Soldados contra el pueblo
Elementos del ejército federal incumplen su
papel y atropellan los derechos constitucionales básicos de los
mexicanos. El 24 de febrero, detuvieron a Roberto Estévez Cruz en Boca
del Río, Veracruz, de inmediato lo levantaron, lo llevaron a la zona
militar, lo golpearon y robaron, sin poder acusarlo de nada; luego, lo
entregaron a la PGR estatal. La acción corresponde a una evidente
represión política contra David Estévez, vice-presidente de
la Asociación Nacional Transportista y defensor de los derechos sociales
y recursos naturales de la nación.
Andan sueltos
Pareciera que no de dan cuenta de lo que hacen pero saben
bien de qué se trata. Olvidan que se exceden su papel pues nadie les ha
otorgado derechos para proceder impunemente contra la ciudadanía.
Qué los hayan mirado “feo”, como dijeron, no es motivo para
detener a nadie, ni menos agredirlo. Eso es violatorio de las garantías
constitucionales.
“Usted disculpe” es siempre la
conclusión después de hacer el daño sin siquiera poder
acusar al “inculpado” de nada. Pero, no puede ni debe disculparse a
elementos militares agresores porque tienen una evidente responsabilidad
política. Al agredir sin bases a un ciudadano, para intimidar a su
familia por razones políticas, esos elementos incurren en un delito del
fuero común y deben ser sancionados. ¿L o hará el Estado?
Seguramente, no.
Lo menos que debe hacer la ciudadanía es
mantenerse atenta y cuidarse solidariamente mediante la organización
social independiente. Los aparatos coercitivos del Estado andan sueltos. Es
necesario aislarlos políticamente.
Soldados detienen a Roberto Estévez
La mañana de ayer 24 de febrero,
Roberto estaba parado afuera del centro comercial Plaza de Las Américas,
en el municipio de Boca del Río, Veracruz, esperando a sus familiares
para asistir al último día del Carnaval. Entonces, llegaron los
soldados y en un aparatoso operativo lo detuvieron como si se tratara de un
secuestro. De inmediato lo subieron a un vehículo militar, lo obligaron a
colocarse boca-abajo en la batea poniendo sus patotas sobre la espalda del
muchacho. Luego, lo llevaron al cuartel de la Boticaria, lo incomunicaron, lo
torturaron, lo robaron y, al final, lo entregaron a la Procuraduría
General de la República, en Veracruz.
¿De que acusaron los
soldados a Roberto? En el cuartel negaron toda información, incluso, que
hubiera sido detenido. Durante la detención, los soldados se quejaron de
que el joven era sospechoso porque “se les había quedado mirando
feo”. En la PGR dijeron que se le acusaba de “cohecho”, ya
que, el joven Estévez “ofreció algún tipo de dinero a
los soldados” para que no lo detuvieran. Eso, además de
ridículo es risible porque, Roberto solamente llevaba en el bolsillo mil
pesos mismos que “se los desaparecieron” en el cuartel sin siquiera
preguntarle.
Represión política
Pero, ¿por qué dar
“mordida” cuando no se ha cometido ningún delito? Eso no lo
explicaron los soldados porque el caso es un hecho de evidente represión
política. Resulta que Roberto, comerciante de partes automotrices, es
hijo de David Estévez Gamboa quien, a su vez, es un líder social.
David es el vice-presidente de la Alianza Nacional Transportista A.C. (ANTAC),
líder campesino y de comerciantes independientes, y defensor de los
indígenas que han protestado por la presencia militar en la sierra de
Zongolica.
Al saberse la noticia y luego de recorrer varios lugares,
familiares y amigos de Roberto y David se plantaron frente a las oficinas de la
PGR para exigir la libertad del primero. Se llamó los medios y David hizo
la siguiente declaración: “El ejército está para
salvaguardar la soberanía del país, esta agresión que
están haciendo es contra mi persona porque el detenido es mi hijo, es una
cuestión política”, dijo. “Aquí estoy para dar
la cara, soy un luchador social”, agregó.
Están feos y lo son
Este hecho no es único, en muchas partes del
país se ha sabido de similares atropellos. Pero, generalmente, no se dice
nada, el pueblo sufre en silencio, humillado e impotente. Esta vez, David
Estévez y compañeros solidarios levantaron la voz y procedieron de
inmediato. Al siguiente día (25 de febrero), Roberto fue puesto en
libertad.
A Roberto no lo detuvieron porque miró “feo”
a los soldados. La acción, aparentemente “nerviosa” de
éstos, pero al mismo tiempo prepotente y soberbia, corresponde a un
mensaje a la ciudadanía. El objetivo es amedrentarla, asustarla
más, replegarla e imponerle todo tipo de medidas lesivas, tanto
políticas como económicas y sociales.
Con los soldados en
las calles del país, procediendo unilateralmente, no se distingue ya
entre la lucha contra la delincuencia o contra la ciudadanía. A esta se
pretende someterla y que, en la indefensión, soporte todas las
arbitrariedades del Estado y gobiernos en turno.
En el caso
específico de David Estévez, se trata de un intento para
criminalizar la protesta social. Pero no hay ninguna base, legal ni
política, para soportar este estado de cosas. El Estado y sus cuerpos
coercitivos son los responsables de la descomposición social derivada de
la política económica neoliberal que han aplicado a ultranza.
A quién debiera detenerse y juzgarse por traición a la
patria es a los funcionarios de los gobiernos en turno, mismos que han
favorecido a las corporaciones transnacionales que invaden el territorio
nacional, en tierra firme y en las aguas patrimoniales.
¡Respeto a garantías constitucionales!
El pueblo de México
debemos asumir nuestro papel en defensa de nuestros derechos y los de la
nación. Lejos de atemorizarnos y quedarnos callados ante las agresiones
del Estado debemos intensificar la organización social.
En los
próximos días, la ANAT y demás organizaciones de la
región veracruzana participarán en varias acciones de protesta,
contra el aumento al diesel y por otras demandas. El FTE de México exige
del gobierno federal y estatal, de ejército federal y PGR, el respeto a
los derechos constitucionales fundamentales de los mexicanos.
[elektron 9
(55) 1].
Frente de
Trabajadores de la
Energía,
de
México