Marcha del 31 de enero
Miles de campesinos, trabajadores y pueblo en
general, presentes en la marcha del 31 de enero en la capital e interior del
país. El malestar es inocultable pero la respuesta es lenta y
dificultosa. Las burocracias sindicales siguen atrapando al movimiento con
discursos desgastados, nula crítica y propuestas falsas que no se
concretan.
Tercera gran marcha anual
Desde temprano, los campesinos de la Confederación
Nacional Campesina (CNC), afiliada al PRI, empezaron a llegar a la ciudad.
Más tarde, diversos contingentes sindicales se sumaron a la marcha. Fue
esta la tercera marcha anual convocada por las organizaciones integrantes de la
Unión Nacional de Trabajadores (UNT), el Frente Sindical Mexicano, el
Diálogo Nacional (DN); agrupaciones rurales como la Central Campesina
Cardenista (CCC), el Consejo Nacional de Organismos Rurales y Pesqueros (Conorp)
y la Confederación Nacional Campesina (CNC), así como, la
Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
El
día anterior, los convocantes anunciaron que exigirían “que
el plan anticrisis del gobierno federal sea modificado y dé apoyos al
sector social, no sólo a los empresarios” porque dicho modelo ha
generado mayor pobreza y la actual crisis económica y
financiera.
El lema de esta ocasión fue “marcha de la
alianza clasista por la soberanía alimentaria y energética (sic),
los derechos de los trabajadores y las libertades democráticas”.
Entre las demandas, se acordó manifestarse contra la carestía y
por la exigencia de incremento salarial de emergencia, así como, el
freno a los aumentos a los productos básicos, un programa de abasto
popular y “tarifas sociales” (sic) por consumo
eléctrico.
Por la mañana, integrantes del Conorp y del CCC
acudieron a la secretaría de agricultura y a la embajada de Estados
Unidos, para entregar un documento dirigido al presidente Barack Obama,
argumentando por qué se debe renegociar (sic) el capítulo
agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte
(TLCAN).
Alberto Cárdenas, secretario de agricultura,
minimizó la protesta al declarar que la marcha tenía
“matices electorales”; el gobierno federal simplemente no vio ni
oyó.
Críticas endebles, propuestas demagógicas
Saliendo del Monumento a la Independencia, la
marcha recorrió la avenida Paseo de la Reforma hasta llegar al
Zócalo. Una vez más, las compactas columnas campesinas de la CNC,
de varios estados, fueron mayoría. Se observó que las bases
campesinas no quieren “renegociar” el TLC sino cancelarlo pues ha
sido el causante del desastre en el campo a partir de la abolición del
ejido en 1997. Lo mismo pensamos muchos trabajadores pues, el TLC ha propiciado
la reforma de facto a la Constitución en materia energética, lo
que ha llevado a la privatización furtiva.
Sobre otro problema
acuciante, las organizaciones participantes anunciaron que presentarán
una iniciativa ante el Congreso de la Unión, para que se
“nacionalicen” (sic) los fondos de ahorro de los trabajadores, a fin
de que no se sigan saqueando sus recursos. También se pronunciaron en
contra de la reforma laboral. Los contingentes, en sus mantas y pancartas,
expresaron el malestar que existe en la población trabajadora del
país.
Otra vez, el mitin contrastó con el sentir de los
manifestantes. Varios oradores se sucedieron en el templete y el mitin
repitiendo trivialidades y facilismos. Martín Esparza, secretario general
del SME, preguntó a los asistentes: “¿Vamos a seguir
permitiendo que nos hagan pagar una crisis que no generamos?” y,
obviamente, se escuchó un “¡No!” en todo el
Zócalo. Y, ¿qué mas? ¡Nada más! ¿Alguna
propuesta programática y/o de acción? ¡No!
Benito
Bahena, secretario general de la Alianza Nacional de Tranviarios y miembro de la
UNT, a nombre del Diálogo Nacional, expresó que el verdadero
nombre del actual colapso financiero es “crisis del sistema capitalista
mundial”. Eso es cierto pero, ¿cuál es la expresión
concreta en México y qué respuesta es obligada?
Luego,
Agustín Rodríguez, secretario general del STUNAM, en
representación de la UNT, dio a conocer el plan de acción
“que acordaron los líderes (sic) de esta central (sic) y que
consiste en tres puntos básicos: promover el diálogo (sic) con los
poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial; demandar al gobierno federal el
establecimiento de “pasos concretos” (sic) para llegar a acuerdos
(sic), y de no haberlos (sic) realizarán “obras (sic) de
presión (sic), ‘tomas’ (sic) de carreteras, oficinas, puertos
y aeropuertos, e incluso llegar a la huelga nacional (sic) durante el primer
semestre (sic) de este año (sic)”.
Se trata de propuestas
muy pobres y, además, falaces. ¿De veras va a haber
‘tomas’ de carreteras, puertos y aeropuertos? ¿Quién las
hará? ¿La UNT?
La propuesta de “llegar a la huelga
nacional” ha sido anunciada en casi todos los mítines pero, nunca
se ha concretado, ni siquiera promovido; cuando se acerca el momento, esos
“líderes” simplemente no hacen nada. Se trata, entonces, de
una expresión demagógica. Rodríguez no tiene cara para
referirse a esa acción cuando ha sido el primero en boicotearla. El
llamado a la “huelga nacional” se ha desgastado vaciando
literalmente a la propuesta.
Para finalizar, Artemio Ortiz, de la CNTE,
llamó a exigir un aumento salarial de emergencia, pidió frenar la
usura de la banca, habló del cuarto amparo contra la Ley del ISSSTE y
contra las Afore, y dijo que, es necesario construir gran “Jornada
Nacional de Acción”.
Necesaria política independiente
La disposición a la lucha
existe entre los obreros y los campesinos pero se sigue careciendo de una
“dirección” consecuente a la altura de las circunstancias. Lo
señalado por Agustín Rodríguez, a nombre de la UNT, es una
burla. Todas las aspiraciones de esta central consisten en “tomarse la
foto” con el poder público para llegar a “acuerdos”
turbios.
La marcha fue importante en número pero insuficiente en
contenido político, no obstante el evidente descontento expresado. Esta
“tercera marcha” tiene la limitación de realizarse anualmente
y, seguramente, habrá una cuarta en 2010. Pero, ¿en medio,
qué? Prácticamente nada. Es algo similar a lo que ocurre con el
Diálogo Nacional.
Por lo demás, se le sigue otorgando a la
UNT un espacio que NO merece ni se ha ganado. Hace falta el accionar
independiente y sostenido. La crisis en marcha y sus funestas consecuencias
exigen mayor decisión, desafío al charrismo y dinamización
sindical. [2009, elekron 9 (32) 1].
Maestros de la CNTE FOTO: F. Olvera