¡Abajo el TLC!
El TLC es nefasto para la nación mexicana y
debe ser echado abajo. Ese Tratado ha destruido al campo, producido desempleo y
pobreza y privatizado a la industria energética nacionalizada, rompiendo
el pacto político de la nación al modificar en los hechos a la
Constitución política del país. El gobierno federal
pretende seguir en la ilegalidad favoreciendo al capital extranjero; los
trabajadores proponemos eliminar a ese Tratado lesivo.
Calderón sigue traicionando a México
En la reciente entrevista de
Calderón con Barak Obama, presidente electo de los Estados Unidos, se
publicó que, el primero, expresó que coincide con el segundo, en
“revisar” el Tratado de Libre Comercio (TLC) con América del
Norte en los temas laborales y ambientales, pero aclaró que no hablaron
de promover su “reapertura” ni la “renegociación”
del mismo.
“Como ayer lo señalé con el presidente
electo (Obama), estamos dispuestos a construir sobre la base de lo ya logrado en
el TLC para poder enfocarnos a mejorar los beneficios del intercambio comercial,
a revisar, como siempre hemos estado dispuestos, temas que preocupan no
sólo a los americanos (sic), sino a los mexicanos, como son los
aspectos laborales y ambientales” (Herrera C., en La Jornada 14 ene
2009).
Calderón dijo que Obama enfatizó su
preocupación por los temas ambientales y laborales, a lo que el
Presidente mexicano respondió que “compartimos las mismas
preocupaciones, de eso pienso que no habrá discrepancia”.
Comentó que “el sucesor de Bush en alguna ocasión
habló incluso de introducir acuerdos paralelos al propio
tratado”.
¿De verdad Calderón comparte “las
mismas preocupaciones”? ¿No habrá discrepancias? Los temas
laboral y ambiental no están considerados en el TLC vigente. Los temas
laborales fueron deliberadamente omitidos desde la firma del Tratado. La
mercancía “fuerza de trabajo” se ignoró. ¿Ahora
se incluiría así fuera en un acuerdo paralelo? Lo
dudamos.
Servilismo sin fin
Aprovechando el viaje a la nación vecina,
Calderón acudió a despedirse de George W. Bush. En la
reunión, “ambos aprovecharon para hacer una defensa del acuerdo a
unas horas de que Obama planteara la necesidad de “mejorar” el
TLCAN”.
Obviamente, Calderón no está interesado en
ningún acuerdo adicional, memos en revisar o renegociar el Tratado.
“Al dar un mensaje conjunto con el presidente saliente de Estados Unidos,
aseguró que el acuerdo ha creado “millones de empleos” en
Estados Unidos (sic), vinculados al comercio con México, que
además se convirtió en el segundo comprador de productos de ese
país, incluso por arriba de China”.
Resulta grotesco que
Calderón se complazca de que el TLC haya millones de empleos “en
Estados Unidos” y que México sea comprador de los productos
elaborados en el norte.
Para México, el TLC ha significado
más desempleo y pobreza. Los efectos negativos son múltiples.
Simplemente, la situación en el campo ha sido desastrosa, los campesinos
mexicanos se encuentran en estado de sobrevivencia. Millones de mexicanos, del
campo y de la ciudad han tenido que emigrar al norte, literalmente expulsados
por la desesperación económica y social.
En contrapartida,
los capitalistas rurales se han vuelto a apropiar de las tierras cultivables, y
de las aguas nacionales, para hacer negocios lucrativos sumiendo al país
en una grave crisis alimentaria, al tiempo que multitud de transnacionales
literalmente han invadido al país.
Tratado anticonstitucional
El TLC no debe ser revisado ni renegociado sino
CANCELADO por ser lesivo al interés de la nación mexicana,
especialmente, el Capítulo VI. Energía y petroquímica
básica.
El TLC reformó unilateralmente a la
Constitución política del país, rompiendo el pacto
político de la nación. En el Anexo 602.3 se redefinió a las
industrias de hidrocarburos y de energía eléctrica, fraccionando a
los respectivos procesos de trabajo.
