Nuestro mundo es finito
Gail Tverberg en The Oil Drum (www.theoildrum.com)
publicó el artículo “Nuestro mundo es finito:
¿es este un problema?” relacionado con el agotamiento del
petróleo en el contexto de la crisis económica capitalista. El FTE
de México lo publica para el conocimiento de los trabajadores de la
energía. El prólogo, traducción y epílogo son de El
Economista de Cuba
Nuestro mundo es finito
Por Gail the Actuary
The Oil Drum, 30.04.07
Vía: El Economista
de Cuba
Todos sabemos que el mundo es finito. El número
de átomos es finito y los átomos se combinan para formar un
número finito de moléculas. Esta mezcla de moléculas puede
cambiar a lo largo del tiempo, pero el número de moléculas es
también finito.
Asimismo, todos sabemos que el crecimiento es
algo fundamental en nuestra manera de vivir. Los negocios deben crecer. Cada
día surgen nuevos negocios y se desarrollan nuevos proyectos. La
población del mundo crece también, lo cual incrementa la
utilización de los recursos.
Llegará un momento en que la
utilización incesante de los recursos se dará de bruces con el
hecho inevitable de que el mundo es finito. Hemos crecido pensando que el mundo
es tan grande que nunca tendría límites, pero ahora estamos
empezando a tropezar contra dichos límites.
¿Cuáles
son los límites de la tierra? ¿Los estamos alcanzando?
1. Petróleo
Los combustibles fósiles son un recurso finito, puesto que
dejaron de formarse hace miles de años. La producción de
petróleo en una zona dada tiende a aumentar durante un tiempo y luego
empieza a declinar, conforme el petróleo disponible se va extrayendo. La
producción de petróleo en Estados Unidos ha seguido este modelo
(Figura 1), al igual que la producción de petróleo en el Mar del
Norte (Figura 2). Este declive ha tenido lugar a pesar de las mejoras
tecnológicas.
El mundo se enfrenta ahora al hecho inquietante de
que la producción global de petróleo empezará a declinar
(tras el denominado "cenit"), de la misma manera que lo hizo en Estados Unidos y
el Mar del Norte. Ya me he ocupado previamente de este problema en mi
artículo Oil Quiz - Test Your Knowledge [Cuestionario sobre el
petróleo, ponga a prueba sus conocimientos]. Un comité del
Congreso de Estados Unidos también se ocupó de este asunto y en
sus conclusiones pidió que lo estudiase la Oficina de Responsabilidad [US
Government Accountability Office]. El informe emitido por dicha oficina,
titulado CRUDE OIL: Uncertainty about Future Supply Makes It Important to
Develop a Strategy for Addressing a Peak and Decline in Oil Production
[PETRÓLEO CRUDO: La incertidumbre sobre su disponibilidad futura exige la
puesta a punto de una estrategia para afrontar el cenit y el declive de la
producción de petróleo] confirmó que se trata de un asunto
de la mayor importancia.
No es posible determinar con exactitud
cuándo se iniciará el declive, pero muchos predicen que puede
empezar en los próximos años.
2. Gas natural
El gas natural está asimismo alcanzando sus
límites en América del Norte. La producción estadounidense
de gas natural alcanzó su cenit en 1973. Cada año se perforan
más pozos, pero el porcentaje de gas que produce cada uno de ellos
disminuye. Esto ocurre porque en primer lugar se explotaron los mejores sitios y
los que van quedando son más marginales. Estados Unidos cada vez importa
más gas natural de Canadá, pero el gas también está
alcanzando sus límites en ese país. Esto hace que la cantidad
total de gas natural disponible en Estados Unidos empezará probablemente
a disminuir en pocos años, dando lugar a problemas de escasez.
3. Agua dulce
El agua dulce, necesaria para beber y regar, también está alcanzando sus
límites. La cantidad de agua procedente del deshielo está
disminuyendo a causa del calentamiento global. Se está bombeando agua de
los acuíferos en cantidades superiores a su reemplazamiento y las capas
de agua adelgazan entre uno y tres metros al año en muchas zonas. Algunos
ríos, sobre todo en China y en Australia, están casi secos por el
desvío de sus cauces para la agricultura y por el calentamiento del
clima. Las limitaciones de agua son muy importantes en el sudoeste de Estados
Unidos y en las zonas más áridas de los estados centrales.
