El problema del Estado
¿Qué es el Estado, cuál es su
naturaleza, cuál es su significación? En el contexto de la crisis
económica capitalista, volver a reflexionar sobre este tema tiene la
mayor importancia. Se trata de un problema político fundamental.
El Estado no ha existido siempre
En el medio obrero el tema del Estado casi nunca se aborda
por ser un asunto difícil y complicado. Consecuentemente, persiste la
confusión auspiciada por los políticos y filósofos
burgueses. Sin embargo, este asunto es crucial. El FTE de México
considera que debemos esforzarnos por estudiarlo y tratar de
comprenderlo.
En esta ocasión, para abrir la discusión,
traemos a la memoria la conferencia “Sobre el Estado”, de V.I.
Lenin, pronunciada en la Universidad Sverdlov el 11 de julio de 1919, cuando
aún estaba fresca la Revolución de Octubre.
La lucha de
clases se refleja o se expresa en un conflicto entre las concepciones sobre el
Estado, en la apreciación del papel y de la significación
política de éste.
Sobre el “problema del
Estado”, decía Lenin hace 90 años, se ha sembrado mucha
confusión en la ciencia, la filosofía, la jurisprudencia, la
economía política y el periodismo burgueses. “Este problema
ha sido tan embrollado y complicado porque afecta más que cualquier otro
los intereses de las clases dominantes. La teoría del Estado sirve para
justificar los privilegios sociales, la existencia de la explotación, la
existencia del capitalismo”.
En la historia de las ideas ha habido
concepciones religiosas respecto del Estado como si tuviera un origen divino y
fuera destino inevitable. Tal doctrina está, desde luego, vinculada a los
intereses de la clase explotadora a la que sirve el Estado. Pero, éste no
siempre existió. Hubo un tiempo en que no había Estado.
“Este aparece en el lugar y momento en que surge la la división de
la sociedad en clases, cuando aparecen los explotadores y los
explotados”.
El Estado es un aparato de coerción
El Estado es un aparato especial para
el empleo sistemático de la fuerza y el sometimiento del pueblo por la
misma. ¿Qué es lo que constituye la esencia del Estado? La
coerción, la violencia, los grupos especiales de hombres armados, las
cárceles y demás medios para someter por la fuerza la voluntad de
otros.
“El Estado es en realidad un aparato de gobierno, separado
de la sociedad humana. Cuando aparece un grupo especial de hombres de esta
clase, dedicados exclusivamente a gobernar y que para ello necesitan de un
aparato especial de coerción para someter la voluntad de otros por la
fuerza, entonces surge el Estado”.
El Estado aparece con la división en clases sociales
La división de la
sociedad en clases es un hecho fundamental para la aparición del Estado.
En general, se considera que en la historia hubo una sociedad sin clases,
originaria, primitiva, en la que no existía Estado. Luego, vino una
sociedad basada en la esclavitud. En Europa la esclavitud duró dos mil
años. La división entre propietarios de esclavos y esclavos fue la
primera división de clases importante. Esta forma fue seguida por el
feudalismo que cambió las relaciones entre los hombres,
dividiéndolos en terratenientes propietarios de siervos y los campesinos
siervos.
Más tarde, con el desarrollo del comercio, la
aparición del mercado mundial y el desarrollo de la circulación
monetaria, surgió el capitalismo. De la mercancía, el intercambio
de éstas y la aparición del poder del dinero, surgió el
poder del capital.
En todos los países capitalistas, los
dueños del capital, de la tierra y sus recursos, de las fábricas y
minas, son una minoría que gobierna, oprime y explota el trabajo de toda
la población, de la cual, la mayoría somos
trabajadores.
Cuando se afianza la división de la sociedad en
clases, también ocurre lo mismo con el Estado, el cual “ha sido
siempre determinado aparato al margen de la sociedad y consistente en un grupo
de personas dedicadas exclusiva o casi exclusivamente o principalmente a
gobernar. Los hombres se dividen en gobernados y en especialistas en gobernar,
que se colocan por encima de la sociedad y son llamados gobernantes,
representantes del Estado. Este aparato, este grupo de personas que gobiernan a
otros, se apodera siempre de ciertos medios de coerción, de violencia
física, ya sea que esta violencia sobre los hombres se exprese en la masa
primitiva o en tipos más perfeccionados de armas”, escribió
Lenin.
Los métodos de violencia han cambiado, pero dondequiera ha
existido un Estado, existió en cada sociedad, un grupo de personas que
gobernaban, mandaban, dominaban, y que, para conservar su poder,
disponían de un aparato de coerción física, de un aparato
de violencia, con las armas que correspondían al nivel técnico de
la época dada.
