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Volumen 9, Número 121, febrero 15 de 2009 www.wftucentral.org
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La energía de Obama

 

Durante la campaña Obama levantó muchas expectativas mediáticas pero ya en el cargo la situación es diferente. En materia de energía existen serias dudas. La lógica capitalista, basada en la ganancia y la apropiación privada, no garantizan el uso racional de la energía. En manos de las grandes corporaciones transnacionales no es posible superar la crisis energética capitalista.

Expectativas y dudas

Muchas expectativas ha levantado la asunción del primer presidente negro en la historia de Estados Unidos (EU). Desarrollando una campaña mediáticamente “correcta” (neutra, vacía), hablando de todos los temas críticos sin comprometerse a nada específico, el candidato Barack Hussein Obama II ganó una gran popularidad que se lo condujo a una victoria en las urnas.

En el tema de la energía, Obama supo recoger las demandas más acuciantes de la sociedad, que convirtió en propuestas vacías de contenido pero ricas en subjetividad, que la propia audiencia se encargó convertir en la posibilidad de un dislocamiento del orden establecido sin romperlo.

En materia de energía, muchos han visto la esperanza de un nuevo programa energético para EU y, ¿por qué no?, de una nueva tendencia para el mundo entero. No obstante, una vez asumido el cargo, los pasos iniciados por el gobierno que encabeza Obama generan aún más dudas. No podría ser de otro modo, considerando que en EU, la lucha política es entre el capitalismo neoliberal y el que pretende adquirir un supuesto rostro humano.

¿Un nuevo orden energético mundial?

Durante su campaña, Barack Obama criticó acertadamente "los desafíos ambientales causados por la quema de combustibles fósiles ... que amenazan la salud de nuestros océanos así como el clima". En lo que suponía una preparación de la ciudadanía estadunidense para apoyar con recursos públicos el desarrollo de nuevas tecnologías, Obama advertía de los enormes costos económicos que provoca la destrucción ambiental y que "cuesta al mundo trillones de dólares anualmente".

Pero Obama jamás criticó el fondo del asunto, que son los modos de producción capitalista, responsables verdaderos de tal desastre, matizando la gravedad de la situación: "Yo creo que el futuro de la economía va a basarse sobre cómo podemos adaptarnos a una potencial crisis con el cambio del clima", dijo.

Como presidente electo, Obama anunció a su nuevo equipo de energía y protección del ambiente. El laureado físico Steven Chu fue propuesto para secretario de energía, reconociendo su impulso al estudio de las "energías alternativas" (biocombustibles (sic), fotosíntesis artificial y tecnología solar, pero también sobre energía atómica (sic)). Chu ha reiterado, también, la necesidad de sustituir el consumo de combustibles fósiles, sobre todo carbón.

Una de las propuestas más importantes de Chu es impulsar la creación de una sección especial para el estudio de la energía, en la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzada (ARPA-E) dependiente de la secretaría de Energía, destinada a estudiar y desarrollar las tecnologías innovadoras necesarias para paliar la crisis energética.

En materia de electricidad, Chu ha hecho propuestas interesantes, como la creación de un sistema público de transmisión de electricidad, entendiendo claramente que ello es fundamental para manejar los problemas que en este campo plantean la mayoría de las fuentes de energía renovable, por su baja capacidad e intermitencia. El problema con Chu es su proclividad a confundir el ámbito público con el interés privado.

Toda la estrategia energética de Chu es de largo plazo y se basa en la disponibilidad de grandes financiamientos que, por supuesto, no existen a menos que recurra, como lo ha hecho antes, a poner en manos privadas el desarrollo de dichas metas.

"Necesitamos nuevas tecnologías", ha postulado Chu

El problema es cuáles y en manos de quién quedarían tales tecnologías.

En 2007, Chu impulsó un proyecto de colaboración entre el Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, la Universidad de California Berkeley y la controversial transnacional de la energía, British Petroleum (BP), mediante el cuál esta ultima aportó 500 millones de dólares para la creación de un instituto para el desarrollo de biocombustibles en dicha Universidad, el Instituto de Biociencias de la Energía (Energy Biosciences Institute). Tal sociedad desató una fuerte polémica entre la comunidad científica de Berkeley, que vio comprometida la integridad científica de la UCBerkeley, y rechazó el proyecto [http://www.ci.berkeley.ca.us/news/print.asp?id=20934].

¿Que proyecto académico se puede desarrollar bajo el patrocinio de las grandes corporaciones de la energía? Considerando que BP es señalada como una de las mayores contaminantes a escala mundial, ¿podría no tener conflicto de interés con el grupo de estudio respectivo?

El tema energético "ligado" al ambiental

Obama anunció, además, el nombramiento de Lisa Jackson en la Administración para la Protección del Medio Ambiente. Jackson ha trabajado por años para United States Environmental Protection Agency (EPA). Destacada en el departamento de Nueva Jersey para la protección del medio ambiente (NJDEP) dirigió diversos programas para regular la utilización del suelo, el abastecimiento del agua, así como, diversas pruebas geológicas para la supervisión del agua y el desarrollo de normas.

En lo que considera un mismo equipo, Obama "enrocó" a Carol Browner como su asistente en materia de energía y cambio climático, luego que ésta dirigiera a la EPA de 1993 al 2000, saliendo en los peores términos y bajo sospecha de haber destruido información esencial para auditar su gestión. Browner será, consideran los especialistas, una especie de enlace ¿Zar? con los dos anteriores funcionarios.

Con estos operadores políticos, Obama ha comenzado a corregir sus planteamientos de campaña. En primer lugar, está su llamado a imponer topes rigurosos, obligatorios, para controlar las emisiones de gases de efecto invernadero en las centrales eléctricas, refinerías y otras industrias altamente contaminantes que, luego de su elección, no se ha traducido en una iniciativa concreta justificado en la necesidad de moderar sus políticas más ambiciosas debido a la crisis económica.

