realizadas por el propio Banco Mundial, en el sondeo
que hace para medir la reacción social a la privatización. De
ahí que el gobierno de Calderón, como el de sus antecesores,
sistemáticamente afirme que Pemex no se privatizará, que ni
siquiera se venderá un tornillo de Pemex.
Se aprobó el contratismo
La contratación de las actividades de las
empresas estatales con empresas privadas, la misma que plantea Hayek, fue lo que
aprobaron en la reforma energética; el gobierno logró la reforma
de PEMEX para que las actividades reservadas a la Nación y a cargo
exclusivo de Pemex, mediante contratos sean realizadas por el sector privado o
por terceros, como les llama a los inversionistas privados, modificando la
organización y atribuciones del Consejo de Administración y
profundizando el gobierno corporativo al estilo de las empresas transnacionales,
con el fin de terminar de cambiar la administración estatal del sector
petrolero a una administración empresarial privada.
Se
aprobó acceso amplio de las empresas extranjeras petroleras de
explotación y sobre todo de servicios a la renta petrolera, mediante una
elevación desmedida de costos en aguas profundas del Golfo de
México, dentro de éstas los yacimientos transfronterizos y otras
zonas petroleras como Chicontepec, en donde a pesar del poco petróleo
extraído cobran elevados precios por explorar y perforar.
Para
perforar en aguas profundas, la Secretaria de Energía Georgina Kessel dio
el dato de que el costo de perforación es de 150 millones de
dólares y se perforarían 2000 pozos, lo que equivaldrá a
300 000 millones de dólares. (Entrevista concedida a Loret de Mola en el
Programa Primero Noticias de Televisa).
En Chicontepec pese a los
elevados costos de extracción el petróleo extraído
está muy por debajo de las estimaciones para autorizar la
perforación de 500 pozos.
Reforma desnacionalizante
La reforma energética es
desnacionalizante porque las empresas extranjeras, transnacionales, son las
que obtienen los contratos para realizar las actividades más rentables de
la industria petrolera, como es en la exploración, perforación y
extracción del petróleo donde se concentra el 90% de los proyectos
financiados con inversión privada llamados PIDIREGAS. Las empresas
transnacionales petroleras y de servicio son las que irán a explorar y
perforar yacimientos en aguas profundas del Golfo de México. El gobierno
ha reconocido que el país cuenta en aguas profundas del Golfo de
México con recursos prospectivos de alrededor de 29,500 millones de
barriles de petróleos.
Serán también empresas
extranjeras petroleras y de servicios las que lleven a cabo la
exploración y desarrollo de los yacimientos de hidrocarburos
transfronterizos en cumplimiento a los tratados internacionales de los Estados
Unidos Mexicanos
Una vez obtenidos los contratos, las empresas
extranjeras recurrirán a las instancias internacionales de
protección a la inversión extranjera, como la Agencia Multilateral
de Garantía a la Inversión (Multilateral Investment garanty
Agency (MIGA), operada por el Banco Mundial que tiene como propósito la
promoción de la inversión extranjera directa a través del
ofrecimiento de garantías conocidas como seguro contra riesgos
políticos a inversionistas extranjeros para cubrir pérdidas
potenciales causadas por riesgos no comerciales en países en vías
de desarrollo. Esta parte del Grupo Banco Mundial también ofrece
asistencia técnica en materia de incremento de capacidades y servicios de
consultoría para que los países en cuestión estén en
mejor capacidad de atraer inversión extranjera. A su vez, ofrece
servicios de mediación para reducir futuros obstáculos en
inversión.
* Dra. Sarahí Angeles, profesora e
investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de
México.
El complejo Cantarell, explotado irracionalmente, sigue aportando la mayor proporción
en la producción y exportación de petróleo crudo