El Estado es una maquinaria para la opresión
De manera que el Estado no
existió cuando no había explotadores y explotados y
apareció con la división de la sociedad en clases
sociales.
En cuanto a su esencia y naturaleza, “El Estado es una
máquina para que una clase reprima a otra, una máquina para el
sometimiento a una clase de otras clases, subordinadas. Esta máquina
puede presentar diversas formas. El Estado esclavista podía ser una
monarquía, una república aristocrática e incluso una
república democrática. En realidad, las formas de gobierno
variaban extraordinariamente, pero su esencia era siempre la misma: los esclavos
no gozaban de ningún derecho y seguían siendo una clase oprimida;
no se los consideraba seres humanos. Nos encontramos con lo mismo en el Estado
feudal”. El cambio en la forma de explotación trasformó el
Estado esclavista en Estado feudal.
Ni bajo la esclavitud ni bajo el
feudalismo podía una reducida minoría de personas dominar a la
enorme mayoría sin recurrir a la coerción. “Para mantener su
dominación y asegurar su poder, los señores feudales necesitaban
de un aparato con el cual pudiesen sojuzgar a una enorme cantidad de personas y
someterlas a ciertas leyes y normas; y todas esas leyes, en lo fundamental, se
reducían a una sola cosa: el mantenimiento del poder de los
señores feudales sobre los campesinos siervos. Tal era el Estado
feudal”.
La sociedad feudal representaba así una
división en clases en la que la inmensa mayoría - los campesinos
siervos - estaba totalmente sometida a una insignificante minoría, a los
terratenientes dueños de la tierra.
El Estado capitalista
El desarrollo del comercio y del intercambio de
mercancías, condujeron a la formación de una nueva clase, la de
los capitalistas. El capital se conformó como tal al final de la Edad
Media, cuando, después del descubrimiento europeo de América, el
comercio mundial adquirió un desarrollo enorme, cuando aumentó la
cantidad de metales preciosos, cuando la plata y el oro se convirtieron en
medios de cambio, cuando la circulación monetaria permitió a
ciertos individuos acumular enormes riquezas.
La plata y el oro fueron
reconocidos como riqueza en todo el mundo. Declinó el poder
económico de la clase terrateniente y creció el poder de la nueva
clase, los representantes del capital. La sociedad se reorganizó de tal
modo, que todos los ciudadanos parecían ser iguales, desapareció
la vieja división en propietarios de esclavos y esclavos, y todos los
individuos fueron considerados iguales ante la ley, independientemente del
capital que poseyeran. Propietarios de tierras, o pobres hombres sin más
propiedad que su fuerza de trabajo, todos eran iguales ante la ley.
Se
dice que la ley protege a todos por igual; en realidad, protege la propiedad de
los que la tienen, contra los ataques de las masas que, al no poseer ninguna
propiedad, al no poseer más que su fuerza de trabajo, se empobrecen y
arruinan poco a poco y se convierten en proletarios. Tal es la sociedad
capitalista
“Esta sociedad fue avanzando contra la servidumbre,
contra el viejo régimen feudal, bajo la consigna de la libertad. Pero esa
libertad es para los propietarios. Y, cuando se desintegró el feudalismo,
cosa que ocurrió a fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX, el
Estado feudal fue desplazado por el Estado capitalista, que proclamó como
consigna la libertad para todo el pueblo, afirmando que expresa la voluntad de
todo el pueblo y niega ser un Estado de clase”.
En su momento,
Lenin explicó que “en este punto se entabló una lucha entre
los socialistas, que bregan por la libertad de todo el pueblo, y el Estado
capitalista, lucha que condujo hoy a la creación de la República
Socialista Soviética y que se está extendiendo al mundo
entero”.
La libertad de propiedad privada
Para comprender la lucha iniciada contra el capital
mundial, para entender la esencia del Estado capitalista, debemos recordar que
cuando ascendió el Estado capitalista contra el Estado feudal,
entró en la lucha bajo la consigna de la libertad.
La
abolición del feudalismo significó la libertad para los
representantes del Estado capitalista y sirvió a sus fines, puesto que la
servidumbre se derrumbaba y los campesinos tenían la posibilidad de
poseer en plena propiedad la tierra adquirida por ellos mediante un rescate o,
en parte por el pago de un tributo; esto no interesaba al Estado;
protegía la propiedad sin importarle su origen, pues el Estado se basaba
en la propiedad privada. En todos los Estados civilizados modernos los
campesinos se convirtieron en propietarios privados.