4. Tierra cultivable
La tierra cultivable, de la cual dependemos para la agricultura, tiene un ciclo
geológico muy lento de formación, alrededor de 3 cm cada 300 a 500
años, dependiendo del lugar. La sobreexplotación de la agricultura
actual la afecta en gran medida bajo la forma de erosión, pérdida
de materia orgánica y degradación química. El riego
frecuente a menudo da lugar a salinización. Los límites de la
tierra cultivable se sobrepasan conforme la sociedad trata de alimentar cada vez
a más gente y produce biocombustibles: se planta en zonas sometidas a
erosión; se utilizan cada vez más fertilizantes, herbicidas y
pesticidas y se eliminan los materiales orgánicos necesarios para la
formación de la tierra.
¿Hay también impactos
indirectos?
Además de agotar el petróleo, el gas
natural, el agua dulce y la tierra cultivable, el uso intensivo de los recursos
está dando lugar a la contaminación del aire y del agua, lo
cual parece contribuir también al calentamiento global.
¿Puede la tecnología solucionar los problemas de un mundo
finito?
La búsqueda de soluciones no ha tenido éxito
alguno, pues al tratar de encontrar sustitutos lo único que hemos logrado
es cambiar un problema por otro. Veamos esos sustitutos:
Etanol
procedente del maíz
Los actuales métodos de
producción requieren grandes cantidades de gas natural y agua dulce, cuya
cantidad es escasa. Un aumento de la producción puede necesitar el uso de
tierra ahora preservada por los programas de conservación de las reservas
naturales, y ello debido a su tendencia a la erosión.
Petróleo procedente de arenas bituminosas y de esquistos
El petróleo procedente de arenas bituminosas requiere grandes
cantidades de energía, que en la actualidad se derivan del gas natural,
así como del agua dulce, y crea problemas de contaminación. El
petróleo procedente de esquistos necesitará todavía
más energía y agua dulce.
Carbón líquido
y sustitución del gas natural por carbón.
El
"carbón limpio" y el proceso de fijación del dióxido de
carbono en el carbón todavía no están disponibles
comercialmente y se teme que sean muy caros si es que algún día
llegan a utilizarse. La producción de carbón probablemente
exacerbaría el calentamiento global y aumentaría la
contaminación. Si se utiliza el carbón para reemplazar al
petróleo y al gas natural es más que probable que se agote en
pocas décadas, al igual que el gas natural y el petróleo.
Perforaciones profundas a la búsqueda de agua dulce
Las perforaciones de pozos más profundos requerirán
más energía para poder bombear el agua. El agua de
acuíferos que necesitan miles de años para llenarse también
se agotará.
Existen diversas y prometedoras tecnologías
-entre ellas las energías solar, eólica, de las olas marinas y
geotérmica-, pero la cantidad de energía que se obtiene de ellas
es escasa. La energía nuclear también parece prometedora, pero
produce residuos tóxicos y es difícil de ampliar con rapidez. Para
una introducción general a las tecnologías alternativas,
véase What Are Our Alternatives If Fossil Fuels Are a Problem?
[¿Qué alternativas tenemos si los combustibles fósiles se
agotan?]
¿Que pasará si no encontramos soluciones
tecnológicas?
No podemos saber con seguridad lo que
pasará, pero a continuación se ofrecen algunas hipótesis:
1. Al principio aumentarán los
precios de la energía y de los alimentos y habrá una importante
recesión económica.
Si la oferta de petróleo
no alcanza la demanda, podemos esperar el aumento de su precio, del de la
gasolina y, posiblemente, del de otros tipos de energía. Los precios de
los alimentos también subirán, puesto que el petróleo se
utiliza en su producción y en su trasporte. La recesión
será el probable corolario, porque la gente dejará de comprar
bienes prescindibles para concentrarse en los necesarios. A continuación
seguirán los despidos laborales. Quienes se queden sin trabajo
tendrán dificultades para pagar sus hipotecas y otras deudas y los bancos
y otros acreedores se enfrentarán cada vez a mayores problemas
financieros.
2. A largo plazo,
disminuirá la actividad económica.
La
disminución de los recursos provocará el declive de la actividad
económica. Necesitaremos encontrar sustitutos para muchos productos en
muy poco tiempo: combustible para la calefacción y el trasporte,
plásticos, tejidos sintéticos, fertilizantes (en la actualidad se
derivan del gas natural) y asfalto, entre otras cosas. Los niveles de vida
caerán porque no disponemos de recursos infinitos para reemplazar las
cosas cuya disponibilidad disminuye.
3. Dificultades en el transporte y
cortes de luz.