Se impone la lógica capitalista

El escenario planteado por la baja en los precios del petróleo, manipulada por el cártel de consumidores, desnuda los buenos propósitos de Obama en su punto más débil que consiste en la dificultad para obtener los recursos fiscales necesarios. Cuando sus asesores elaboraron el plan energético de Obama, los precios del petróleo había escalado espectacularmente (hasta $147 USD por barril), lo que permitía pensar que el desarrollo de energías alternas era no solo posible sino, incluso, necesario sobre todo cuando las expectativas de seguir obteniendo suministros externos de hidrocarburos es cada día más difícil.

Según la nueva página de la Casa Blanca [http://www.whitehouse.gov/agenda/energy_and_environment], las metas actuales de Obama --ya "moderadas" por la crisis económica--, quedarían como sigue:

- Crear 5 millones de nuevos empleos invirtiendo $150 mil millones durante los próximos 10 años para "catalizar los esfuerzos privados" por construir un futuro limpio de la energía.

- Ahorrar más petróleo del que EU importa conjuntamente del Medio Este y de Venezuela, en el plazo de 10 años.

- Poner en circulación 1 millón de coches híbridos que tengan un rendimiento de hasta 150 millas por galón, antes de 2015.

- Garantizar que un 10% de la electricidad que se consume en se producida mediante fuentes renovables antes de 2012, y hasta un 25% antes del 2025.

- "Negociar" un programa de reducción de emisiones de gases invernadero hasta por un 80%, ¡antes de 2050!

- "Aumentar" los estándares de economía de combustible y rendimiento energético (mismos que salvo en California, EU no tiene).

- Crear un crédito al impuesto por 7 mil dólares en la compra de vehículos avanzados.

- "Aclimatizar" 1 millón de hogares anualmente.

En esta lista, el tema de la reducción de gases contaminantes dejó de ser una medida impositiva para ceder el paso a una salida negociada. El supuesto "liderazgo" global que EU habría de asumir en materia de cambio climático ya ni siquiera aparece (tal vez Obama haya decido incluso no firmar ninguno de los protocolos ambientales existentes). En cuanto a la parte del financiamiento para combatir el cambio climático, los fondos se destinan a incentivar los "esfuerzos privados".

Otras propuestas menos conocidas también desaparecieron, como la construcción de una red eléctrica de transmisión digitalizada (y en general, la mejora de la red nacional), o el desarrollo de un programa de carbón limpio. Tal parece que la barbarie capitalista ha impuesto su lógica.

Capitalismo en blanco y negro

Esto sucede porque en el bipolar sistema gringo, las cosas se reducen a un capitalismo de dos sabores en el que republicanos y demócratas garantizan la permanencia de un sistema siempre de derecha. En materia de energía, habría sucedido lo mismo de haber ganado McCain las elecciones.

Contrastados, los planes energéticos de Obama y McCain representaban, a final de cuentas, lo mismo en cada uno de los puntos críticos. Por ejemplo, contrario a su oponente, Obama dijo inicialmente que se oponía a realizar nuevas perforaciones costa afuera, señalando que las empresas petroleras disponen ya de 68 millones de acres que no han explotado, con la esperanza de presionar al gobierno para mejorar los términos de sus concesiones. Sin embargo, Obama terminó cediendo para aceptar que lo consideraría adecuado siempre y cuando fuera parte de una estrategia más amplia para reducir los gastos de energía.

En el tema de las reservas estratégicas de petróleo de EU, Obama terminó pidiendo recurrir al uso de éstas para reducir los altos precios de los combustibles, cuando inicialmente habría asegurado ser contrario a utilizarlas.

En esta visión del mundo, dirigida por encuestas destinadas a encontrar tendencias en la "opinión pública", Obama se ha caracterizado por manejar un discurso borroso, ambiguo pero útil para sus propósitos. Sin embargo muy pronto él y su equipo tendrán que presentar el plan de energía definitivo para EU. Tal vez entonces se despejarán algunas dudas. Mientras, las expectativas no son halagüeñas.

¿Una nueva etapa imperialista?

Lo más grave es que, en el plan de Obama ni siquiera existe una sola mención a una posible estrategia global para el aprovechamiento de las "nuevas" materias primas, para producir los materiales, que las nuevas tecnologías habrían de manejar.

Un ejemplo es el litio, que por el momento representa la mejor alternativa para fabricar baterías de gran rendimiento para la poderosa industria automotriz, dispuesta a cumplir el objetivo de poner a circular más de un millón de automóviles eléctricos (híbridos) de gran rendimiento, siempre y cuando "su" gobierno --el que encabeza Obama--, les garantice libre acceso a las materias primas, al más bajo costo.

El asunto es que, como sucede con la mayoría de los recursos naturales, EU no dispone de dicho material en cantidad suficiente para su industrialización. Lo mismo ocurre con los "nuevos" materiales de construcción para "aclimatizar" millones de hogares, o para filtrar y tratar el agua.

Las grandes transnacionales ya iniciaron por su parte el proceso de apropiación de tales materias primas, negociando, presionando comunidades y gobiernos. ¿Permitirá el nuevo gobierno de EU a los estados propietarios de dichos recursos asegurarse de obtener una ventaja equitativa de su explotación, o defenderá el interés de sus empresas?

Una nueva política de Obama en ese campo implicaría un giro en la relación histórica de ese país con el resto del mundo, caracterizada como imperialista. ¿Lo hará? Lo dudamos.
[2009, elektron 9 (36) 1].



Joven desempleado en los Estados Unidos


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