El Estado
reconocía los derechos de propiedad de todo comerciante, fabricante e
industrial. Y esta sociedad, basada en la propiedad privada, en el poder del
capital, en la sujeción total de los obreros desposeídos y las
masas trabajadoras del campesinado proclamaba que su régimen se basaba en
la libertad. Al luchar contra el feudalismo, el capital proclamó la
libertad de propiedad y se sentía especialmente orgullosa de que el
Estado hubiese dejado de ser, supuestamente, un Estado de clase.
Con
todo, el Estado seguía siendo una máquina que ayudaba a los
capitalistas a mantener sometidos a los campesinos pobres y a la clase obrera,
aunque en su apariencia exterior fuese libre. Proclamaba, también, el
sufragio universal y, por intermedio de sus defensores, predicadores, eruditos y
filósofos, que no era un Estado de clase.
Nuevamente, Lenin se
refiere a la situación del momento al señalar que “Incluso
ahora, cuando las repúblicas socialistas soviéticas han comenzado
a combatir el Estado, nos acusan de ser violadores de la libertad y de erigir un
Estado basado en la coerción, en la represión de unos por otros,
mientras que ellos representan un Estado de todo el pueblo, un Estado
democrático”.
La dominación del Estado
F. Engels, en “El origen de la
familia, la propiedad privada y el Estado”, dice que “todo Estado en
el que existe la propiedad privada de la tierra y los medios de
producción, en el que domina el capital, por democrático que sea,
es un Estado capitalista, una máquina en manos de los capitalistas para
el sojuzgamiento de la clase obrera y los campesinos pobres. Y el sufragio
universal, la Asamblea Constituyente o el Parlamento son meramente una forma,
una especie de pagaré, que no cambia la esencia del
asunto”.
Las formas de dominación del Estado pueden variar:
el capital manifiesta su poder de un modo donde existe una forma y de otro donde
existe otra forma, pero el poder está siempre, esencialmente, en manos
del capital, ya sea que exista o no el voto restringido u otros derechos, ya sea
que se trate de una república democrática o no; en realidad,
cuanto más democrática más burda y cínica es la
dominación del capitalismo.
La república democrática
y el sufragio universal representaron un enorme progreso comparado con el
feudalismo: permitió al proletariado lograr su unidad y solidaridad y
formar esas filas compactas y disciplinadas que libran una lucha
sistemática contra el capital. No existió nada ni siquiera
parecido a esto entre los campesinos siervos y ni que hablar ya entre los
esclavos
Se dice que el Estado es libre. Pero no hay tal. Mientras exista
la propiedad privada, el Estado, aunque sea una república
democrática, no es más que una máquina en manos de los
capitalistas para reprimir a los obreros, y mientras más libre es el
Estado, con mayor claridad se manifiesta esto.
La fuerza del capital lo
es todo, la Bolsa es todo, mientras que el Parlamento y las elecciones no son
más que muñecos, marionetas.
El Estado capitalista es una mentira burguesa
Cualquiera sea la forma con que se encubra
una república, por democrática que sea, si es una república
burguesa, si conserva la propiedad privada de la tierra, de las fábricas,
si el capital privado mantiene a toda la sociedad en la esclavitud asalariada,
entonces ese Estado es una máquina para que unos repriman a otros.
Lenin decía que “debemos poner esta máquina en manos
de la clase que habrá de derrocar el poder del capital. Debemos rechazar
todos los viejos prejuicios acerca de que el Estado significa la igualdad
universal; pues esto es un fraude: mientras exista explotación no
podrá existir igualdad. El terrateniente no puede ser igual al obrero, ni
el hombre hambriento igual al saciado. La máquina, llamada Estado, y ante
la que los hombres se inclinaban con supersticiosa veneración, porque
creían en el viejo cuento de que significa el Poder de todo el pueblo, el
proletariado la rechaza y afirma: es una mentira
burguesa”.
Refiriéndose a la situación del momento y
adelantándose un poco, Lenin expresó: “Nosotros hemos
arrancado a los capitalistas esta máquina y nos hemos apoderado de ella.
Utilizaremos esa máquina, o garrote, para liquidar toda
explotación; y cuando toda posibilidad de explotación haya
desaparecido del mundo, cuando ya no haya propietarios de tierras ni
propietarios de fábricas, y cuando no exista ya una situación en
la que unos están saciados mientras otros padecen hambre, sólo
cuando haya desaparecido por completo la posibilidad de esto, relegaremos esta
máquina a la basura. Entonces no existir á Estado ni
explotación”.
La experiencia vivida ha sido aleccionadora
pero el pensamiento leninista sigue vigente.
Fuentes:
www.marxist.org
2009, elektron 9 (42) 1.
Emiliano Zapata
Vladímir I. Lenin