En el primer caso, el estado
mexicano se reservó solamente a los “petroquímicos
básicos”, dividiendo artificialmente a esta industria para que la
llamada petroquímica “secundaria” fuera privatizada. Lo mismo
ocurrió con el gas natural cuyo proceso de trabajo llega hasta las
“ventas de primera mano”, de manera que, la distribución,
transporte y almacenamiento fueron privatizadas desde 1995 cuando fue reformada
la Ley Reglamentaria del Artículo 27 Constitucional en el Ramo del
Petróleo (LRRP).
En materia eléctrica, la reserva se
refiere a “la prestación del servicio público de
energía eléctrica en México, incluyendo la
generación, conducción, transformación; distribución
y venta de electricidad, salvo lo dispuesto en el párrafo 5”. Este
párrafo (5) se refiere a las figuras inventadas para la generación
eléctrica privada, mismas que fueron aprobadas desde 1992 al modificarse
regresivamente la Ley del Servicio Público de Energía
Eléctrica (LSPEE).
Con estas reservas, la Constitución
mexicana fue “modificada” regresivamente, de espaldas a la
nación y contra la misma. En materia de hidrocarburos se violaron
flagrantemente los párrafos cuarto y sexto del artículo 27
constitucional, pues el TLC y las reformas de 1995 a la LRRP fraccionaron a la
industria petrolera para privatizar varias fases de trabajo relacionadas con la
petroquímica y el gas natural.
El TLC y las reformas regresivas de
1992 a la LSPEE violan flagrantemente al párrafo sexto del 27
constitucional. La generación eléctrica es la principal fase del
proceso de trabajo y se trata de una actividad constitucionalmente
estratégica. El llamado “`párrafo 5” indicado en el
Anexo 602.3 del TLC NO EXISTE en la Constitución, fue una
adición unilateral para “reformar” en los hechos a la
Constitución y permitir la privatización de la generación
eléctrica que, al 10 de septiembre de 2008, llegó al 48.3% a nivel
nacional.
De manera que el TLC es inconstitucional y, en términos
de la propia Constitución, es ilegal pues ningún tratado ni ley
secundaria pueden contravenir a la Carta Magna. Entonces, lo procedente es
derogar a ese Tratado, no revisarlo ni renegociarlo.
¡NO al TLC!
En noviembre de 2008, los legisladores de todos los partidos
aprobaron la contra-reforma energética, avalando al TLC, a las reformas
regresivas de 1992 y 1995, y a la privatización energética furtiva
en marcha. Peor aún, aprobaron que la privatización se generalice
a todas las fuentes de energía, renovables y no renovables, mediante el
otorgamiento de inconstitucionales permisos privados y contratos de toda clase
en las actividades energéticas estratégicas.
Ahora,
oportunistamente, algunos legisladores socialdemócratas, para canalizar
erróneamente el descontento popular, llaman a interponer amparos por la
inconstitucionalidad de la reforma. Sin embargo, en su momento no la objetaron,
al contrario la aprobaron traicionando a la nación. ¿De qué
se trata? Por decir menos, son unos incongruentes.
Las burocracias
sindicales charras proponen revisar y renegociar el TLC. Esa no es la salida
adecuada. Además de que el gobierno se niega, habría que revisar
múltiples aspectos y sustituirlos por otros radicalmente distintos. En
materia energética, habría que suprimir completo al
Capítulo VI, especialmente al Anexo 602.3, para restablecer la legalidad
constitucional. Eso implicaría, derogar completa a la contra-reforma
energética de 2008.
¿Quiénes harían esto, los
charros, los partidos políticos? No, porque están corporativizados
al Estado y son co-partícipes del neoliberalismo. Este año, el
interés de esas burocracias está en las elecciones de diputados
federales y la atracción de votos para seguir haciendo las mismas
fechorías de siempre. Pero, los legisladores carecen de autoridad moral;
los partidos políticos oficiales están descalificados por
privatizadores y co-autores de la ruptura de la legalidad
constitucional.
Lo que el FTE propone es fortalecer la resistencia
independiente que nos permita organizar las fuerzas a nivel nacional para
revertir la contra-reforma energética, empezando por echar abajo al TLC y
defender las conquistas sociales vigentes, en un contexto de crisis generalizada
y profunda para la cual el gobierno, partidos políticos y charros no
tienen, ni tendrán, respuestas a favor de los trabajadores ni de la
población en general. [elektron 9 (14) 1, 14 ene 2009].
El TLC, causante del desastre en el campo mexicano, entre otras
calamidadesFOTO: Y. Ortega