Dado que el trasporte suele utilizar productos
derivados del petróleo, una reducción en la cantidad de
petróleo disponible, probablemente lo afectará en todas sus
formas: automóviles, camiones, aviones, barcos y trenes, y ello a medida
que el combustible falté debido a escasez, coste o racionamiento.
En el caso del declive del gas natural serán probables los cortes
en la electricidad, especialmente durante las épocas del año que
más se utiliza. Los apagones podrán también deberse a la
interrupción del transporte de otros combustibles, como el carbón,
a las centrales eléctricas, y ello debido a escasez de petróleo.
Los cortes en la electricidad podrán ser repentinos o planeados en
ciertos momentos del día, con el fin de compensar la falta de
combustible.
4. Posible colapso del
sistema monetario.
Éste es quizá el problema
más importante y el más difícil de comprender.
En
el mundo actual existe una enorme cantidad de deuda. Cuando se concedieron los
préstamos, las expectativas de los prestamistas se basaron en que la
economía continuaría creciendo al igual que en el pasado, como
muestra la línea roja de la Figura 3. Suponiendo que dicho crecimiento
continuo tuviera lugar, el ciudadano medio viviría económicamente
mejor en el momento de reembolsar sus préstamos que cuando los obtuvo, lo
cual significa que las posibilidades de pagar el capital y los intereses
serían razonablemente grandes. En dicho supuesto, las corporaciones
seguirían creciendo y, debido a este crecimiento continuo, casi todo el
mundo podría reembolsar sus deudas y los intereses.
¿Qué es lo que sucedería en el caso de las
hipótesis 1 y 2 de la Figura 3? Pues que cuando llegue el momento de
reembolsar los préstamos, los individuos y las corporaciones
estarán, en general, en peores condiciones económicas de lo que
estaban cuando los obtuvieron. Es probable que mucha gente esté
desempleada y no pueda hacer frente a sus deudas. Las compañías
especializadas en productos manufacturados con poca o ninguna demanda
probablemente habrán quebrado y también serán incapaces de
reembolsar sus deudas. Las organizaciones que prestaron el capital, a saber, los
bancos, las compañías de seguros y los fondos de pensión,
tendrán dificultades económicas a causa de las muchas suspensiones
de pagos de sus deudores, pues dichos pagos "eran" sus activos.
Hay
dos posibles escenarios: uno es que exista tanta deuda impagada que los bancos,
las compañías de seguros y, de hecho, todo el sistema monetario se
derrumben. El otro es que el gobierno garantice toda la deuda para que las
instituciones no quiebren. Esta última posibilidad probablemente
conducirá a la hiperinflación.
En cualquiera de los dos escenarios, tanto la gente como los
negocios perderán sus ahorros, porque dejará de haber dinero
disponible (primer escenario) o porque éste valdrá muy poco a
causa de la inflación (segundo escenario). En ambos casos, los
países dejarán de aceptar el dólar US para las
transacciones comerciales. Las transacciones simples, como son la compra de
alimentos o el pago de salarios a los empleados, serán muy
difíciles de realizar. Habrá que buscar la manera de sortear
dichas dificultades, quizá con un sistema parecido al trueque, pero
será un sistema muy distinto al actual.
5. Imposibilidad de mantener los
principios económicos.
Hemos sido educados en un mundo en
que la oferta y la demanda suelen estar equilibradas. Un aumento en la demanda
da lugar a un precio más alto, que a su vez conduce a una mayor oferta.
Si un producto en particular no está disponible, su sustituto suele
estarlo.
Una vez que alcancemos los límites geológicos,
estos principios básicos serán mucho más difíciles
de mantener. Un aumento en la demanda de energía no podrá
seguirse de una mayor oferta. La distribución que se haga de una
oferta así limitada probablemente reflejará consideraciones ajenas
al precio, tales como racionamientos y alianzas a largo plazo. Puede que
también haya conflictos militares a causa de la escasa oferta disponible.
6. Cambio en las prioridades hacia una
producción más local.
Dos factores probablemente
harán que se incremente la producción local y disminuya el
comercio internacional: uno es el mayor coste o la escasez de combustible para
el trasporte; el otro, la dificultad con el sistema monetario, ya sea por
hiperinflación o por bancarrota total. Si existen problemas con el
sistema monetario, puede que otros países deseen intercambiar bienes en
vez de pagarés o dinero. Éste requisito probablemente
reducirá la cantidad de comercio con el extranjero.
La
producción de alimentos será más localizada, y ello con el
fin de asegurar una oferta continua y de reducir la cantidad de combustible
necesario para su transporte. Si existe escasez, la gente utilizará
sus jardines para cultivar una parte de los alimentos que necesite.
7. Menor importancia de la deuda.
Una vez que esté claro que la producción futura
será inferior a la actual, ya se trate de la hipótesis 1 o de la
2, será muy difícil encontrar a alguien dispuesto a prestar a
largo plazo, puesto que incluso si la deuda llegara a pagarse, lo haría
con un dinero mucho menos valioso que el del momento en que tuvo lugar el
préstamo.
Si llegados a ese punto los gobiernos todavía
están endeudados, tendrán dificultades para vender nuevos bonos
que reemplacen a los que lleguen a término. Los negocios que deseen
construir nuevas plantas se verán obligados a acumular fondos antes de su
construcción. Tampoco habrá hipotecas disponibles para posibles
compradores de casas.
8. Menor
importancia de los seguros y las pensiones.
Si el sistema
monetario falla, las compañías de seguros y los planes de
pensión serán los más afectados, puesto que invierten en
fondos y pagan beneficios después.
Es posible que pueda
persistir una forma limitada de seguridad social, pero no es nada seguro. Si
existe mucha inflación (véase el punto 4 más arriba), los
beneficios prometidos a término no valdrán prácticamente
nada. Si se implanta un nuevo sistema monetario, será el gobierno que
ocupe el poder en ese momento quien determine los beneficios. Dado que la
cantidad de bienes y servicios será menor en el futuro (véase la
Figura 3), los beneficios que reciban los jubilados serán con casi total
seguridad también menores.
9.
Habrá más gente que realice trabajos manuales.
Conforme la cantidad de petróleo y gas natural disminuya,
se necesitará más trabajo manual, puesto que escaseará el
combustible que ahora hace funcionar las máquinas. Una manera de
promocionar el trabajo manual será pagarlo mejor que el trabajo de
oficina. Dado que los alimentos son un bien muy importante, la agricultura
será muy valorada y se pagará mejor.
10. Guerras por los recursos naturales
y conflictos migratorios.
Si hay una cantidad inadecuada de un
recurso natural (agua, petróleo, gas natural o alimentos), los
países pueden iniciar conflictos para tratar de controlarlos. Es probable
que dichas guerras se centren en zonas donde abundan tales recursos.
Otra posibilidad es que la gente emigre de las zonas en que los recursos
escaseen, por ejemplo, si el agua empieza a faltar o si el territorio se inunda
a causa del calentamiento global o si la ausencia de petróleo limita el
transporte. Las áreas que reciban dicha emigración no
verán con buenos ojos a los inmigrantes, lo cual dará lugar a
más conflictos.
11. Cambios en
las relaciones familiares.
Las familias estarán menos
dispersas debido a la menor capacidad de transporte. Trabajarán juntas
cultivando jardines y ocupándose de pequeños negocios familiares.
La sociedad valorará más la cooperación. Disminuirán
los divorcios.
12. Disminución
de la población.
La cantidad de alimentos que se producen
hoy en el mundo es muchas veces superior a la de hace 100 años, antes de
que el petróleo y el gas natural se utilizaran en la agricultura, en el
bombeo de agua para el riego, en la producción de fertilizantes y
pesticidas y en el trasporte de los alimentos hasta el mercado. Conforme el
petróleo y el gas natural vayan siendo menos disponibles, la
producción de alimentos disminuirá y, con ella, también
decrecerá la población.
Conclusión
No es posible descifrar lo que nos espera en el futuro cuando la tecnología no
sea capaz de resolver los muchos problemas asociados con un mundo finito, a
saber, la disminución del petróleo, el gas natural y el agua
dulce, así como el cambio climático. Sean cuales sean los cambios,
probablemente serán distintos de un lugar a otro, conforme la actividad
global se vuelve más localizada.
Solemos pensar que los
gobiernos son algo estable, pero eso también puede cambiar. Es
posible que los países se fraccionen en unidades más
pequeñas. Hay quien ha sugerido que algunos grupos de estados pueden
separarse de la federación usamericana.
Las instituciones
educativas también cambiarán. Habrá menos estudiantes en
las universidades y las materias de estudio serán distintas. Las ciencias
y la agricultura o
permacultura [5] serán las más
solicitadas. Muchos estudiantes vivirán en el campus si el trasporte es
un problema. La educación de los adultos se volverá más
importante conforme la gente quiera adquirir los conocimientos necesarios para
mundo en proceso de cambio.
El mundo de los negocios también
cambiará. Los negocios locales se volverán más importantes,
mientras que a las compañías multinacionales les pasará lo
contrario. Los bienes manufacturados perderán importancia y el reciclaje
la ganará. Los bienes necesarios tendrán prioridad y los
superfluos se venderán mal. El trueque, o bien un nuevo sistema monetario
que lo sustituya, podrían ser la única manera de hacer negocios.
La gente escogerá vivir cerca del trabajo o trabajar en sus
hogares para minimizar los costes del transporte. Algunos escogerán vivir
con familiares o amigos, para ahorrar. Muchos hogares situados en las zonas
menos deseables serán abandonados y una parte de sus contenidos se
reciclarán.
Los próximos 50 años van a ser muy
interesantes. Quién sabe si los avances tecnológicos
permitirán evitar algunos de los problemas que nos acechan, pero
necesitaremos trabajar duro, desde ahora mismo, para hacerles frente.
Fuente:
http://www.theoildrum.com/node/2510
Epílogo: Realidad del Apocalipsis
El Apocalipsis de San Juan es el último de
los libros que componen el Nuevo Testamento cristiano y narra la sucesión
de catástrofes que precederán al fin del mundo [6]. El
término apocalíptico, que el DRAE define como aquello "que amenaza
o implica exterminio o devastación", es la huella semántica que
dicho libro ha dejado en nuestro lenguaje cotidiano.
Uno de los dos
autores de este ensayo, con el asesoramiento indispensable del otro,
firmó y publicó hace casi tres años un texto que
predecía el fin del Imperio estadounidense, pero no basado en argumentos
mágicos como el libro juanino, sino económicos y
energéticos, pues si, según Karl Marx, la economía es el
motor de la Historia, la energía es la condición indispensable
para que pueda existir desarrollo económico.
El título de
aquel artículo, "Visiones del Apocalipsis" [7], aludía de forma
metafórica a la trama argumental que el autor bíblico
utilizó para plasmar su cosmovisión. Otra alusión, esta
puramente literaria, atribuía al Imperio actual el célebre
número cifrado 666, que en el Apocalipsis se le atribuye a la Bestia, es
decir, a Satanás.
Este párrafo está destinado a los
lectores no familiarizados con la Biblia, algunos de los cuales nos han escrito
pidiendo explicaciones. La exégesis bíblica atribuye la
perfección al número 7. El siete se menciona 737 veces en la
Biblia. En una ocasión el apóstol Pedro le preguntó a
Jesús: " Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi
hermano que haya pecado contra mí? ¿Hasta siete?"; y Jesús le
respondió: "Setenta veces siete" [8]. Al seis, en cambio, por quedarse
corto y no alcanzar la perfección, se le atribuían todos los
males. No es de extrañar que a Satanás, compendio de la maldad
para aquellos ingenuos escritores que creían firmemente en lo
sobrenatural, se le imputase por triplicado el número 6. Por
extensión, tampoco fue de extrañar que el artículo
"Visiones del Apocalipsis" le imputase a su vez el 666 a Estados Unidos, que en
nuestro tiempo se ha ganado con creces el título de Imperio del Mal, y
ello por mucho que el presidente Reagan se inventase el insulto para castigar
retóricamente a la extinta URSS.
Desde su publicación, el
23 de febrero de 2005, "Visiones del Apocalipsis" se ha situado entre los seis
textos más leídos de toda la trayectoria de Rebelión, con
picos estadísticos de lectura cada vez que algún sobresalto en el
precio del petróleo sacude la economía mundial. Esto, por
sí solo, no prueba en absoluto la bondad de su contenido, pero sí
la extrema inquietud de los lectores ante un secreto a voces que amenaza con
destruir a muy corto plazo el mundo tal como lo conocemos.
"Nadie puede
vencer a Estados Unidos haciendo uso de las armas, pues su fuerza es tan
descomunal que podría aniquilar en el campo de batalla a todas las
naciones reunidas", se leía en él. "Pero hay otras maneras de
proceder y una de ellas, tan antigua como la espada, consiste en asfixiar
económicamente al adversario". Este principio, que sigue siendo cierto,
no parece que vaya a aplicarse en la práctica a día de hoy ni en
los meses o años venideros, pues a la luz de los acontecimientos que han
puesto patas por alto el sistema financiero mundial, el eventual sustituto
imperial que allí se preveía, China, parece más interesado
en mantener el statu quo y salvar a Estados Unidos que en asestarle el golpe de
gracia.
Hoy, igual que ayer, sigue siendo fácil analizar el
pasado desde la perspectiva del presente, pero muy difícil –acaso
imposible– proyectar dicha perspectiva hacia el futuro sin que los hechos
obliguen en algún momento a corregir el tiro. Creemos que ese momento ha
llegado hoy, no porque lo que se decía en "Visiones del Apocalipsis" ya
no sea cierto, sino más bien porque el Partido Comunista de China, al que
allí se consideraba probable verdugo del Imperio, se ha integrado en el
circo del dinero virtual y apuesta claramente por la huida hacia delante de los
gobiernos globales. Pero
esa huida hacia adelante, no lo olvidemos, conduce a
la nada de la escasez, al colapso y a las guerras fratricidas.
Tal
como afirma Gail the Actuary en su conclusión, todo será distinto
en el futuro. Aquellas visiones nuestras del Apocalipsis terrenal parecen cada
vez más cerca de convertirse en realidad conforme el mundo avance hacia
el cenit del petróleo y las guerras por acaparar lo poco que vaya
quedando de energía se vuelvan globales.
Quién sabe cuál
será la mano que apriete el botón nuclear, pero con el
conocimiento que nos proporciona la historia ensangrentada del capitalismo,
seguimos pensando que e
ste rescate del sistema con dinero virtual
–y con él la negativa a aceptar que el crecimiento infinito es
inviable–
nos acerca un poco más al momento fatídico.
Y qué mejor manera de concluir este trágico epílogo
que citando las sabias palabras de Santiago Alba Rico en La ciudad intangible,
uno de sus libros más lúcidos: "La Historia de la humanidad puede
describirse, mientras ha durado el Neolítico, como una alternancia
bastante monótona entre paz y guerra; es decir, entre la guerra
‘lenta’ de los hombres contra las cosas y la guerra
‘rápida’ de los hombres contra los hombres, en la que todas
las cosas por igual son tratadas y devoradas como puras
‘condiciones’. Pues bien, podemos decir sin temor a exagerar que por
primera vez esta alternancia entre ‘lentitud’ y
‘rapidez’ ha quedado rota bajo la brega feroz de una economía
que es, al mismo tiempo, en la esfera del intercambio –la única que
aquí nos interesa–, de ‘mercado’ y de alta
‘tecnología’ (binomio que habría que luchar por
disolver). Ese conjunto de relaciones de producción al que podemos seguir
llamando sin rubor capitalismo, porque a principios del tercer milenio se ha
generalizado sin contestación ni excepciones y al que ya no resisten,
aquí y allá, sino algunos cartagineses –no demasiado
admirables– al margen de la política, ha inscrito el
‘mundo’ del hombre, con todas sus cosas lentas puestas de pie, en el
tiempo ‘rápido’ de la conquista" [9].
Vale.
Notas
[1] Véase
http://www.theoildrum.com/node/4643.
[2] Véase
http://es.wikipedia.org/wiki/Curva_de_Hubbert.
[3] Véase
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=74242.
[4] Véase el vídeo, en inglés, en
http://www.theoildrum.com/node/4636.
[5] Véase
http://es.wikipedia.org/wiki/Permacultura.
[6] Véase
http://es.wikipedia.org/wiki/Apocalipsis_de_Jesucristo.
[7] Véase
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=11796.
[8] Véase el Evangelio de Mateo (18: 22).
[9] Véase Santiago Alba Rico, La ciudad intangible. Ensayos sobre el fin del Neolítico. Hiru 2001.
Artículo relacionado:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=12327.
Gail E. Tverberg, que suele utilizar el pseudónimo de Gail
the Actuary, es Master en Matemáticas por la Universidad de Illinois y
pertenece a la Academia Usamericana de Actuarios (American Academy of
Actuaries). Es asimismo miembro del sitio web TheOilDrum.com, dedicado al cenit
del petróleo.
Pedro Prieto es vicepresidente de AEREN y ASPO-Spain
y editor del sitio web CrisisEnergetica.
Manuel Talens es miembro de
Cubadebate, Rebelión y Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad
lingüística.
El prólogo, la traducción y el
epílogo se pueden reproducir libremente a condición de respetar su
integridad y mencionar a sus autores y la fuente.
Fuente: El
Economista de Cuba, 20 octubre 2008.
Plataforma petrolera de Petrolia Drilling